Rocky Balboa
2006 

5.9
32,412
Drama. Acción
El mundo del boxeo está tan devaluado que el campeón Mason Dixon no encuentra un rival a su altura. Han pasado 30 años desde que a Rocky Balboa (Stallone), un hombre sin futuro, se le presentó la oportunidad de boxear y enfrentarse contra el gran campeón Apollo Creed. El coraje y perseverancia de Rocky, tanto en la vida como en el ring, alimentó las esperanzas de millones de personas. Ahora, ya retirado, se pasa las tardes contando ... [+]
9 de febrero de 2008
9 de febrero de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno cuando se prepara para ver una nueva entrega de la ya explotadísima saga de Rocky, se espera ver mas de lo mismo, pero en esta ultima entrega se puede ver algo inédito, la madurez de Stallone, si, digo madurez porque en esta película me ha demostrado ser mejor actor de lo que creía, y sobretodo marca en el film el sello de una persona que ha combatido mil veces en la vida, se nota en la notable dirección y en el presentable guión que goza esta gran despedida. Pero si algo se puede alabar en esta película es el sentimiento que transmite, un sentimiento de superación que te hace levantarte del sillon y empezar a hacer flexiones, de mirar a la vida de una manera más valiente, de luchar por lo que deseas con humildad y terca esperaza.
Una película que sorprende, que emociona y que no defraudara a los incondicionales ni a los nuevos fans que se quieran unir a esta gran filosofia que nos eseña Rocky Balboa.
Una película que sorprende, que emociona y que no defraudara a los incondicionales ni a los nuevos fans que se quieran unir a esta gran filosofia que nos eseña Rocky Balboa.
30 de enero de 2010
30 de enero de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ojos caídos, mirada triste, boca torcida y aspecto, a pesar de los años, y golpes, aún fornido y bonachón. Vuelve Stallone a desenterrar del baúl de los recuerdos al púgil más célebre de la ficción cinematográfica. Y más que dedicarle un mausoleo, su personaje sigue vivo y con ganas de pelea, por lo que le dedica un monumento, a si mismo, a los hechos y a las personas amadas del pasado. Los incondicionales de la saga “Rocky” se lo van a pasar bien.
En su jubilación, el doble campeón del mundo de los pesos pesados ya no se dedica a repartir tortazos en el ring, pero sí a repartir consejos entre amigos, conocidos y a todo aquel que se cruze buenamente en su camino, aunque no venga a cuento. También a relatar una y otra vez sus batallitas del pasado a desconocidos admiradores o clientes de su restaurante, que si viene adrede porque se incluye en el menú de su “Adrian’s”.
Y tiene su gracia que una película que durante la mayor parte de su metraje está filmada de un modo realista y callejero vaya destelleando visos de cariz fantástico hasta entrar de lleno en el terreno más increíble durante su tramo final. Cuando el legendario Rocky Balboa, de casi 60 años, se enfunde el calzón y los guantes de nuevo para aguantar no sólo el tipo en el cuadrilátero sinó también para darle caña a un rival mucho más joven e invicto, una máquina de repartir leñazos vanidosa y poco popular llamada Mason “The Line, Dixon, encarnado por Antonio Tarver (campeón actual y real de los pesos medios), y que aún no había dado con la horma de su zapato.
Nunca sientas que se ha terminado.
Para Rocky, el combate ayudará a dejar atrás el vacío por no poder volver a demostrar lo que realmente uno fue y es, y a un hijo tontorrón y acomplejado por la larga sombra de su padre.
Rocky nunca tira la toalla. Su atrevimiento formal llega a echar mano del blanco y negro, ‘travellings’ y ‘zooms’ rápidos; imágenes quebradas, estilo añejo o realización televisiva, emulando una retransmisión por televisión. Por ello, y por todo el conjunto, “Rocky Balboa”, el ‘potro italiano VI’, se erige en uno de los productos más ‘trash’ de la cartelera. Pura serie Z que puede llegar a suscitar sus simpatías y a la que, en su decadente visión del espectáculo, incluso le viene como anillo al dedo tener a Las vegas como escenario del enfrentamiento final.
En su jubilación, el doble campeón del mundo de los pesos pesados ya no se dedica a repartir tortazos en el ring, pero sí a repartir consejos entre amigos, conocidos y a todo aquel que se cruze buenamente en su camino, aunque no venga a cuento. También a relatar una y otra vez sus batallitas del pasado a desconocidos admiradores o clientes de su restaurante, que si viene adrede porque se incluye en el menú de su “Adrian’s”.
Y tiene su gracia que una película que durante la mayor parte de su metraje está filmada de un modo realista y callejero vaya destelleando visos de cariz fantástico hasta entrar de lleno en el terreno más increíble durante su tramo final. Cuando el legendario Rocky Balboa, de casi 60 años, se enfunde el calzón y los guantes de nuevo para aguantar no sólo el tipo en el cuadrilátero sinó también para darle caña a un rival mucho más joven e invicto, una máquina de repartir leñazos vanidosa y poco popular llamada Mason “The Line, Dixon, encarnado por Antonio Tarver (campeón actual y real de los pesos medios), y que aún no había dado con la horma de su zapato.
Nunca sientas que se ha terminado.
Para Rocky, el combate ayudará a dejar atrás el vacío por no poder volver a demostrar lo que realmente uno fue y es, y a un hijo tontorrón y acomplejado por la larga sombra de su padre.
Rocky nunca tira la toalla. Su atrevimiento formal llega a echar mano del blanco y negro, ‘travellings’ y ‘zooms’ rápidos; imágenes quebradas, estilo añejo o realización televisiva, emulando una retransmisión por televisión. Por ello, y por todo el conjunto, “Rocky Balboa”, el ‘potro italiano VI’, se erige en uno de los productos más ‘trash’ de la cartelera. Pura serie Z que puede llegar a suscitar sus simpatías y a la que, en su decadente visión del espectáculo, incluso le viene como anillo al dedo tener a Las vegas como escenario del enfrentamiento final.
22 de abril de 2010
22 de abril de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más allá del combate, argumento fundamental de las anteriores entregas de la saga boxística, en Rocky VI aciertan a descubrir que entre película y película había quedado en el tintero un punto y final a una bonita historia de superación. Algunos siempre buscamos una historia que se parezca a nuestra vida real, pero Rocky VI va mas allá y toca el corazón cuando machaca situaciones que en el día a día de la gente nunca se cumplen. Abre las puertas de lo inalcanzable con ilusión y a su vez le muestra a su hijo que en la vida cuando te golpean siempre hay que levantarse y seguir adelante. Los golpes son lo de menos en esta película. El combate de exhibición es una pantomima. Estratagema para hacer caja, regodeandose de títulos de antaño? Sí, pero nunca desprecio una película con mensaje. Además esos que crítican seguro que eran los primeros deseosos de ver algo parecido a aquel chaval que subía las escaleras al trote en busca de una victoria que le sacase de la miseria o recibía fruta en su barrio mientras corría como único premio. Rocky ha vuelto.
1 de noviembre de 2010
1 de noviembre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luego de treinta años de haber conquistado su primer campeonato de boxeo, Rocky Balboa (Sylvester Stallone), ahora un viudo sexagenario y con un hijo apático, decide volver a boxear por última vez en su vida. ¿La razón? Rocky conserva en el sótano de su espíritu una serie de esqueletos que desea sacar, para ello contara con el recuerdo de su amada difunta esposa.
Emotivo y sentimental film del hombre que llego a la cima de la fama y no perdió su humildad y sencillez. Recomiendo volver a ver “Rocky” (1976) por dos razones, primero podrá observar los cambios físicos de Sylvester Stallone, Burt Young y el boxeador argentino Pedro Lovel, y segundo hay unas historias y personajes que se remontan al primer film que les hará falta refrescar. Después de treinta años la historia original no pierde el encanto y lo demuestra cuando este film sigue atrayendo público.
La película tuvo un presupuesto de $24 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $156 millones, más $35 millones por la venta del DVD.
Emotivo y sentimental film del hombre que llego a la cima de la fama y no perdió su humildad y sencillez. Recomiendo volver a ver “Rocky” (1976) por dos razones, primero podrá observar los cambios físicos de Sylvester Stallone, Burt Young y el boxeador argentino Pedro Lovel, y segundo hay unas historias y personajes que se remontan al primer film que les hará falta refrescar. Después de treinta años la historia original no pierde el encanto y lo demuestra cuando este film sigue atrayendo público.
La película tuvo un presupuesto de $24 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $156 millones, más $35 millones por la venta del DVD.
27 de diciembre de 2011
27 de diciembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta película culmina un recorrido que he hecho por las seis entregas de Sylvester Stallone. También he leído bastantes críticas de otros usuarios de Filmaffinity, siendo divertido ver a quién le gusta tal o qué aborrecen de esta saga, tan encumbrada como defenestrada por muchos. Indudablemente, es muy complicado encontrar a alguien a quien no guste la primera, pero a partir de ahí, todo es negociable.
"Rocky Balboa" es el enésimo intento de dar un epílogo y carpetazo a la historia del Potro Italiano, con un tono crepuscular y más calles frías que favorecen a sus desventuras, Stallone no es un prodigio de la dirección, pero casi siempre es creíble como boxeador y permanece alejado del tono súper-heroico que le dio a otras entregas.
Algunos fijos como Burt Young siguen repitiendo, pero el gran acierto es que cuanto menos, Stallone tiene la honradez de darle a su público lo que quiere, son recurrentes las menciones a personajes que ya han abandonado la franquicia, como Apollo o el primer entrenador del púgil. Da la sensación de que se ha cerrado el círculo, aunque como dicen en "Padre de familia", corremos el riesgo de que Rocky se arriesgue a un último combate en el espacio exterior, a grito de: "Si no hay oxígeno para mí, tampoco lo habrá para él".
No obstante, comulgo bastante con Maldito Bastardo cuando escribe que la cinta aguanta con más dignidad de la que se podría suponer, incluso está a punto de convencerte de que una persona de esa edad podría volver a subir al ring a hacer lo que mejor sabe hacer.
Decía José Luis Garci que si alguien sabía lo que era el existencialismo eran los boxeadores, algo de razón llevaba, se tiene que estar muy solo entre esas cuatro esquinas. Y al final, casi siempre se abrazan...
Como muchos fans han abrazado a este icono de las películas de acción, no todas maravillosas, pero hay que reconocerle a Stallone y su equipo que han sabido crear un icono de la cultura pop. Como la Coca-Cola, la Tarta de Manzana, el último episodio de los Soprano, Rocky subiendo las escaleras... Made in America.
"Rocky Balboa" es el enésimo intento de dar un epílogo y carpetazo a la historia del Potro Italiano, con un tono crepuscular y más calles frías que favorecen a sus desventuras, Stallone no es un prodigio de la dirección, pero casi siempre es creíble como boxeador y permanece alejado del tono súper-heroico que le dio a otras entregas.
Algunos fijos como Burt Young siguen repitiendo, pero el gran acierto es que cuanto menos, Stallone tiene la honradez de darle a su público lo que quiere, son recurrentes las menciones a personajes que ya han abandonado la franquicia, como Apollo o el primer entrenador del púgil. Da la sensación de que se ha cerrado el círculo, aunque como dicen en "Padre de familia", corremos el riesgo de que Rocky se arriesgue a un último combate en el espacio exterior, a grito de: "Si no hay oxígeno para mí, tampoco lo habrá para él".
No obstante, comulgo bastante con Maldito Bastardo cuando escribe que la cinta aguanta con más dignidad de la que se podría suponer, incluso está a punto de convencerte de que una persona de esa edad podría volver a subir al ring a hacer lo que mejor sabe hacer.
Decía José Luis Garci que si alguien sabía lo que era el existencialismo eran los boxeadores, algo de razón llevaba, se tiene que estar muy solo entre esas cuatro esquinas. Y al final, casi siempre se abrazan...
Como muchos fans han abrazado a este icono de las películas de acción, no todas maravillosas, pero hay que reconocerle a Stallone y su equipo que han sabido crear un icono de la cultura pop. Como la Coca-Cola, la Tarta de Manzana, el último episodio de los Soprano, Rocky subiendo las escaleras... Made in America.
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