Carol
7.0
23,112
Romance. Drama
Nueva York, años 50. Therese Belivet (Rooney Mara), una joven dependienta de una tienda de Manhattan que sueña con una vida mejor, conoce un día a Carol Aird (Cate Blanchett), una mujer elegante y sofisticada que se encuentra atrapada en un matrimonio infeliz. Entre ellas surge una atracción inmediata, cada vez más intensa y profunda, que cambiará sus vidas para siempre. (FILMAFFINITY)
8 de agosto de 2016
8 de agosto de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1952 una tal Claire Morgan publicó la novela "El precio de la sal", a pesar de su tema homosexual entre mujeres en la conservadora sociedad de los años 50 norteamericana. Y además se permitía el lujo de un final feliz para ambas mujeres ahuyentando la posibilidad de una condena moral.
Treinta y siete años después se volvió a publicar. Esta vez con el título de "Carol" y con el autentico nombre de su autora, la ya por entonces consagrada novelista texana afincada en Nueva York, Patricia Highsmith que había saltado a la fama con la versión que realizó Alfred Hitchcock de su novela "Extraños en un tren".
Partiendo de su propia experiencia homosexual y de un hecho real con el que arranca la película, Highsmith construyó esta historia de amor y crítica social que se convirtió en un clásico de la literatura no solo homosexual.
Con tan brillante material Todd Haynes como ya hizo rememorando a Douglas Sirk en "Lejos del cielo" (2002) y la serie para televisión "Mildred Pierce" (2011) talla una joya exquisita y elegante donde, como se ha dicho no parece faltar ni sobrar nada en una composición de época donde su habitual director de fotografía Edward Lachman se vuelve a lucir con la paleta de colores al igual que los responsables de la dirección artística y el vestuario. Apartados en los que el cine inglés siempre ha destacado.
La hermosa y complicada historia de amor (Carol está casada y con una hija, Therese es mucho más joven) en la puritana y machista sociedad de los años 50, trufada de leyes discriminatorias hacia la mujer, se desarrolla con una intensidad y tensión sexual contenida que se trasluce maravillosamente en sus actrices protagonistas, dejando que el espectador imagine y sienta el calvario y la pasión interior así como las dudas existenciales de dos mujeres de diferentes capas sociales.
Blanchett hace tiempo que está por encima del bien y del mal y es un expreso imparable que batirá todos los récords. Rooney Mara hace una composición memorable de un personaje en las antípodas estéticas de su Lisbeth Salander, con ese look que no deja de recordarnos a Audrey Hepburn y cuyo personaje Therese se me ocurre que bien podía ser la abuela de la que Salander hubiese heredado su particular personalidad.
No he visto reflejado en ningún comentario el "abuso" de planos en los que las dos mujeres son observadas a través de diferentes cristales (ventanillas, de coches, escaparates, ventanas...). A la fuerza debe ser intencionado. A un servidor le sugiere desde el respeto a la propia intimidad de los personajes a una metáfora sobre bellos peces en hermosos acuarios más para ser observados que no dejan de estar encerrados y limitados en su libertad.
Treinta y siete años después se volvió a publicar. Esta vez con el título de "Carol" y con el autentico nombre de su autora, la ya por entonces consagrada novelista texana afincada en Nueva York, Patricia Highsmith que había saltado a la fama con la versión que realizó Alfred Hitchcock de su novela "Extraños en un tren".
Partiendo de su propia experiencia homosexual y de un hecho real con el que arranca la película, Highsmith construyó esta historia de amor y crítica social que se convirtió en un clásico de la literatura no solo homosexual.
Con tan brillante material Todd Haynes como ya hizo rememorando a Douglas Sirk en "Lejos del cielo" (2002) y la serie para televisión "Mildred Pierce" (2011) talla una joya exquisita y elegante donde, como se ha dicho no parece faltar ni sobrar nada en una composición de época donde su habitual director de fotografía Edward Lachman se vuelve a lucir con la paleta de colores al igual que los responsables de la dirección artística y el vestuario. Apartados en los que el cine inglés siempre ha destacado.
La hermosa y complicada historia de amor (Carol está casada y con una hija, Therese es mucho más joven) en la puritana y machista sociedad de los años 50, trufada de leyes discriminatorias hacia la mujer, se desarrolla con una intensidad y tensión sexual contenida que se trasluce maravillosamente en sus actrices protagonistas, dejando que el espectador imagine y sienta el calvario y la pasión interior así como las dudas existenciales de dos mujeres de diferentes capas sociales.
Blanchett hace tiempo que está por encima del bien y del mal y es un expreso imparable que batirá todos los récords. Rooney Mara hace una composición memorable de un personaje en las antípodas estéticas de su Lisbeth Salander, con ese look que no deja de recordarnos a Audrey Hepburn y cuyo personaje Therese se me ocurre que bien podía ser la abuela de la que Salander hubiese heredado su particular personalidad.
No he visto reflejado en ningún comentario el "abuso" de planos en los que las dos mujeres son observadas a través de diferentes cristales (ventanillas, de coches, escaparates, ventanas...). A la fuerza debe ser intencionado. A un servidor le sugiere desde el respeto a la propia intimidad de los personajes a una metáfora sobre bellos peces en hermosos acuarios más para ser observados que no dejan de estar encerrados y limitados en su libertad.
24 de agosto de 2020
24 de agosto de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la novela homónima, publicada en los 50 con seudónimo por la gran escritora Patricia Highsmith, cuyas obras han sido tantas veces llevadas al cine, y levemente autobiográfica, esta estupenda película ambientada en esa época fue una de las destacadas en la cosecha de 2015, donde obtuvo muy buena acogida de crítica y público y seis nominaciones sin suerte a los Oscars (las dos protagonistas, el guion adaptado de Phyllis Nagy, música, fotografía y vestuario) además de muchísimos otros reconocimientos.
El californiano Todd Haynes ("Lejos del cielo"), siempre elegante, entrega una película de factura impecable, pero también interesante por su contenido, al reflejar con tanta precisión como sutileza la sociedad de la época, apoyado en el excelente trabajo de las dos grandísimas actrices, que se meten a fondo en sus papeles, y los bordan, empleando sus miradas y expresiones, fenomenalmente fotografiadas, como un elemento verdaderamente básico de la muy recomendable cinta.
El californiano Todd Haynes ("Lejos del cielo"), siempre elegante, entrega una película de factura impecable, pero también interesante por su contenido, al reflejar con tanta precisión como sutileza la sociedad de la época, apoyado en el excelente trabajo de las dos grandísimas actrices, que se meten a fondo en sus papeles, y los bordan, empleando sus miradas y expresiones, fenomenalmente fotografiadas, como un elemento verdaderamente básico de la muy recomendable cinta.
15 de octubre de 2020
15 de octubre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay pocos peros en esta película, uno de ellos que se hace bastante larga y hay escenas que no aportan absolutamente nada. Pero está bien interpretada, filmada, narrada...con una elegante puesta en escena y banda sonora.
Soy consciente de que los peros son míos, de mi cosecha propia.
Cate Blanchett y Rooney Mara están perfectas las dos en sus papeles. Son creíbles. Pero es que no me interesan. No me aporta nada esta historia. Me falta algo. Para ser una historia de amor creo que le falta más amor, más pasión. Para ser una historia en la que una señora casada y con un hijo lucha por su libertad como mujer homosexual (en esos tiempos estaba muy mal visto), pues vale, bien, pero salvo la escena hacia el final de la película con los abogados, donde Cate Blanchett se marca un espectacular monólogo, todo lo demás es como decir: vale, bien, esto ya lo he visto más veces, pero con más pasión e intensidad. No me estás aportando nada nuevo. Así que Carol me deja fría, como creo que es su personaje, muchas veces me daban ganas de decirles a las dos que espabilaran un poco, que le pusieran más brío al asunto. Pero no hay desenfreno. Apenas hay emoción. Y esos son mis peros. Seguramente el director no buscaba hacer una película como la que iba yo buscando.
Soy consciente de que los peros son míos, de mi cosecha propia.
Cate Blanchett y Rooney Mara están perfectas las dos en sus papeles. Son creíbles. Pero es que no me interesan. No me aporta nada esta historia. Me falta algo. Para ser una historia de amor creo que le falta más amor, más pasión. Para ser una historia en la que una señora casada y con un hijo lucha por su libertad como mujer homosexual (en esos tiempos estaba muy mal visto), pues vale, bien, pero salvo la escena hacia el final de la película con los abogados, donde Cate Blanchett se marca un espectacular monólogo, todo lo demás es como decir: vale, bien, esto ya lo he visto más veces, pero con más pasión e intensidad. No me estás aportando nada nuevo. Así que Carol me deja fría, como creo que es su personaje, muchas veces me daban ganas de decirles a las dos que espabilaran un poco, que le pusieran más brío al asunto. Pero no hay desenfreno. Apenas hay emoción. Y esos son mis peros. Seguramente el director no buscaba hacer una película como la que iba yo buscando.
29 de enero de 2016
29 de enero de 2016
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta crítica es expresamente parcializada. Por qué? Porque estoy cansado de las películas románticas vacías de diálogos, vacías de momentos, vacías de escenas que nos permitan recolectar el por qué del amor entre los protagonistas. Estoy cansado de las transiciones en las que los actores simulan hablar con música de fondo. Son dos horas de cinta, ¿es mucho pedir un guión para llenar dos horas de conversación?
Las actrices están correctas. Son buenas actrices, Kate Mara me recuerda la inocencia gestual de Wynona Ryder. Kate Blanchett está fría. No alcanza. Sus besos me aparecen secos, vejados (spolier: sí, se besan). Y no funciona.
Es una película pasable. Inmerecedora, al menos para mi, de todas las nominaciones de Blanchett a mejor actriz principal.
Musicalmente también es adecuada, el clima de época es casi imperceptible y roza la anécdota.
El film en general terminó resultándome conservador para esta segunda década del segundo milenio en la que vivo. Eróticamente insípido e ideológicamente raso.
Las actrices están correctas. Son buenas actrices, Kate Mara me recuerda la inocencia gestual de Wynona Ryder. Kate Blanchett está fría. No alcanza. Sus besos me aparecen secos, vejados (spolier: sí, se besan). Y no funciona.
Es una película pasable. Inmerecedora, al menos para mi, de todas las nominaciones de Blanchett a mejor actriz principal.
Musicalmente también es adecuada, el clima de época es casi imperceptible y roza la anécdota.
El film en general terminó resultándome conservador para esta segunda década del segundo milenio en la que vivo. Eróticamente insípido e ideológicamente raso.
6 de enero de 2016
6 de enero de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este filme narra la historia de amor entre Carol (Cate Blanchet) y Therese (Rooney Mara). Hasta ahí de lo que va el asunto. Ahora al entrar en el ser humano, se encuentra (sea usted o no homofóbico), lo difícil que es enfrentar realidades cuando se habla (entre valentía e inocencia) sobre el amor entre el mismo sexo.
Empecemos por ponderar el vocablo “tolerancia”, aunque a mi juicio el filme se ahoga en las formas de ver y afrontar la vida, sobre todo en una época donde el lesbianismo, era un asunto fatal. ¿Qué quiero decir? Que sin mucha insinuación erótica, el relato nos muestra la opresión de un sentimiento, sin dejar totalmente de lado otros aspectos de vida en concordancia con mi propia realidad sexual.
Sobre la realidad homosexual entre seres humanos, no se debe cuestionar las artimañas para acercarse al ser que se desea, sino más bien, reflexionar sobre la libertad de cada quien, de hacer de su vida, un mar de felicidad. Por mi parte siendo heterosexual, observo en el filme y en su último tercio: Una carga de los intríngulis sobre las reglas difíciles de dejar a un lado, cuando la moralidad de los demás a veces te cuestiona (sobre todo cuando hay hijos de por medio). Al menos esa es la ideología del filme, apoyada por unos y desechada por otros.
Gonzalo Restrepo Sánchez
Visite: www.elcinesinirmaslejos.com
Empecemos por ponderar el vocablo “tolerancia”, aunque a mi juicio el filme se ahoga en las formas de ver y afrontar la vida, sobre todo en una época donde el lesbianismo, era un asunto fatal. ¿Qué quiero decir? Que sin mucha insinuación erótica, el relato nos muestra la opresión de un sentimiento, sin dejar totalmente de lado otros aspectos de vida en concordancia con mi propia realidad sexual.
Sobre la realidad homosexual entre seres humanos, no se debe cuestionar las artimañas para acercarse al ser que se desea, sino más bien, reflexionar sobre la libertad de cada quien, de hacer de su vida, un mar de felicidad. Por mi parte siendo heterosexual, observo en el filme y en su último tercio: Una carga de los intríngulis sobre las reglas difíciles de dejar a un lado, cuando la moralidad de los demás a veces te cuestiona (sobre todo cuando hay hijos de por medio). Al menos esa es la ideología del filme, apoyada por unos y desechada por otros.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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