Éxodo: Dioses y Reyes
2014 

5.2
23,632
7 de diciembre de 2014
7 de diciembre de 2014
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene que ser la hostia ser judío. O musulmán. Creer en Cristo Salvador… o en Pablo Iglesias salvador. Acudir cada domingo a una misa nacional-madridista. En el estadio o el bar. O ser ateo practicante, esa raza porqueyolovalguista, o creer que la tecnología nos hará libres, o la ciencia, o la madre que los parió. Creer en algo, formar parte de algo más grande que uno mismo. Inmenso, eterno. Que dios esté de tu lado, sea quien sea y juegue en el equipo que juegue. Tener la certeza de que molas más que el otro, porque en lo que crees es cierto, porque lo dicen los tuyos, tu dios o tu tuitero estrella. Sí, tiene que ser la hostia creer, tener fe. Coger a un faraón del brazo y soltarle: “No ha muerto ningún hebreo, mi dios la tiene más grande que el tuyo, y lo sabes”.
(...)
Últimamente se hace difícil hasta creer también, en el cine, o en cualquier expresión artística, devorada por la maquinaria comercial, por la búsqueda del rendimiento material. Y es que uno se cansa también de esperar en la esquina a Ridley Scott, cheira en mano. Ya lo dijimos hablando de El Consejero, el bueno de Ridley es un juventicida, puso fin a la juventud de muchos espectadores el día que estrenó Prometheus. Pero ya pasó, perdonamos y olvidamos. Qué otra cosa podemos hacer, no somos judíos.
(...)
He oído por ahí que si esta película la coge Steven Spielberg o Peter Jackson, lo borda. Hay mucho cachondo. Si la coge el primero, yo ni voy, no quiero saber nada del chantajista emocional más grande de la historia del cine. Por muy judío que sea. Curiosamente aquí tenemos a Steven Zaillian, guionista de La lista de Schindler. Zaillian parece el principal responsable de que este guión no se hunda en las aguas embravecidas de la playa del Cofete. No ofrece enjundia suficiente para pasar horas de discusión teológica, pero no trata al espectador como si fuese un niño grande.
La primera mitad de metraje es muy efectiva. Los diálogos son, a menudo, certeros y con importantes carga de profundidad. No solo reflexiona sobre dioses y faraones. Trata sobre esclavitud, revolución, dignidad. Y también sobre penitencia y fe, claro. El hecho de que esta primera parte de la película apueste por la palabra y no por los molestos estruendos digitales es un punto a su favor.
La reflexión sobre el origen y la historia del pueblo hebreo y el judaísmo deja interesantes reflexiones, algunas de ellas también críticas, lo cual es de valorar viniendo de donde viene… «Yo soy Dios», dice el faraón, mientras al otro lado del río se oye: «No, no, yo soy Dios… Y mi mujer también». Si escarbamos un poco en el mensaje y el trasfondo de la película, nos podemos divertir debatiendo.
Pero para la segunda parte de Exodus quedan las plagas… La cinta decae un poco cuando perdemos de vista a Bale y Edgerton, ambos notables en sus respectivos papeles. Llegan los esperados efectos especiales. Parece que muchos espectadores fueron al cine para ver a Moisés abrir las aguas. ¿Dónde están los millones de dólares, Ridley? ¿Te los gastaste en el helicóptero con el que cruzabas Jandía? Se supone que un blockbuster debe ser un espectáculo visual. Pues bien, en mi caso, Exodus me parece estupenda desde un punto de vista formal. Pero algunos espectadores igual querían que las aguas inundasen la sala de cine. No sé, yo no voy al cine a sufrir (solo) un chute sensorial, ni tampoco a jugar a la PlayStation…
Exodus no es la película del milenio. Está lejos de las grandes cintas de Ridley Scott, casi no hace falta ni decirlo… Pero ofrece dos horas y media entretenidas, por momentos sustanciosas a nivel de contenido, guiadas por el oficio del director británico, el digno guión de Zaillian y compañía, y dos actores en estado de gracia. Creo que hoy en día no se puede pedir mucho más a una superproducción hollywoodiense. Es lo que tiene ser un escéptico recalcitrante y victimista, no creo ni en la Meca del cine… Aunque ahora que lo pienso, soy victimista, soy un poco judío, voy a repasar la Torah…
Lo Mejor: Buena parte de los diálogos. No es una película superficial, ofrece algunos elementos de debate muy interesantes. El aspecto formal. Bale y Edgerton. Bale, angustiado, esperando la respuesta divina tras un risco: «¿I’m lost».
Lo Peor: Secundarios-florero. Algunas fallas en el ritmo narrativo en la segunda fase de la película. El niño Dios no me convence.. Pasarte la eternidad recordando que fuiste un pueblo perseguido y que tu dios mola más, es más viejo y más agresivo que el de los otros. «¿Qué pasará cuando dejemos de huir?» Pues lo que pasa ahora. Pero lo peor de todo, con diferencia, es querer (creer) y no poder.
[crítica de david rubio publicada en alucine.es]
(...)
Últimamente se hace difícil hasta creer también, en el cine, o en cualquier expresión artística, devorada por la maquinaria comercial, por la búsqueda del rendimiento material. Y es que uno se cansa también de esperar en la esquina a Ridley Scott, cheira en mano. Ya lo dijimos hablando de El Consejero, el bueno de Ridley es un juventicida, puso fin a la juventud de muchos espectadores el día que estrenó Prometheus. Pero ya pasó, perdonamos y olvidamos. Qué otra cosa podemos hacer, no somos judíos.
(...)
He oído por ahí que si esta película la coge Steven Spielberg o Peter Jackson, lo borda. Hay mucho cachondo. Si la coge el primero, yo ni voy, no quiero saber nada del chantajista emocional más grande de la historia del cine. Por muy judío que sea. Curiosamente aquí tenemos a Steven Zaillian, guionista de La lista de Schindler. Zaillian parece el principal responsable de que este guión no se hunda en las aguas embravecidas de la playa del Cofete. No ofrece enjundia suficiente para pasar horas de discusión teológica, pero no trata al espectador como si fuese un niño grande.
La primera mitad de metraje es muy efectiva. Los diálogos son, a menudo, certeros y con importantes carga de profundidad. No solo reflexiona sobre dioses y faraones. Trata sobre esclavitud, revolución, dignidad. Y también sobre penitencia y fe, claro. El hecho de que esta primera parte de la película apueste por la palabra y no por los molestos estruendos digitales es un punto a su favor.
La reflexión sobre el origen y la historia del pueblo hebreo y el judaísmo deja interesantes reflexiones, algunas de ellas también críticas, lo cual es de valorar viniendo de donde viene… «Yo soy Dios», dice el faraón, mientras al otro lado del río se oye: «No, no, yo soy Dios… Y mi mujer también». Si escarbamos un poco en el mensaje y el trasfondo de la película, nos podemos divertir debatiendo.
Pero para la segunda parte de Exodus quedan las plagas… La cinta decae un poco cuando perdemos de vista a Bale y Edgerton, ambos notables en sus respectivos papeles. Llegan los esperados efectos especiales. Parece que muchos espectadores fueron al cine para ver a Moisés abrir las aguas. ¿Dónde están los millones de dólares, Ridley? ¿Te los gastaste en el helicóptero con el que cruzabas Jandía? Se supone que un blockbuster debe ser un espectáculo visual. Pues bien, en mi caso, Exodus me parece estupenda desde un punto de vista formal. Pero algunos espectadores igual querían que las aguas inundasen la sala de cine. No sé, yo no voy al cine a sufrir (solo) un chute sensorial, ni tampoco a jugar a la PlayStation…
Exodus no es la película del milenio. Está lejos de las grandes cintas de Ridley Scott, casi no hace falta ni decirlo… Pero ofrece dos horas y media entretenidas, por momentos sustanciosas a nivel de contenido, guiadas por el oficio del director británico, el digno guión de Zaillian y compañía, y dos actores en estado de gracia. Creo que hoy en día no se puede pedir mucho más a una superproducción hollywoodiense. Es lo que tiene ser un escéptico recalcitrante y victimista, no creo ni en la Meca del cine… Aunque ahora que lo pienso, soy victimista, soy un poco judío, voy a repasar la Torah…
Lo Mejor: Buena parte de los diálogos. No es una película superficial, ofrece algunos elementos de debate muy interesantes. El aspecto formal. Bale y Edgerton. Bale, angustiado, esperando la respuesta divina tras un risco: «¿I’m lost».
Lo Peor: Secundarios-florero. Algunas fallas en el ritmo narrativo en la segunda fase de la película. El niño Dios no me convence.. Pasarte la eternidad recordando que fuiste un pueblo perseguido y que tu dios mola más, es más viejo y más agresivo que el de los otros. «¿Qué pasará cuando dejemos de huir?» Pues lo que pasa ahora. Pero lo peor de todo, con diferencia, es querer (creer) y no poder.
[crítica de david rubio publicada en alucine.es]
6 de diciembre de 2014
6 de diciembre de 2014
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ridley Scott vuelve a ponerse detrás de cámaras para ofrecernos otra película de proporciones épicas, como ya lo logró con Black Hawk Down, Gladiator o Kingdom of Heaven. Su filmografía va desde hechos históricos que transcurrieron hace miles de años hasta el futuro, y Ridley Scott muestra tener pulso firme en ambos lados.
Su dirección en esta película es muy sólida. Logrando grandes escenas de acción, combinados con excelentes efectos especiales que logran recrear el antiguo Egipto a la perfección y unas interpretaciones de sus dos actores principales muy buenas. Chrsitian Bale vuelve a deslumbrarnos como ya lo había logrado en muchas películas anteriormente y Joel Edgerton sorprende haciendo el papel del malvado hermano de Moisés, Ramsés. Los secundarios no tienen mucho peso en la película, algunos como Sigourney Weaver aparecen como un cameo, pero aunque el resto de secundarios como Ben Kingsley, Aaron Paul y John Turturro aparecen un poco mas no logran destacar por sus interpretaciones ni desentonar.
El guión está bien realizado aunque tiene algunos agujeros, pero frente a un film tan potente es sencillo de ignorar esos fallos.
Alberto Iglesias se encarga de la banda sonora que es muy correcta, ayudando al film en vez de desequilibrarlo. También vale nombrar que el vestuario en excelente.
Su dirección en esta película es muy sólida. Logrando grandes escenas de acción, combinados con excelentes efectos especiales que logran recrear el antiguo Egipto a la perfección y unas interpretaciones de sus dos actores principales muy buenas. Chrsitian Bale vuelve a deslumbrarnos como ya lo había logrado en muchas películas anteriormente y Joel Edgerton sorprende haciendo el papel del malvado hermano de Moisés, Ramsés. Los secundarios no tienen mucho peso en la película, algunos como Sigourney Weaver aparecen como un cameo, pero aunque el resto de secundarios como Ben Kingsley, Aaron Paul y John Turturro aparecen un poco mas no logran destacar por sus interpretaciones ni desentonar.
El guión está bien realizado aunque tiene algunos agujeros, pero frente a un film tan potente es sencillo de ignorar esos fallos.
Alberto Iglesias se encarga de la banda sonora que es muy correcta, ayudando al film en vez de desequilibrarlo. También vale nombrar que el vestuario en excelente.
15 de diciembre de 2014
15 de diciembre de 2014
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película en sí no es mala, ni aburrida, ni de inferior calidad que otras anteriores al mismo tema de los últimos tiempos. Quizás en esta ocasión los críticos han sido demasiado críticos con la cinta. Para el publico GENERAL la película no sera aburrida, pero si algo larga, aunque es necesaria para contar una historia tan extensa. Yo la recomiendo en los siguientes casos:
a) Que quieras pasar un buen rato con cine de espectáculo en todo su esplendor, sobre todo la parte final.
b) Amantes de las películas históricas.
c) Amantes de la cultura egipcia.
d) A los que vieron las versiones antiguas de esta historia.
e) Fans de Ridley Scott y Christian Bale.
Me ha llamado la atención de esta:
- La recreación de Egipto.
- El modo de introducir las plagas. ( Muy sutiles y espectaculares)
- La escena del Mar Rojo IMPRESIONANTE.
Cosas que no me han gustado:
- La música tiene momentos flojos.
- La primera batalla, aunque espectacular, sé que la podian haber alargado y hecho muchísimo más espectacular.
- Algunas escenas flojas en intensidad y diálogos mejorables.
- La forma en que conoce a su mujer. Un poco apresurada. Pero ciertamente atendible para no alargar minutos.
- Que se dañe la nota de la película al estar firmada por Ridley del que siempre se espera más.
CONCLUSIONES:
Si la ves en el cine, no te defraudará. Se merece mejor nota. No se puede juzgar negativamente a toda la película por los méritos pasado del director.
a) Que quieras pasar un buen rato con cine de espectáculo en todo su esplendor, sobre todo la parte final.
b) Amantes de las películas históricas.
c) Amantes de la cultura egipcia.
d) A los que vieron las versiones antiguas de esta historia.
e) Fans de Ridley Scott y Christian Bale.
Me ha llamado la atención de esta:
- La recreación de Egipto.
- El modo de introducir las plagas. ( Muy sutiles y espectaculares)
- La escena del Mar Rojo IMPRESIONANTE.
Cosas que no me han gustado:
- La música tiene momentos flojos.
- La primera batalla, aunque espectacular, sé que la podian haber alargado y hecho muchísimo más espectacular.
- Algunas escenas flojas en intensidad y diálogos mejorables.
- La forma en que conoce a su mujer. Un poco apresurada. Pero ciertamente atendible para no alargar minutos.
- Que se dañe la nota de la película al estar firmada por Ridley del que siempre se espera más.
CONCLUSIONES:
Si la ves en el cine, no te defraudará. Se merece mejor nota. No se puede juzgar negativamente a toda la película por los méritos pasado del director.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mejor vela tu mismo ;) pero te diré que el Dios que muestran no es todo amor y perdón.
11 de marzo de 2015
11 de marzo de 2015
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias Ridley. Gracias por abordar esta historia "celestial" desde el prisma más mundano. "Exodus: Dioses y Reyes" trata sobre la tan sabida historia de Moisés y la liberación del pueblo judío del yugo egipcio.
Es siempre un reto para un director enfrentarse a una guión cuyo planteamiento, nudo y desenlace es conocido por la mayoría del espectador, pero aquí Ridley Scott sabe sortear el molesto obstáculo con una maestría impresionante.
La fuerza de esta película gira en torno al protagonista y a la deliciosa transformación que el director hace sobre el famoso personaje bíblico. Scott nos presenta en los primeros metrajes del filme a un Moisés soldado, estratega militar y líder en el campo de batalla. Desde este planteamiento "Exodus" ya choca con todo lo idílico de la historia que siempre se nos ha contado. Pues, en realidad es lógico. Qué mejor para liberar a un pueblo oprimido que un líder militar. Un cabecilla que adiestre y organice al pueblo hebreo, sumido en la penumbra de la esclavitud y sin capacidad de alzar la mirada hacia un futuro diferente.
Moisés es el encargado y la persona idónea. Criado en el seno del Imperio Egipcio es conocedor de todo su funcionamiento, tanto militar como social, y sus raíces hebreas lo hacen aún más atractivo para el cargo.
El objetivo ahora es llevar acabo la revolución con la lucha armada. Los hebreos son un pueblo sin moral ni confianza, pero cuentan con un capital humano considerable. Con las nociones tácticas y el adiestramiento en la guerra de guerrillas, Moisés crea un grupo terrorista armado para lograr la independencia de su pueblo. Se suceden los atentados y las exigencias de liberación, pues obviamente la confrontación cara a cara no es posible dada la magnitud del ejército egipcio.
En la segunda parte de la película entra en juego "lo divino", pero con una delicadeza propia de pianista. Scott se aleja visiblemente de los escritos bíblicos y quiere hacer notar que pasa a apoyarse en las diferentes teorías científicas (a las que pone vida en el cuerpecillo del científico "loco" del consejo) que hoy en día existen sobre las plagas que asolaron Egipto. El despligue visual de las plagas es de 10 y la charlas y encontronazos entre "Dios" y su "general" son otro detalle que hacen que esta película se desmarque de las demás, dentro de lo complicado que resulta esta tarea para una historia tantas veces contada y representada.
Es siempre un reto para un director enfrentarse a una guión cuyo planteamiento, nudo y desenlace es conocido por la mayoría del espectador, pero aquí Ridley Scott sabe sortear el molesto obstáculo con una maestría impresionante.
La fuerza de esta película gira en torno al protagonista y a la deliciosa transformación que el director hace sobre el famoso personaje bíblico. Scott nos presenta en los primeros metrajes del filme a un Moisés soldado, estratega militar y líder en el campo de batalla. Desde este planteamiento "Exodus" ya choca con todo lo idílico de la historia que siempre se nos ha contado. Pues, en realidad es lógico. Qué mejor para liberar a un pueblo oprimido que un líder militar. Un cabecilla que adiestre y organice al pueblo hebreo, sumido en la penumbra de la esclavitud y sin capacidad de alzar la mirada hacia un futuro diferente.
Moisés es el encargado y la persona idónea. Criado en el seno del Imperio Egipcio es conocedor de todo su funcionamiento, tanto militar como social, y sus raíces hebreas lo hacen aún más atractivo para el cargo.
El objetivo ahora es llevar acabo la revolución con la lucha armada. Los hebreos son un pueblo sin moral ni confianza, pero cuentan con un capital humano considerable. Con las nociones tácticas y el adiestramiento en la guerra de guerrillas, Moisés crea un grupo terrorista armado para lograr la independencia de su pueblo. Se suceden los atentados y las exigencias de liberación, pues obviamente la confrontación cara a cara no es posible dada la magnitud del ejército egipcio.
En la segunda parte de la película entra en juego "lo divino", pero con una delicadeza propia de pianista. Scott se aleja visiblemente de los escritos bíblicos y quiere hacer notar que pasa a apoyarse en las diferentes teorías científicas (a las que pone vida en el cuerpecillo del científico "loco" del consejo) que hoy en día existen sobre las plagas que asolaron Egipto. El despligue visual de las plagas es de 10 y la charlas y encontronazos entre "Dios" y su "general" son otro detalle que hacen que esta película se desmarque de las demás, dentro de lo complicado que resulta esta tarea para una historia tantas veces contada y representada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Gracias Ridley. Gracias por abordar esta historia "celestial" desde el prisma más mundano. "Exodus: Dioses y Reyes" trata sobre la tan sabida historia de Moisés y la liberación del pueblo judío del yugo egipcio.
Es siempre un reto para un director enfrentarse a una guión cuyo planteamiento, nudo y desenlace es conocido por la mayoría del espectador, pero aquí Ridley Scott sabe sortear el molesto obstáculo con una maestría impresionante.
La fuerza de esta película gira en torno al protagonista y a la deliciosa transformación que el director hace sobre el famoso personaje bíblico. Scott nos presenta en los primeros metrajes del filme a un Moisés soldado, estratega militar y líder en el campo de batalla. Desde este planteamiento "Exodus" ya choca con todo lo idílico de la historia que siempre se nos ha contado. Pues, en realidad es lógico. Qué mejor para liberar a un pueblo oprimido que un líder militar. Un cabecilla que adiestre y organice al pueblo hebreo, sumido en la penumbra de la esclavitud y sin capacidad de alzar la mirada hacia un futuro diferente.
Moisés es el encargado y la persona idónea. Criado en el seno del Imperio Egipcio es conocedor de todo su funcionamiento, tanto militar como social, y sus raíces hebreas lo hacen aún más atractivo para el cargo.
El objetivo ahora es llevar acabo la revolución con la lucha armada. Los hebreos son un pueblo sin moral ni confianza, pero cuentan con un capital humano considerable. Con las nociones tácticas y el adiestramiento en la guerra de guerrillas, Moisés crea un grupo terrorista armado para lograr la independencia de su pueblo. Se suceden los atentados y las exigencias de liberación, pues obviamente la confrontación cara a cara no es posible dada la magnitud del ejército egipcio.
En la segunda parte de la película entra en juego "lo divino", pero con una delicadeza propia de pianista. Scott se aleja visiblemente de los escritos bíblicos y quiere hacer notar que pasa a apoyarse en las diferentes teorías científicas (a las que pone vida en el cuerpecillo del científico "loco" del consejo) que hoy en día existen sobre las plagas que asolaron Egipto. El despligue visual de las plagas es de 10 y la charlas y encontronazos entre "Dios" y su "general" son otro detalle que hacen que esta película se desmarque de las demás, dentro de lo complicado que resulta esta tarea para una historia tantas veces contada y representada.
Es siempre un reto para un director enfrentarse a una guión cuyo planteamiento, nudo y desenlace es conocido por la mayoría del espectador, pero aquí Ridley Scott sabe sortear el molesto obstáculo con una maestría impresionante.
La fuerza de esta película gira en torno al protagonista y a la deliciosa transformación que el director hace sobre el famoso personaje bíblico. Scott nos presenta en los primeros metrajes del filme a un Moisés soldado, estratega militar y líder en el campo de batalla. Desde este planteamiento "Exodus" ya choca con todo lo idílico de la historia que siempre se nos ha contado. Pues, en realidad es lógico. Qué mejor para liberar a un pueblo oprimido que un líder militar. Un cabecilla que adiestre y organice al pueblo hebreo, sumido en la penumbra de la esclavitud y sin capacidad de alzar la mirada hacia un futuro diferente.
Moisés es el encargado y la persona idónea. Criado en el seno del Imperio Egipcio es conocedor de todo su funcionamiento, tanto militar como social, y sus raíces hebreas lo hacen aún más atractivo para el cargo.
El objetivo ahora es llevar acabo la revolución con la lucha armada. Los hebreos son un pueblo sin moral ni confianza, pero cuentan con un capital humano considerable. Con las nociones tácticas y el adiestramiento en la guerra de guerrillas, Moisés crea un grupo terrorista armado para lograr la independencia de su pueblo. Se suceden los atentados y las exigencias de liberación, pues obviamente la confrontación cara a cara no es posible dada la magnitud del ejército egipcio.
En la segunda parte de la película entra en juego "lo divino", pero con una delicadeza propia de pianista. Scott se aleja visiblemente de los escritos bíblicos y quiere hacer notar que pasa a apoyarse en las diferentes teorías científicas (a las que pone vida en el cuerpecillo del científico "loco" del consejo) que hoy en día existen sobre las plagas que asolaron Egipto. El despligue visual de las plagas es de 10 y la charlas y encontronazos entre "Dios" y su "general" son otro detalle que hacen que esta película se desmarque de las demás, dentro de lo complicado que resulta esta tarea para una historia tantas veces contada y representada.
13 de marzo de 2015
13 de marzo de 2015
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy mucho de hacer críticas, y menos en esta web, pero cuando las hago suelen ser extensas y con explicación escena por escena de el por qué de mi opinión. Pero en este caso sólo el Dr. Ian Malcolm encarnado por Jeff Goldblum es capaz de expresar lo que siento tras ver semejante esperpento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Menudo montón de mierda.
Ya no es que respeten o dejen de respetar el texto bíblico, del cual Scott hace una lectura poco menos que imaginativa y dejando de lado algunos aspectos importantes del mismo a un lado. ¿Dónde están los bastones convirtiéndose en serpientes? Por poner un ejemplo.
Pero no voy a entrar en ese tema, el cual ya es para quitar per se nota a la película, sino en el aspecto más puramente cinematográfico. La película es por partes, atropellada, sin sentido, de guión infantil y sobretodo palomitera. Más bien parece que hayan rodado una película de 6 horas y la hayan condensado en poco menos de dos horas y media de metraje (que se dice rápido) para que se pudiera emitir en salas sin que le diera un síncope de sopor al espectador.
Poco más puedo decir. Scott hace tiempo que no hace más que basura a precio de oro. Perdón por mis calificativos si resultan ofensivos, pero no sale otra cosa de mi cabeza en este momento, nada, absolutamente nada de la película (excepto quizá FX) es salvable, ni guión, ni fotografía, ni momentos épicos ni nada.
Ya no es que respeten o dejen de respetar el texto bíblico, del cual Scott hace una lectura poco menos que imaginativa y dejando de lado algunos aspectos importantes del mismo a un lado. ¿Dónde están los bastones convirtiéndose en serpientes? Por poner un ejemplo.
Pero no voy a entrar en ese tema, el cual ya es para quitar per se nota a la película, sino en el aspecto más puramente cinematográfico. La película es por partes, atropellada, sin sentido, de guión infantil y sobretodo palomitera. Más bien parece que hayan rodado una película de 6 horas y la hayan condensado en poco menos de dos horas y media de metraje (que se dice rápido) para que se pudiera emitir en salas sin que le diera un síncope de sopor al espectador.
Poco más puedo decir. Scott hace tiempo que no hace más que basura a precio de oro. Perdón por mis calificativos si resultan ofensivos, pero no sale otra cosa de mi cabeza en este momento, nada, absolutamente nada de la película (excepto quizá FX) es salvable, ni guión, ni fotografía, ni momentos épicos ni nada.
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