También la lluvia
2010 

7.1
28,440
Drama
Cochabamba, Bolivia. Año 2000. Sebastián (Gael García Bernal) y Costa (Luis Tosar) se han propuesto hacer una película sobre Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Mientras que Sebastián, el director, pretende desmitificar al personaje presentándolo como un hombre ambicioso y sin escrúpulos; a Costa, el productor, sólo le importa ajustar la película al modesto presupuesto del que disponen; precisamente por eso elige Bolivia, ... [+]
22 de enero de 2011
22 de enero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La coherencia y el compromiso han cimentado la todavía breve filmografía de Icíar Bollaín, apenas cinco películas en las que, sin embargo, ha dejado su impronta personal, su visión sobre la injusticia y su sintonía con los más débiles y desfavorecidos. No me convenció su debut tras la cámara en “Hola, ¿estás sola?”, pero me conmovió su tremenda “Te doy mis ojos” que, junto con “También la lluvia”, me parecen sus mejores trabajos hasta la fecha.
Con pulso certero y apoyándose en un excelente guión del escocés Paul Laberti, escritor habitual de las películas de Ken Loach, Bollaín va hilvanando una obra desdoblada en dos tiempos distintos, cine dentro del cine al fin y al cabo, logrando con ese pequeño juego transmitir al espectador el verdadero sentido de esta parábola de bifurcaciones y analogías.
La cineasta madrileña consigue s loable propósito en una película que no solo se queda en el compromiso, en la fijación de la mirada sobre unos personajes maltratados por los poderosos, sino que nos regala secuencias de una gran altura creativa. Todo ello se nutre igualmente del brillante trabajo de unos actores que han sabido trazar sus personajes con el pincel adecuado: convincentes Gael García Bernal y Luis Tosar, conmovedor y muy creíble este último en su aventura personal en Bolivia quizá en busca de sí mismo.
Hermosa metáfora, por tanto, sobre el agua y el oro como instrumentos del abuso de poder, como símbolos paralelos de dos épocas alejadas en el tiempo e idéntica excusa para vulnerar derechos.
Con pulso certero y apoyándose en un excelente guión del escocés Paul Laberti, escritor habitual de las películas de Ken Loach, Bollaín va hilvanando una obra desdoblada en dos tiempos distintos, cine dentro del cine al fin y al cabo, logrando con ese pequeño juego transmitir al espectador el verdadero sentido de esta parábola de bifurcaciones y analogías.
La cineasta madrileña consigue s loable propósito en una película que no solo se queda en el compromiso, en la fijación de la mirada sobre unos personajes maltratados por los poderosos, sino que nos regala secuencias de una gran altura creativa. Todo ello se nutre igualmente del brillante trabajo de unos actores que han sabido trazar sus personajes con el pincel adecuado: convincentes Gael García Bernal y Luis Tosar, conmovedor y muy creíble este último en su aventura personal en Bolivia quizá en busca de sí mismo.
Hermosa metáfora, por tanto, sobre el agua y el oro como instrumentos del abuso de poder, como símbolos paralelos de dos épocas alejadas en el tiempo e idéntica excusa para vulnerar derechos.
29 de enero de 2011
29 de enero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desarrollo de tres historias diferentes al mismo tiempo y que incluso en ocasiones una misma escena muestra las tres historias. La directora y guionista permite enlazar estas historias de forma adecuada. La historia referida al descubrimiento de América es conocida al igual que las revueltas que hubo en la ciudad boliviana hace unos años al llegar una multinacional extranjera para explotar el servicio de aguas de la ciudad.
Uno de los hilos argumentales, y que arranca la trama e introduce el resto de historias, son las vivencias de un equipo de rodaje que se encuentra en la ciudad boliviana de Cochabamba para grabar las escenas de una película sobre la llegada de Colon y su expedición a tierras americanas, siendo este el segundo hilo narrativo que entra casi a la misma vez que el primero. La tercera historia va entrando entre las dos anteriores dando una sensación de conjunto y de perfecto encaje entre las dos anteriores. Esta historia nos cuenta el abuso que desde los países desarrollados y desde las altas instituciones del propio país se realiza constantemente sobre la población.
La comparación entre la actitud de los conquistadores de hace 500 años y la de las multinacionales y dirigentes del país actualmente resulta muy interesante. Partiendo de bases distintas, hace 500 años el planteamiento era robar el oro y evangelizar y actualmente la corrupción y la entrada de multinacionales, se muestra el abuso que se ha realizado históricamente y sigue realizándose actualmente sobre las familias más pobres de Sudamérica.
Entrando en el trabajo de los actores, destacar por supuesto la actuación de Luis Tosar que hace el papel de productor de la película preocupado por la finalización de la misma y en última instancia por el dinero pero que es capaz de ser solidario cuando la situación lo requiere y decide ayudar a la mujer de uno de los actores a buscar a su hija entre una dura revuelta que se produce en la ciudad consecuencia mismamente del abuso de una multinacional sobre la población. Destacable también la actuación de uno de los actores de la película que se está grabando, Karra Elejalde. La forma de pensar que muestra sobre lo ocurrido a la llegada de los conquistadores al nuevo mundo nos hace reflexionar sobre aquella conquista y adicionalmente realiza una buena actuación como persona a la que no ha tratado muy bien la vida. Y destacar el papel de Juan Carlos Aduviri en su papel de indígena y que a su vez es la cabeza visible de las revueltas que se producen en la ciudad contra los abusos de una compañía de aguas que va a explotar el servicio en la ciudad.
Nos hace posible conocer hechos pasados y presentes de la situación de personas que están tratando de tener una vida digna en nuestro país y de las que no solo desconocemos su vida actual aquí sino que desconocemos cómo vive su país actualmente y cómo vivió los abusos de los conquistadores.
Uno de los hilos argumentales, y que arranca la trama e introduce el resto de historias, son las vivencias de un equipo de rodaje que se encuentra en la ciudad boliviana de Cochabamba para grabar las escenas de una película sobre la llegada de Colon y su expedición a tierras americanas, siendo este el segundo hilo narrativo que entra casi a la misma vez que el primero. La tercera historia va entrando entre las dos anteriores dando una sensación de conjunto y de perfecto encaje entre las dos anteriores. Esta historia nos cuenta el abuso que desde los países desarrollados y desde las altas instituciones del propio país se realiza constantemente sobre la población.
La comparación entre la actitud de los conquistadores de hace 500 años y la de las multinacionales y dirigentes del país actualmente resulta muy interesante. Partiendo de bases distintas, hace 500 años el planteamiento era robar el oro y evangelizar y actualmente la corrupción y la entrada de multinacionales, se muestra el abuso que se ha realizado históricamente y sigue realizándose actualmente sobre las familias más pobres de Sudamérica.
Entrando en el trabajo de los actores, destacar por supuesto la actuación de Luis Tosar que hace el papel de productor de la película preocupado por la finalización de la misma y en última instancia por el dinero pero que es capaz de ser solidario cuando la situación lo requiere y decide ayudar a la mujer de uno de los actores a buscar a su hija entre una dura revuelta que se produce en la ciudad consecuencia mismamente del abuso de una multinacional sobre la población. Destacable también la actuación de uno de los actores de la película que se está grabando, Karra Elejalde. La forma de pensar que muestra sobre lo ocurrido a la llegada de los conquistadores al nuevo mundo nos hace reflexionar sobre aquella conquista y adicionalmente realiza una buena actuación como persona a la que no ha tratado muy bien la vida. Y destacar el papel de Juan Carlos Aduviri en su papel de indígena y que a su vez es la cabeza visible de las revueltas que se producen en la ciudad contra los abusos de una compañía de aguas que va a explotar el servicio en la ciudad.
Nos hace posible conocer hechos pasados y presentes de la situación de personas que están tratando de tener una vida digna en nuestro país y de las que no solo desconocemos su vida actual aquí sino que desconocemos cómo vive su país actualmente y cómo vivió los abusos de los conquistadores.
30 de enero de 2011
30 de enero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que vi -¡ay, cuánto tiempo ha pasado!- "Hola, ¿estás sola?", considero a la sra. Bollaín el cineasta más inteligente del cine español.
En esta película lo vuelve a demostrar. Narración a distintos niveles, personajes con varias capas, y todo ello perfectamente ajustado: cada espectador podrá quedarse con aquello quiera y sepa percibir.
Por señalar algún defecto, diremos que el desaprovechado personaje de la sra. Ciangherotti parece una concesión a no se sabe qué.
En esta película lo vuelve a demostrar. Narración a distintos niveles, personajes con varias capas, y todo ello perfectamente ajustado: cada espectador podrá quedarse con aquello quiera y sepa percibir.
Por señalar algún defecto, diremos que el desaprovechado personaje de la sra. Ciangherotti parece una concesión a no se sabe qué.
2 de febrero de 2011
2 de febrero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que remueve conciencias y nos situa el presente enlazado con un pasado que no lo es tanto, al verla te das cuenta que la historia se repite y los errores que cometimos con los indígenas en la Conquista del Nuevo Mundo siguen ocurriendo hoy en día.
6 de febrero de 2011
6 de febrero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuenta la historia del rodaje de una película sobre la llegada de Cristóbal Colón a Las Indias Occidentales. El bajo presupuesto de la película que lleva a su director a realizarla, por entero, en espacios abiertos, de ahí que todo el equipo de la misma se traslade a Bolivia. La dirección de Iciar Bollain es correcta ante la general incorrección de los distintos personajes secundarios; cabe destacar el impresionismo de Luis Tosar y la metafísica deductiva de Gael García, pero sobre todo la excelencia de Elejalde, al que nadie espera.
La fotografía se hace persistente y algo pesada en unos primeros planos sobre Luís Tosar, mitad del rostro en blanco y la otra mitad en negro, que resta interés a la interpretación de éste, siendo imposible en el resto de la película. La cámara es irrelevante, no hay conexión real entre la narrativa y los personajes, ningún plano que destaque.Se comprende que los "tainos" ya fueran, en su día, castigados por los "caribe", pero y precisamente por esto, si la historia se hubiese desarrollado en "La Española" el guión podría haber sido mucho mas potente si la comparación se hubiese establecido entre "caribes" y Cristóbal Colón.
No obstante lo anterior, lo mejor de la película es la historia que cuenta, bien engarzada por un guión de Paul Laverty, pero que pierde valor cinematográfico por un exceso de documentalismo. Junto al rodaje se escenifica un reclamo de reivindicación social y una notas falsamente intimistas. Estas tres historias representan el valor capitalista ante los pueblos indígenas, véase la secuencia del palacio, la imposible rebelión de un pueblo eternamente sojuzgado, véase la secuencia de la selección de extras, y una pésima exposición dramática, véase la secuencia de la madre y el productor buscando a la niña.
La fotografía se hace persistente y algo pesada en unos primeros planos sobre Luís Tosar, mitad del rostro en blanco y la otra mitad en negro, que resta interés a la interpretación de éste, siendo imposible en el resto de la película. La cámara es irrelevante, no hay conexión real entre la narrativa y los personajes, ningún plano que destaque.Se comprende que los "tainos" ya fueran, en su día, castigados por los "caribe", pero y precisamente por esto, si la historia se hubiese desarrollado en "La Española" el guión podría haber sido mucho mas potente si la comparación se hubiese establecido entre "caribes" y Cristóbal Colón.
No obstante lo anterior, lo mejor de la película es la historia que cuenta, bien engarzada por un guión de Paul Laverty, pero que pierde valor cinematográfico por un exceso de documentalismo. Junto al rodaje se escenifica un reclamo de reivindicación social y una notas falsamente intimistas. Estas tres historias representan el valor capitalista ante los pueblos indígenas, véase la secuencia del palacio, la imposible rebelión de un pueblo eternamente sojuzgado, véase la secuencia de la selección de extras, y una pésima exposición dramática, véase la secuencia de la madre y el productor buscando a la niña.
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