Oppenheimer
7.4
44,912
Drama. Thriller
En tiempos de guerra, el brillante físico estadounidense Julius Robert Oppenheimer, al frente del 'Proyecto Manhattan', lidera los ensayos nucleares para construir la bomba atómica para su país. Impactado por su poder destructivo, Oppenheimer se cuestiona las consecuencias morales de su creación. Desde entonces y el resto de su vida, se opondría firmemente al uso de armas nucleares. (FILMAFFINITY)
24 de julio de 2023
24 de julio de 2023
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los incendiarios posters, el marketing con la cuenta atrás, esos trailers con un montaje que parecían decirnos que íbamos a asistir al blockbuster más trepidante del verano. El propio historial de Nolan...
Una bonita trampa todo. Oppenheimer me tiene dentro durante sus primeros 30-40 minutos, un biopic que me recuerda a otros que ya hemos visto antes sobre físicos, matemáticos y demás personalidades que fueron clave en nuestra historia durante el siglo pasado. Me gusta cómo fluye el ritmo, me interesa la vida de ese joven estudiante que sueña con bellas imágenes de partículas, luces y sonidos, un joven con aspiraciones y ganas de hacer algo importante. Cillian Murphy está tan brillante como siempre, y muy bien caracterizado en sus diferentes etapas. Sin necesidad de meterle efectos digitales en la cara uno se cree que ese hombre de casi 50 años es un estudiante universitario.
Sigo con interés los diálogos y pienso por dentro que realmente como decían, esta película se va a hacer amena. Me meten algunas escenas de la parte en blanco y negro que parecen importantes pienso yo. Pero una vez empieza el tema de la bomba y la preparación del escenario en Los Álamos, la película empieza a ir a la deriva. Una deriva de la que nunca vuelve a recuperarse ya.
La trama pierde excesivos minutos en situarnos ante la prueba Trinity. Matt Damon no me convence en su rol de mandamás amargado, te marean con demasiada cháchara intrascendente, que deben rellenar continuamente con música tensa para hacerte ver que están sucediendo cosas muy importantes ante tus ojos. De hecho a esta película le quitas la música y sería como quitarle risas enlatadas a una sitcom de los 2000. Minutos y más minutos donde se te promete que algo muy épico va a suceder. Uno llega ya saturado y mirando el reloj a esa prueba de la bomba, y cuando al fin sucede... Nada. Fuegos de artificio, donde los personajes deben poner cara de impactados ante algo no mucho más impresionante que la hoguera de San Juan.
Y por si la cosa no te había dado ya suficiente bajona llegado a este supuesto momento culmen, espérate que viene lo mejor. La hora restante (sí querido amigo, todavía vas a tener que estar pegado a la silla sesenta minutos más) es una matraca de charlas y más escenas con la parte blanco y negro, donde la verborrea se torna en casi ininteligible debido a todos los nombres a los que hacen referencia, que supuestamente deben suscitar sorpresa o interés en el espectador, pero este en lo único que está pensando ya es en irse a casa y hacer la cena. Uno ya no se entera de quién o de qué papeles están hablando estos y aquellos, es un esfuerzo en balde en intentar seguir algo que, realmente, no lleva a nada y no merece la pena invertir tiempo en darle vueltas. El resumen es una caza del comunista, ese es básicamente el tema principal de toda la película, y no la física o los efectos de las bombas en Japón. Que esa es otra, cuando le entra el malestar por lo que ha sucedido gracias a su invención, antes de eso todo eran risas y banderas americanas.
Oppenheimer es un ladrillo como pocos recuerdo y la película menos interesante de Nolan con diferencia diría. La salvan las interpretaciones, algunos diálogos interesantes de la primera mitad, la fotografía y el diseño de sonido, aunque de demasiado la matraca en algunos momentos que no hacía falta. Por dios, si hasta deben recurrir a sonidos atronadores en la última hora, imagino que para despertar al espectador.
Un biopic fallido a mi parecer, donde las claves de la película estaban en la primera hora pero luego se pone a dar más vueltas en círculo que la peonza de Origen. Esta película la llega a dirigir un director desconocido para el gran público y sin la ayuda de marketing del fenómeno Barbenheimer, y no sólo no recauda ni la mitad, si no que la crítica mostraría su verdadera opinión. Mejor película de Nolan decían algunos, y un cuerno.
Lo mejor: Cillian Murphy demostrando nuevamente que es uno de los mejores actores de este siglo. El diseño de sonido es esencial en la película.
Lo peor: pasa de ser interesante a ser casi insufrible, y todo para no llegar a nada al final. Le sobra metraje por un tubo. Los personajes femeninos, aunque bien interpretados, son algo idiotas.
Una bonita trampa todo. Oppenheimer me tiene dentro durante sus primeros 30-40 minutos, un biopic que me recuerda a otros que ya hemos visto antes sobre físicos, matemáticos y demás personalidades que fueron clave en nuestra historia durante el siglo pasado. Me gusta cómo fluye el ritmo, me interesa la vida de ese joven estudiante que sueña con bellas imágenes de partículas, luces y sonidos, un joven con aspiraciones y ganas de hacer algo importante. Cillian Murphy está tan brillante como siempre, y muy bien caracterizado en sus diferentes etapas. Sin necesidad de meterle efectos digitales en la cara uno se cree que ese hombre de casi 50 años es un estudiante universitario.
Sigo con interés los diálogos y pienso por dentro que realmente como decían, esta película se va a hacer amena. Me meten algunas escenas de la parte en blanco y negro que parecen importantes pienso yo. Pero una vez empieza el tema de la bomba y la preparación del escenario en Los Álamos, la película empieza a ir a la deriva. Una deriva de la que nunca vuelve a recuperarse ya.
La trama pierde excesivos minutos en situarnos ante la prueba Trinity. Matt Damon no me convence en su rol de mandamás amargado, te marean con demasiada cháchara intrascendente, que deben rellenar continuamente con música tensa para hacerte ver que están sucediendo cosas muy importantes ante tus ojos. De hecho a esta película le quitas la música y sería como quitarle risas enlatadas a una sitcom de los 2000. Minutos y más minutos donde se te promete que algo muy épico va a suceder. Uno llega ya saturado y mirando el reloj a esa prueba de la bomba, y cuando al fin sucede... Nada. Fuegos de artificio, donde los personajes deben poner cara de impactados ante algo no mucho más impresionante que la hoguera de San Juan.
Y por si la cosa no te había dado ya suficiente bajona llegado a este supuesto momento culmen, espérate que viene lo mejor. La hora restante (sí querido amigo, todavía vas a tener que estar pegado a la silla sesenta minutos más) es una matraca de charlas y más escenas con la parte blanco y negro, donde la verborrea se torna en casi ininteligible debido a todos los nombres a los que hacen referencia, que supuestamente deben suscitar sorpresa o interés en el espectador, pero este en lo único que está pensando ya es en irse a casa y hacer la cena. Uno ya no se entera de quién o de qué papeles están hablando estos y aquellos, es un esfuerzo en balde en intentar seguir algo que, realmente, no lleva a nada y no merece la pena invertir tiempo en darle vueltas. El resumen es una caza del comunista, ese es básicamente el tema principal de toda la película, y no la física o los efectos de las bombas en Japón. Que esa es otra, cuando le entra el malestar por lo que ha sucedido gracias a su invención, antes de eso todo eran risas y banderas americanas.
Oppenheimer es un ladrillo como pocos recuerdo y la película menos interesante de Nolan con diferencia diría. La salvan las interpretaciones, algunos diálogos interesantes de la primera mitad, la fotografía y el diseño de sonido, aunque de demasiado la matraca en algunos momentos que no hacía falta. Por dios, si hasta deben recurrir a sonidos atronadores en la última hora, imagino que para despertar al espectador.
Un biopic fallido a mi parecer, donde las claves de la película estaban en la primera hora pero luego se pone a dar más vueltas en círculo que la peonza de Origen. Esta película la llega a dirigir un director desconocido para el gran público y sin la ayuda de marketing del fenómeno Barbenheimer, y no sólo no recauda ni la mitad, si no que la crítica mostraría su verdadera opinión. Mejor película de Nolan decían algunos, y un cuerno.
Lo mejor: Cillian Murphy demostrando nuevamente que es uno de los mejores actores de este siglo. El diseño de sonido es esencial en la película.
Lo peor: pasa de ser interesante a ser casi insufrible, y todo para no llegar a nada al final. Le sobra metraje por un tubo. Los personajes femeninos, aunque bien interpretados, son algo idiotas.
22 de julio de 2023
22 de julio de 2023
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al procesar la película, muchas ideas se agolpan en mi cabeza. Intentaré ponerlas aquí, sin demasiado orden ni concierto.
Es la película más política que ha hecho jamás en su carrera. Oppenheimer es la JFK de esta década. Es diferente a las demás, es Nolan haciéndose mayor. No es una película para todo el mundo. Ninguna de sus película lo son, cierto, pero esta menos que cualquier otra. Es densa y seria, comprometida y grave, con un gran poso de solemnidad. La película más madura y sólida que jamás haya hecho. Una nueva etapa en la filmografía de Nolan.
Había un Nolan joven, juguetón, descarado, tramposo y divertido (El Caballero Oscuro - El Truco Final - Origen). Los actores eran meras herramientas necesarias para llevar a cabo su obra. Los espectadores simples títeres. El acto final de dichas películas lo confirma. Era Nolan manejando al espectador, divirtiéndose con él.
Luego llegó Interstellar. La "2001" del Siglo XXI. El ego de Nolan. Nolan asentado en el trono de hierro, jugando a ser Dios. Imágenes pasándote por encima de la cabeza. Una historia que te sobrepasa como la ola de 500 metros de la película. El espectador es un ser diminuto aplastado ante la magnitud de la obra, de las ideas que maneja. Es el apogeo de la fascinación. El punto culmen de su ambición. Es Nolan autoconsciente de su grandeza. No es una película para disfrutar, es una película para contemplar.
Oppenheimer es la obra de un Nolan maduro, dejando atrás el ego, poniéndose al servicio de los actores, dejando que estos brillen y lleven parte del peso de la película. Nolan siempre ha cargado con el peso de toda su obra, siempre ha llevado consigo la mochila en la espalda. Aquí la comparte con los demás.
Es la película con la mejor dirección de actores de toda su filmografía. Es Nolan al servicio de la historia. No hay juego, ni descaro, ni trampas. No hay nadie manejando los hilos. Su final le delata, es un final entregado a la narrativa, a cerrarla de la forma más certera posible. No hay una peonza que gire.
La película respira, tiene aire, no está aprisionada a la magnificencia de la obra o la ambición de sus ideas. Los actores pueden darle forma, con más matices que en ninguna otra de sus películas. La brillantez entregada a la voz y su respiración, a las palabras y su pálpito, a la historia y el compromiso de contarla.
Es Nolan entregado a la magnificencia del cine. No el cine entregado a la magnificencia de Nolan.
Si El Caballero Oscuro es una película para disfrutar e Interstellar es una película para contemplar, esta es una película para reflexionar.
Termina la película, piensas en los actores, en escenas, en matices, en gestos, en momentos. La grandeza de Nolan servida a algo más grande que él mismo.
Nolan se hace mayor.
Es la película más política que ha hecho jamás en su carrera. Oppenheimer es la JFK de esta década. Es diferente a las demás, es Nolan haciéndose mayor. No es una película para todo el mundo. Ninguna de sus película lo son, cierto, pero esta menos que cualquier otra. Es densa y seria, comprometida y grave, con un gran poso de solemnidad. La película más madura y sólida que jamás haya hecho. Una nueva etapa en la filmografía de Nolan.
Había un Nolan joven, juguetón, descarado, tramposo y divertido (El Caballero Oscuro - El Truco Final - Origen). Los actores eran meras herramientas necesarias para llevar a cabo su obra. Los espectadores simples títeres. El acto final de dichas películas lo confirma. Era Nolan manejando al espectador, divirtiéndose con él.
Luego llegó Interstellar. La "2001" del Siglo XXI. El ego de Nolan. Nolan asentado en el trono de hierro, jugando a ser Dios. Imágenes pasándote por encima de la cabeza. Una historia que te sobrepasa como la ola de 500 metros de la película. El espectador es un ser diminuto aplastado ante la magnitud de la obra, de las ideas que maneja. Es el apogeo de la fascinación. El punto culmen de su ambición. Es Nolan autoconsciente de su grandeza. No es una película para disfrutar, es una película para contemplar.
Oppenheimer es la obra de un Nolan maduro, dejando atrás el ego, poniéndose al servicio de los actores, dejando que estos brillen y lleven parte del peso de la película. Nolan siempre ha cargado con el peso de toda su obra, siempre ha llevado consigo la mochila en la espalda. Aquí la comparte con los demás.
Es la película con la mejor dirección de actores de toda su filmografía. Es Nolan al servicio de la historia. No hay juego, ni descaro, ni trampas. No hay nadie manejando los hilos. Su final le delata, es un final entregado a la narrativa, a cerrarla de la forma más certera posible. No hay una peonza que gire.
La película respira, tiene aire, no está aprisionada a la magnificencia de la obra o la ambición de sus ideas. Los actores pueden darle forma, con más matices que en ninguna otra de sus películas. La brillantez entregada a la voz y su respiración, a las palabras y su pálpito, a la historia y el compromiso de contarla.
Es Nolan entregado a la magnificencia del cine. No el cine entregado a la magnificencia de Nolan.
Si El Caballero Oscuro es una película para disfrutar e Interstellar es una película para contemplar, esta es una película para reflexionar.
Termina la película, piensas en los actores, en escenas, en matices, en gestos, en momentos. La grandeza de Nolan servida a algo más grande que él mismo.
Nolan se hace mayor.
20 de enero de 2024
20 de enero de 2024
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película tiene algunos atisbos prolépticos y analépticos, de suyo, 'decentes' y 'logrados' (si aguantas hasta la mitad más o menos). La falta de expresión en la interpretación de Cillian no se salva ni con el impostado maquillaje e interpretación del resto del elenco (a Einstein le falta jugar a la petanca). Mas lo más irritante, si cabe, es el manido y hodierno relato post-moderno y mass-mediático del mensaje progresista y demagógico que quiere transmitir. La peli se hace, por momentos, infumable y lenta hasta bostezar. Típicamente tópica y consabida al final. Muermazo.
23 de agosto de 2023
23 de agosto de 2023
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a ver una película sobre la bomba atómica de tres horas y el tema no se trata ni media hora. Lo importante es quién es comunista o no. Diálogos eternos que no dicen nada, trama con saltos en el tiempo que no aportan solo lían al espectador, no aparecen elementos morales ni éticos, no aparece nada de los bombardeos de Japón solo nombres de científicos que no se desarrollan y te dan igual quienes sean.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tres horas que podrían ser un corto para contar una historia mal explicada y carente de interés que aún por encima parece dejar ver que crear la bomba atómica fue bueno y compadece al científico. Einstein no se parece en nada, no se desarrolla el proyecto Manhatan que hubiera sido interesante. Openhaimer se arrepiente después de estar dos años con la bomba, ¿que se esperaba? Un desastre con buenos actores y gran presupuesto pero malísima historia
6 de agosto de 2023
6 de agosto de 2023
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo ha podido el prestigioso Nolan desaprovechar una oportunidad de oro para hacer una película con un enfoque histórico - pedagógico, moral y emocional y en vez de eso, crear semejante sucesión de tediosos diálogos?
Llevaba meses esperando el estreno de esta película por tratar la biografía de un hombre interesante y desconocido (al menos para mí): Robert Oppenheimer, aunque su invento, la bomba atómica, es famosa y temida a partes iguales. Además, su director, Nolan, es aclamado internacionalmente por películas como Interstellar (mi favorita), Dunkerque, Batman, Origen... Por lo tanto, la suma de ambas variables (vamos a ponernos matemáticos), a mi parecer daba como resultado un producto magnífico, pero, nada más lejos de la realidad...
Esta película se caracteriza por 6 errores fundamentales:
1. DIÁLOGOS ABURRIDOS: una buena obra se vertebra siempre en buenos diálogos y en este caso, tratan siempre de la bomba atómica desde un enfoque histórico, fáctico, frío e incluso físico - técnico... Si no amas la historia o la física, lo más probable es que no te interese o que en algún momento, pierdas el interés.
2. NULA CONTEXTUALIZACIÓN: al tratar la biografía de una persona y retratar hechos históricos, para poder seguir la trama, especialmente si su intención era ser un producto de masas, hubiera sido fundamental contextualizar al espectador a través de fechas, textos y/o diálogos más pedagógicos en los que poder entender lo que sucedía en su completud.
3. EL PROTAGONISTA: desconozco si se basa en la personalidad del propio Oppenheimer, que de ser así, sin duda, ha hecho un trabajo impecable el actor, sin embargo, si no es así, se caracteriza por una inexpresión absoluta, no hay atisbo de alegría, pena, desesperación, ilusión... Todo el largometraje muestra la misma expresión contradictoria entre sorpresa e indiferencia.
4. NO VERÁS LA EXPLOSIÓN DE HIROSHIMA NI NAGASAKI: la película que trata sobre el inventor de la bomba atómica no muestra la explosión en las dos ciudades japonesas como sucedió ni el horror que supuso, es decir, por poner un ejemplo burdo, es como si vas a ver una película sobre el inventor de los aviones y no se viera ni un solo avión... Algo que resulta evidente que debería verse, en este caso, no sucede.
5. INSIGNIFICANTE CALADO MORAL: resulta especialmente decepcionante que una película que trata sobre el "padre de la bomba atómica" no se enfoque en diálogos o monólogos profundamente morales y emocionales aunque en la realidad no sucedieran o fuera leve (como se muestra), creo que era una oportunidad maravillosa para interpelar directamente al espectador sobre el horror de su creación, las graves consecuencias que tuvo y el debate moral entre el avance científico y su catastrófico poder de destrucción.
6. INNECESARIAMENTE EXTENSA: la costumbre es que una película de media dure 2h, por lo que, si lo excede, debe saber que guarda un inconveniente de inicio y es que la mayoría de los espectadores es algo que rechaza en esta sociedad de "lo inmediato", así que el director tendrá que hacer un esfuerzo extra para que la película no resulte aburrida ni pesada y en este caso, a mí me sobra la mitad... No le veo sentido alguno a la duración que tiene, no los necesita, salvo si lo que se quiere es deslumbrar a los críticos profesionales que, en contraposición con el público, parece ser proclive a recibir buena prensa.
En conclusión, una decepción en toda regla que muchos parece que aman porque probablemente no se cuestionan que podría haber tenido un enfoque mejor, alejado de lo fáctico y técnico, ya que el tema se prestaba plenamente a ello.
Llevaba meses esperando el estreno de esta película por tratar la biografía de un hombre interesante y desconocido (al menos para mí): Robert Oppenheimer, aunque su invento, la bomba atómica, es famosa y temida a partes iguales. Además, su director, Nolan, es aclamado internacionalmente por películas como Interstellar (mi favorita), Dunkerque, Batman, Origen... Por lo tanto, la suma de ambas variables (vamos a ponernos matemáticos), a mi parecer daba como resultado un producto magnífico, pero, nada más lejos de la realidad...
Esta película se caracteriza por 6 errores fundamentales:
1. DIÁLOGOS ABURRIDOS: una buena obra se vertebra siempre en buenos diálogos y en este caso, tratan siempre de la bomba atómica desde un enfoque histórico, fáctico, frío e incluso físico - técnico... Si no amas la historia o la física, lo más probable es que no te interese o que en algún momento, pierdas el interés.
2. NULA CONTEXTUALIZACIÓN: al tratar la biografía de una persona y retratar hechos históricos, para poder seguir la trama, especialmente si su intención era ser un producto de masas, hubiera sido fundamental contextualizar al espectador a través de fechas, textos y/o diálogos más pedagógicos en los que poder entender lo que sucedía en su completud.
3. EL PROTAGONISTA: desconozco si se basa en la personalidad del propio Oppenheimer, que de ser así, sin duda, ha hecho un trabajo impecable el actor, sin embargo, si no es así, se caracteriza por una inexpresión absoluta, no hay atisbo de alegría, pena, desesperación, ilusión... Todo el largometraje muestra la misma expresión contradictoria entre sorpresa e indiferencia.
4. NO VERÁS LA EXPLOSIÓN DE HIROSHIMA NI NAGASAKI: la película que trata sobre el inventor de la bomba atómica no muestra la explosión en las dos ciudades japonesas como sucedió ni el horror que supuso, es decir, por poner un ejemplo burdo, es como si vas a ver una película sobre el inventor de los aviones y no se viera ni un solo avión... Algo que resulta evidente que debería verse, en este caso, no sucede.
5. INSIGNIFICANTE CALADO MORAL: resulta especialmente decepcionante que una película que trata sobre el "padre de la bomba atómica" no se enfoque en diálogos o monólogos profundamente morales y emocionales aunque en la realidad no sucedieran o fuera leve (como se muestra), creo que era una oportunidad maravillosa para interpelar directamente al espectador sobre el horror de su creación, las graves consecuencias que tuvo y el debate moral entre el avance científico y su catastrófico poder de destrucción.
6. INNECESARIAMENTE EXTENSA: la costumbre es que una película de media dure 2h, por lo que, si lo excede, debe saber que guarda un inconveniente de inicio y es que la mayoría de los espectadores es algo que rechaza en esta sociedad de "lo inmediato", así que el director tendrá que hacer un esfuerzo extra para que la película no resulte aburrida ni pesada y en este caso, a mí me sobra la mitad... No le veo sentido alguno a la duración que tiene, no los necesita, salvo si lo que se quiere es deslumbrar a los críticos profesionales que, en contraposición con el público, parece ser proclive a recibir buena prensa.
En conclusión, una decepción en toda regla que muchos parece que aman porque probablemente no se cuestionan que podría haber tenido un enfoque mejor, alejado de lo fáctico y técnico, ya que el tema se prestaba plenamente a ello.
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