Un monstruo viene a verme
2016 

6.6
39,157
Fantástico. Drama
Tras la separación de sus padres, Connor (Lewis MacDougall), un chico de 12 años, tendrá que ocuparse de llevar las riendas de la casa, pues su madre (Felicity Jones) está enferma de cáncer. Así las cosas, el niño intentará superar sus miedos y fobias con la ayuda de un monstruo (Liam Neeson), pero sus fantasías tendrán que enfrentarse no sólo con la realidad, sino con su fría y calculadora abuela (Sigourney Weaver). Con este nuevo ... [+]
8 de octubre de 2016
8 de octubre de 2016
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A las 19:00 me trasladé al Teatro Principal para ver una proyección fuera de concurso de Un monstruo viene a verme, la nueva película del triunfador en taquilla y ambicioso Juan Antonio Bayona. Connor es un niño solitario que vive en Inglaterra con su madre enferma de cáncer, y es víctima de Bullying en la escuela.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Se refugia en sus dibujos y en su mundo interior, y una noche recibe la visita imaginaria del inmenso tejo de la colina transformado en monstruo gigante (con la voz de Liam Neeson), al cual le pide ayuda para sanar a su madre. Este aparecerá las próximas noches a las 12:07 para narrarle historias y ayudarle a reconciliarse con aquella verdad que le atormenta en su interior. Una fábula tétrica con trasfondo dramático al estilo Del Toro pero con el enfoque familiar y optimista de Spielberg. Todo ello en una producción de alta envergadura que rinde a un alto nivel en el apartado visual, y ofrece una imaginería apasionante en todo lo relacionado con el monstruo y la puesta en imágenes de los relatos que narra a Connor. Unas interpretaciones correctas sin ser excepcionales que, lamentablemente, se ven sumergidos en un guión que apuesta por la sensiblería y la manipulación emocional más obvia. Mediante diálogos trillados y escenas que se atascan en la reiteración y el cliché, el filme nos indica de manera clara que debemos sentir y cuando hay que derramar una lágrima. Pero si los sentimientos se fuerzan en lograr de impulsar que se desarrollen gradualmente, no afloran. Presa de los aspectos más negativos del cine familiar estadounidense, el filme ofrece algunos mensajes muy positivos y un visionado potente y artísticamente meritorio, pero se diluye en la artificialidad.
14 de octubre de 2016
14 de octubre de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando una película viene "avalada" por una promoción tan descomunal y desorbitada, promovida por el medio audiovisual más poderoso de este país corre dos grandes peligros:
-1) Crea un status ficticio de obra maestra y de película imprescindible que cierto sector del público, un sector bastante grande, asume como verdad absoluta, incluso sin verla, y no tolera críticas de ningún tipo haciendo de la defensa del título su propia cruzada.
-2) Otro gran sector de renegados, de "gafapastas" de pro, de intelectualoides y de "haters" sólo por el hecho de llevar la contraria, de atacar al "sistema", o por pura pose, destroza la película en cuestión, y casi siempre sin ni siquiera verla.
Corre esos dos peligros sobre todo porque generalmente no es tal obra maestra, y el marketing llega hasta donde llega.
Por mi parte procuro estar por encima de ambas posturas y recurrir únicamente a mi propio criterio, aunque me cueste muchos disgustos, insultos, amenazas de muerte y bloqueos en redes sociales (esto último no es cierto,je,je).
Respecto a mi experiencia con la nueva entrega del tándem Bayona/Tele5...mejor voy dosificándolo.
- Primer visionado del tráiler: despierta mi interés. Después de 20 ó 30 visionados tengo más que serias dudas. La principal: me parece que el tráiler cuenta toda la película.
Temor confirmado: la película no aporta nada que no se vea ya en el avance.
- A pesar de todo, voy verla: esto es lo que me encuentro:
1) hay una historia interesante sobre la culpa, el dolor y la redención, sobre el sufrimiento y la aceptación...pero no se cuenta. O al menos no se cuenta bien. Patrick James guioniza su propia novela y eso suele acabar siempre en desastre: los escritores a escribir, los guionistas a guionizar.
El monstruo que viene a visitar al protagonista, bien puede hacerlo para contarle tres historias, hacerle la declaración de la renta, cortarle las uñas de los pies...o podría incluso ser Belén Esteban que viniera prepararle una paella con chorizo. Lo mismo da. lo único que importa es que el niño cuente su verdad, que por cierto, se sabe ya desde le primer momento.
Sólo al final del final recupera un poco de sentido la historia. El resto del tiempo, se va por los cerros de Úbeda y se pierde en detalles que no aportan nada y que generalmente buscan la lágrima fácil. Costumbre muy de bayona, por cierto.
2) unos personajes absolutamente planos, desprovistos de matices y casi de vida y con unas interpretaciones igualmente planas. Felicity Jones en especial. Duele ver a una Sigouney Weaver, a la que adoro, tan mal dirigida. Bayona hace recaer todo el peso interpretativo en el niño Lewis MacDougall, pero sin conseguir sacarle nada, más allá del enfado, la lágrima y la rabieta un tanto fingida. Ninguno me llega. Ninguno me transmite.
3) La dirección de Bayona es impersonal y a falta de un estilo propio, se pierde en adornos y excesos que emborronan la narración visual y dispersan la esencia de la historia. No, no me ha gustado ni el montaje ni. la dirección artística y mucho menos la dirección de fotografía, con un auténtico recital de movimientos mareantes e innecesarios, de esos que se hacen sólo porque se pueden hacer, y no porque deban hacerse. Poco queda de aquel ilusionante director de EL ORFANATO, que si bien ya apuntaba esta propensión al rococó y la grandilocuencia, le daba más relevancia a un guión bastante mejor escrito.
En definitiva, una película que busca desesperadamente parecer buena, aunque le importa un bledo no serlo.
Una película no de director, ni siquiera de productor, sino rendida a los caprichos de un gigante de la producción audiovisual que sólo busca un producto "idóneo" para colocar a un público, al que cuenta con manipular desde sus múltiples canales de distribución.
No hay intencionalidad de hacer buen cine, sólo buena caja.
No hay emoción , sólo sensiblería.
Insisto, sin toda esta parafernalia mediática, UN MONSTRUO VIENE A VERME sería una película mediana, incluso mediocre, medianamente disfrutable, que pasaría sin pena ni gloria, y que nadie recordaría al cabo de un mes (al igual que LO IMPOSIBLE). Un melodrama sensiblero, efectista e inofensivo de domingo por la tarde.
En mi caso no cumple ninguno de los tres objetivos que busco en el cine: ENTRETENER, SORPRENDER, EMOCIONAR.
Pero números mandan, y la taquilla más, así que nos quedan meses de oír hablar de las virtudes de este monstruo, para acabar cosechando unas cuantas (inmerecidas) estatuillas que llevan el nombre de ese genial pintor español un tanto sordo.
Pero no todo es negativo, ya que parte del capital para esta película lo hemos puesto todos a través del ministerio de cultura (y por partida doble cierta comunidad autónoma del Mediterráneo a través de su Generalidad), y si hace caja, al menos tendremos la sensación de haber invertido bien nuestros impuestos.
Quien no se consuela es porque no quiere.
-1) Crea un status ficticio de obra maestra y de película imprescindible que cierto sector del público, un sector bastante grande, asume como verdad absoluta, incluso sin verla, y no tolera críticas de ningún tipo haciendo de la defensa del título su propia cruzada.
-2) Otro gran sector de renegados, de "gafapastas" de pro, de intelectualoides y de "haters" sólo por el hecho de llevar la contraria, de atacar al "sistema", o por pura pose, destroza la película en cuestión, y casi siempre sin ni siquiera verla.
Corre esos dos peligros sobre todo porque generalmente no es tal obra maestra, y el marketing llega hasta donde llega.
Por mi parte procuro estar por encima de ambas posturas y recurrir únicamente a mi propio criterio, aunque me cueste muchos disgustos, insultos, amenazas de muerte y bloqueos en redes sociales (esto último no es cierto,je,je).
Respecto a mi experiencia con la nueva entrega del tándem Bayona/Tele5...mejor voy dosificándolo.
- Primer visionado del tráiler: despierta mi interés. Después de 20 ó 30 visionados tengo más que serias dudas. La principal: me parece que el tráiler cuenta toda la película.
Temor confirmado: la película no aporta nada que no se vea ya en el avance.
- A pesar de todo, voy verla: esto es lo que me encuentro:
1) hay una historia interesante sobre la culpa, el dolor y la redención, sobre el sufrimiento y la aceptación...pero no se cuenta. O al menos no se cuenta bien. Patrick James guioniza su propia novela y eso suele acabar siempre en desastre: los escritores a escribir, los guionistas a guionizar.
El monstruo que viene a visitar al protagonista, bien puede hacerlo para contarle tres historias, hacerle la declaración de la renta, cortarle las uñas de los pies...o podría incluso ser Belén Esteban que viniera prepararle una paella con chorizo. Lo mismo da. lo único que importa es que el niño cuente su verdad, que por cierto, se sabe ya desde le primer momento.
Sólo al final del final recupera un poco de sentido la historia. El resto del tiempo, se va por los cerros de Úbeda y se pierde en detalles que no aportan nada y que generalmente buscan la lágrima fácil. Costumbre muy de bayona, por cierto.
2) unos personajes absolutamente planos, desprovistos de matices y casi de vida y con unas interpretaciones igualmente planas. Felicity Jones en especial. Duele ver a una Sigouney Weaver, a la que adoro, tan mal dirigida. Bayona hace recaer todo el peso interpretativo en el niño Lewis MacDougall, pero sin conseguir sacarle nada, más allá del enfado, la lágrima y la rabieta un tanto fingida. Ninguno me llega. Ninguno me transmite.
3) La dirección de Bayona es impersonal y a falta de un estilo propio, se pierde en adornos y excesos que emborronan la narración visual y dispersan la esencia de la historia. No, no me ha gustado ni el montaje ni. la dirección artística y mucho menos la dirección de fotografía, con un auténtico recital de movimientos mareantes e innecesarios, de esos que se hacen sólo porque se pueden hacer, y no porque deban hacerse. Poco queda de aquel ilusionante director de EL ORFANATO, que si bien ya apuntaba esta propensión al rococó y la grandilocuencia, le daba más relevancia a un guión bastante mejor escrito.
En definitiva, una película que busca desesperadamente parecer buena, aunque le importa un bledo no serlo.
Una película no de director, ni siquiera de productor, sino rendida a los caprichos de un gigante de la producción audiovisual que sólo busca un producto "idóneo" para colocar a un público, al que cuenta con manipular desde sus múltiples canales de distribución.
No hay intencionalidad de hacer buen cine, sólo buena caja.
No hay emoción , sólo sensiblería.
Insisto, sin toda esta parafernalia mediática, UN MONSTRUO VIENE A VERME sería una película mediana, incluso mediocre, medianamente disfrutable, que pasaría sin pena ni gloria, y que nadie recordaría al cabo de un mes (al igual que LO IMPOSIBLE). Un melodrama sensiblero, efectista e inofensivo de domingo por la tarde.
En mi caso no cumple ninguno de los tres objetivos que busco en el cine: ENTRETENER, SORPRENDER, EMOCIONAR.
Pero números mandan, y la taquilla más, así que nos quedan meses de oír hablar de las virtudes de este monstruo, para acabar cosechando unas cuantas (inmerecidas) estatuillas que llevan el nombre de ese genial pintor español un tanto sordo.
Pero no todo es negativo, ya que parte del capital para esta película lo hemos puesto todos a través del ministerio de cultura (y por partida doble cierta comunidad autónoma del Mediterráneo a través de su Generalidad), y si hace caja, al menos tendremos la sensación de haber invertido bien nuestros impuestos.
Quien no se consuela es porque no quiere.
1 de noviembre de 2016
1 de noviembre de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí no me ha gustado.
La película en general es un primer plano del niño con la misma cara del Fary comiendo limones.
El monstruo es un cruce del poderio de Godzilla y el buen rollo de la galleta gigante de Shrek.
Los diálogos son tan profundos como los de "Aquí llega condemor" del gran Chiquito.
Y el mensaje moral de "encuéntrate a ti mismo" es como el de cualquier filme B televisivo de tarde de domingo.
Y larguísima, y el piano redundante una y otra vez.
¡Que no se quede nadie sin llorar! es la premisa.
La película en general es un primer plano del niño con la misma cara del Fary comiendo limones.
El monstruo es un cruce del poderio de Godzilla y el buen rollo de la galleta gigante de Shrek.
Los diálogos son tan profundos como los de "Aquí llega condemor" del gran Chiquito.
Y el mensaje moral de "encuéntrate a ti mismo" es como el de cualquier filme B televisivo de tarde de domingo.
Y larguísima, y el piano redundante una y otra vez.
¡Que no se quede nadie sin llorar! es la premisa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las 3 historias son como las 3 visitas de los espíritus de "Cuento de Navidad", con visión amenazante del cementerio y parka/monstruo señalando las tumbas incluido. Dickens 2016 pero con menos talento y peor gusto.
1 de noviembre de 2016
1 de noviembre de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más Bayona vuelve a sorprendernos, ya lo hizo con el Orfanato, y de qué manera, y ahora esto. Por mi parte tiene la máxima puntuación. Paso a la sala de desmontaje en el spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De los tres cuentos tenemos tres moralejas: no te dejes llevar por las apariencias, no renuncies a tus principios y muéstrate tal como eres. El drama oculto es que el niño prefirió la muerte de su propia madre para así dejar de sufrir y una vez muerta se da cuenta que esa no fue una buena decisión, ya que el sufrimiento no solo es mayor sino que hay que añadirle los remordimientos. Sí, los remordimientos de conciencia, que es a lo que se refiere la película. La película no va de la muerte, que también, ni de las apariencias, que también, ni de la sinceridad, que también, va sobre todo de cómo superar un sentimiento de culpa por desear la muerte de tu propia madre. Y la clave la tenemos en la forma narrativa elegida por Bayona. Durante toda la película creemos que estamos viendo lo que ocurre en tiempo real, es decir, que la madre se está muriendo, pero no, la madre ya está muerta al principio de la película, ya ha ocurrido todo, ya ha pasado el clímax ¿y por qué lo sabemos? por el reloj. La madre muere a las 12:07, por eso el monstruo viene a ver al niño a esa misma hora ¡pero no al revés! Al principio él no puede predecir que el monstruo viene a las 12:07. ¿Qué hemos visto entonces? Un inmenso flashback a modo de recuerdos. Toda la película transcurre mediante mezcla de recuerdos y realidad. Bayona nos engaña muy bien. Cuando la directora del colegio no le castiga por pegar al compañero es tiempo real (la madre ya ha muerto), lo mismo cuando destroza la habitación ¡y cuando se imagina al monstruo! Cuando sale la madre viva es flashback, es decir, recuerdos. El detonante de todo es el cuaderno de dibujos de la madre; cuando el niño lo ve empieza la catarsis. Estamos ante una autoterapia inducida por la abuela que es quien le deja el cuaderno a la vista. Hemos visto durante todo el metraje recuerdos mezclados con realidad y resulta que lo que parece fantasía (el monstruo) es en tiempo real y lo que parece realidad (la madre) es un recuerdo. ¿Y para qué todo esto? ¿Por qué todo este lío? Para enfatizar los sentimientos. Para hacernos creer que el niño sufre por una enfermedad incurable de la madre cuando en realidad sufre porque no puede vivir con sentimientos de culpa por su muerte. Él es el príncipe malo, el párroco sin principios y el hombre invisible, esto solo se entiende si aceptamos que la madre ya estaba muerta al principio de la película. Por eso la madre parece un ángel. El niño intenta superar su culpa escuchando a la madre, a ver si entre todo lo que le dijo antes de morir hay algo que le ayude. Lo mismo el padre. El matón de la clase es un recuerdo, salvo la escena en el comedor que es en tiempo real ya que sale el monstruo. Lo que está claro es que el niño deja de serlo, y que el monstruo representa la madurez, por eso está inspirado en el abuelo. Es una historia de tres generaciones en la que los abuelos ayudan al nieto a superar un sentimiento de culpa por la muerte de su madre. Tan simple como bonita. Hay otra película donde los recuerdos que te torturan te ayudan a superar un sentimiento de culpa: Erase una vez en América, de Leone. Y hay otra donde lo que vemos es la terapia para superar la culpa: Origen, de Nolan. Digamos que Un monstruo viene a verme se inspira en ambas. Además esta película sería opuesta a Sucker Punch, de Snyder, o a Shutter Island de Scorsese, donde la culpa, al ser imposible de superar se sustituye por la evasión. Connor, durante la terapia, no busca la evasión sino la superación. Antes de la terapia buscaba la evasión, por eso quiere que su madre muera. Creo que dentro de la tristeza que embarga todo, el final es el más alegre posible, ya que no termina con la muerte de la madre sino con la superación de la culpa. Curiosidad: la cartelera esta inspirada en El sueño de Jacob de Ribera.
9 de octubre de 2016
9 de octubre de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Personalmente odio el cine español, y odiaba aún más como los españoles nos poníamos cachondos con el estreno de esta película diciendo que va ser una obra maestra no se qué no se cuanto. Eso tendemos a hacer cuando una película española ( si la pudiésemos calificar de española teniendo en cuenta en que el reparto es americano) supera la media de absurdeces y vergüenzas que nos da el cine español.
Pero os digo, que después de haber visto este film firmado por Bayona, me enorgullece decir que el cine español no está tan muerto como pensaba.
O al menos la dirección, porque lo que más me ha gustado de esta película ha sido la dirección, y la fotografía por parte del español Óscar Faura. Poco a poco con cada plano te va atrapando en la historia para que el desenlace te haga explotar de sentimientos, algo de lo que abusa un poco porque se puede oler las intenciones de querer hacerte llorar desde la taquilla del cine, pero y que más da. Yo personalmente, no derramé ni una lagrima, me podéis llamar macho de pecho peludo, pero a decir verdad si que os aseguro que te impacta el final.
Y es que podéis presumir de que no le tenéis miedo a las alturas, a los monstruos, a las arañas o a lo que queráis decir, pero algo a lo que todo el mundo tiene miedo es a enfrentarse a la muerte. Y esta historia te enseña a superar ese miedo, a pensar diferente, a que no todo tiene que acabar como queramos, que nada es negro ni blanco.
La única pega que le pongo es que al salir del cine muy bonito todo pero tienes la sensación de que no es una película que re visionarías por voluntad, ahí se queda la historia, en la sala.
Pero os digo, que después de haber visto este film firmado por Bayona, me enorgullece decir que el cine español no está tan muerto como pensaba.
O al menos la dirección, porque lo que más me ha gustado de esta película ha sido la dirección, y la fotografía por parte del español Óscar Faura. Poco a poco con cada plano te va atrapando en la historia para que el desenlace te haga explotar de sentimientos, algo de lo que abusa un poco porque se puede oler las intenciones de querer hacerte llorar desde la taquilla del cine, pero y que más da. Yo personalmente, no derramé ni una lagrima, me podéis llamar macho de pecho peludo, pero a decir verdad si que os aseguro que te impacta el final.
Y es que podéis presumir de que no le tenéis miedo a las alturas, a los monstruos, a las arañas o a lo que queráis decir, pero algo a lo que todo el mundo tiene miedo es a enfrentarse a la muerte. Y esta historia te enseña a superar ese miedo, a pensar diferente, a que no todo tiene que acabar como queramos, que nada es negro ni blanco.
La única pega que le pongo es que al salir del cine muy bonito todo pero tienes la sensación de que no es una película que re visionarías por voluntad, ahí se queda la historia, en la sala.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me encanta la linea de aprendizaje del personaje y como se da cuenta a la misma vez que el espectador de que el monstruo está ahí para ayudarle a superar algo irremediable y no para arreglar lo imposible.
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