Tomorrowland
5.6
19,308
Ciencia ficción. Aventuras
Unidos por el mismo destino, una adolescente inteligente y optimista, llena de curiosidad científica, y un antiguo niño prodigio inventor, hastiado por las desilusiones, se embarcan en una peligrosa misión para desenterrar los secretos de un enigmático lugar localizado en algún lugar del tiempo y el espacio, conocido en la memoria colectiva como “Tomorrowland”, y así salvar a la humanidad.
19 de septiembre de 2015
19 de septiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1955, Walt Disney creó una sección en Disneyland llamada Tomorrowland (El mundo del mañana). En aquella época, los norteamericanos encaraban el futuro con optimismo, pero con el paso de los años, sobre todo en los 70, la gente empezó a perder la esperanza y a ver el futuro cada vez más negro. Esto llamó la atención del guionista y productor Damon Lindelof, así que comenzó a escribir la historia de “El mundo del mañana”, investigó el significado de Tomorrowland para convertirlo en un argumento narrativo en el que recuperaba el optimismo de aquella época.
La historia de Tomorrowland: El mundo del mañana nació a partir de una caja que fue descubierta por casualidad en el archivo de los Estudios Disney, la cuál llevaba una etiqueta que ponía “1952”. La susodicha caja contenía todo tipo de planos y maquetas fascinantes, fotografías y cartas relacionadas con la creación de Tomorrowland y la Exposición Universal de 1964. A Lindelof le entusiasmó el hallazgo y empezó a imaginar que el contenido de la caja era una guía a una historia secreta que nadie conocía. Pero si fuera verdad, ¿cuál sería la historia? Para mí, la respuesta más evidente era que había un lugar llamado Tomorrowland que no era un parque temático sino algo que existía en el mundo real”.
De aquí surge la idea que se convirtió en el punto de partida de la historia de “El mundo del mañana”, que Lindelof desarrollaría después junto con el director y productor Brad Bird y con el productor ejecutivo Jeff Jensen.
La película puede parecer un lío, por culpa de un enrevesado montaje, pero el mensaje es simple «muchos no sabran apreciarlo»: construyamos entre todos un futuro mejor, un mundo en el que solo exista gente soñadora y optimista. A simple vista puede parecer compleja para los niños y ambigua para los adultos, pero todo lo contrario, tanto los niños como los adultos se divertirán de lo lindo, además de llevarse un positivo mensaje.
Tomorrowland: El mundo del mañana es un prodigio visual, y todo se lo debemos a Tom Peitzman, encargado de los efectos visuales y coproductor de la película. Un megaespectáculo familiar, deliciosamente pueril, naif y cándido, con un sentido narrativo trepidante, una aventura siempre hacia delante y sin freno, con ingeniosos pasajes y con un concepto del futuro que, por una vez, no es distópico, sino rebosante de luz y esperanza. Todo armonizado con la irresistible y maravillosa melodía de Michael Giacchino, quien tiene un breve cameo en la película.
Brad Bird es un director capaz de convertir en oro todo lo que toca y con Tomorrowland: El mundo del mañana no solo nos lo demuestra, sino que nos recuerda que tiene talento para la narración clásica y el gran espectáculo. Todos los actores y actrices están correctos, pero es necesario mencionar a una magnífica Britt Robertson, quien lleva casi todo el peso de la película sobre sus hombros y protagoniza los momentos más graciosos y divertidos de la película, encarnando a un personaje vivaz, inteligente y valiente.
Una maravilla que aconsejo ver con las expectativas bastante bajas y dejaros sorprender por su belleza visual, su inusitada imaginación y su narración que atrapa inevitablemente y no deja sitio para el aburrimiento.
Como dato curioso, la película se rodó en más de 90 platós y localizaciones diferentes, algunos escenarios fueron España, Canadá, California, una playa de las Bahamas o París, entre otros.
La historia de Tomorrowland: El mundo del mañana nació a partir de una caja que fue descubierta por casualidad en el archivo de los Estudios Disney, la cuál llevaba una etiqueta que ponía “1952”. La susodicha caja contenía todo tipo de planos y maquetas fascinantes, fotografías y cartas relacionadas con la creación de Tomorrowland y la Exposición Universal de 1964. A Lindelof le entusiasmó el hallazgo y empezó a imaginar que el contenido de la caja era una guía a una historia secreta que nadie conocía. Pero si fuera verdad, ¿cuál sería la historia? Para mí, la respuesta más evidente era que había un lugar llamado Tomorrowland que no era un parque temático sino algo que existía en el mundo real”.
De aquí surge la idea que se convirtió en el punto de partida de la historia de “El mundo del mañana”, que Lindelof desarrollaría después junto con el director y productor Brad Bird y con el productor ejecutivo Jeff Jensen.
La película puede parecer un lío, por culpa de un enrevesado montaje, pero el mensaje es simple «muchos no sabran apreciarlo»: construyamos entre todos un futuro mejor, un mundo en el que solo exista gente soñadora y optimista. A simple vista puede parecer compleja para los niños y ambigua para los adultos, pero todo lo contrario, tanto los niños como los adultos se divertirán de lo lindo, además de llevarse un positivo mensaje.
Tomorrowland: El mundo del mañana es un prodigio visual, y todo se lo debemos a Tom Peitzman, encargado de los efectos visuales y coproductor de la película. Un megaespectáculo familiar, deliciosamente pueril, naif y cándido, con un sentido narrativo trepidante, una aventura siempre hacia delante y sin freno, con ingeniosos pasajes y con un concepto del futuro que, por una vez, no es distópico, sino rebosante de luz y esperanza. Todo armonizado con la irresistible y maravillosa melodía de Michael Giacchino, quien tiene un breve cameo en la película.
Brad Bird es un director capaz de convertir en oro todo lo que toca y con Tomorrowland: El mundo del mañana no solo nos lo demuestra, sino que nos recuerda que tiene talento para la narración clásica y el gran espectáculo. Todos los actores y actrices están correctos, pero es necesario mencionar a una magnífica Britt Robertson, quien lleva casi todo el peso de la película sobre sus hombros y protagoniza los momentos más graciosos y divertidos de la película, encarnando a un personaje vivaz, inteligente y valiente.
Una maravilla que aconsejo ver con las expectativas bastante bajas y dejaros sorprender por su belleza visual, su inusitada imaginación y su narración que atrapa inevitablemente y no deja sitio para el aburrimiento.
Como dato curioso, la película se rodó en más de 90 platós y localizaciones diferentes, algunos escenarios fueron España, Canadá, California, una playa de las Bahamas o París, entre otros.
26 de septiembre de 2015
26 de septiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal y como vemos el mundo actualmente, puede que necesitemos películas como esta. Disney acierta provocando una sensación de esperanza que los habitantes del mundo hemos perdido. Un mensaje positivo y quizás algo utópico con el que llamar a las conciencias menos activas y convencerlas de que algo diferente es posible.
El mensaje que trasmite es su núcleo, el motor que mueve su argumento. Pero lo que realmente reluce es su esplendor visual en forma de puesta en escena. Una reverencia al continente que entra por los ojos con una paleta de colores que se apoya en la claridad para ofrecer un envoltorio reluciente con el que presentar su propuesta. “Tomorroland” se basa en la famosa atracción de Disneylandia, esa en la que se recrea un futuro dominado por la ilusión por viajar más allá de lo que nadie imaginaba por aquel entonces. Esa esperanza es la base de un proyecto con buenas intenciones.
En cierto modo a uno se le viene a la cabeza la interesante “La invención de Hugo”, también protagonizada por un joven inasequible al desaliento. La fantasía se apoderaba de la pantalla mientras su potencia visual nos dejaba con los ojos bien abiertos. Robertson (uno de los mejores exponentes de su generación) encarna a la perfección a esa chica despierta y con voluntad, incapaz de quedarse quieta ante un futuro que acaba con todo. Bien secundada por un Clooney que aparece bastante pero sin robar planos, Brit sale victoriosa del envite. Recuerda bastante a ese Asa Butterfield que creía en una fábrica de sueños, a pesar de sus circunstancias.
Cuando se lleva a la gran pantalla, suele ser para mostrarnos futuros aterradores, con el planeta devastado por guerras, virus y demás visiones apocalípticas. Parece ser que nos gusta ver cómo el ser humano se comporta ante situaciones límite. Pero “Tomorrowland” se agarra al otro lado de la historia narrando cómo podemos salvarnos a nosotros mismos. Una vuelta de tuerca a cualquier fin del mundo que hayamos visto, éste para todos los públicos.
Bird, que cuenta en su filmografía con títulos tan interesantes como “Ratatouille” o “Misión Imposible: Protocolo fantasma” tiene el difícil reto de enfrentarse al croma y salir airoso. Gracias a su experiencia, la película muestra un excelente nivel visual. El director cuida con mimo los detalles, y la ambientación es recreada perfectamente con las imágenes adecuadas.
En general un producto que tiene como objetivo que la familia acuda al cine y que no les decepciones lo que ven. Desde luego “Tomorrowland” no lo hará.
El mensaje que trasmite es su núcleo, el motor que mueve su argumento. Pero lo que realmente reluce es su esplendor visual en forma de puesta en escena. Una reverencia al continente que entra por los ojos con una paleta de colores que se apoya en la claridad para ofrecer un envoltorio reluciente con el que presentar su propuesta. “Tomorroland” se basa en la famosa atracción de Disneylandia, esa en la que se recrea un futuro dominado por la ilusión por viajar más allá de lo que nadie imaginaba por aquel entonces. Esa esperanza es la base de un proyecto con buenas intenciones.
En cierto modo a uno se le viene a la cabeza la interesante “La invención de Hugo”, también protagonizada por un joven inasequible al desaliento. La fantasía se apoderaba de la pantalla mientras su potencia visual nos dejaba con los ojos bien abiertos. Robertson (uno de los mejores exponentes de su generación) encarna a la perfección a esa chica despierta y con voluntad, incapaz de quedarse quieta ante un futuro que acaba con todo. Bien secundada por un Clooney que aparece bastante pero sin robar planos, Brit sale victoriosa del envite. Recuerda bastante a ese Asa Butterfield que creía en una fábrica de sueños, a pesar de sus circunstancias.
Cuando se lleva a la gran pantalla, suele ser para mostrarnos futuros aterradores, con el planeta devastado por guerras, virus y demás visiones apocalípticas. Parece ser que nos gusta ver cómo el ser humano se comporta ante situaciones límite. Pero “Tomorrowland” se agarra al otro lado de la historia narrando cómo podemos salvarnos a nosotros mismos. Una vuelta de tuerca a cualquier fin del mundo que hayamos visto, éste para todos los públicos.
Bird, que cuenta en su filmografía con títulos tan interesantes como “Ratatouille” o “Misión Imposible: Protocolo fantasma” tiene el difícil reto de enfrentarse al croma y salir airoso. Gracias a su experiencia, la película muestra un excelente nivel visual. El director cuida con mimo los detalles, y la ambientación es recreada perfectamente con las imágenes adecuadas.
En general un producto que tiene como objetivo que la familia acuda al cine y que no les decepciones lo que ven. Desde luego “Tomorrowland” no lo hará.
25 de octubre de 2015
25 de octubre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es de Walt Disney, no hay que buscarla ningún significado ni sentido. Sólo como dicen en alguna secuencia de la película, "dejarse llevar" porque el futuro es así.
Sobre todo el futuro tecnológico, cuándo además alguien desde otra dimensión se empeña en querer destruir la tierra, habiendo clataquismos, también destruyendo a los suyos, con robots, sobre todo a una niña, que enseñó a un niño interpretado por " George Clooney", este nuevo mundo. Llegando primero a París a por una nave espacial, para ir a su nuevo mundo.
Allí estuvo haciendo una especie de máquina para arreglar su mundo y volver, pero se puede ir viendo que hay un "malo malísimo en la película" intermpretado por Hugh Laurie, que es el artista que hace de "House", ese doctor que nos encandiló a todos, por su gran cerebro pero su mal humor, porque él así mismo no se pudo curar, tal vez.
Es el que hace que el mundo terrestre vaya mal.
Una película de aventuras, que da pasos hacia el futuro.
Sobre todo el futuro tecnológico, cuándo además alguien desde otra dimensión se empeña en querer destruir la tierra, habiendo clataquismos, también destruyendo a los suyos, con robots, sobre todo a una niña, que enseñó a un niño interpretado por " George Clooney", este nuevo mundo. Llegando primero a París a por una nave espacial, para ir a su nuevo mundo.
Allí estuvo haciendo una especie de máquina para arreglar su mundo y volver, pero se puede ir viendo que hay un "malo malísimo en la película" intermpretado por Hugh Laurie, que es el artista que hace de "House", ese doctor que nos encandiló a todos, por su gran cerebro pero su mal humor, porque él así mismo no se pudo curar, tal vez.
Es el que hace que el mundo terrestre vaya mal.
Una película de aventuras, que da pasos hacia el futuro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una película de Walt Disney, totalmente diferente a las demás.
14 de noviembre de 2015
14 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de sus aires de grandeza hollywoodiana, y de blockbuster de entretenimineto, tomorrowland tiene algo de magia y de encanto que acaba sucumbiendo a la aparotosidad convencional en muchos momentos de la película, especialmente en su parte final. Pero tiene buenas ideas, es original y genuina, hay inocencia de la buena, y algo de emoción en su aventura. Repito que en momentos se somete a la dictadura del cliche comercial sobretodo en la parte narrativa de la historia, pero no sería justo ignorar muchas de las virtudes que también existen en la película.
3 de enero de 2016
3 de enero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente la mejor película fantástica familiar en lo que va de siglo XXI.
Un siglo XXI, que tal como se muestra en la película está lejos de ser el "mundo del mañana" que soñábamos en los años 60 y 70 pero que podría llegar a serlo.
Es una película tremendamente original, porque parte de una idea poco conocida, y menos aceptada, por el gran público: El estancamiento científico y social en el que está entrando la humanidad.
Estoy seguro que las declaraciones hace un par de años del veterano astronauta Buzz Aldrin en la que criticaba la falta de progreso científico diciendo : " Me prometisteis colonias en Marte y en su lugar tenemos facebook " fueron parte de la inspiracion de esta historia.
Pues la película va de eso , del futuro , de las maravillas que puede crear el talento humano si se cultiva y se alimenta y de como, por el contrario, se puede degradar la sociedad si en lugar de cultivar el talento y el intelecto se cultiva el egoísmo, el derrotismo, la complacencia y el pasotismo.
Contar todo eso, citando futuros distópicos de Orwell y Huxley, criticando los recortes en el programa espacial de la NASA, alertando de los problemas de la degradación del medio ambiente y hacerlo en forma de película infantil, de acción , con un mensaje optimista es un reto casi insuperable que esta cinta consigue. Ahora bien, necesita que el espectador ponga algo de su parte, que los niños la vean con sus padres y que los padres sean capaces de explicar algunos detalles a sus hijos.
El problema de esta película es que es víctima de su propio mensaje. Vivimos en un "futuro" en el que pensar cada vez es menos "cool" y por tanto no es esperable que esta película alcance gran éxito.
Un siglo XXI, que tal como se muestra en la película está lejos de ser el "mundo del mañana" que soñábamos en los años 60 y 70 pero que podría llegar a serlo.
Es una película tremendamente original, porque parte de una idea poco conocida, y menos aceptada, por el gran público: El estancamiento científico y social en el que está entrando la humanidad.
Estoy seguro que las declaraciones hace un par de años del veterano astronauta Buzz Aldrin en la que criticaba la falta de progreso científico diciendo : " Me prometisteis colonias en Marte y en su lugar tenemos facebook " fueron parte de la inspiracion de esta historia.
Pues la película va de eso , del futuro , de las maravillas que puede crear el talento humano si se cultiva y se alimenta y de como, por el contrario, se puede degradar la sociedad si en lugar de cultivar el talento y el intelecto se cultiva el egoísmo, el derrotismo, la complacencia y el pasotismo.
Contar todo eso, citando futuros distópicos de Orwell y Huxley, criticando los recortes en el programa espacial de la NASA, alertando de los problemas de la degradación del medio ambiente y hacerlo en forma de película infantil, de acción , con un mensaje optimista es un reto casi insuperable que esta cinta consigue. Ahora bien, necesita que el espectador ponga algo de su parte, que los niños la vean con sus padres y que los padres sean capaces de explicar algunos detalles a sus hijos.
El problema de esta película es que es víctima de su propio mensaje. Vivimos en un "futuro" en el que pensar cada vez es menos "cool" y por tanto no es esperable que esta película alcance gran éxito.
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