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El último de los mohicanos

Aventuras. Acción. Romance Año 1757, hace tres años que franceses e ingleses luchan en tierras norteamericanas. Mientras que los franceses cuentan con el apoyo de los nativos, los ingleses reclutan a los colonos blancos. Hawkeye -Ojo de halcón- (Daniel Day-Lewis) es un hombre blanco que fue adoptado por los indios mohicanos. Tras salvar de una emboscada de los hurones a Cora Munro (Madeleine Stowe) y a su hermana pequeña Alice (Jodhi May), hijas de un oficial ... [+]
Críticas 151
Críticas ordenadas por utilidad
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8
24 de febrero de 2014 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver una película cuyo protagonista es Daniel Day-Lewis, es ir sobre seguro, pues sabes que como mínimo te despertará emociones. Y es que este actor es único creando personajes, a los que le da ese toque personal que nadie más sabe darle.
Cautivadora historia de amor como las que ya no quedan, inspirada en la América colonial, posee una banda sonora tan increíble que si el film no tuviera mas argumentos ( que los tiene ) merecería verse solo por ello.
Totalmente recomendable, no se la pierdan.
8
16 de marzo de 2015 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las relaciones entre literatura y novela han sido muy fecundas, pero no por ello, a veces, menos problemáticas. Cuando una película se basa en un libro, se pueden encontrar diferentes maneras de enfrentarse al material novelístico. Así, en líneas generales, podemos encontrar cuatro vías diferentes: una primera en la que el autor intenta ofrecer una lectura acorde a lo que la gran mayoría de lectores han imaginado al leer el libro (es lo que hizo Peter Jackson con la trilogía de “El señor de los anillos”); la segunda que consiste en hacer una adaptación original, llena de impresiones subjetivas (como hizo Spike Jonze en “Adaptation” o Sofia Coppola en “Las vírgenes suicidas”); una tercera que se limita a traducir la novela en imágenes, sin aportar nada (“El código Da Vinci” de Ron Howard es un caso paradigmático) y, por último, cuando el director o guionista se basa en el libreto original y va descartando y añadiendo ideas, como ocurre aquí. Se puede discutir mucho sobre si es legítimo o no titular de la misma forma a dos historias que no tienen mucho que ver, pero no sacaremos nada en claro.
Las diferencias entre el libro de John Fenymore Cooper y el guión de Christopher Crowe y el propio Michael Mann son notables pero no por ello el guión es peor, ni mucho menos que la novela. Es diferente pero es lo mismo de entretenida. Eliminan los guionistas tramos de la novela que, vistos ahora, parecen ingenuos y que restarían verosimilitud a la cinta (nadie se imaginaría a Daniel Day-Lewis vestido de oso rescatando a los protagonistas); también se quitan pasajes en los que Fenymore Cooper retrata de una forma maniquea y a veces idílica a los nativos americanos para retratarlos con algo más de realismo. La trama amorosa también sufre cambios con respecto a la historia original, pero aún la hace más interesante si cabe.
Por lo demás, se trata de una de mis películas favoritas de todos los tiempos desde la primera vez que la vi. De hecho, cada vez que la veo, noto más sus imperfecciones (que las tiene, sin duda) pero me sigue emocionando como la primera vez. Han pasado muchos años desde la primera vez que la vi y no me canso de ella, sus impurezas me la hacen más atractiva. Por eso creo que estoy enamorado de ella. Y ¿por qué? Pues porque es una película de aventuras en toda regla, que no te aburre nunca, con personajes que te cautivan, con una Madeleine Stowe que nunca ha estado más guapa, con un Daniel Day-Lewis que se olvida de sus composiciones de método y se deja llevar por una de las escasas veces que hace una película de las que se llaman taquilleras; porque tiene una fotografía espectacular y una dirección artística minuciosa; una dirección detallista… y una banda sonora perfecta que remarca la acción de forma espectacular, simplemente eterna.
Sólo hay una cosa que chirría: el doblaje que le han puesto en su edición de DVD. Supongo que será por la reedición, pero me gustaría preguntar (si alguien lee esto), ¿a qué se debió semejante aberración?
8
12 de septiembre de 2017 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
186/22(27/08/17) Notable film del maestro de la acción Michael Mann, 25 años después de su estreno continua fresca, puesta al día del clásico homónimo de aventuras creado por la pluma del estadounidense James Fenimore Cooper en 1826, aunque su fuente es más la adaptación fílmica que George B. Seitz realizó para la United Artists en 1936. Espectacular drama épico romántico (sin manierismos cursis) guionizado por el director de Chicago junto a Christopher Crowe (“Saigon”), enmarcado en 1757 durante la guerra llamada de los Siete Años, cuando franceses e indios nativos norteamericanos lucharon contra los británicos por el control de las colonias. Punto de inflexión en la carrera de Michael Mann, apegado en sus films (“Ladrón” o “Hunter”) y series (“Miami Vice” o “La ley de Los Ángeles”), decidió regalarnos un estupendo vehículo de aventuras la Norteamérica colonial, dando un salto de calidad que ha hecho que cada uno de sus siguientes obras sean un acontecimiento a seguir (“Heat”, “El dilema” o “Collateral”), destacando su epicúreo gusto por la estética entrelazada a lo humano, donde sobresalen las miradas, silencios, reflexiones interiores. Aquí Mann hace una portentosa miscelánea entre lo humanista, lo épico, el romanticismo y la aventura, ello en una inmersión fascinante en el contexto, con una ambientación formidable, mezclando de modo memorable la cinematografía y música en un experiencia sensorial, con ritmo sostenido solo roto por picos de acción extraordinarios, sobresaliendo sus apoteósicos últimos 20 minutos del film, clímax sin palabras donde todo lo cocido hasta entonces bulle en un desenlace donde lo homérico se funde con lo lírico-visual, para dejar un sabor deboca perdurable. Reseñable es el revisionismo positivo se da a los indígenas nativos norteamericanos tan maltratados en el cine, otorgándoles alma y motivaciones, así como dignidad y nobleza, incluso en el villano, creado de modo tridimensional. Hay una frase del gran jefe mohicano en la novela, padre adoptivo del protagonista, Chingachgook, que da título al libro “Cuando Uncas (su hijo) siga mis pasos (hacia la muerte), no quedará ya nadie de la sangre de los sagamores, pues mi hijo es el último de los mohicanos” (afirmación errónea pues los mohicanos subsisten). Hay otras versiones cinematográficas del mismo título más antiguas, de 1920 la de Brown y Tourneur; la ya referida de 1936; y otra de 1965, del alemán Reinl, aunque esta es la más famosa. Ganó el Oscar a Mejor Sonido (Chris Jenkins, Doug Hemphill, Mark Smith, Simon Kaye).

La historia tiene lugar en 1757, durante la guerra francesa e india en las montañas Adirondack, en la colonia británica de Nueva York. El comandante británico Duncan Heyward (Steven Waddington) del ejército llega en Albany. Ha sido enviado para servir bajo el Coronel Edmund Munro (Maurice Roëves), el comandante de Fort William Henry. A Heyward se le da la tarea de escoltar a las dos hijas del coronel, Cora (Madeline Stowe) y Alice (Jodhi May), a su padre. Él es un amigo de la familia y enamorado de Cora, a quien él propone antes de que se vayan, pero ella no le da una respuesta. Nathaniel (Daniel Day-Lewis) es el hijo adoptivo semi-caucásico de un indio, Chingachgook (Russell Means), que se considera el último de los mohicanos. Durante una cacería, Nathaniel, Uncas (Eric Schweig) y su padre detectan huellas de indios hostiles y los siguen. No lejos de allí, una columna de soldados ingleses, que transporta a las hijas del coronel Munro, Cora y Alice, su hermana menor, hasta su padre, es atacada por indios hostiles. Tendrá importancia en la historia el indio “hruón” Mawa (Wes Studi),

Michael Mann tiene maestría aunando con vigor narrativo lo macro con lo micro, ello en un relato que nos habla de las raíces, de la dignidad, del amor, de la familia (la que se forja con el cariño), de la valentía, de los sacrificios, de los manipuladores patriotismos, ello en un desarrollo fluid, donde se deja a los personajes que se delineen con sus acciones, donde todos están matizados, con aristas, con sentimientos, sin caer en la simplista caricatura, con secundarios con alma propia, bien contorneados, en un microuniverso donde la guerra deshumaniza, hace sacar los mejor y lo peor de cada uno, donde los instintos básicos reinan, la crueldad, los sacrificios, las muertes están latentes en cada momento, una recreación veraz de la guerra, donde se alterna los actos de barbarie con los de bondad, la caballerosidad con las vilezas, las traiciones con el honor, el amor frente al odio, componiendo un lienzo revestido de autenticidad, forjado en un guión sólido, del que manan diálogos inteligentes, mordaces, punzantes, explotando las sensaciones en escenas de acción maravillosamente rodadas, las batallas, las peleas, los duelos, todo esto cautiva, en pos de un increscendo dramático impetuoso e impresionante que culmina en un clímax enérgico filmado con un nervio y sentido épico apasionante, además resultando original y arriesgado (spoiler).

Daniel Day Lewis encarna a Hawkeye mostrando una energía y vitalidad colosales, entusiasta físicamente con continuas carreras, saltando, cayendo, peleando (en contraste con su anterior papel de minusválido en “Mi pie izquierdo”, 1989), así como intenso en las escenas íntimas y de amor, un héroe veraz con gran carisma; Madeleine Stowe como Cora Munro, en la cumbre de su belleza, encantadora, sensual, sonrisa hipnotizante, sin un gran registro expresivo, pero aprovechando al máximo y potenciando una excelente química con Lewis; Wes Studi sobresaliente como Magua, villano con dimensión humana, pues se le da una motivación creíble, figura carcomida y envilecida por la enfermedad dela sed de venganza; Russell Means como Chingachgook, con un gran aura mística, hablando gran parte con sus miradas, y cuando habla sentencia de modo pétreo, muy bueno. El actor es combativo políticamente, co-fundador del movimiento indio americano;… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
… Steven Waddington como el Mayor Duncan Heyward, antagonista de Hawkeye, da réplica con mesura y flema británica a Lewis, dejándole un gran momento en su final sacrificado que eleva su personalidad; Jodhi May como Alice Munro, algo más opacada, pero teniendo un final al que saca un gran partido, con esa mirada hundida antes de …, dejando huella.

La puesta en escena resulta memorable en su veracidad e inmersión en el tiempo y lugar, todo enfocado a transmitir al espectador un estado de ánimo evocador, con glorioso diseño de producción de Wolf Kroeger (“Enemigo a las puertas” o “Prince of Persia”), enmarcando este relato bélico-romántico en un entorno salvaje y hermoso a la vez, el valle Hudson de Nueva York, en realidad rodado en Carolina del Norte-USA (Chimney Rock [Hickory Nut Falls para la lucha final, poblado indio en los acantilados, Inspiration Point], Blue Ridge Mountains [Greenknob Overlook, Massacre Valley], Biltmore Estate, Pisgah National Forest [Linville Falls, Table Rock Mountain, Nolichucky River, Dupont Plant Falls para la escena del salto dela cascada, la cueva tras la catarata es en Bridal Veil Falls ], Lake James [set Fort William Henry], Asheville [Manor Inn - Charlotte Street], Burke County, North Cove, Reems Creek-Weaverville, ello destacando la selva de árboles, de tajos, acantilados, prados verdes, ríos caudalosos, cascadas majestuosas, esto sumado al brillante vestuario creado por Elsa Zamparelli, especialista en trajes tribales como demuestran sus trabajos en “Bailando con lobos” y “Los últimos guerreros”, redondeado por el mimo que se da a los accesorios (armas, adornos, utensilios,…), esto con la ayuda del maestro de la American Bladesmith Society, Daniel Winkler, hizo los tomahawks (hachas de guerra indias) utilizados y el cuchillero Randall King hizo los cuchillos. Wayne Watson es el creador del rifle "Killdeer" de Hawkeye usado en la película. El arma de guerra “gunstock” hecho para Chingachgook creado por “Jim Yellow Eagle”. El tomahawk de Magua fue hecho por Fred A. Mitchell de Odin Forge & Fabrication. Todo esto atomizado por la apabullante fotografía del italiano Dante Spinotti, componiendo postales de una beldad impresionante, mostrando muchas tomas claramente inspiradas en pintores clásicos como Rembrandt (esos interiores en Fort William Henry, ese encuentro a semi-oscuridad en el calabozo, esas reuniones alrededor de hogueras en la noche,…), explosionando la belleza de los paisajes montañosos, creando imágenes arrolladoras, como tremendo es el manejo de cámara para la acción, dinámica, en mano, mostrando nítidamente, sin confusión las batallas. Todo esto enaltecido por la ya clásica música compuesta por Trevor Jones (“En el nombre del padre”) y Randy Edelman (“La máscara”), enardecedora de sentimientos, con violines, muy celtica, vibrante, neurálgica, en increscendo electrizante, con efluvios melancólicos de hondura, teniendo su zenit en el clímax final, en la persecución de Nathanian y Uncas, tras Magua y las dos hermanas, rellenando los silencios de modo epidérmico. Aunque por ser “pejigueras” a veces la utilizan a destiempo (por hacer un poco de poli malo), tema principal tomado de la melodía "The Gael" del cantante y compositor escocés Dougie MacLean. Se añade la canción "I Will Find You" de Clannad,

Spoiler:

Con lo del final valiente y original me refiero a que la pelea final entre el villano no se da contra el protagonista, sino contra su padre adoptivo, que se siente en la necesidad de vengar la muerte de su hijo asesinado por Mawa.

“Pase lo que pase mantente con vida, iré a buscarte. Por mucho que me cueste, por muy lejos que estés, te encontraré!” (Hawke ye aCora).

En conjunto una más que notable película de aventuras de las que cautivan de principio a fin. Fuerza y honor!!!

Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2017/09/el-ultimo-mohicano.html
9
2 de junio de 2018 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El Último Mohicano" es un notable film histórico de aventuras y cine épico, dirigido por Michael Mann, y protagonizado por Daniel Day-Lewis. Está basado en la novela del mismo nombre publicado en 1826 por el literato James Fenimore Cooper. La cinta adapta un evento histórico como lo fue la guerra franco-india de 1757 cuando Francia y Gran Bretaña se luchaban el poder de las colonias en Norteamérica que tuvo como nombre la Guerra de los Siete Años. Tanto en la novela como en la película, se muestra el apoyo que dieron los nativos americanos al ejército francés en arras de lograr la victoria en una de las peores y más sangrientas batallas libradas en suelo americano. El director supo dar un estilo elegante, sútil y respetuoso con un drama que dejó muchos combatientes muertos de ambos bandos y muestra de forma adecuada, las tradiciones de los nativos americanos primeros habitantes de lo que se conoce actualmente como Estados Unidos. La historia se va narrando de forma prosaica como estar leyendo un libro pero en imágenes, aquí radica en cierto modo la belleza del film, que si bien no deja de salirse del texto original que la inspiró.

Sin embargo, es cierto que mantiene una secuencia acertada en cuanto a la ejecución, como amante de las películas bélicas o históricas, si encontré una secuencia y ritmo adecuado para hacerme disfrutar con esta cinta. Los planos de la película no tienen desperdicio. Tiene una fotografía francamente exquisita, mostrando la inmensidad no urbanizada de un territorio en vías de desarrollo a pesar de las vidas que costó. Los lugares donde se desarrolla la trama, me pareció acorde con el contexto histórico que estaba narrando y eso también es un logro de los productores que supieron sacar partido a un ambiente hostil para llevar un buen drama. La banda sonora es una maravilla, de las mejores BSO que ha dado el cine, sin lugar a dudas. Te mete de lleno en la historia haciendo que con un simple golpe de música, puedas esperar llevarte una buena sorpresa. Por ello y no en vano ganó un Oscar al Mejor Sonido. El fabuloso sentido épico de la cinta cobra mayor fuerza en su segunda mitad, donde la dupla guionista derrocha todo su buen hacer para el thriller, en una persecución tan arrebatadoramente bella en su acompañamiento visual y musical, como tensa y emocional lo es en su concepción dramática.

La historia, ambientada en los años de la Guerra de Secesión americana, cuenta el romance que se establece entre el hijo de sangre blanca de un mohicano y la hija de un general del ejército, todo ello mientras el enfrentamiento entre los ejércitos francés e inglés vive sus días más dramáticos. La presencia de la tribu de los hurones, y el odio que tiene hacia los ingleses uno de sus más importantes miembros, serán decisivos en el dramático desenlace de la historia. Michael Mann pone su talento al servicio de la historia, y consigue que aventura y romance se combinen de forma deslumbrante en secuencias de aroma eminentemente clásico. Creo que todas las secuencias de la película, desde el espléndido comienzo, mantienen viva la ilusión del espectador por lo que está viendo. Momentos de acción repletos de tensión y violencia, escenas de arrebatador romanticismo, y una secuencia final absolutamente memorable. Para el recuerdo quedan las carreras de Daniel Day Lewis, sus miradas con Madeine Stowe, su encuentro nocturno en el fuerte, la ferocidad de Magua, o el precioso amor que surge entre los hermanos de los protagonistas. Sin olvidarse de la escena de las cataratas, con uno de los momentos más intensamente románticos que recuerdo.

Las actuaciones son impecables, me parecieron acertadas sobre todo en las figuras de Daniel Day-Lewis y Madeleine Stowe, que tuvieron una química que se fue viendo durante todo el rodaje, dando esa sensación de realidad creíble que se requiere en este tipo de puesta en escena. La interpretación de Day-Lewis como Nathaniel Bumppo Hawkeye es simplemente brillante. Por su parte, Madeleine encarna a Cora Munro, siendo esta, una de las actuaciones de su vida. Maurice Roëve encarnó al Coronel Edmund Munro. Russell Means como Chingachgook. Eric Schweig encarna a Uncas. Jodhi May como Alice Munro, hermana pequeña de Cora Munro. Steven Waddington encarnó al Mayor Duncan Heyward. Pete Postlethwaite como el Capitán Beams. Y Wes Studi personificó a Magua, en mi opinión, el mejor papel de su carrera.

En definitiva, apasionante epopeya sobre la sangrienta y despiadada época colonial de los Estados Unidos. Michael Mann demuestra su talento y poderío realizando una de las mejores aventuras del pasado siglo. El argumento es épico y bello, las actuaciones creíbles y memorables, la banda sonora es una de las mejores que ha dado el cine, una auténtica delicia. El amor, que surgirá entre los protagonistas tiene tal pasión, belleza y valentía, que tardaremos mucho tiempo en volver a ver algo parecido, puro sentimiento. Difícil que a uno no le emocione esta heroica, conmovedora y trágica historia que recorre, con pulso milimétrico y oficio de maestro, los sangrientos y dolorosos pasillos que caracterizaron a los Estados Unidos a finales del siglo XVIII. Una cinta con un buen trasfondo histórico, que merece la pena verla más allá de los gustos que se puedan tener, ya sea por conocer algo de historia colonial, de guerras territoriales, culturas de nativos americanos y sus costumbres.
9
25 de octubre de 2020 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es lo que pensaban los indios de los colonizadores europeos, lo mismo franceses que ingleses que ahora se hallan enfrentados. Algo parecido a la idea que los colonizadores tenían de los nativos. Después de tantas y tan atinadas críticas como ha merecido hasta aquí la película, reconociendo la maravillosa conjunción de música, fotografía, paisaje e interpretación, preferimos centrar nuestra reseña sobre las similitudes y las diferencias entre las mentalidades de los indígenas (iroqueses, hurones, otawas, mohicanos o tomahawks), de los colonos y de las tropas conquistadoras.
Arranca y concluye la obra con una oración de Chingachgook (Means), "el último mohicano", dirigida a los dioses en honor del ciervo que acaban de abatir al principio, y en el desenlace final para que acepten el ingreso del joven Uncas (Schweig) en la gran mesa de la nación tras su muerte.
Como decimos, franceses e ingleses se hallan enfrentados en una de tantas batallas y la enfermería de estos últimos se halla repleta de heridos y de tísicos que atruenan con sus toses el ambiente. Cora Munro hace lo que puede sajando las heridas para que fluya y se filtre el pus pecante que contiene "las impurezas".
Curiosa y bella es la cosmogonia mohicana para narrar el origen del sol, la luna, la tierra y las estrellas, pero preferimos centrar nuestra reseña en destacar de forma sintética en unas pocas frases, la distinta imagen que la película traslada al espectador de las culturas que allí intervienen.

Ingleses:
-Engañan descaradamente para que se unan al Ejército para tomar luego represalias cuando lo abandonan
-Se escandalizan cuando los colonos dejan sin enterrar a su muertos para evitar que su presencia sea advertida
-"Creía que nuestra política era hacer del mundo Inglaterra"
-"Los franceses no son de naturaleza combativa"
-¿Por qué viven los colonos en una zona tan peligrosa? "Porque la frontera es la única tierra disponible para los pobres"

Franceses:
-Tras aceptar formalmente una rendición honrosa de los ingleses, hipócritamente por debajo mano alientan a los hurones a acabar con ellos
-Los cazadores prefieren vender sus pieles a los holandeses que les pagan con plata, mientras franceses e ingleses lo hacen con brandy

Indígenas:
-Entendible es la actitud vengativa del "malvado" Maqua (Studi), indio hurón que perdió a su esposa y a sus hijos a manos de las tropas del coronel Munro (Means)
-Muy interesante el sentido de la justicia del gran jefe Tomahawks que, cuando Maqua reclama la vida de sus rehenes, decreta la libertad para Hawkeye (Day-Lewis) y los otros dos mohicanos, que el indio tome por esposa a la joven Alice (May) para que rehaga su vida y tenga nuevos hijos con ella, mientras la bella Cora (Stowe) debe arder en la hoguera para pagar así la muerte de los hijos de Maqua
-Llama la atención que todas las batallas en que intervienen los indios tienen lugar a plena luz del día, mientras que las que enfrentan a franceses e ingleses son sin excepción nocturnas
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