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El código enigma

Thriller. Drama Biopic sobre el matemático británico Alan Turing, famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis contenidos en la máquina Enigma, lo cual determinó el devenir de la II Guerra Mundial (1939-1945) en favor de los Aliados. Lejos de ser admirado como un héroe, Turing fue acusado y juzgado por su condición de homosexual en 1952. (FILMAFFINITY)
Críticas 256
Críticas ordenadas por utilidad
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6
15 de enero de 2015 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Imitation Game es una de esas películas donde el envolturio supera al contenido. Es decir, cuenta con una historia genial, unos actores de reparto en principio convincentes pero la dirección y el curso de la película es tan hueca y fría que te deja a medio gas.

Dividamos la película en tres partes.
Una primera parte que te capta, con toques de humor y un inusual personaje como Turing. Hasta aquí pasable aún dejando de lado algunos diálogos algo prefabricados.

Segunda parte y nudo de la película. Esta parte es la que irremediablemente desnuda el film hacia la mediocridad. Se centra en el enigma y es este quien desespera al espectador, pues el curso es lentísimo y no avanza. Encima los personajes de reparto quedan vacíos sin casi protagonismo, sumando a la pseudo pareja cuya relación es indiferente y una serie de flashback bastantes ridículos y cuetos. Por tanto al espectador no le queda otra cosa que entretenerse en la respuesta del dichoso enigma, pero claro este te acaba desesperando.

Llega la tercera parte y desenlace, y diría que es la mejor. Es aquí donde el protagonista explota sus sentimientos y el director nos quiere tocar el corazón con el dramatismo. Pero claro, qué pasa, que el drama que nos expone carece de cuerpo y queda realmente hueco, pues el comienzo y nudo de la película no deja de centrarse en el enigma y se olvida totalmente de los sentimientos.

Siendo objetivo le calificaría con un 7, pero sabiendo que la historia era realmente buena y ha sido desaprovechada de esta manera le daré un 6. Un saludo!
9
19 de enero de 2015 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me suele pasar que, cuando veo cualquier película de las nominadas a los parcializados y prejuiciosos Óscar, termino con sentimientos mezclados, algo así como que no dejo de reconocer que es una buena película, pero al mismo tiempo tengo la sensación de que no es para tanto. Con ese prejuicio en mente comencé a ver "The Imitation Game", pero en escasos treinta segundos me fui abajo y terminé por disfrutarla como pocas veces lo he hecho con alguna película. Mucho se debió a la banda sonora de Alexandre Desplat, con quien reconozco no ser imparcial en lo absoluto.
Las palabras de Alan Turing inician un periplo impecable sobre lo que debería ser regla dentro del cine: el uso impecable de la narración no lineal. El antes y el después del proyecto Enigma no se confunden en ningún momento. El montaje, la fotografía, el sonido - el tableteo de la máquina de Turing es inolvidable - y la música se conjugan para hacer del filme una obra excelente desde el punto de vista técnico.
Los actores: Benedict Cumberbatch en uno de los mejores papeles de su carrera - después de que la Academia pasara olímpicamente por alto su secundario en August: Osage County - no solo convence, sino que además nos arrastra intermitentemente de la sonrisa a la lágrima más de una vez. Su retrato del Turing de la Segunda Guerra Mundial es tal vez comparable al Forrest Gump de Tom Hanks, pero en mi opinión lo supera con creces. Keira Knightley, cuyo talento parece acrecentarse con la experiencia, es otro de esos personajes precisos hasta el milímetro. De los secundarios destacan el indefinible Mark Strong, verdaderamente camaleónico más allá de su sobriedad, y Matthew Goode, cuyos ocasionales estallidos de ira son el particular sello de su personaje en la película.
La historia de Alan Turing vs. Enigma: una de las mejores películas del año.
8
25 de enero de 2015 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este esplendido "The imitation game", su protagonista Benedict Cumberbatch se apropia con asombrosa facilidad del personaje y lo convierte en alguien vivo, real, un autentico ejercicio de interpretación donde la contención y los tics son los justos en función de la escena que corresponda. Y eso, en un biopic, es mas de la mitad del trabajo bien hecho. Porque ver "The imitation game" es no poder apartar los ojos de este actor. El resto del trabajo bien hecho consistiría en un guión solido (que lo tiene), una ambientación precisa (aquí es exquisita) y buen ritmo (también lo tiene). Pero es que -ademas- este biopic funciona sorprendentemente bien y no huele a rancio como los últimos biopics que han llegado a nuestras pantallas. "The imiation game" sabe coger lo que mejor funciona (la maquina enigma y todo cuanto la rodea) para hacer girar a los personaje en torno a esta espectacular excusa (mcguffin) y servirnos una excelente historia de mentes luchando contra mentes en un peculiar contexto político y social. La película habla mas sobre la complejidad del cerebro humano (en este caso del del matemático Turing) que sobre la complejidad de lo que hoy en día conocemos como computación o de la complejidad de la guerra y el espionaje. El retrato que hace Cumberbatch de Turing es tan poderoso que poco importa cuanto le rodea. Un perfecto biopic bien rodado, entretenido, magníficamente interpretado y que hará las delicias de los ávidos consumidores de biografías.
7
27 de enero de 2015 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considerado como uno de los padres de la Computación y la Informática Moderna, pocos saben quién fue Alan Turing, y menos aún, la importancia que tuvo para el cese de la II Guerra Mundial. Él fue el matemático responsable de descifrar los códigos secretos que la Alemania Nazi enviaba mediante la máquina Enigma. Su trabajo sirvió para evitar millones de muertes y terminar con la guerra dos años antes. Pero el Reino Unido no pudo devolverle la mano: fue procesado y sometido a castración química hasta terminar en su suicidio en 1954 por un motivo inaceptable ante la ley: ser homosexual.

Casi por necesidad, todos los meses de diciembre de cada año en Europa y los EEUU se estrenan películas de repartos corales, de dramas históricos potentes, generalmente basados en hechos reales y con algún papel protagónico que marque la carrera del actor, para ganarse el corazón de la Academia. Este es uno de esos casos y que, como es la tradición, termina siendo una película muy bien actuada, siendo su capacidad de conmover, hacer reír o emocionar, a partir de una historia bien contada, la vara para determinar si resulta una película sublime, excelente, muy buena o, simplemente, buena.

Morten Tyldum dirige “The Imitation Game” (El Código Enigma), adaptación del libro “Alan Turing: The Enigma” de Andrew Hodges, y sus ocho nominaciones a los próximos Premios Oscar no son casualidad. Benedict Cumberbatch (“Sherlock”, “12 Years A Slave”) protagoniza este biopic británico lleno de humanidad, retratando a un Turing arrogante y despectivo en lo profesional, pero con la certeza de que nació para cambiar el mundo. Su inventiva, su desfachatez y el amor por lo dejado atrás, le permitió convertirse en héroe de guerra, para acabar acusado y juzgado ante la ley y en el más absoluto anonimato.

Keira Knightley (“Los Piratas del Caribe”, “Begin Again”), Mark Strong (“Robin Hood”, “Mindscape”) y Matthew Goode (“Watchmen”, “Stoker”) completan el reparto de excepción de un filme elegante, de fácil lectura y que, situándonos en plena Guerra, nos habla con el corazón sobre la valentía de un hombre que sacrificó su vida por la humanidad. Si bien la cinta no esconde su oscarizada intención, nos regala una interpretación brillante de Cumberbatch, como un Turing vulnerable, introvertido y torpe para relacionarse socialmente, sin ser esto más que su arma y escudo por una vida que le obligó a silenciar su homosexualidad.

El trabajo de producción artística y ambientación, si bien está muy bien logrado, no es aprovechado de la mejor manera. Gran parte de las escenas y locaciones se desarrollan en interiores, por lo que la sensación de plena Guerra no es uno de los elementos imperantes para la aceptación del contexto de la cinta. Sin embargo, la sencillez del guion, debido fundamentalmente a la gran novela de Andrew Hodges, la hacen digerible para cualquier tipo de público, sin exigirnos demasiado, lo que finalmente permite poder disfrutar de las actuaciones y empatizar completamente con el protagonista, a pesar de su desvariado carácter.

Sin duda, el gran mensaje de la cinta, más allá del hecho real y la impresionante historia de Turing, termina siendo la eterna redención por la que el personaje lucha desde sus primeros días de infancia. Sentir la necesidad de demostrar todo el tiempo ser un igual, sabiendo de su prohibitiva sexualidad para la época, vivir con la culpa y ganarse el respeto del mundo que lo apunta en secreto, no para demostrarlo, sino para alcanzar esa esquiva felicidad y libertad emocional, es la piedra angular de una cinta que no oculta su real intención de contar esa historia y no otra.

Llama la atención los premios y la nominación al Oscar como Mejor Actriz de Reparto de Keira Knightley, que si bien está correcta y sabe darle la evolución necesaria a su personaje, no es ni por cerca un trabajo merecedor de algo tan importante, más aun existiendo una cantidad incontable de grandes actuaciones que varias féminas nos regalaron este 2014.

Un recorrido por la infancia de Alan Turing y su historia durante la Guerra, conducida dramáticamente de manera efectiva, musicalizada por Alexandre Desplat, adaptada con precisión, montada y ambientada sin excesos, y con un trabajo sobrecogedor de todo el reparto, hacen del filme una obra de visión necesaria que te quita el aliento y, por sobre todo, convence.


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www.elotrocine.cl
7
29 de enero de 2015 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Morten Tyldum (“Headhunters”) dirige este repaso a la vida de Alan Turing, un personaje decisivo en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y en la informática, y al mismo tiempo un canto a la diversidad, un homenaje a todos aquellos que se atreven a ser diferentes en una sociedad que casi nos obliga a ser todos iguales.

Me parece una película más que correcta, de bastante nivel, pero me hubiera gustado que fuera algo menos académica y más atrevida. Que fuera menos convencional, como el personaje que en ella se recrea. Alan Turing se merecía una película más arriesgada, diferente. Pero es todo lo contrario, formalmente impecable, excelentemente interpretada, sensacional puesta en escena, magnífica música, todo impecable. Pero ya digo, a mi juicio, demasiado impecable. Tyldum lo hace muy bien, pero va a lo seguro.

La historia es muy interesante, sin duda, y el interés se acrecienta por el hecho de tratarse de una historia real. A diferencia de otras películas de parecida temática, la condición de homosexual de Turing está tratada con total ausencia de morbo. Pese a ser algo muy importante (de hecho, es la causa de su arresto), la película lo enfoca de un modo en que todo queda sugerido, pero nada más, incluso en la única parte en que vemos a Turing enamorado, cuando era niño.

La estructura narrativa del film es un poco compleja porque mezcla tres tiempos (Turing en el colegio con su amigo Christopher, la época de la guerra, y cuando es detenido por la policía), a pesar de lo cual se sigue con mucha facilidad y no se hace engorrosa en ningún momento. Por cierto, el niño que interpreta a Turing en su época infantil está perfecto en su papel, un gran acierto.

El problema que veo yo para que la película no cale más hondo es que abarca tres etapas importantes en la vida de Turing pero no profundiza en ninguna. Si se hubiera centrado más en su vida como matemático, o en sus problemas personales con la homosexualidad, o incluso en el modo en que descifró la máquina Enigma, creo que habría estado mejor, habría llegado más. Pero quiere abarcarlo todo, y todo lo toca, pero se queda en la superficie. Yo creo que el personaje merecía más profundidad.

Y por no profundizar, tampoco profundiza absolutamente nada en cuanto a la máquina que Turing construye. Vemos ahí unas ruedecitas girando pero no nos explican nada, no sabemos como funciona. Supongo que a los espectadores con interés en el Turing científico les defraudará un poco este asunto.

A pesar de ello, el trabajo de Benedict Cumberbatch es tan magnífico que uno queda fascinado con el personaje de Alan Turing. Ya antes de ver la película yo tenía un gran concepto del señor Cumberbatch, un actor con una presencia en pantalla espectacular, una voz fantástica (los amantes del cine doblado nunca lo sabrán) y talento por arrobas, como deja claro en este film. Su interpretación es portentosa, te emociona, y a él le debe la película gran parte de su éxito.

Otra clave que hay que mencionar es la música. Corre a cargo del que para mí será un mito de las bandas sonoras cinematográficas, el francés Alexander Desplat. Música maravillosa, muy bien ensamblada en la película, y con serias opciones a ganar el Oscar. Por cierto, que este año Desplat está doblemente nominado a la mejor banda sonora, por ésta y por “El gran hotel Budapest”.

Aparte de Cumberbatch, el resto de intérpretes también están a buen nivel. Tenemos a Keira Knightley (solo por verla ya me sale barata la entrada), Mark Strong (siempre sólido), Charles Dance (Tywin Lannister en “Juego de tronos”), Matthew Goode (“Stoker”) y Allen Leech (el chófer irlandés de “Downton Abbey”).

“The imitation game” es una película altamente recomendable, no es la película del año, pero merece mucho la pena verla

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