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Doctor Zhivago

Drama. Romance. Aventuras Rusia, revolución bolchevique (1917). La guerra civil que sigue a la revolución mantiene al país profundamente dividido. En medio del conflicto, asistimos al drama íntimo de un hombre que lucha por sobrevivir. Este hombre es Zhivago, poeta y cirujano, marido y amante, cuya vida trastornada por la guerra afecta a las vidas de otros, incluida Tonya, su esposa, y Lara, la mujer de la que se enamora apasionadamente. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
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6
19 de febrero de 2010
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún no me había echado al coleto uno de los títulos más conocidos de Lean y una presunta obra maestra del cine, y la verdad es que pese a que he hecho alguna que otra ola, lo cierto es que me ha defraudado.

Comienzo a sospechar que prefiero al Lean más conciso y espartano, el de por ejemplo Breve Encuentro, que al más preciosista, el de esta que nos ocupa, La Hija De O'Neal o Lawrence De Arabia, pero son sólo eso, sospechas, porque lo cierto es que aún me queda bastante de su filmografía por devorar.

No dudo de la grandeza formal de Doctor Cigarro, es evidente, pero lo cierto es que echado en falta más crudeza, más precisión. Se me ha hecho larga, hay momentos estirados a mi juicio sin mucho fundamento, y algún que otro personaje muy endeble, como el de la hija de Monsieur Verdoux.

En fin, el baño de polaroids que se da aquí Lean me ha dejado un poco a medias. Hay escenas para poner en un museo, insisto, y eso en muchas películas a mí me arrebata, pero aquí no ha sido el caso, porque el guión no me ha encandilado, la trama no me ha subyugado.

El maniqueísmo ideológico de que hace gala la película también me ha resultado un poco incómodo, por cierto. Ignoro cómo será la novela, pero sólo ha faltado la aparición estelar de Lean cagando en el Kremlin tras los títulos de crédito. Supongo que la edición coleccionista del DVD incluirá esas imágenes, para que los fans de Indy aplauden y den saltitos.

Hubiera sido bastante más interesante que este proyecto hubiera caído en manos de rusos, que seguro que hubieran inyectado un punto de vista más descarnado y complejo a la función, pero en fin. Me ha parecido superior, al menos, y hablando de paisanos de Dostoievski, que esa fallidísma adaptación de Noches Rojiblancas de Visconti, y cuyo rasgo principal es tener uno de los errores de casting más espectaculares que he padecido, con Marcelo Masturbiani liderando inadecuadamente ese descenso a los abismos.

De todos modos, y volviendo a Doctor Cigarro, es una película interesante y con cierto poder evocador, tampoco me voy a cebar. Muy sobrevalorada, pero interesante. Y quien reina, por cierto, por encima de Shariff, Christie y Guinness (los tres convincentes) es un inmenso Rod Steiger, el personaje más suculento, y que aunque uno a priori puede no imaginarse a este prestamista en un proyecto de estas características, deja un boquete importante cuando no aparece en escena.

Lo cual no quita para volverle a recordar que, sin duda, fue él. Fuiste tú, Charly. Fuiste tú.
9
5 de noviembre de 2019
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Doctor Zhivago' se cuece a fuego lento pero con un poco de paciencia la última hora y veinte compensa con creces y le da sentido a todo lo anterior. Me ha conquistado su precioso final. Destacar también ese dilema amoroso entre la cabeza y el corazón de Zhivago, muy bien retratado.

Todos los personajes principales tienen una evolución maravillosa. Zhivago interpretado por Omar Sharif está maravilloso, pero quien brilla con luz propia como parecen indicar muchos planos de Lean es la bellísima Julie Christie como Lara. La BSO y la fotografía son preciosas, como todas las grandes producciones de Lean, técnicamente impecable.

Finalmente quiero reiterar que su final me parece verdaderamente redondo, dando sentido a todo lo visto y un gran significado, el fruto de un verdadero amor en tiempos imposibles y contra todas las adversidades.
8
7 de enero de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la muerte de Stalin. Sube al poder Nikita Krushev y se encarga de exterminar a los últimos seguidores del dictador. La lucha de los dos bandos trasciende fuera de Rusia.
La historia de Boris Pasternak, de amor y revolución, parece repetirse a través del tiempo, como un cuento mil veces contado y melancólico por estar entre dos amores, el tema de Lara y un mundo convulsionado por la guerra fría.
Historia 1-
En el campo de refugiados de Nasir Bagh, en la frontera con Pakistán, Karim miraba con respeto el trabajo del doctor Yuri, mientras los Muyaidines en el jeep fumaban opio con desesperación contenida. La mujer yacía de rodillas con la niña en su vientre. El doctor termina. Y salva a la mujer.
El príncipe afgano llama a Karim. Cerca de una de las puertas del refugio.
-El hombre que buscas esta en China. Es el mismo que me destrono, ahora ahí se oculta. Desde ahí dirige el grupo Alfa. Yo voy a regresar para reinar… y tú realmente necesitas acabar con ese hombre. Mis hombres te acompañaran para que puedas salir de Afganistán. Lleva contigo a la mujer.
Ella me miro (con la belleza distante de Julie Christie), mientras los misiles soviéticos amenazaban con llegar al palacio Tajbeg.

24 de diciembre, 1979. Antes de la operación tormenta 333.
7
1 de marzo de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
41/17(25/02/15) Uno de los films más famosos de la historia del cine a la par que sobrevalorado, octava película más taquillera de todos los tiempos, ajustando a la inflación, esto no que ir acompañado por qué ser uno de los mejores, que no lo es. Rodada después de la gran “Lawrence de Arabia”, palidece ante esta con un guión demasiado folletinesco, melodramático y sensiblero, es un bello film en su vertiente envoltorio, con una puesta en escena Antológica, lástima que el maniqueo guión no le acompañe, nominada a 10 Oscars, ganó 5, (Dirección de arte, fotografía, vestuario, sonido y guión adaptado). El guión de Robert Bolt (“Lawrence de Arabia” o “La misión”) se basa libremente en el superventas homónimo (1957) del ruso Boris Pasternak, 26 semanas en la cima de la lista de best-sellers del New York Times, prohibida en su país de origen por entenderlo esto muy crítico con su régimen, pero todo un éxito de ventas en occidente, gracias a que se sacó a escondidas de la URSS, se inspira en su propia vida, la vida de un escritor pro-revolucionario que a medida que se desarrollaba el régimen más desencantado se encontraba. Pasternak ganó el Nobel de literatura en 1958, obligado por el régimen soviético a rechazarlo, 31 años después, en 1989, el hijo del escritor y poeta recogió el galardón en su nombre, el padre nunca vio la película, murió en 1960, en la URSS no se pudo ver el film hasta 1991. El productor italiano Carlo Ponti compró los derechos de la novela para llevarla al cine como vehículo de lucimiento para su esposa Sophia Loren, David Lean deseaba tras la épica “Lawrence …” anhelaba hacer un film romántico.

David Lean demuestra maestría sublime en el apartado continente, o sea en su colosal puesta en escena, visual y sensorialmente apoteósica, con momentos de una calidad sugestiva épicos, la tara viene en su vertiente de relato acartonado en su vertiente de un romance demasiado pasteloso y almibarado, además de cogido con pinzas en sus multitud casualidades de encuentros. La historia toca temas universales como son la libertad, la injusticia social, el individualismo, el arte como vehículo de reivindicación social de injusticias, los amores imposibles, la integridad personal, ello en un contexto convulso de conflictos como son la Gran Guerra, la Revolución Rusa y la Guerra Civil Rusa. Lean utiliza aquello que hizo famoso Zanuck en “Lo que el viento se llevó”, contar Historia a través de personas comunes, lo macro mediante lo micro, como el Dr. Zhivago pasa por los avatares históricos, y los sufre en lo íntimo, en la guerra, en su casa en Moscú que es requisada por los comunistas, cuando es secuestrado por los Rojos en su Guerra Civil, como su poesía es mal vista por el nuevo régimen, y ello mientras está casado tiene hijos y no siendo suficiente tiene una amante. Lean intenta envolver el relato en un halo épico pero se queda distante de ello, hay mucha irregularidad y desequilibrio en la historia como para transmitir esto. La cinta se centra en un tipo idealista, enamoradizo, con sentido del deber, un poeta, pues todo esto me llega desequilibradamente, una de sus armas es la poesía, pues este elemento es manejado torpemente, empezando por qué no se escucha una sola poesía en el film, en el libro Pasternak las pone en un apéndice al finalizar el libro, al parecer alegorías religiosas, al no oírlas el espectador no puede identificarse con la sensibilidad del protagonista, algo tan importante y de lo que se habla tanto nos es hurtado, un tremendo error, pero es que además se nos salpica de vez en cuando con que sus poemas son incendiarios contra los comunistas, por lo que es perseguido, y jamás nos enteramos como leches publica esta lírica, son octavillas? Es una publicación clandestina? Nunca vemos que Zhivago esté preocupado por cómo la gente leerá sus escritos, supongo en el libro esto está explicado, no lo sé, aquí es una nebulosa nefasta.

Intenta ser equidistante en su crítica contra los zaristas y contra los comunistas, aunque mi sensación es que se queda en la superficie en su ataque, no rasca y se me hace muy liviana, con el zar no vemos pobreza, ni hambre, ni miseria, solo una manifestación aplastada por cosacos, y los revolucionarios son pintados como gente idealista sin maldad alguna que responde a la violencia Imperialista, cuando entre su comportamiento estaba el terrorismo, luego contra el comunismo su crítica es muy simplista, la pincelada de que ocupan la casa del suegro de Zhivago, pero no se ven sus medidas buenas o malas, pues lo del comportamiento salvaje de Strelnikov es algo normal en las Guerras que haya crueldad, no tiene que ver con la política, por cierto, Strelnikov era comunista adscrito al régimen gobernante y sin que sepamos porque es perseguido como enemigo por los soviéticos, es una elipsis imperdonable, nos vuelven a hurtar información.

La puesta en escena es Colosal, con un sibarita diseño de producción John Box (“Lawrence de Arabia”), filmada en su mayoría en España, recreando Moscú con un grandioso decorado a las afueras de Madrid, la parte de la Gran Guerra fue filmada en Soria, donde también se hizo la dacha de Varykino, con la vivienda helada que en realidad era cera de abejas, el viaje en tren fue grabado en Canadá, el tramo en que Zhivago es raptado por los Rojos para la Guerra Civil, y se ve todo helado, así como la huida de Zhivago es rodado en Finlandia, los Rojos cruzando un lago helado era en España, se puso hierro fundido sobre un rio seco y sobre ello nieve falsa (polvo de mármol), se rodó en las estaciones de tren de Madrid-Delicias en Madrid y El Moncayo, la presa que aparece al principio y al final es la de Aldeadávila situada entre España y Portugal, con un trabajo de maquillaje excelso, ejemplo la evolución del rostro de Zhivago cuando deserta hasta que llega a Yuriatin, derrocha autenticidad,… (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
… lares embellecidos por la fascinante fotografía de Freddie Young (“Lawrence de Arabia”), en radiante scope, resalta el blanco inmaculado de la nieve, amplias llanuras, bosques, hielo, jugando con contrastes de luz, eleva el poderío de la naturaleza en contraposición con pequeñez del ser humano, preciosas tomas de masas en movimiento, manifestación, carga cosaca, encuentro entre desertores y zaristas, la carga Roja, o los hermosos lirios del campo, o en los interiores contraponiendo la frialdad exterior con explosión de cromatismo en fiesta de Navidad, interior del vagón de tren, la Antológica dacha de hielo, con juegos de espejos, de cristales, de ventanas helados, el epicúreo momento vela con Pasha y Lara, las sibaritas tomas en que para resaltar emociones en primer plano se ensombrece todo el rostro de alguien menos su ojos, epicúreo recurso, o el sutil modo en la cámara capta objetos simbólicos, como la balalaica, y está su famosa música, del maestro Maurice Jarre, 15 evocadores temas, destacando sobremanera el leit-motive “Tema de Lara”, Icónico tema que te traslada a la melancolía intrínseca a la historia, turbador, con un muy agradable uso de la balalaica.

Omar Sharif, al que primero hay que dar la licencia que un egipcio haga de ruso, y después nos encontramos con una actuación conmovedora, sabe transmitir con la mirada toda una gama inmensa de emociones, de lenguaje gestual sobrio, aportando matices, sentimientos, contradicciones, amargura, cariño. Julie Christie dota a su rol de belleza, de inocencia, patetismo, ilusión, y sobre todo con una gran química con Sharif, su apsión nos llega. Rod Steiger aporta carisma, poderío, carácter, y sobre todo complejidad en un papel tridimensional. Geraldine Chaplin refleja una gran candidez y un tremendo amor, tanto que le lleva a soportar con flema le sean infiel. Tom Courtenay da muy bien con el idealista revolucionario que por la violencia represora zarista se torna en vengativo terrorífico.

Suelo poner en mis críticas algunos momentos destacables del film, aquí son muchos, el límite de caracteres me impide comentarlos.

Spoiler:

Zhivago es expuesto como tipo con fuertes valores morales y cuando su esposa Tonya y dos hijos huyen de la URSS él no mueve un dedo, no para estar con ellos, ni tan siquiera le vemos preocuparse por su paradero, o por escribirles alguna carta, o escribirle algún poema a la sufrida “cornuda”. Tampoco el personaje de Komarovsky está bien desarrollado, seguro hay información se nos ha privado en mesa de montaje, no resulta coherente desaparezca de la vida de Lara tras el disparo en Moscú, antes del comienzo de la Gran Guerra o la Revolución y de pronto aparezca en Yuriatin en la casa de Lara muchos años después como un Ministro soviético, que pinta allí? Si es ministro se le supone un séquito y no que su aspecto sea el de un vagabundo, vuelve a aparecer en la casa helada de Varykino, con séquito para salvar a Lara y Zhivago, personaje despreciado por la pareja, a que tanta fijación por salvarlos?

Y está el apartado casualidades, te toque la lotería es más sencillo que la cantidad de componentes azarísticos que hay en la historia, al parecer también las hay en la novela, esto no lo justifica, Lara y Zhivago no hacen más que encontrarse a lo largo de la nación más inmensa sobre la Tierra, se encuentran en la Guerra, se encuentran en la vasta Siberia, se encuentran en Moscú, pero o maldito Dios del azar, justito antes de que Zhivago muera de infarto, el gran David Lean se deja envolver en la bandera de la sensiblería propia de una telenovela, es por ello que no le importan estas endebles situaciones.

Al final me queda un irregular film, donde su poderío visual no puede contrarrestar sus carencias de guión y desarrollo, es por ello que lo encuentro sobrevalorado en exceso, aún así buena película. Fuerza y honor!!!

Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/03/doctor-zhivago.html
10
5 de noviembre de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si me preguntan ¿Cuál es tu película preferida? Debo responder Doctor Zhivago. Sé que es imposible contestar por razones que no sean sentimentales. Hay cientos de películas excelentes. La crítica elabora listas constantemente: las 10 mejores, las 100 mejores, 300 films que debes ver antes de morir... Todas tienen solo un sentido informativo, pues la número 300 podría ser la 1 y la 1 la 300.

Doctor Zhivago me abrió un mundo nuevo, me enseñó que el cine es un espectáculo completo y maravilloso, que sirve para entretener y emocionar, pero también para aprender y reflexionar, y que todo esto se puede hacer de la forma más bella que imaginarse pueda. Un espectáculo que lo puede dar todo a la vez: poesía, música, épica, drama, tragedia, comedia, la Historia y la historia, placer estético, conocimiento, profundidad, reflexión, belleza y verdad. Otras artes pueden darte lo mismo, de acuerdo, pero ninguna te lo puede dar con la fuerza, la brillantez y la majestuosidad del cine. Por si fuera poco, es baratísimo: compras el DVD de Doctor Zhivago y lo ves una vez al año, alternando la posición de rodillas y la de firmes, para rendir cumplido homenaje y no extenuarte, y te sale a unos ridículos céntimos de euro cada hora de placer.

Zhivago me llegó en la hora justa, claramente identificable. Invierno de 1972, diez años de edad, apenas virgen en las salas. Habría visto hasta entonces, Disney, Tarzan, y alguna que otra, pocas, por TV. El mundo de 1972 era muy diferente, la TV hacía poco que había llegado a las casas, y menos aún a la mía, mi padre era reacio (y como él otros muchos). Un niño de 10 años ha visto hoy cientos de películas, sobre todo ha visto muchas luces y mucho estruendo, y ya nada le sorprende. Yo era casi virgen audio visualmente hablando.

Fui al cine con mis amigos de entonces, de 10 a 12 años, quedábamos como si fuéramos ya mayores. Eso era perfectamente normal en una pequeña capital de provincias. Una época que defino como la época pre mujeres. Niños mayores, responsables, a los que todavía no nos perturbaba el sexo. Recuerdo la puntualidad escrupulosa de las citas. Si quedábamos un domingo a las 4 de la tarde, cinco minutos antes ya estábamos todos con total naturalidad. Nunca más he disfrutado de una puntualidad como esa, una costumbre que daba confianza y seguridad. Disfrutábamos como locos, sin saberlo claro, de aquellas primeras salidas sin los padres. Comprábamos un paquete de tabaco en una máquina de la calle (no sé cuándo desaparecieron pero esas máquinas fueron reales), nos fumábamos un par de pitillos cada uno, no queríamos caer en el vicio, y tirábamos el resto. Solo el día de salida semanal. Y lo cumplíamos sin esfuerzo, con el temple y la seriedad de los niños mayores. Toda aquella paz saltó por los aires al poco tiempo con la llegada de la primera chica. Por suerte aún no había llegado ninguna cuando entramos a ver Doctor Zhivago. No es misoginia. Cada cosa a su tiempo.

Así fue, sin tener la menor idea de lo que íbamos a ver, con la madurez cogida por los pelos, limpios de prejuicios. Solo la información que daba a unos ignorantes el cartel original. Quedé clavado en la silla, cosido y pegado, boquiabierto, admirado, no perdí detalle en las tres horas largas de un día que nunca olvidaré. Era una sala antigua, enorme, de pantalla gigante, con platea y primer piso. El primer piso era más barato, así que ahí estábamos, repantigados, convencidos de nuestra acertada elección. Ver Doctor Zhivago por primera vez, ahí es nada, creo que aún no me he recuperado de la emoción:

El mundo adulto, por fin, sin secretos y en toda su complejidad. El orgullo de darte cuenta que ya entiendes lo suficiente para seguir la película y comprender lo que te están contando, pero que aún no lo entiendes todo. Eso se llama fascinación, diría. La belleza de Julie Christie, la belleza de las mujeres en general, que desde ese día ya nunca estarán tan hermosas como en el cine. La belleza de los paisajes, la nieve, los trenes cruzando las estepas, los bosques... Estaba ahí dentro, en los mismos e inmensos paisajes. La música que se te queda grabada. La Historia de Rusia, terrible, que aprendes sin ir a clase. Y todo lo que digo a continuación, que sin duda pertenece a otros visionados, pero que estaba ahí en el primero: Zhivago tan bueno, tan puro, sufriendo tanto. Lara tan buena, tan pura, sufriendo todavía más. Zhivago casándose con su hermana de adopción porque cree que la ama, igual que lo cree ella. Como salta todo por los aires cuando llega el amor de verdad, la pasión que la película defiende. La imposibilidad del amor. Lo endiabladamente complicado que es todo, aun dando lo mejor de ti. La Historia que te sobrepasa. No sigo, cientos de razones sobre las que muchos han escrito, mejor y con más conocimiento.

Al salir había que irse pitando. No hubo tiempo de comentarios ni de fumarse el cigarro habitual. Si nos lo fumábamos nos olerían el aliento, ya llegábamos muy tarde y la inspección sería severa. La vida volvió con su habitual monotonía. Recuerdo mi deseo de comentar la película con mis compañeros. Un deseo vago, pues todavía no sabía muy bien cómo se hacían esas cosas. Me dirigí al mayor del grupo, el líder tranquilo que iba a cumplir 13 años. Un chico noble, robusto, con una fuerza física tremenda, podía tumbarme de un sopapo sin pestañear pero siempre me trató con amabilidad, y eso que yo era un tocacojones de primera. Recurrí a él en busca de la autoridad que otorgan la edad y el liderazgo indiscutido. “Què et va semblar la peli?” Me miró de arriba abajo perdonándome la vida, "acollonant", contestó con aplomo, enfática y lentamente, con una voz segura, de fardona superioridad, una voz que confirmaba que él había entendido cosas que a mí, bisoño, se me escapaban. Me quedé aguardando que continuara. Inútil espera. Acojonante, sin duda, y no hacía falta decir nada más.
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