Relatos salvajes
2014 

7.7
69,982
29 de octubre de 2014
29 de octubre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Puede el cine de evasión ser cine con mensaje? He escrito sobre muchas películas argumentando que sí, que sí puede serlo. Parece que a la mayoría de la gente le resulta más fácil admitirlo si ese cine no procede de Hollywood, pues se mal entiende a la meca del cine como un monstruo capitalista que devora el talento y la creatividad, pero no creo que, por ejemplo en estos Relatos Salvajes, a nadie le cueste admitir que es esencialmente cine de evasión, pero que diametralmente contiene un mensaje presente.
Porque por muy salvajes que sean estos relatos, tristemente, resulta difícil no identificarse con ellos. Tal vez el primero de ellos, titulado “Pasternak” y que sucede en el avión, sea el más casual y de formato sketch. Pero a partir del segundo, “Las ratas”, sobre la justicia poética contra el arraigado caciquismo, la pregunta ‘¿Qué hubiera hecho usted en esta situación?’, sobrevuela inevitablemente la sala de cine. Después viene un slapstick violento sobre la testosterona y la estupidez humana (“El más fuerte”); “Bombita”, una comprensible destrucción hacia y por la burocracia y el asalto institucional; una alegoría sobre la diferencia de clases y el control de la justicia y lo que es justo (“La propuesta”); y finalmente, y con toda su locura, una hostia en la cara a lo convencional (esas bodas que son como micro Gran Hermano del terror) la idiotez social y familiar, y una apuesta por la verdadera pasión en “Hasta que la muerte nos separe”.
En estos seis relatos, se presiona a sus personajes para que saquen a los animales que llevan dentro. Como hacen muy bien los argentinos, abstraerse del humor no es fácil, a pesar de que en realidad aquí se hable de la miseria humana y de los monstruos que llevamos dentro. Pero ver Relatos Salvajes es liberador, casi terapéutico. Todos sus intérpretes exprimen al límite su ingenio y su talento, llevándonos en una montaña rusa que nunca quieres que acabe. Y además de eso, la gran hipérbole que es realidad la cinta no hace más que alimentar su importancia desde un sentido del humor muy negro.
Elogio por último la capacidad de Damián Szifron para plasmar en cada uno de sus relatos un estilo y un género. Como he nombrado, están el sketch y el slapstick cómicos, pero también hay los retazos de cine social en “Bombita”, el cine pulp tipo Tarantino en “Las Ratas”, el cine negro en “La Propuesta”, o el despropósito coral, operístico y multicolor de “Hasta que la muerte nos separe”.
Si el espectador busca esa “amable” sensación de verse reflejado en la pantalla, de que le hablen de sus problemas reales, de identificarse con una historia… debería acudir corriendo a ver Relatos Salvajes. Eso sí, lo que va a encontrar es, efectivamente, salvaje.
Porque por muy salvajes que sean estos relatos, tristemente, resulta difícil no identificarse con ellos. Tal vez el primero de ellos, titulado “Pasternak” y que sucede en el avión, sea el más casual y de formato sketch. Pero a partir del segundo, “Las ratas”, sobre la justicia poética contra el arraigado caciquismo, la pregunta ‘¿Qué hubiera hecho usted en esta situación?’, sobrevuela inevitablemente la sala de cine. Después viene un slapstick violento sobre la testosterona y la estupidez humana (“El más fuerte”); “Bombita”, una comprensible destrucción hacia y por la burocracia y el asalto institucional; una alegoría sobre la diferencia de clases y el control de la justicia y lo que es justo (“La propuesta”); y finalmente, y con toda su locura, una hostia en la cara a lo convencional (esas bodas que son como micro Gran Hermano del terror) la idiotez social y familiar, y una apuesta por la verdadera pasión en “Hasta que la muerte nos separe”.
En estos seis relatos, se presiona a sus personajes para que saquen a los animales que llevan dentro. Como hacen muy bien los argentinos, abstraerse del humor no es fácil, a pesar de que en realidad aquí se hable de la miseria humana y de los monstruos que llevamos dentro. Pero ver Relatos Salvajes es liberador, casi terapéutico. Todos sus intérpretes exprimen al límite su ingenio y su talento, llevándonos en una montaña rusa que nunca quieres que acabe. Y además de eso, la gran hipérbole que es realidad la cinta no hace más que alimentar su importancia desde un sentido del humor muy negro.
Elogio por último la capacidad de Damián Szifron para plasmar en cada uno de sus relatos un estilo y un género. Como he nombrado, están el sketch y el slapstick cómicos, pero también hay los retazos de cine social en “Bombita”, el cine pulp tipo Tarantino en “Las Ratas”, el cine negro en “La Propuesta”, o el despropósito coral, operístico y multicolor de “Hasta que la muerte nos separe”.
Si el espectador busca esa “amable” sensación de verse reflejado en la pantalla, de que le hablen de sus problemas reales, de identificarse con una historia… debería acudir corriendo a ver Relatos Salvajes. Eso sí, lo que va a encontrar es, efectivamente, salvaje.
7 de noviembre de 2014
7 de noviembre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los últimos años, el cine argentino se ha convertido en una industria referente dentro del séptimo arte. Títulos tan afamados como El hijo de la novia, El secreto de sus ojos o Nueve reinas son ejemplos de ello, obras que aúnan el éxito, tanto de crítica como de público. Caras tan conocidas como Ricardo Darin-La fuga, El mismo amor, la misma lluvia- o Diego Peretti -No sos vos, soy yo, La señal- o autores de prestigio como Juan José Campanella, el malogrado Fabian Bielinsky o Damian Szifrón se han convertido en habituales de nuestra cartelera. Este último es el responsable de Relatos Salvajes, cinta que ha sido elegida para representar al país sudamericano en los próximos Premios Oscar y que cuenta en la producción con el realizador manchego, Pedro Almodóvar.
Compuesto de seis historias que nada tienen que ver entre ellas, salvo el deseo de venganza y justicia que buscan sus protagonistas, Relatos Salvajes es una mezcla de comedia negra y drama en la que el espectador se puede ver representado con total facilidad. Situaciones nada descabelladas, en las que los abusos, la tiranía y la sinrazón se unen, consiguiendo formar esa gota que colma el vaso y que hace perder el control y resolver la situación de manera irracional y primitiva. Relatos que llevan como título Pasternak, Las Ratas, El más fuerte, Bombita, La propuesta y Hasta que la muerte nos separe.
Tras un prólogo brillante (Pasternak), el filme continua con las que quizá sean las dos mejores narraciones de la película. En Las Ratas, se ofrece al espectador una venganza servida en un plato bien frío, con un desenlace colosal. En cuanto a El más fuerte, se trata de la historia con mejor ritmo, más salvaje y con una mayor dosis de violencia que el resto del conjunto. En ella, Leonardo Sbaraglia -En la ciudad sin límites, El corredor nocturno- da vida a un 'yuppie' que insultará y provocará a un maníaco en una carretera poco transitada.
Los dos siguientes capítulos son probablemente los de menor entidad destacando en Bombita la actuación del siempre sobresaliente Ricardo Darin. La propuesta es el episodio más desagradable e incómodo por su contenido. De esta manera se llega a la parte final, que con Hasta que la muerte nos separe -sin duda el relato más divertido y exagerado- pone el broche a una de las cintas más sorprendentes del 2014.
Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es
Compuesto de seis historias que nada tienen que ver entre ellas, salvo el deseo de venganza y justicia que buscan sus protagonistas, Relatos Salvajes es una mezcla de comedia negra y drama en la que el espectador se puede ver representado con total facilidad. Situaciones nada descabelladas, en las que los abusos, la tiranía y la sinrazón se unen, consiguiendo formar esa gota que colma el vaso y que hace perder el control y resolver la situación de manera irracional y primitiva. Relatos que llevan como título Pasternak, Las Ratas, El más fuerte, Bombita, La propuesta y Hasta que la muerte nos separe.
Tras un prólogo brillante (Pasternak), el filme continua con las que quizá sean las dos mejores narraciones de la película. En Las Ratas, se ofrece al espectador una venganza servida en un plato bien frío, con un desenlace colosal. En cuanto a El más fuerte, se trata de la historia con mejor ritmo, más salvaje y con una mayor dosis de violencia que el resto del conjunto. En ella, Leonardo Sbaraglia -En la ciudad sin límites, El corredor nocturno- da vida a un 'yuppie' que insultará y provocará a un maníaco en una carretera poco transitada.
Los dos siguientes capítulos son probablemente los de menor entidad destacando en Bombita la actuación del siempre sobresaliente Ricardo Darin. La propuesta es el episodio más desagradable e incómodo por su contenido. De esta manera se llega a la parte final, que con Hasta que la muerte nos separe -sin duda el relato más divertido y exagerado- pone el broche a una de las cintas más sorprendentes del 2014.
Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es
10 de diciembre de 2014
10 de diciembre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Martes 10 de diciembre, 6:30 pm. Cinéteca Nacional. Todos tenemos relatos salvajes en pro de nuestra supervivencia social, desde el punto de vista del victimario o víctima. Filme que recobra a través de 6 cortometrajes que el instinto salvaje no confiere a nadie en específico, aparece y ya, sin importar el contexto. Una lucha continua por establecer límites y hacer valer nuestra voz a costos inimaginables, pero a la vez permisivos por tratarse de ficción. De ahí que Szifrón construya personajes ávidos de escucha y que a través de la venganza harán notaria la inexistencia del enemigo pequeño.
A este variopinto que da esbozos de una sociedad que "funciona" a su manera —aun con lo reprobable y que pone en tela de juicio el raciocinio del cual se jacta la raza humana— el director y guionista comienza sus escabrosas historias con "Pasternak", sociopata dispuesto a cobrarle cuentas a todos aquéllos incapaces de darle cabida en sus vidas llámese como novio, paciente, empleado o músico por mencionar algunos, donde el caos que representa el vuelo es autentica venganza. "Las ratas" vienen a conformar el segundo corto, integrado por tres personajes, en el que la línea divisora entre víctimas y victimarios se atenúa intermitentemente.
No obstante, aunque todos tienen esa dosis de humor negro, los más logrados se encuentran por venir y "El más fuerte", en efecto el más poderoso de los seis, haciendo gala Leonardo Sbaraglia y Walter Donado a la disputa de un todo, no sólo por lo que plantea, sino por llevar al espectador a los límites y conseguirlo con cierre prominente. El cuarto y no menos auténtico, Bombita —con el ya garantizado Ricardo Darín—, a quien se le sesga la paciencia, como a cualquier ciudadano indispuesto a alinearse a la burocracia y saqueo de quiénes imponen reglas de tránsito indefinidas.
Para el cierre viene "La propuesta", en donde un accidente de tránsito revelarán el precio de la justicia, el defensor, los empleados de confianza y por supuesto el amor paternal, todos haciendo leña del árbol caído sin imaginar el desenlace. Por último "Hasta que la muerte nos separe", enmarcado en el festejo de una boda judía alcanzada por la rabia que atenuará toda prudencia, haciendo que los novios traguen cucharadas de chocolate propio con esencia de infidelidad.
Cada una de las historias trae la venganza como línea argumental y recalcan que nadie está exento de perder el control e incurrir en pensamientos falsos que desaten más violencia. Hoy, estos "Relatos Salvajes" me remiten a disputas entre hacer valer mi voz o bien que los limites en cualquier contexto sean superados por no entablarlos de inicio. Desde el vecino incomodo en pelea por lugares de aparcamiento que no le corresponden, hasta compañeras de trabajo capaces de recrearse circunstancias en pro de evadir la responsabilidad para que sean asumidas por terceros una y otra vez.
Oportuna, ingeniosa, con alto grado de humor corrosivo.
A este variopinto que da esbozos de una sociedad que "funciona" a su manera —aun con lo reprobable y que pone en tela de juicio el raciocinio del cual se jacta la raza humana— el director y guionista comienza sus escabrosas historias con "Pasternak", sociopata dispuesto a cobrarle cuentas a todos aquéllos incapaces de darle cabida en sus vidas llámese como novio, paciente, empleado o músico por mencionar algunos, donde el caos que representa el vuelo es autentica venganza. "Las ratas" vienen a conformar el segundo corto, integrado por tres personajes, en el que la línea divisora entre víctimas y victimarios se atenúa intermitentemente.
No obstante, aunque todos tienen esa dosis de humor negro, los más logrados se encuentran por venir y "El más fuerte", en efecto el más poderoso de los seis, haciendo gala Leonardo Sbaraglia y Walter Donado a la disputa de un todo, no sólo por lo que plantea, sino por llevar al espectador a los límites y conseguirlo con cierre prominente. El cuarto y no menos auténtico, Bombita —con el ya garantizado Ricardo Darín—, a quien se le sesga la paciencia, como a cualquier ciudadano indispuesto a alinearse a la burocracia y saqueo de quiénes imponen reglas de tránsito indefinidas.
Para el cierre viene "La propuesta", en donde un accidente de tránsito revelarán el precio de la justicia, el defensor, los empleados de confianza y por supuesto el amor paternal, todos haciendo leña del árbol caído sin imaginar el desenlace. Por último "Hasta que la muerte nos separe", enmarcado en el festejo de una boda judía alcanzada por la rabia que atenuará toda prudencia, haciendo que los novios traguen cucharadas de chocolate propio con esencia de infidelidad.
Cada una de las historias trae la venganza como línea argumental y recalcan que nadie está exento de perder el control e incurrir en pensamientos falsos que desaten más violencia. Hoy, estos "Relatos Salvajes" me remiten a disputas entre hacer valer mi voz o bien que los limites en cualquier contexto sean superados por no entablarlos de inicio. Desde el vecino incomodo en pelea por lugares de aparcamiento que no le corresponden, hasta compañeras de trabajo capaces de recrearse circunstancias en pro de evadir la responsabilidad para que sean asumidas por terceros una y otra vez.
Oportuna, ingeniosa, con alto grado de humor corrosivo.
23 de febrero de 2015
23 de febrero de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremenda salvajada me acabo de dar con esta película, las dos horas pasan volando de lo buena que es, las historias súper interesantes, las actuaciones buenísimas y la dirección una maravilla, me encantó como manejaba esa cámara este director. Y ahora que acabo de verla, me molesta que esta película no ganó el premio Oscar a mejor película de habla no inglesa la noche de ayer, tocará ver "Ida" a ver que tal ¿Pero será mejor que esta? porque ya sabemos que esos premios de la "academia" son una farsa. En fin, una excelente película, de verdad muy buena.
4 de septiembre de 2016
4 de septiembre de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son varios relatos independientes. No se relacionan entre sí al final como puedas esperar por otras películas de este tipo. Lo que tienen en común las historias es lo rocambolesco de las mismas. La violencia está presente pero no es gratuíta sino perfectamente entendible.
Muy divertida.
Muy divertida.
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