A propósito de Llewyn Davis
2013 

6.7
26,251
Drama
Nueva York, 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac) es un joven cantante de folk que vive de mala manera en el Greenwich Village. Durante un gélido invierno, con su guitarra a cuestas, sin casa fija y sin apenas dinero lucha por ganarse la vida como músico. Sobrevive cantando en pequeños garitos, pero, sobre todo, gracias a la ayuda de algunos amigos que le prestan su sofá para pasar las frías noches. De repente, decide viajar a Chicago para ... [+]
17 de noviembre de 2013
17 de noviembre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados... Buena música, alguna que otra sonrisa amarga y la angustiosa sensación de ver al protagonista atrapado en una frustrante búsqueda.
Interesante, este último trabajo de los Coen, pero muy lejos aún de sus cotas pretéritas de talento. Digamos que un Coen de oficio que se ve, se "sufre" y te hace pensar, pero al que le falta algo para estar junto a las más grandes cintas de esta pareja de cineastas.
Lo mejor es su banda sonora, que hace que la historia fluya suave y elegantemente. Pero el personaje principal ya lo habíamos visto mil veces en cine anteriormente. Los secundarios tampoco brillan como debieran. Pese a todo, recomendable.
Interesante, este último trabajo de los Coen, pero muy lejos aún de sus cotas pretéritas de talento. Digamos que un Coen de oficio que se ve, se "sufre" y te hace pensar, pero al que le falta algo para estar junto a las más grandes cintas de esta pareja de cineastas.
Lo mejor es su banda sonora, que hace que la historia fluya suave y elegantemente. Pero el personaje principal ya lo habíamos visto mil veces en cine anteriormente. Los secundarios tampoco brillan como debieran. Pese a todo, recomendable.
1 de enero de 2014
1 de enero de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"A propósito de Llewyn Davis" es una película, sin ninguna duda, muy propia de los hermanos Coen. Pero aún siendo así, que nadie vaya a verla con la idea en mente de títulos como "No es país para viejos", "El Gran Lebowski" o "Fargo", pues no tiene prácticamente relación.
Este film, es una joya en el repertorio de los Coen, desde mi punto de vista, pero está claro que si alguien nunca ha visto algo parecido a su estilo o su propio estilo, saldrá un tanto cansado de la sala del cine. Yo considero que la película es lenta ( ojo, no larga y aburrida ) pero profunda. Con momentos completamente llenos de vida y serenidad. Momentos únicos, con simples miradas, rostros o silencios que me hacen saber que estoy presenciando cine puro. Además de una comedia que hace irresistible que te den ganas de reír a carcajadas. Por eso, por esa mítica dirección y esas puede que cortas, pero esterales actuaciones, creo que es una gran obra de arte y como he dicho : cine puro.
No me extraña, y no es de extraña que a una parte del público les parezca un film demasiado lento, con una trama simple, aburrida y que da vueltas en torno de situaciones subrealistas y cansinad. Por eso, espectadores calificarán a esta obra como un "puro" ( un aburrimiento y algo agotador ) del cine. No me molesta, lo entiendo y lo respeto, ya que puede que me equivoque, pero si me preguntan si la recomiendo o no, no me costará decir : "Te recomiendo que vayas a ver esta peli, te recomiendo que vayas a ver cine puro".
P.D : A destacar la banda sonora, que ofrece un atractivo muy destacable y que acompaña muy acertadamente a las escenas. Además, la aparición de John Goodman y su acompañante, genial e inolvidable.
Este film, es una joya en el repertorio de los Coen, desde mi punto de vista, pero está claro que si alguien nunca ha visto algo parecido a su estilo o su propio estilo, saldrá un tanto cansado de la sala del cine. Yo considero que la película es lenta ( ojo, no larga y aburrida ) pero profunda. Con momentos completamente llenos de vida y serenidad. Momentos únicos, con simples miradas, rostros o silencios que me hacen saber que estoy presenciando cine puro. Además de una comedia que hace irresistible que te den ganas de reír a carcajadas. Por eso, por esa mítica dirección y esas puede que cortas, pero esterales actuaciones, creo que es una gran obra de arte y como he dicho : cine puro.
No me extraña, y no es de extraña que a una parte del público les parezca un film demasiado lento, con una trama simple, aburrida y que da vueltas en torno de situaciones subrealistas y cansinad. Por eso, espectadores calificarán a esta obra como un "puro" ( un aburrimiento y algo agotador ) del cine. No me molesta, lo entiendo y lo respeto, ya que puede que me equivoque, pero si me preguntan si la recomiendo o no, no me costará decir : "Te recomiendo que vayas a ver esta peli, te recomiendo que vayas a ver cine puro".
P.D : A destacar la banda sonora, que ofrece un atractivo muy destacable y que acompaña muy acertadamente a las escenas. Además, la aparición de John Goodman y su acompañante, genial e inolvidable.
30 de mayo de 2015
30 de mayo de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la historia de un perdedor que tiene su propia vida en pausa porque cada paso que da se materializa en una mala decisión. Generalmente cae mal, hace llorar a los únicos que se preocupan por él y poco a poco se le van cerrando todas las puertas. Es, en definitiva, un personaje complicado, tocado además por la perdida de una persona cercana. A diferencia de los personaje que se relacionan con él, nosotros como espectadores no podemos hacer más que sentir simpatía por él, en esa lucha artística tomada con resignación e impotencia, pese a las recomendaciones de aquellos con los que se cruza (como el capítulo de Chicago en el que el personaje encarnado por F. Murray Abraham le dice que simplemente “no ve mucho dinero ahí”, pese a emocionarse con su voz) y su tozudez contra las oportunidades que le ofrecen.
A propósito de Llewyn Davis tiene una arrancada de órdago, y lo mejor es que lo que sigue no decae en ningún momento. Me parece una de las mejores películas de los últimos años y otro ejemplo de que a los hermanos Coen todavía les queda mucho que decir.
Lee la crítica completa en: http://reelsofcinema.com/a-proposito-de-llewyn-davis/
A propósito de Llewyn Davis tiene una arrancada de órdago, y lo mejor es que lo que sigue no decae en ningún momento. Me parece una de las mejores películas de los últimos años y otro ejemplo de que a los hermanos Coen todavía les queda mucho que decir.
Lee la crítica completa en: http://reelsofcinema.com/a-proposito-de-llewyn-davis/
4 de enero de 2014
4 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si nuestra vida, desde que se inicia hasta que se desvanece en las arenas del tiempo, no es más que un ciclo, el de Llewyn Davis tiene la forma del círculo del fracaso. Con las hechuras del gran sueño americano, este músico incomprendido se aparece ante nosotros como modelo de antihéroe incapaz de empatizar con nada, ni nadie, de lo que le rodea. Hecho a base de golpes y modelado por el infortunio de su destino, Davis es prisionero de su música; esclavo de un público que reniega de su talento; víctima de su propia vorágine de autodestrucción.
De esta manera, los hermanos Cohen, despliegan en su última obra todo su talento, cargando las baterías con un libreto plagado de ácida ironía que se transforma en amarga realidad a la hora de desmontar pieza por pieza a su arquetipo de perdedor sin suerte. Este par de genios, emplean su conocimiento sobre la narración cinematográfica para estructurar un relato que camina entre el esperpento surrealista y las hechuras de la comedia dramática, sembrando a su paso una sensación de déja vu en el espectador, que siente compasión por el bucle en el que la vida ha encerrado al protagonista de esta genial película.
Importante resultaba por tanto, la selección de un rostro capaz de encarnar toda esa desesperanza y rabia hacia el mundo, a la vez que ponía voz a un creador de emociones musicales. Para ello, los Cohen han contado con la soberbia labor de un sensacional Oscar Isaac, amo y señor de la obra, y al que ningún compañero (humano) de reparto logra hacer sombra, a excepción quizás de ese Ulises que en su Odisea particular retorna con éxito al lugar al que su compañero de fatigas no consigue llegar. Isaac mira directamente al alma de la cámara y la descompone en pedazos de fracaso y amargura, con una voz que encierra la magia de un género nacido del desconocimiento de la victoria. La gran lástima, es que dentro de la amplia galería de secundarios que dan la réplica al protagonista absoluto de la obra, Joel e Ethan no ahonden un poco más en su psicología para terminar de conformar un relato completo y siempre vigente sobre la eterna guerra entre el éxito y el fracaso.
Si bien, el año se inició con un relato soberbio sobre la magia del perdedor, encerrado en esa figura del folk-rock que es Sixto Rodríguez, cuya increíble historia se narraba en el soberbio documental "Searching for Sugar Man"; el ciclo se cierra con otra figura del folk abocada al olvido gracias a que los astros así lo quisieron. Al fin y al cabo, puede que lo que separará a Llewyn Davis de figuras legendarias como Bob Dylan, fuera tan sólo un descanso entre actuación y actuación.
De esta manera, los hermanos Cohen, despliegan en su última obra todo su talento, cargando las baterías con un libreto plagado de ácida ironía que se transforma en amarga realidad a la hora de desmontar pieza por pieza a su arquetipo de perdedor sin suerte. Este par de genios, emplean su conocimiento sobre la narración cinematográfica para estructurar un relato que camina entre el esperpento surrealista y las hechuras de la comedia dramática, sembrando a su paso una sensación de déja vu en el espectador, que siente compasión por el bucle en el que la vida ha encerrado al protagonista de esta genial película.
Importante resultaba por tanto, la selección de un rostro capaz de encarnar toda esa desesperanza y rabia hacia el mundo, a la vez que ponía voz a un creador de emociones musicales. Para ello, los Cohen han contado con la soberbia labor de un sensacional Oscar Isaac, amo y señor de la obra, y al que ningún compañero (humano) de reparto logra hacer sombra, a excepción quizás de ese Ulises que en su Odisea particular retorna con éxito al lugar al que su compañero de fatigas no consigue llegar. Isaac mira directamente al alma de la cámara y la descompone en pedazos de fracaso y amargura, con una voz que encierra la magia de un género nacido del desconocimiento de la victoria. La gran lástima, es que dentro de la amplia galería de secundarios que dan la réplica al protagonista absoluto de la obra, Joel e Ethan no ahonden un poco más en su psicología para terminar de conformar un relato completo y siempre vigente sobre la eterna guerra entre el éxito y el fracaso.
Si bien, el año se inició con un relato soberbio sobre la magia del perdedor, encerrado en esa figura del folk-rock que es Sixto Rodríguez, cuya increíble historia se narraba en el soberbio documental "Searching for Sugar Man"; el ciclo se cierra con otra figura del folk abocada al olvido gracias a que los astros así lo quisieron. Al fin y al cabo, puede que lo que separará a Llewyn Davis de figuras legendarias como Bob Dylan, fuera tan sólo un descanso entre actuación y actuación.
5 de enero de 2014
5 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de disfrutar (y tolerar) infinidad de biopics, reales o imaginarios, sobre artistas del mundo de la música, sobre sus triunfos, sus ascensos y sus caídas, es, para empezar, refrescante, encontrarse con Inside Llewyn Davis por ser algo completamente diferente: una elegía a la figura del fracaso, pero sin tremendismos ni búsqueda de redención. Lo que aquí vemos es cómo lidiar con los sueños cuando estos se convierten en el peso que llevamos encima, día tras día.
Inside Llewyn Davis no es, sin embargo, una película oscura o deprimente. Es arrebatadora la luminosidad con la que está retratada la odisea del hombre del título, una odisea de unos pocos días que arrastra muchos años detrás, en la que las decisiones vitales se toman desde la importancia de un parpadeo. Inside Llewyn Davis es un retrato triste pero certero de lo que ocurre con el polvo de estrellas, de la infinidad de artistas (buenos artistas) que quedan en la estacada, abandonados por las circunstancias, por la suerte, o por sí mismos, a ser los espectadores de una vida, de un objetivo vital, que añorarán hasta estando dormidos. La carga poética en la puesta en escena (apoyada por una fascinante fotografía) y en el guión de los Coen es esta vez arrolladora, pues es difícil no acongojarse ante cualquiera de las imágenes, miradas o acordes de una película tan hermosa como Inside Llewyn Davis.
En el seguimiento de este antihéroe interpretado de forma carismática, comedida, profunda y magistral por Oscar Isaac (en el mejor papel de su carrera, prueba de un talento versátil y sensible), los Coen trazan un delicado viaje por la soledad, la melancolía y el anhelo desde la más sutil nota sostenida. No hay en todo el metraje una secuencia cuya fuerza (cómica, dramática, trascendental) no esté presente, o en sus encuentros con otros compañeros de viaje (un grupo de actores maravilloso, incluido el gato Ulises), o en cualquiera de las hermosas melodías, llantos rasgados, que acompañan a la historia.
No se puede decir mucho más de Inside Llewyn Davis, hay que vivirla. Es una película sencilla, y en su sencillez reside la honestidad de una mirada hecha con compasión y hondura, una elegía a los desprotegidos, al deseo implícito del arte, a la soledad del anhelo y la descomunal fuerza de una pequeña nota. Al retrato de un hombre solo y particular y su personal odisea por encontrar su destino, difícil y esquivo para él, e irónicamente hermoso para nosotros.
Inside Llewyn Davis no es, sin embargo, una película oscura o deprimente. Es arrebatadora la luminosidad con la que está retratada la odisea del hombre del título, una odisea de unos pocos días que arrastra muchos años detrás, en la que las decisiones vitales se toman desde la importancia de un parpadeo. Inside Llewyn Davis es un retrato triste pero certero de lo que ocurre con el polvo de estrellas, de la infinidad de artistas (buenos artistas) que quedan en la estacada, abandonados por las circunstancias, por la suerte, o por sí mismos, a ser los espectadores de una vida, de un objetivo vital, que añorarán hasta estando dormidos. La carga poética en la puesta en escena (apoyada por una fascinante fotografía) y en el guión de los Coen es esta vez arrolladora, pues es difícil no acongojarse ante cualquiera de las imágenes, miradas o acordes de una película tan hermosa como Inside Llewyn Davis.
En el seguimiento de este antihéroe interpretado de forma carismática, comedida, profunda y magistral por Oscar Isaac (en el mejor papel de su carrera, prueba de un talento versátil y sensible), los Coen trazan un delicado viaje por la soledad, la melancolía y el anhelo desde la más sutil nota sostenida. No hay en todo el metraje una secuencia cuya fuerza (cómica, dramática, trascendental) no esté presente, o en sus encuentros con otros compañeros de viaje (un grupo de actores maravilloso, incluido el gato Ulises), o en cualquiera de las hermosas melodías, llantos rasgados, que acompañan a la historia.
No se puede decir mucho más de Inside Llewyn Davis, hay que vivirla. Es una película sencilla, y en su sencillez reside la honestidad de una mirada hecha con compasión y hondura, una elegía a los desprotegidos, al deseo implícito del arte, a la soledad del anhelo y la descomunal fuerza de una pequeña nota. Al retrato de un hombre solo y particular y su personal odisea por encontrar su destino, difícil y esquivo para él, e irónicamente hermoso para nosotros.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here