La vi sin esperar mucho de ella, con 3 familiares, y a todos nos encantó.
Entretenida, te mantiene en tensión sin saber que va a pasar.
Es verdad que al principio es difícil separar el rol de Lauren de su papel de Maggie por el hecho de estar acostumbrada a verla en The Walking Dead, pero lo hace genial.

Te la venden como si fuera un Anabelle más y al contrario, es una película que debo confesar que no pude acabar y pedí el final , actores planos, hora y media sin ningún susto viendo una niñera loca y un muñeco quieto que cambia de lado.
Hay cosas que no deben intentar copiar y Anabelle y demás saga es una gran saga que no debe tocarse

Sin llegar a ser un bodrio insoportable, de esos que tanto abundan en este maravilloso y maltratado género, es, sin duda, una película lastrada por su punto de partida, muy visto, poco creíble en cuanto a guión e historia, pero tiene algo que hace que se vea y no moleste, que la historia, sin creérsela uno nunca, medio funcione y llegue a interesar a ratitos. No funciona bien como terror, porque no da miedo y sólo hacia el final vemos algún destello de originalidad. Lauren Cohan (vista en THE WALKING DEAD) no está mal y tampoco el resto del reparto, incluido el muñequito de marras. En fin, se ve y ya está.

Película de terror sin personalidad que pretende asustarnos de manera formal y solo consigue aburrirnos porque no hay ni un solo momento en el que podamos ni tan solo sonreír con la propuesta. Porque, desengañémonos, no hay nada pero que algo que pretende tomarse en serio a sí mismo y no lo consigue. "The boy" apenas se disfruta, no da miedo y se olvida con la misma rapidez con la que olvidamos que nuestra suegra viene a comer. No hay nada en esta película que pueda permanecer en la memoria porque está hecha de trozos de cosas ya vistas y, además, todas juntas, nunca funcionan. Repito siempre lo mismo: si una película no consigue hacerte sonreír de satisfacción o de pura burla, entonces la película no funciona. Y "The boy" nunca acaba de funcionar".

“The Boy” es interesante al comienzo porque deja latente el misterio del muñeco inanimado que se hace de una vida diabólica, pero que va, esos recursos de un cine enano elaborado para consumidores adolescentes y estúpidos, no logra traspasar la barrera de la primera inquietud. Al final, su desenlace es prosaico, un regreso, otro más, a los lugares comunes.