Celda 211
7.7
123,011
Thriller. Drama
El día en que Juan (Alberto Ammann) empieza a trabajar en su nuevo destino como funcionario de prisiones, se ve atrapado en un motín carcelario. Decide entonces hacerse pasar por un preso más para salvar su vida y para poner fin a la revuelta, encabezada por el temible Malamadre (Luis Tosar). Lo que ignora es que el destino le ha preparado una encerrona. (FILMAFFINITY)
31 de marzo de 2010
31 de marzo de 2010
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
No está mal para el tono general del cine español. ¿Esta película es la que ganó tanto Goya frente a Agora, que es infinitamente mejor? Luis Tosar está bien en su papel, aunque hacer de chulo de barrio no es tan difícil. La película es entretenida. Pero nada más. En un buen episodio piloto de TV (además la edición en video es poco cinematográfica)
En fin, empiezo a preocuparme de tanta descarga ilegal (si es que es el problema), también del criterio de la crítica y de la academia, puesto que si lo creadores de cine tienen que dedicarse a esto, no estoy muy seguro que sea el camino más adecuado. Piénsenlo ¿De que va Celda 211? ¿Qué nos plantea? ¿Si en vez de Luis Tosar, la peli fuera americana y el actor hubiese sido The Rock o Silvester Stallone, que? ¿Sería "tan buena"?
En fin, empiezo a preocuparme de tanta descarga ilegal (si es que es el problema), también del criterio de la crítica y de la academia, puesto que si lo creadores de cine tienen que dedicarse a esto, no estoy muy seguro que sea el camino más adecuado. Piénsenlo ¿De que va Celda 211? ¿Qué nos plantea? ¿Si en vez de Luis Tosar, la peli fuera americana y el actor hubiese sido The Rock o Silvester Stallone, que? ¿Sería "tan buena"?
15 de noviembre de 2009
15 de noviembre de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El punto de partida original y la propuesta, interesante y atractiva, se va desinflando, no ya por los buenas actuaciones del solvente Luis Tosar o el secundario Luis Zahera, sino por inconsistencias de guión.
Las negociaciones cara a cara poco creíbles, una amistad demasiado rápida entre Malamadre y el protagonista, entre otros detalles van llevando al traste el buen hacer de sus actores.
Además un desafortunado giro argumental demasiado cogido por pinzas, hace navegar al film del thriller al drama cayendo en la incoherencia y en la decepción y naufragando finalmente.
Quedan ahí de todas maneras retazos de buen cine, del que atrapa y del que hace ir a las salas a sumergirse en otras historias,..., en la que un funcionario de prisiones tiene un complicado primer día de trabajo.
Las negociaciones cara a cara poco creíbles, una amistad demasiado rápida entre Malamadre y el protagonista, entre otros detalles van llevando al traste el buen hacer de sus actores.
Además un desafortunado giro argumental demasiado cogido por pinzas, hace navegar al film del thriller al drama cayendo en la incoherencia y en la decepción y naufragando finalmente.
Quedan ahí de todas maneras retazos de buen cine, del que atrapa y del que hace ir a las salas a sumergirse en otras historias,..., en la que un funcionario de prisiones tiene un complicado primer día de trabajo.
24 de noviembre de 2009
24 de noviembre de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las historias de cárceles tienen siempre un no sé qué que nos llama la atención. Puede que se trate de ese componente de rebeldía, desafío hacia una autoridad la mayoría de las veces más perversa que los propios presos, o por la claustrofobia sana que nos provoca el ver a gente encerrada en lóbregos cubículos de los que la esperanza hace tiempo que partió. Por las cárceles han pasado nombres célebres de la historia del cine, que siempre encontraban nuevos retos a la hora de interpretar a estos proscritos, por un lado, o guardianes incesantes de los primeros, por otro: Tim Robbins, Paul Newman, Clint Eastwood, Edward Norton, Steve McQueen, Tom Hanks, Jack Nicholson, Morgan Freeman, Robert Redford...
Hubo quienes en ella encontraron la paz que el mundo exterior se empeñaba en arrebatarles. También quienes descubrieron que los milagros existían. Hubo otros que, gracias a una cuchara y una perseverancia extremas, lograron avivar la tenue llama de la esperanza en corazones ajenos. Intentar escapar siempre era una prioridad, que algunos, armados de ingenio y caretas, lograron, o quizás no. La tensión y la emoción estaban presentes en la construcción del túnel en un campo de concentración que supondría la libertad para tantos desdichados, sentimientos sin embargo que no todos compartían, abandonándose al infierno de una prisión turca en la que la palabra "derechos" no se hablaba. Incluso la pequeña pantalla se atrevió a tratar este género con una serie que nos dio bastantes alegrías en su primera etapa. Sea como fuere, parece que las cárceles siempre han estado presentes en la intensa historia del séptimo arte.
Me llena de orgullo poder colocar ahora una película enteramente española en el olimpo de este género. Se llama "Celda 211" y no creo que a estas alturas quede alguien que no haya oído hablar de ella. La razón principal es un actor que lleva dándonos alegrías desde antes que una niña de dulce rostro y corazón pasional le robase la razón en "La flaqueza del bolchevique". En "Los lunes al sol" no le tapaba la alargada sombra de Javier Bardem. Ahora, engullido por el personaje de Malamadre, Luis Tosar nos regala la que probablemente ya sea la mejor interpretación del año a nivel nacional. Su composición ya se ha unido a las que los nombres arriba citados ofrecieron en su día y en sus mismas condiciones. Malamadre es el dueño del patio carcelario, un tipo muy honesto para con sus ideales y con un gran sentido de su propia responsabilidad. Y además tiene carisma, sus compañeros (entre ellos un genial Luis Zahera) le respetan. Los funcionarios, el alcaide, el negociador... todos saben que se trata de un hombre que sabe que tiene el control, que si ha entrado en la cárcel no ha sido precisamente por robar una barra de pan y que va a llegar hasta el final, hasta las últimas consecuencias de sus actos, como acostumbran a hacer aquellos a los que la vida ya les ha quitado todo.
-sigue abajo por falta de espacio-
Hubo quienes en ella encontraron la paz que el mundo exterior se empeñaba en arrebatarles. También quienes descubrieron que los milagros existían. Hubo otros que, gracias a una cuchara y una perseverancia extremas, lograron avivar la tenue llama de la esperanza en corazones ajenos. Intentar escapar siempre era una prioridad, que algunos, armados de ingenio y caretas, lograron, o quizás no. La tensión y la emoción estaban presentes en la construcción del túnel en un campo de concentración que supondría la libertad para tantos desdichados, sentimientos sin embargo que no todos compartían, abandonándose al infierno de una prisión turca en la que la palabra "derechos" no se hablaba. Incluso la pequeña pantalla se atrevió a tratar este género con una serie que nos dio bastantes alegrías en su primera etapa. Sea como fuere, parece que las cárceles siempre han estado presentes en la intensa historia del séptimo arte.
Me llena de orgullo poder colocar ahora una película enteramente española en el olimpo de este género. Se llama "Celda 211" y no creo que a estas alturas quede alguien que no haya oído hablar de ella. La razón principal es un actor que lleva dándonos alegrías desde antes que una niña de dulce rostro y corazón pasional le robase la razón en "La flaqueza del bolchevique". En "Los lunes al sol" no le tapaba la alargada sombra de Javier Bardem. Ahora, engullido por el personaje de Malamadre, Luis Tosar nos regala la que probablemente ya sea la mejor interpretación del año a nivel nacional. Su composición ya se ha unido a las que los nombres arriba citados ofrecieron en su día y en sus mismas condiciones. Malamadre es el dueño del patio carcelario, un tipo muy honesto para con sus ideales y con un gran sentido de su propia responsabilidad. Y además tiene carisma, sus compañeros (entre ellos un genial Luis Zahera) le respetan. Los funcionarios, el alcaide, el negociador... todos saben que se trata de un hombre que sabe que tiene el control, que si ha entrado en la cárcel no ha sido precisamente por robar una barra de pan y que va a llegar hasta el final, hasta las últimas consecuencias de sus actos, como acostumbran a hacer aquellos a los que la vida ya les ha quitado todo.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La razón principal, decía, pero no la única. El guión que dirige Daniel Monzón es uno perfectamente estudiado y calibrado, uno que incluye ideas muy interesantes (la que concierne a los presos de ETA la que más), y en el que los personajes están impecablemente dibujados. Alberto Ammann realiza un buen primer trabajo, llegando a veces a sobrecogerme su actuación. El elenco de secundarios (Zahera, Carlos Bardem y resto de convictos, muchos reales) ayuda a dar veracidad, junto con la fotografía de la película, al devastador motín que estamos viendo. Marta Etura es un rostro que me enamora la vea donde la vea, y no sólo por su extraordinaria belleza. Hasta Antonio Resines me parece que sabe desligarse de ese personaje televisivo que ha arrastrado durante tantos años. Y, de nuevo, Tosar, emergente, líder incuestionable de la insurrección carcelaria, que encuentra, otra vez, su perfecto escaparate en una pantalla de cine.
9 de noviembre de 2009
9 de noviembre de 2009
20 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brutal, directa a la mandíbula, adrenalínica, absolutamente magistral. El mejor guión español de la década, incompresnsible que no nos represnte en los Oscar (ni siquiera que estuviera entre las 3 candidatas...). Si es que cuando hay un buen guión y unos buenos actores no hace falta decir nada más. Yo soy el primero que crítica al cine patrio pero cuando hay maravillas cómo ésta hay que reconocerlo. Luis Tosar está genial cómo Malamadre (le han de dar el Goya pero inmediantamente), pero el joven funcionario no se queda atrás dejandonos un personaje que nos entra en el corazón por las putadas que le van pasando a lo largo de la cinta. Me gusta mucho que la cinta no deje claro quién son buenos y quién malos ya que explica la cruda realidad de cómo funcionan las altas esferas gubernamentales y por quién miran antes. La trama de los rehenes etarras és muy buena y dota de credibilidad al conjunto. Definitivamente y en mi humilde opinión, la mejor cinta española del año por supuesto y la mejor de la década seguramente. En unos años será un clásico del cine y veremos remakes por todas partes. De obligada visión.
8 de noviembre de 2009
8 de noviembre de 2009
16 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y a la cuarta fue la vencida. Daniel Monzón, que hasta la fecha había hecho una película cada tres años, para ésta (su cuarto largometraje) necesitó cuatro, y es por el momento su obra más completa e inspirada, con la que a buen seguro se va a consagrar.
De los 110 minutos que dura la película, la primera media hora te atrapa con un inteligente y original argumento que engancha por completo al espectador, llegando casi a confraternizar con el protagonista de la trama, y digo casi porque la actuación de Ammann -en la que me centraré más adelante- impide tal perfecta simbiosis. Se trata de un entretenimiento puro que aporta frescura al cada vez más desahuciado y casposo cine español.
La dirección me parece correcta sin más. La cámara se centra en lo verdaderamente importante, sin mayores alardes que los impuestos por la historia misma llena de escenas de violencia e intriga. Historia, que por otra parte, parece dar mucho más juego del que se muestra en el film. Cierto que es, que dramas carcelarios y de primer nivel podemos encontrar a puñados en cualquier filmoteca que se precie, y en parte se agradece no volver a repetir escenas o personajes maniqueos y encasillados, pero es posible que centrar el argumento en dos personajes, haga que extrañemos una historia paralela o algún personaje secundario que dé más juego que el prestado por los secuaces de "Malamadre" o los funcionarios de prisiones.
Volviendo al tema de los personajes, entre el reparto podemos encontrar a un sublime Tosar, interpretando con maestría, como suele ser habitual en él, a un personaje rico en matices y cargado de un realismo que asusta. En el otro lado tenemos a un elenco de actores que cumplen sin más, en parte debido al poco juego que ofrecen sus personajes en la película. Y por último tenemos a Alberto Ammann, del que lo mejor que se puede decir es que paga la novatada. Su eterno gesto impasible hace que resulte algo inverosímil su personaje, y más siendo éste sometido a emociones tan fuertes como son las que se le plantean en la trama.
A los momentos de brillantez y buen cine en general, que los hay, les hacen sombra las escenas poco creíbles que hacen reflexionar sobre las incoherencias que un suceso como tal conllevaría en la vida real dándose las circunstancias que se muestran en la película y la forma de actuar de los personajes. A pesar de todo, la historia transcurre con un dinamismo y una agilidad que asombra, dando muestra de unas ideas muy claras en la mente de los guionistas. Que tomen buena nota los productores de este país porque éste, es el paso a seguir.
De los 110 minutos que dura la película, la primera media hora te atrapa con un inteligente y original argumento que engancha por completo al espectador, llegando casi a confraternizar con el protagonista de la trama, y digo casi porque la actuación de Ammann -en la que me centraré más adelante- impide tal perfecta simbiosis. Se trata de un entretenimiento puro que aporta frescura al cada vez más desahuciado y casposo cine español.
La dirección me parece correcta sin más. La cámara se centra en lo verdaderamente importante, sin mayores alardes que los impuestos por la historia misma llena de escenas de violencia e intriga. Historia, que por otra parte, parece dar mucho más juego del que se muestra en el film. Cierto que es, que dramas carcelarios y de primer nivel podemos encontrar a puñados en cualquier filmoteca que se precie, y en parte se agradece no volver a repetir escenas o personajes maniqueos y encasillados, pero es posible que centrar el argumento en dos personajes, haga que extrañemos una historia paralela o algún personaje secundario que dé más juego que el prestado por los secuaces de "Malamadre" o los funcionarios de prisiones.
Volviendo al tema de los personajes, entre el reparto podemos encontrar a un sublime Tosar, interpretando con maestría, como suele ser habitual en él, a un personaje rico en matices y cargado de un realismo que asusta. En el otro lado tenemos a un elenco de actores que cumplen sin más, en parte debido al poco juego que ofrecen sus personajes en la película. Y por último tenemos a Alberto Ammann, del que lo mejor que se puede decir es que paga la novatada. Su eterno gesto impasible hace que resulte algo inverosímil su personaje, y más siendo éste sometido a emociones tan fuertes como son las que se le plantean en la trama.
A los momentos de brillantez y buen cine en general, que los hay, les hacen sombra las escenas poco creíbles que hacen reflexionar sobre las incoherencias que un suceso como tal conllevaría en la vida real dándose las circunstancias que se muestran en la película y la forma de actuar de los personajes. A pesar de todo, la historia transcurre con un dinamismo y una agilidad que asombra, dando muestra de unas ideas muy claras en la mente de los guionistas. Que tomen buena nota los productores de este país porque éste, es el paso a seguir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quizá eché de menos un poco más de "chicha" al final, quizá una escena de acción digna como colofón final en el momento en que los Geos entran en la prisión. A buen seguro el presupuesto no daba para más.
Entre las escenas poco creíbles a las que me refiero en mi crítica destaco tres: la muerte de Elena, ya que no parece lógico que una mujer en su avanzado estado de embarazo, se mezcle entre una enfurecida multitud de dudosa clase social a pesar de apenas tener indicios de que su marido se encontrara en peligro, tampoco me creo el modo de actuar de los funcionarios de prisiones, desenmascarando a Juan, así como la manera de actuar de éste ante el responsable del gobierno, poco tiempo después de haber perdido a su mujer e hijo y haber intentado suicidarse.
Entre las escenas poco creíbles a las que me refiero en mi crítica destaco tres: la muerte de Elena, ya que no parece lógico que una mujer en su avanzado estado de embarazo, se mezcle entre una enfurecida multitud de dudosa clase social a pesar de apenas tener indicios de que su marido se encontrara en peligro, tampoco me creo el modo de actuar de los funcionarios de prisiones, desenmascarando a Juan, así como la manera de actuar de éste ante el responsable del gobierno, poco tiempo después de haber perdido a su mujer e hijo y haber intentado suicidarse.
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