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El abrazo de la serpiente

Aventuras. Drama Karamakate fue en su día un poderoso chamán del Amazonas; es el último superviviente de su pueblo y vive en lo más profundo de la selva. Lleva años en total soledad, que lo han convertido en "chullachaqui", una cáscara vacía de hombre, privado de emociones y recuerdos. Pero su solitaria vida da un vuelco el día en que a su remota guarida llega Evan, un etnobotánico norteamericano en busca de la yakruna, una poderosa planta oculta, capaz ... [+]
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
7 de noviembre de 2016
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
201/18(27/10/16) Film fascinante (a ratos) del realizador colombiano Ciro Guerra, irregular en su tempo narrativo, embestida de grandes pretensiones existencialistas y críticas al colonialismo que destroza culturas y naturaleza. El propio director escribe el guión junto a Jacques Toulemonde (“Los viajes del viento”), inspirándose libremente en los diarios de dos expedicionarios científicos que surcaron la selva amazónica, el alemán Theodor Koch-Grünberg (1872-1924) y otro el estadounidense Richard Evans Schultes (1915-2001), este uno de los primeros que denuncia al mundo el irresponsable arrasamiento de la selva y el exterminio de las culturas aborígenes. Siendo singular que para la fotografía de la apabullante selva se haga en blanco y negro, dice el realizador que fue por la incapacidad de representar todo lo que es la magnitud de la selva, razón por la cual, opta por esta forma para que la imaginación del espectador haga su trabajo. Es hablada en muy variados idiomas y dialectos: español, portugués, alemán, inglés, latín, catalán, cubeo, wanano, tikuna y uitoto. Rodada en un tono que bebe del documental naturalista, filmada íntegramente en la Selva Amazónica de Colombia. El título de la serpiente está abierto a interpretaciones, la serpiente en diferentes culturas es vista de modos distintos, desde la tentación, símbolo de la ciencia, puede ser una alegoría de los serpenteante del río por el navegan los protagonistas, e incluso como que la serpiente es el “progreso” reflejado en los colonizadores o evangelistas, y que te abrazan “cariñosamente” hasta reventarte cual anaconda. Historia que indefectiblemente tiene efluvios a espíritu del polaco Joseph Conrad y su épica novela “El corazón de las tinieblas” (1899), obra que adaptó libremente Coppola en su majestuosa “Apocalypse Now” (1979), también tiene efluvios de otros films como el de Werner Herzog “Aguirre, la cólera de Dios” (1972), “La selva esmeralda” (1985) de John Boorman, o “Dead Man” (1995) de Jim Jarmusch.

La cinta despierta en mí sentimientos encontrados, y es que por un lado hay tramos que me hipnotizan por su sugestividad y fuerza sensorial trascendente y por hay otros que me lastran el ritmo, acudiendo los guionistas a recursos un tanto maniqueos y sobados. La cinta en su núcleo quiere ser un viaje espiritual, existencial, místico y en su clímax acude a lo metafísico, en este recorrido discurre por dientes de sierra, resultando algo burdos sus ataques al colonialismo, no por falsos, si no por manoseados y aportando nada nuevo, en contrapeso se hace una loa al “buen salvaje”. Se hace una feroz y nada subliminal ataque al colonialismo, a como el avance de la “modernidad” no siempre es buena para todos, estos avances provocan el exterminio de mundos pequeños, pueblos, tribus, costumbres, tradiciones, religiones, y con ellas almas en comunión perpetua con la naturaleza, en contra una deshumanizada maquinaria saqueadora y expoliadora que aplasta todo en su evolución inexorable, ello en dos niveles, uno por la vorágine y codicia materialista de las corporaciones caucheras que llegan a esclavizar a los aborígenes (el tipo indígena mutilado desesperado recogiendo caucho), destrozando bosques en pos del preciado material, y en otro mediante la religión (jesuita español y el santón iluminado), evangelizando a la fuerza a niños que no lo desean, y por otro y por el contrario se hace una loa a estas culturas que se desvanecen con el “progreso”, se loa la grandeza de la naturaleza. Relato de fuerte carga en su mensaje mostrando de modo descarnado el choque de culturas, donde cual ley darwinista se impone la más violenta, que paradójicamente es la “civilización”, ello mientras vemos un submundo de costumbrismo humano que intenta vivir en armonía con la selva, integrándose de modo místico con la naturaleza, donde los sueños y delirios funden los cuerpos con la húmeda atmósfera. Ello lo hace entretejiendo un halo de contemplación que funciona a medias, otorgando al indígena la brújula moral, su visión es la justa, con él y su postura sabía ante lo que acontece a su alrededor nos sensibilizamos cuando vemos que su universo se desmorona y aún así él mantiene intacta su integridad.

Discurre el relato con pocos diálogos, pero de profundidad y con sentido sensible, cargados de elegía crepuscular, henchidos de humanismo, ensalzando el naturalismo, esto en miscelánea de momentos onírico-surrealistas, cargados de simbolismos, donde lo real y lo mágico se confunden por momentos, produciendo secuencias de enorme belleza lírica, transmitiendo una inmersión honda durante gran parte del metraje en el Amazonas, evocando los misterios insondables que encierra la vasta jungla. Mediante evocadores tramos de poesía estética avanzamos por este serpentil río, donde la beldad se mezcla con lo peor de la Condición Humana, demostrándose aquello de que el hombre es un lobo para el hombre, sutilmente en detalles como las cicatrices en las espaldas de los indígenas o los ancestrales dibujos borrados, brillando la degradación a que es sometido este microcosmos de la selva.

Lo defectuoso es que hay recursos narrativos en que el fino lienzo se transforma en brocha gorda, aquello del sentimiento de culpa de la cultura occidental contemporánea, cayendo en clichés izquierdistas de expiación, especie de foco superficial que transita por muchos manipulaciones ajadas (lo del evangelizador desalmado), adoleciendo de ahondar en la cultura aborigen, apenas se rasca en su “piel”, se nos muestran idealizados, mitificados en la figura de Karamakate (recogiendo el tópico del chamán como alguien con un sentido que trasciende lo corpóreo), no por lo que son, si no por ser víctimas de los conquistadores-corporaciones-evangelizadores, nada sabremos de ellos más que trivialidades, nada de su religión, modo de organización, jerarquías, o costumbres, solo sabremos a modo simplista que su culturas se desvanece por otra que se impone en su fuerza,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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20 de febrero de 2017
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda mi crítica abajo, no concibo las críticas sin spoilers...
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Juanmi Espejo
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2 de agosto de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película, es, en general, en blanco y negro. Solo aparece el color cuando debe hacerlo. Unos escasos segundos. El indígena está muy logrado, parece realmente un indio salvaje. En cuanto al supuesto Americano, a mí me parece entender que en realidad es Alemán. Relatos super crudos, sin contemplaciones ni ambigüedades de ningún tipo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
joancollons
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24 de diciembre de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine colombiano no tiene referente alguno en su historia cinematográfica de una cinta o documental que haya obtenido las dignidades de El Abrazo de la Serpiente. Por eso el contexto, de un cine por décadas naciente, hace de élla un hito en el cine colombiano y por qué no, latinoamericano. Ciro Guerra propone una narración mística y cruda, que entreteje con talento una realidad abrumadora en la amazonía latinoamericana. Por un lado, la aparente simple cosmogonía indígena, se abre un poco a la luz del espectador; por otro, la llana miseria de pueblos sin atención y presas del olvido y el destierro en su propia tierra. Eso la hace hito, porque es real hasta la médula. La apuesta por el blanco y negro es una aventura fascinante, sobretodo en un paisaje plagado de color, lo que no resta nada a su hermosa fotografía. Debo decir que debió trabajarse más el guión, se hace simple y algo soso ante la exuberancia del propio argumento. La actuación sin ser para un Óscar, es interesante, sin pretensiones ni destacamentos.

Gracias Ciro, es un ladrillo sólido y digno para iniciar la obra.
hozkar4
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4 de enero de 2017
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El joven director colombiano Ciro Guerra ha conseguido un magnífico film sobre los devastadores efectos del colonialismo en Colombia (como ejemplo de toda América Latina) en El abrazo de la serpiente. El hecho de que esté rodada en B/N no impacta menos que en color, al contrario, expresa un lirismo cautivador. Recibe influencias de Apocacalipsis now y La selva esmeralda con un estudio antropológico más profundo. Evita que sea una obra maestra, a mi juicio, cierta tendencia a la alucinación poco compensada en la parte final del metraje. Desde liego, se trata de un film arriesgado y ambicioso que cumple casi todos sus objetivos.
Pedro
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