Tres colores: Rojo
Drama
Valentina, una joven estudiante que se gana la vida como modelo, salva la vida de un perro atropellado por un coche. La búsqueda de su dueño la conduce a un juez jubilado que tiene una extraña obsesión: escuchar las conversaciones telefónicas de sus vecinos. Si antes el espionaje telefónico formaba parte de su trabajo, ahora se ha convertido en un vicio. A Valentina le desagrada la conducta del hombre, pero no puede evitar ir a verlo. (FILMAFFINITY) [+]
5 de julio de 2024
5 de julio de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas, como Tres colores: Rojo (Trois colours: Rouge,, 1994), última obra de Krzysztof Kieslowski (que fallecería dos años después), que hacen del misterio cuerpo de narración, incógnita que es a la vez revelación, como el momento epifánico de esa súbita luz que envuelve por unos instantes a Valentine (Irene Jacob) y al juez (Jean Louis Trintignant) en el hogar de éste (o un hogar que es a la vez que ruinas y retiro un lugar que alienta lo posible cual sombrío Brigadoon: hay algo de entresueños, de entraña fantástica, en la narración). La vida es una extraña trama de casualidades, o quizás esté tejida por imperceptibles hilos invisibles. La narración se desliza entre interrogantes y, sobre todo, fragilidades, las nuestras. Es una narración que tiembla. Temblores velados, como esa luz de cielo encapotado que prima, como si el día estuviera bañado de noche, esas sombras espesas de sus nocturnos. El accidental atropello de una perra (embarazada) provoca una imprevista conexión, la que establece Valentine con esa intrigante personalidad que es el juez (quien parece haber abortado su vida). Un cruce de senderos que propicia un alumbramiento mutuo, y el esclarecimiento de un futuro, el de ella, y la restitución de un pasado, el de él (como quien recuperara el aliento de vivir). Pero, entremedias de la narración y esos personajes, como una línea paralela que pareciera siempre a punto de cruzarse con Valentine ¿Quién es es Auguste (Jean Pierre Laborit), ese joven abogado poseedor también de un perro, que vive enfrente de Valentine, que sonrie admirativo ante el gran cartel de Valentine en la calle y que será abandonado por su novia, como así le ocurrió al juez décadas atrás, quien, indirectamente, propiciará que ella conozca a quien será su nueva pareja?
Durante la narración se alternan vidas que se solidifican y una vida que se resquebraja, el afianzamiento de la relación entre Valentine y el juez con las vicisitudes del abogado, su decepción y ruptura, como si se trazara una variación de aquella vivencia pretérita que vivió el juez. Pasado y presente se conjugan a través de distintas vidas. ¿La vida como repetición que puede ser corregida según la combinación de los factores que logren contrarrestar la accidentalidad? Los accidentes del azar pueden ser nefastos pero también beneficiosos. Los reflejos, cuerpos de espejos, se entretejen en la narración. El poster de Valentine encontrará su replica en el último plano cuando es salvada tras el hundimiento del ferry, y que posibilitará que conozca al abogado, precisamente a su lado en ese momento, otro de los siete supervivientes, entre los que están cuatro protagonistas de las previas Azul (1993) y Blanco (1994). Quizás casualidad, quizás no. El rostro del juez, que al inicio de la narración, cuando le conoce Valentine, era un semblante grave, mustio y amargo, indiferente al mismo estado de la herida perra, ahora ya sonríe, tras el cristal roto de la ventana, gracias a la interacción que gestó y afianzó con Valentine (como si le hubiera embarazado con el entusiasmo de vivir que implica generosidad, dejando de regodearse en su desgracia, en la que parecía haberse embarrancado desde que le abandonó la mujer que amaba).
Durante la narración se alternan vidas que se solidifican y una vida que se resquebraja, el afianzamiento de la relación entre Valentine y el juez con las vicisitudes del abogado, su decepción y ruptura, como si se trazara una variación de aquella vivencia pretérita que vivió el juez. Pasado y presente se conjugan a través de distintas vidas. ¿La vida como repetición que puede ser corregida según la combinación de los factores que logren contrarrestar la accidentalidad? Los accidentes del azar pueden ser nefastos pero también beneficiosos. Los reflejos, cuerpos de espejos, se entretejen en la narración. El poster de Valentine encontrará su replica en el último plano cuando es salvada tras el hundimiento del ferry, y que posibilitará que conozca al abogado, precisamente a su lado en ese momento, otro de los siete supervivientes, entre los que están cuatro protagonistas de las previas Azul (1993) y Blanco (1994). Quizás casualidad, quizás no. El rostro del juez, que al inicio de la narración, cuando le conoce Valentine, era un semblante grave, mustio y amargo, indiferente al mismo estado de la herida perra, ahora ya sonríe, tras el cristal roto de la ventana, gracias a la interacción que gestó y afianzó con Valentine (como si le hubiera embarazado con el entusiasmo de vivir que implica generosidad, dejando de regodearse en su desgracia, en la que parecía haberse embarrancado desde que le abandonó la mujer que amaba).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El juez era un hombre que meramente se dedicaba a escuchar las conversaciones de sus vecinos. Su perspectiva de la vida es que nada podría conseguir su intervención, ni la de Valentine, por muy buena intención que tuviera. Cuando Valentine contacta con una familia vecina, a cuyo marido el juez escuchaba en sus conversaciones con su amante masculino, se percata de que la hija es consciente de esa otra relación (porque la ve cómo escucha por teléfono). El juez plantea qué podría aportar que revelara esa conversación a la esposa. Interviniera ella o dejará él de escuchar sus conversaciones sería parecido el destino de esas vidas. Pero a la vez la intervención de Valentine en la vida del juez, la relación cómplice que afianzan logra que él varíe de modo radical su manera de habitar la realidad. No solo deja de escuchar esas otras vidas, reflejo de que él carece de vida propia, como si fuera una mera sombra, sino que incluso se denuncia a sí mismo por espiar telefónicamente a otras vidas. Valentine consigue que vuelva a querer convivir con la perra, que se preocupa por ella, quien dará a luz como reflejo de cómo él está dandose a luz de nuevo. Kieslowski de nuevo, con la colaboración inestimable de la dirección de fotografía de Piotr Sobocinski, la música de Zbigniew Preisner y la prestación de los intérpretes, modula con sutileza impresionista un relato que se teje en buena medida en sus subterráneos. Misterios, pero sin duda bellos y cautivadores. La vida es una incógnita que asombra. Rojo me parece una de las obras maestras de uno de los grandes cineastas de los últimos cincuenta años, como lo fueron también las diez obras, sobre todo el decálogo 1, No amarás y No matarás, que componían su excepcional Decálogo (1988), La doble vida Verónica (1991) así como obras menos conocidas, como El aficionado (1979), Sin fin (1985) o El azar (1987), que había sido rodado en 1981 (pero fue censurado por el gobierno polaco).
Alexander Zárate
elcinedesolaris.blogspot.com
Alexander Zárate
elcinedesolaris.blogspot.com
29 de noviembre de 2024
29 de noviembre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rojo supone la guinda del pastel de una trilogía magnífica, en la que el juego de colores y el eje espacio-temporal están tan urdidos entre sí que se tornan esenciales para un final redondo que Kiéslowski parece siempre tuvo en mente.
El saber escoger entre las dicotomías del destino: el juez legalista frente al ecuánime; hacer lo que parece correcto y loable frente a la preservación de la idea de familia o la relación tóxica y poco gratificante frente a una prometedora carrera profesional.
A su vez, el magnífico guion -que no ya sólo los diálogos, pues en esta película los detalles hablan mucho más que los personajes- parece emplear recursos reflectantes para demostrar la interrelación de un fatum ya predeterminado: amores llamados a fracasar pero corregidos por un último evento dramático, una botella de cristal que pugna contra una enclenque anciana por introducirse en el contenedor o una iglesia donde tan pronto se celebra un matrimonio como se pierde un pastor alemán.
No sé si se trata de un detalle más presentado por el director o de una elucubración que elaboro yo como espectadora exaltada de un cine tan impresionante, pero terminaré señalando que incluso en la ubicación de la trama podemos ver reflejadas las intenciones del autor. Azul se desarrolla en Francia, cuya bandera incorpora los tres elementos que se desarrollan a posteriori a lo largo de la trilogía: azul por libertad, blanco por igualdad y rojo, en mi libre opinión (quizás errónea) no por fraternidad, sino más bien por destino.
Blanco, centrada en Polonia, olvida la libertad para centrarse en las otras dos ideas, dando mayor espacio al sino inevitable, pero todavía retributivo.
Por fin, Rojo (Suiza) supone el triunfo eminente de esta última idea. Ante ella, sólo podemos preguntarnos ¿realmente hay algo que hacer frente a los hilos de un futuro ya determinado y que rodea cualquier atisbo de libertad en nuestros actos?
Cine independiente, mayúsculo e insoslayable.
El saber escoger entre las dicotomías del destino: el juez legalista frente al ecuánime; hacer lo que parece correcto y loable frente a la preservación de la idea de familia o la relación tóxica y poco gratificante frente a una prometedora carrera profesional.
A su vez, el magnífico guion -que no ya sólo los diálogos, pues en esta película los detalles hablan mucho más que los personajes- parece emplear recursos reflectantes para demostrar la interrelación de un fatum ya predeterminado: amores llamados a fracasar pero corregidos por un último evento dramático, una botella de cristal que pugna contra una enclenque anciana por introducirse en el contenedor o una iglesia donde tan pronto se celebra un matrimonio como se pierde un pastor alemán.
No sé si se trata de un detalle más presentado por el director o de una elucubración que elaboro yo como espectadora exaltada de un cine tan impresionante, pero terminaré señalando que incluso en la ubicación de la trama podemos ver reflejadas las intenciones del autor. Azul se desarrolla en Francia, cuya bandera incorpora los tres elementos que se desarrollan a posteriori a lo largo de la trilogía: azul por libertad, blanco por igualdad y rojo, en mi libre opinión (quizás errónea) no por fraternidad, sino más bien por destino.
Blanco, centrada en Polonia, olvida la libertad para centrarse en las otras dos ideas, dando mayor espacio al sino inevitable, pero todavía retributivo.
Por fin, Rojo (Suiza) supone el triunfo eminente de esta última idea. Ante ella, sólo podemos preguntarnos ¿realmente hay algo que hacer frente a los hilos de un futuro ya determinado y que rodea cualquier atisbo de libertad en nuestros actos?
Cine independiente, mayúsculo e insoslayable.
16 de diciembre de 2024
16 de diciembre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
#94. Three Colours: Red. 1994. Krzysztof Kieślowski.
Ultima película de la trilogía y mi favorita personal. En este caso habla del último lema de la revolución francesa: La Fraternidad.
Inicia la película, donde dos voces se comunican a través de unos cables de comunicación. Mostrando que a pesar que los medios de comunicación nos permite comunicarnos con más personas, paradójicamente también nos alejan.
Conocemos a Valentine quien es una modelo, quien a pesar de que se encuentra sola, tiene a su alrededor un entorno social problemático. (Un hermano involucrado en las drogas y un novio con problema de celotipia severa).
Por casualidades de la vida, durante su camino a casa conoce a un juez retirado, quien vive conectado con el mundo espiando conversaciones ajenas, pero a pesar de esto vive aislado. Él es un juez que pidió su pensión adelantada y que ya no aguantó vivir entre las personas. Piensa que cualquier acto de bondad o solidaridad entre los hombres es un acto de egoísmo, ya que al final todas las cosas que hacemos es por nosotros mismos.
El tono de la película está a medias entre el drama de la primera película y el carácter cómico de la segunda. Pero es más optimista con respecto a las previas. Nos muestra tanto la introspección de el juez, como el mundo del que está rodeada Valentine. La banda sonora como siempre es espectacular y el rojo predomina, marcando la pasión entre las personas pero también la solidaridad entre ellas y que se puede luchar por un mundo justo si nos unimos. En ocasiones la película nos trata de engañar con falsos destinos para después superar las expectativas y mostrarnos otra cosa y eso me parece que es bastante difícil de lograr.
Ultima película de la trilogía y mi favorita personal. En este caso habla del último lema de la revolución francesa: La Fraternidad.
Inicia la película, donde dos voces se comunican a través de unos cables de comunicación. Mostrando que a pesar que los medios de comunicación nos permite comunicarnos con más personas, paradójicamente también nos alejan.
Conocemos a Valentine quien es una modelo, quien a pesar de que se encuentra sola, tiene a su alrededor un entorno social problemático. (Un hermano involucrado en las drogas y un novio con problema de celotipia severa).
Por casualidades de la vida, durante su camino a casa conoce a un juez retirado, quien vive conectado con el mundo espiando conversaciones ajenas, pero a pesar de esto vive aislado. Él es un juez que pidió su pensión adelantada y que ya no aguantó vivir entre las personas. Piensa que cualquier acto de bondad o solidaridad entre los hombres es un acto de egoísmo, ya que al final todas las cosas que hacemos es por nosotros mismos.
El tono de la película está a medias entre el drama de la primera película y el carácter cómico de la segunda. Pero es más optimista con respecto a las previas. Nos muestra tanto la introspección de el juez, como el mundo del que está rodeada Valentine. La banda sonora como siempre es espectacular y el rojo predomina, marcando la pasión entre las personas pero también la solidaridad entre ellas y que se puede luchar por un mundo justo si nos unimos. En ocasiones la película nos trata de engañar con falsos destinos para después superar las expectativas y mostrarnos otra cosa y eso me parece que es bastante difícil de lograr.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay una escena muy bella donde la señora que en las películas previas intentaba arrojar su botella al contenedor, quien acá es ayudada por Valentine.
Si tenemos la oportunidad, en nuestra vida conoceremos personas que creen que este mundo todavía tiene bondad y que son capaces de apoyarnos cuando más lo necesitemos (genial dialogo que tienen el juez y Valentine). La vida nos ha vuelto demasiado escépticos y no confiamos en nadie, pero ha veces hay que darse la oportunidad para volver a creer en nuestros hermanos humanos. Por eso esta película me gustó bastante.
El juez es una persona quien tiene el alma rota, pero que al final tiene la oportunidad de volver a sonreír y esto en el espectador le genera una empatía bastante grande.
La grandeza de la trilogía radica en que nosotros sentimos empatía por las personas que vemos en pantalla: con el dolor de Julie, con la humillación y el ascenso de Karla o ahora con la vuelta a la vida del Juez y el destino amoroso de Valentine. Junto con el Padrino y la trilogía del Señor de los anillos, lo coloco como la cúspide de trilogías en cine y es algo que nosotros tenemos que experimentar por lo menos una vez en la vida.
La película la miré en su reestreno en 4k en Cinecolombia, junto con la trilogía completa. Había bastante gente sobretodo de edad mayor. Y como yo se confundían ante lo que miraban para después ya entender por donde iba la trama. La escena de la confesión del juez es sumamente conmovedora y creo que todos nos sorprendimos. Quedamos con un aire de esperanza en el ambiente.
Al final se encuentra una coda donde aparecen todos los personajes de la trilogía, mostrando que a veces el destino puede ser muy caprichoso, espero que todo aquel que esté acá le pasen cosas buenas.
Si tenemos la oportunidad, en nuestra vida conoceremos personas que creen que este mundo todavía tiene bondad y que son capaces de apoyarnos cuando más lo necesitemos (genial dialogo que tienen el juez y Valentine). La vida nos ha vuelto demasiado escépticos y no confiamos en nadie, pero ha veces hay que darse la oportunidad para volver a creer en nuestros hermanos humanos. Por eso esta película me gustó bastante.
El juez es una persona quien tiene el alma rota, pero que al final tiene la oportunidad de volver a sonreír y esto en el espectador le genera una empatía bastante grande.
La grandeza de la trilogía radica en que nosotros sentimos empatía por las personas que vemos en pantalla: con el dolor de Julie, con la humillación y el ascenso de Karla o ahora con la vuelta a la vida del Juez y el destino amoroso de Valentine. Junto con el Padrino y la trilogía del Señor de los anillos, lo coloco como la cúspide de trilogías en cine y es algo que nosotros tenemos que experimentar por lo menos una vez en la vida.
La película la miré en su reestreno en 4k en Cinecolombia, junto con la trilogía completa. Había bastante gente sobretodo de edad mayor. Y como yo se confundían ante lo que miraban para después ya entender por donde iba la trama. La escena de la confesión del juez es sumamente conmovedora y creo que todos nos sorprendimos. Quedamos con un aire de esperanza en el ambiente.
Al final se encuentra una coda donde aparecen todos los personajes de la trilogía, mostrando que a veces el destino puede ser muy caprichoso, espero que todo aquel que esté acá le pasen cosas buenas.
2 de febrero de 2007
2 de febrero de 2007
21 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, le pongo un aceptable porque después de todo no es tan grandilocuente como otras del mismo estilo, casi siempre pelis europeas pretenciosas, que quieren jugar con la cámara sin saber bien a qué, o que pretenden "arreglar" el mundo con unas cuantas frases pretenciosas, con decir que ni la pude terminar la primera vez porque me aburría ya casi queda todo dicho, por mi parte, claro está de forma subjetiva, y sin haber visto las dos anteriores, pero creo que son independientes, por todo lo que he leído.
También aceptable porque los actores están bien, y tiene algunas escenas buenas, pese a todo, le falta lo fundamental, contar una historia interesante y estimulante sin necesidad de hacer "protagonista" a la cámara o "vedette" al director.
También aceptable porque los actores están bien, y tiene algunas escenas buenas, pese a todo, le falta lo fundamental, contar una historia interesante y estimulante sin necesidad de hacer "protagonista" a la cámara o "vedette" al director.
21 de diciembre de 2015
21 de diciembre de 2015
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película diferente que siempre he querido ver (en realidad cualquiera de la saga). La trilogía de los colores de la tricolor gabacha siempre me ha seducido por lo curioso del caso. No tenía ni idea de su argumento y hasta hace unos minutos no había visto ninguna. Curioso e interesante film donde se nos narra la existencia de un huraño y poco sociable juez jubilado que se dedica a escuchar las llamadas telefónicas de sus vecinos y la irrupción en su vida de una modelo que por error casi mata a su perra y se la lleva a su casa. Ahí surge una historia diferente a lo que estamos acostumbrados los amantes del cine americano al tratarse de un film francés con un tono europeo muy digno y alejado de lo cutre (que es lo que he visto últimamente). Muy significativo el hecho de que se complementa la historia situada en el presente (1994), con el pasado del juez, que supone una catársis en su vida desde entonces . Lo que menos me ha gustado y ya entro en zona spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... Es que verdaderamente la visión de la vida que tiene el huraño juez cambia con la relación con la modelo para bien. Su personalidad se lima y se convierte en una mejor persona y eso, ¿quién lo cree? ¿Alguien ha visto a alguna persona mejorar con el tiempo en lugar de empeorar? El desastre en el ferry y ver a una joven Juliette Binoche, la cual sale en alguna de la pelis de la trilogía, me hace creer que es un hecho común en las tres.
P.D. Es tan noventera y tiene unos paisajes urbanos de una pequeñita localidad francesa tan deliciosos, que sólo por eso te la recomendaría.
P.D. Es tan noventera y tiene unos paisajes urbanos de una pequeñita localidad francesa tan deliciosos, que sólo por eso te la recomendaría.
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