Caché (Escondido)
6.6
21,006
Intriga. Drama
Georges es el típico burgués: presenta un programa literario en televisión y lleva una vida acomodada con su mujer y su hijo adolescente. Pero, de repente, empieza a recibir unos paquetes anónimos que contienen cintas de vídeo, grabadas desde la calle, y unos dibujos inquietantes cuyo significado es un misterio. No sabe quién se los envía; pero las secuencias que aparecen en las cintas son cada vez más personales, lo que parece indicar ... [+]
17 de febrero de 2006
17 de febrero de 2006
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acudí a la sala de proyección con una moderada dosis de expectación, no ante la llamada de la oleada de premios recibidos por el film, sino más bien por las reminiscencias sensoriales de la maravillosa experiencia cinematográfica que supuso para mí la infravalorada “El tiempo del lobo”. Los cinco sentidos despejados y atentos, pues ya conocía la dureza e incomodidad del modo de rodar de Haneke, sin concesiones al espectador y parco en recursos formales. El comienzo esperanzador con unos títulos de crédito concisos que presagiaban otra obra compleja del cineasta dio paso a dos horas de insufrible frustración. ¿Acaso soy tan torpe de no encontrar el hilo conductor de una obra difuminada e inconexa?. Los planos son eficaces pero demasiado largos (diría que duran el doble de lo que la cordura recomendaría), la trama es aparentemente simple pero carece de motor de la acción y el montaje me pareció deliberadamente engañoso. Si bien soy un firme defensor de la necesidad de dejar un cierto margen al espectador para pensar una vez se encienden las luces de la sala (con “Primer” o “Memento” como firmes exponentes de este tipo de cine que sencillamente, me apasiona), no gusto de ese cine que abre puertas durante todo el metraje y no cierra al menos unas pocas durante el desenlace. Los interrogantes generados durante los primeros tres cuartos de la película, dan paso a más cuestiones y dudas durante el cuarto final, de modo que a la salida de la sala uno no hace más que rebuscar en su memoria el o los planos que sirvan para desenmarañar tamaño galimatías visual. Sólo me consuela el pensar que la resolución parcial de la historia quedó (escondida) en la sala de montaje, y que en breve la decepción por la experiencia quedará escondida en mi memoria
6 de noviembre de 2008
6 de noviembre de 2008
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película lamentablemente desperdiciada aunque no carente de interés en la que Haneke, al igual que otros directores de "qualité" antes que él, usa un género popular no desde la modestia y el conocimiento de los códigos sino desde la fatuidad de quien se considera por encima del mismo. Una premisa argumental espléndida y con logrados momentos de inquietud (aunque eso sí, robada de la "Carretera perdida" de David Lynch) acaba extraviándose a mitad del pomposo camino, entre interminables planos del vacío (la película abusa sin remisión del plano medio y general estático hasta lograr el efecto inverso de lo que pretende) que retratan simplemente eso, el vacío. La trama comienza a alargarse en exceso, pasando de la paranoia y el desasosiego a un batiburrillo de ideas sobre la deshumanización de la sociedad moderna, el racismo subyacente, la pérdida de sabe dios que (atención al plano sostenido de un informativo, de un simplismo que ruboriza) y la incomunicación que ya aburría cuando Antonioni era moderno. La película acaba por despeñarse en un tercio final que ya pone a prueba el aguate del espectador (todo el final bordea el ridículo con su hermetismo y de regalo contiene un desnudo más gratuito que los de Nadiuska). Lástima del buen hacer de Juliette Binoche y sobre todo de Daniel Auteuil, uno de esos actores verdaderamente infalibles, o de la manera en que se dilapida todo el espléndido inicio del acoso junto a escenas y encuadres de conseguida potencia (magistral la tensa escena del ascensor) incluso se desvirtúa la idea de un director demiurgo que manipula la ficción desde dentro para desencadenar el drama de un modo perverso quedando sepultada por una narración que se finge rigurosa y no resulta más que encantada de conocerse y repleta de todos los malos tics de autor que se cree importante.
23 de marzo de 2018
23 de marzo de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siento llevar la contraria a los críticos, ese gremio de pseudofilósofos que, cuando no entienden algo, lo alaban hasta la saciedad, como en el cuento de "El traje nuevo del emperador" en el que todos veían claramente que el rey estaba desnudo, pero nadie se atrevía a decirlo y, por el contrario, resaltaban las virtudes de una vestimenta inexistente.
Pues bien, vamos a decirlo con delicadeza: esta película es, simplemente, PURA BASURA, en el sentido más literal de la palabra. Es basura de la que puedes encontrar en un vertedero, en un cubo mugriento, en una mente enferma como lo es la de este ¿director? de ¿cine? que agradezco que tenga su tiempo ocupado, aunque sea realizando estas bazofias, porque con una mente tan podrida no sé qué sería de sus vecinos si estuviera desocupado. Este hombre es un psicópata y su cine lo refleja bien claro.
Esta película es realmente DESAGRADABLE, ABURRIDA como no hay otra y llena de planos fijos en silencio que desesperan. Así que pido a los críticos profesionales que, por favor, se dejen de complejos y no engañen a la gente que no quiere desperdiciar su tiempo, su dinero o su cordura mental.
Esto es un INSULTO a la decencia, al cine, a la literatura, a la interpretación, al arte, al espectador.
Pues bien, vamos a decirlo con delicadeza: esta película es, simplemente, PURA BASURA, en el sentido más literal de la palabra. Es basura de la que puedes encontrar en un vertedero, en un cubo mugriento, en una mente enferma como lo es la de este ¿director? de ¿cine? que agradezco que tenga su tiempo ocupado, aunque sea realizando estas bazofias, porque con una mente tan podrida no sé qué sería de sus vecinos si estuviera desocupado. Este hombre es un psicópata y su cine lo refleja bien claro.
Esta película es realmente DESAGRADABLE, ABURRIDA como no hay otra y llena de planos fijos en silencio que desesperan. Así que pido a los críticos profesionales que, por favor, se dejen de complejos y no engañen a la gente que no quiere desperdiciar su tiempo, su dinero o su cordura mental.
Esto es un INSULTO a la decencia, al cine, a la literatura, a la interpretación, al arte, al espectador.
26 de enero de 2006
26 de enero de 2006
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me pareció tediosa, tremendamente larga , repetitiva y con unos diálogos insufribles.
¿Alguien ha contado cuántas veces repiten " no lo sé" o " no tengo ni idea " ?
La supuesta intriga deja de importarte cuando eres consciente de que ha pasado una hora ,sigue sin ocurrir nada y Haneke sigue inmerso en su ostracismo de planos fijos
Insufrible.
¿Alguien ha contado cuántas veces repiten " no lo sé" o " no tengo ni idea " ?
La supuesta intriga deja de importarte cuando eres consciente de que ha pasado una hora ,sigue sin ocurrir nada y Haneke sigue inmerso en su ostracismo de planos fijos
Insufrible.
20 de septiembre de 2010
20 de septiembre de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La segunda vez que ves Caché te parece una película más ágil y más reveladora. Superado el impacto inicial y paralizante de las historias de Haneke puedes dedicarte a extraer el tuétano, a acompañar a la cámara y a eliminar aspectos que en el primer visionado habías considerado importantes y que ahora quedan en un segundo plano.
El realizador austríaco, como si de un perverso y cáustico Chabrol se tratara, escudriña una vez más las vísceras de la clase social alta y deja entrever que algunos están donde están, tal vez, no por su preparación y educación exquisitas sino por su falta de escrúpulos y su capacidad innata de pisar seres humanos con la misma elegancia que el cesped de los campos de golf.
Esta película, en la que el misterio y el ritmo de thriller son sólo la excusa para hablarnos de lo que se esconde en el alma de algunos burgueses "progresistas", arranca todas las capas que revisten la hermosa cebolla de la hipocresía y muestra la podredumbre que enmascaran los perfumes y el éxito.
Os aseguro que esta vez, esta otra vez, he perdido todo el interés por averiguar quién manda los inquietantes vídeos y las sangrientas postales, preocupado por el tufo que desprenden las supuestas víctimas: los ciudadanos libres de toda sospecha.
Y en estos días de expulsión de gitanos pobres de la Francia de las Libertades, este guión (casualmente francés) de Michael Haneke recobra una actualidad inusitada y se convertirá, por su verdad, en imperecedero.
El realizador austríaco, como si de un perverso y cáustico Chabrol se tratara, escudriña una vez más las vísceras de la clase social alta y deja entrever que algunos están donde están, tal vez, no por su preparación y educación exquisitas sino por su falta de escrúpulos y su capacidad innata de pisar seres humanos con la misma elegancia que el cesped de los campos de golf.
Esta película, en la que el misterio y el ritmo de thriller son sólo la excusa para hablarnos de lo que se esconde en el alma de algunos burgueses "progresistas", arranca todas las capas que revisten la hermosa cebolla de la hipocresía y muestra la podredumbre que enmascaran los perfumes y el éxito.
Os aseguro que esta vez, esta otra vez, he perdido todo el interés por averiguar quién manda los inquietantes vídeos y las sangrientas postales, preocupado por el tufo que desprenden las supuestas víctimas: los ciudadanos libres de toda sospecha.
Y en estos días de expulsión de gitanos pobres de la Francia de las Libertades, este guión (casualmente francés) de Michael Haneke recobra una actualidad inusitada y se convertirá, por su verdad, en imperecedero.
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