Tropa de élite
7.5
37,819
Acción. Drama
Brasil, 1997. El capitán Nascimento (Wagner Moura) está al mando de un escuadrón del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), un cuerpo de élite de la policía de Río de Janeiro. Su misión es actuar en las favelas, en las que la policía, por miedo o por corrupción, no interviene. Nascimento quiere dejar su puesto, ya que está a punto de ser padre, pero antes necesita encontrar un sustituto adecuado. Con ese fin comienza a ... [+]
10 de noviembre de 2010
10 de noviembre de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La acción que se desgrana de esta cinta es de un realismo asombroso, turbador. No sorprende a nadie el hecho de retratar la miseria humana que bulle de las tierras marginales, pero descarna la sobriedad y el efectismo del modo en que Padilha nos lo presenta.
Las interpretaciones no son su punto fuerte, aunque destacan Wagner Moura y Caio Junqueira. Juntos, crean dos personajes que junto a André Ramiro forman el 80% del drama humano. Los números, los datos, las verdades y los disparos forman el otro 20% que toman minutos pero que se repiten sin un significado superior.
La historia no es impactante, y sin embargo la acción te atrae hasta el final sin suspiro ni mirada al reloj. Para ello se sirve de muchos planos interesantes, de escenas rápidas unidas a momentos de sosiego y brevedad lingüística.
Previsible, sí.
Interesante, sí.
Complejo de verdad y acción con brutalidad bien realizada. Buena.
Las interpretaciones no son su punto fuerte, aunque destacan Wagner Moura y Caio Junqueira. Juntos, crean dos personajes que junto a André Ramiro forman el 80% del drama humano. Los números, los datos, las verdades y los disparos forman el otro 20% que toman minutos pero que se repiten sin un significado superior.
La historia no es impactante, y sin embargo la acción te atrae hasta el final sin suspiro ni mirada al reloj. Para ello se sirve de muchos planos interesantes, de escenas rápidas unidas a momentos de sosiego y brevedad lingüística.
Previsible, sí.
Interesante, sí.
Complejo de verdad y acción con brutalidad bien realizada. Buena.
25 de junio de 2008
25 de junio de 2008
14 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
La crítica comienza con un spoiler, así que va toda en ese rubro
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final de la película el capitán Nascimento, protagonista y narrador, está aliviado: encontró un digno sucesor. Es un duro si los hay, jefe del BOPE, un incorruptible e irregular escuadrón de la policía de Rio de Janeiro encargado de combatir a los narcos, ostentando como insignia una impúdica calavera de diseño nazipop. No aguanta más Nascimento, está quemado y sicótico y sólo logra mantener dificultosamente su compostura autoritaria ante familia y subordinados.
Para encontrarle sucesor se ha puesto en marcha un mecanismo de selección de lo más brutal, humillante y cinematográfico, un entrenamiento extremo que padecen los pobres comemierdas que después estarán al mando de la tropa de elite. Hay dos candidatos que sobresalen por ambición, aguante, dedicación y honestidad, amigos entre ellos, buenos y derechos muchachos ambos. Neto es de clase media, impulsivo, voluntarioso y de pocas luces, y André, negro de origen humilde, inteligente y pensante, alguien que no se conforma con ser policía sino que estudia paralelamente derecho. En la opinión del capitán uno demasiado calentón y el otro demasiado poco maniqueo. Si sólo pudiera juntar el corazón de Neto con el cerebro de André, reflexiona Nascimento... En su modo de ver André nunca podrá ser un "buen policía" mientras estudie y se junte con sus compañeros de facultad, muchachos frívolos de veleidades izquierdosas y ganas de fumarse un porro, idiotas útiles, cómplices culposos del mal.
No hace falta contar toda la trama, a Neto lo matan los malvados narcotraficantes y entonces André que se siente culpable pierde las últimas reservas morales e intelectuales que le impedían ser un "buen policía". En un operativo espectacular los héroes del BOPE irrumpen en la favela, matan gente a diestra y siniestra sin reparar en daño colateral, torturan salvajemente a adolescentes y mujeres para llegar al Bahiano, capo narco caricatura del villano siniestro. Lo cercan, lo atrapan, lo abaten, el cobarde ruega por su vida, por que al menos no le desfiguren la cara. Nascimento le entrega su fusil a André y a este no le tiembla la mano para zamparle un balazo en la cara al indefenso Bahiano. Fin. El buen chico se ha convertido en héroe verdugo y el capitán ha encontrado un digno sucesor. Puede ahora dedicarse tranquilamente a la educación de su hijo que acaba de nacer en medio de este pandemonium.
A mí francamente me dejó aterrado, pero no es que "Tropa de Elite" sea una mala película. No por nada la crítica alabó su realismo, su ritmo, su cinematografía. En gran medida con justicia. No por nada se la comparó con "Cidade de Deus". Habría que analizar detenidamente las múltiples relaciones entre estas dos obras. No por nada en Brasil fue un exitazo de taquilla. El análisis de este fenómeno se lo dejamos a los observadores de la dolorosa realidad brasileña. En todo caso no es una mala película, insisto. Eso es lo que me preocupa más que nada.
Para encontrarle sucesor se ha puesto en marcha un mecanismo de selección de lo más brutal, humillante y cinematográfico, un entrenamiento extremo que padecen los pobres comemierdas que después estarán al mando de la tropa de elite. Hay dos candidatos que sobresalen por ambición, aguante, dedicación y honestidad, amigos entre ellos, buenos y derechos muchachos ambos. Neto es de clase media, impulsivo, voluntarioso y de pocas luces, y André, negro de origen humilde, inteligente y pensante, alguien que no se conforma con ser policía sino que estudia paralelamente derecho. En la opinión del capitán uno demasiado calentón y el otro demasiado poco maniqueo. Si sólo pudiera juntar el corazón de Neto con el cerebro de André, reflexiona Nascimento... En su modo de ver André nunca podrá ser un "buen policía" mientras estudie y se junte con sus compañeros de facultad, muchachos frívolos de veleidades izquierdosas y ganas de fumarse un porro, idiotas útiles, cómplices culposos del mal.
No hace falta contar toda la trama, a Neto lo matan los malvados narcotraficantes y entonces André que se siente culpable pierde las últimas reservas morales e intelectuales que le impedían ser un "buen policía". En un operativo espectacular los héroes del BOPE irrumpen en la favela, matan gente a diestra y siniestra sin reparar en daño colateral, torturan salvajemente a adolescentes y mujeres para llegar al Bahiano, capo narco caricatura del villano siniestro. Lo cercan, lo atrapan, lo abaten, el cobarde ruega por su vida, por que al menos no le desfiguren la cara. Nascimento le entrega su fusil a André y a este no le tiembla la mano para zamparle un balazo en la cara al indefenso Bahiano. Fin. El buen chico se ha convertido en héroe verdugo y el capitán ha encontrado un digno sucesor. Puede ahora dedicarse tranquilamente a la educación de su hijo que acaba de nacer en medio de este pandemonium.
A mí francamente me dejó aterrado, pero no es que "Tropa de Elite" sea una mala película. No por nada la crítica alabó su realismo, su ritmo, su cinematografía. En gran medida con justicia. No por nada se la comparó con "Cidade de Deus". Habría que analizar detenidamente las múltiples relaciones entre estas dos obras. No por nada en Brasil fue un exitazo de taquilla. El análisis de este fenómeno se lo dejamos a los observadores de la dolorosa realidad brasileña. En todo caso no es una mala película, insisto. Eso es lo que me preocupa más que nada.
3 de junio de 2009
3 de junio de 2009
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La legalización de las drogas es esencial para que no sucedan historias como la que nos cuentan.
Aunque el poso que puede dejar de mensaje fascista por las acciones de la Bope y por la escena final, o por la presumible parcialidad hacia el protagonista jefe del escuadrón como narrador de la historia, e incluso donde el narco de la favela lleva una camiseta del Che, es lo que puede suceder en la realidad y ante eso no podemos taparnos los ojos; el director lo hace aposta para provocar seguro y de paso para que reflexionemos.
La primera parte consigue marearte, pero cuando empiezan a explicarnos el desenlace de las tramas ya no podrás dejar de mirar con absoluta atención; con algunas situaciones tópicas pero no cargantes presenciarás lo inevitable. Las interpretaciones son correctas y los sonidos que acompañan a las imágenes en ciertas secuencias junto a la música son buenos.
La legalización de las drogas evitaría a los narcos, evitaría la corrupción en las instituciones, evitaría muertes, crearía puestos de trabajo, con la venta en farmacias y/o lugares especializados y con una educación por parte de las escuelas, de los centros de salud, de los padres,... además actualmente conseguir droga no es tan difícil y también evitaríamos a los que captan a chic@s en los institutos ¿entonces por qué no interesa legalizarla? Bingo!!!
Dr. Hackenbush.
Víctor Jara - Ni chicha ni limoná
Aunque el poso que puede dejar de mensaje fascista por las acciones de la Bope y por la escena final, o por la presumible parcialidad hacia el protagonista jefe del escuadrón como narrador de la historia, e incluso donde el narco de la favela lleva una camiseta del Che, es lo que puede suceder en la realidad y ante eso no podemos taparnos los ojos; el director lo hace aposta para provocar seguro y de paso para que reflexionemos.
La primera parte consigue marearte, pero cuando empiezan a explicarnos el desenlace de las tramas ya no podrás dejar de mirar con absoluta atención; con algunas situaciones tópicas pero no cargantes presenciarás lo inevitable. Las interpretaciones son correctas y los sonidos que acompañan a las imágenes en ciertas secuencias junto a la música son buenos.
La legalización de las drogas evitaría a los narcos, evitaría la corrupción en las instituciones, evitaría muertes, crearía puestos de trabajo, con la venta en farmacias y/o lugares especializados y con una educación por parte de las escuelas, de los centros de salud, de los padres,... además actualmente conseguir droga no es tan difícil y también evitaríamos a los que captan a chic@s en los institutos ¿entonces por qué no interesa legalizarla? Bingo!!!
Dr. Hackenbush.
Víctor Jara - Ni chicha ni limoná
31 de julio de 2008
31 de julio de 2008
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La miseria, la corrupción, la droga, la violencia y la muerte son moneda corriente en los suburbios del tercer mundo (también en los del primero), quizá en las favelas brasileñas de manera más aparatosa. La vida de un ser humano vale menos que las alpargatas que lleva puestas, si ha tenido la suerte de conseguirlas. Es un problema de dificilísima solución ante el cual, como el protagonista y narrador anticipa, sólo quedan tres opciones: o te corrompes y formas parte del sistema, o haces la vista gorda, o le declaras la guerra. Yo creo que hay una cuarta alternativa, que es una mezcla de las tres anteriores, para intentar acabar con el sistema desde dentro, a largo plazo, y teniendo presente un sentido de la justicia medianamente razonable. Me gusta la crítica que se hace de la hipocresía de ciertas ONG y de algunos niños bien, eso que se ha dado en llamar progres, que bajo el paraguas de la solidaridad no esconden más que esnobismo, en el mejor de los casos, y simple negocio en no pocos otros.
Está claro que, cuando la disyuntiva es matar o morir, prefiero ser yo quien apriete antes el gatillo. El problema es que la película, a la que tengo mis dudas de calificar como muy pesimista o directamente fascista, no da demasiadas opciones: matar o matar. Si la solución al problema de la corrupción y la miseria es poner la justicia en manos de una pandilla de pirados cuyas similitudes con la Gestapo o las SS van más allá del color de la indumentaria, apaga y vámonos. No podemos olvidar las relaciones de los criminales nazis con sucesivos gobiernos suramericanos desde la II GM. Si para ser un buen policía tienes que someterte a todo tipo de vejaciones, torturar y matar a mansalva, hacer la vida imposible a tu propia esposa, convertirte en un fanático, pues que se vayan todos a tomar por el culo. No encuentro que la moral de los señores de la droga sea más despreciable que la de estos escuadrones de la muerte. Son la misma mierda, pero con instrucción militar. Aunque quizá sea la obra de Padilha la mejor expresión de un país con un potencial inmenso pero una situación desesperada; un país en ruinas. Una película cuestionable, pero muy bien hecha y que, desde luego, no deja indiferente, a la par que “Ciudad de Dios”.
Está claro que, cuando la disyuntiva es matar o morir, prefiero ser yo quien apriete antes el gatillo. El problema es que la película, a la que tengo mis dudas de calificar como muy pesimista o directamente fascista, no da demasiadas opciones: matar o matar. Si la solución al problema de la corrupción y la miseria es poner la justicia en manos de una pandilla de pirados cuyas similitudes con la Gestapo o las SS van más allá del color de la indumentaria, apaga y vámonos. No podemos olvidar las relaciones de los criminales nazis con sucesivos gobiernos suramericanos desde la II GM. Si para ser un buen policía tienes que someterte a todo tipo de vejaciones, torturar y matar a mansalva, hacer la vida imposible a tu propia esposa, convertirte en un fanático, pues que se vayan todos a tomar por el culo. No encuentro que la moral de los señores de la droga sea más despreciable que la de estos escuadrones de la muerte. Son la misma mierda, pero con instrucción militar. Aunque quizá sea la obra de Padilha la mejor expresión de un país con un potencial inmenso pero una situación desesperada; un país en ruinas. Una película cuestionable, pero muy bien hecha y que, desde luego, no deja indiferente, a la par que “Ciudad de Dios”.
10 de abril de 2009
10 de abril de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
149/07(09/04/09- 15/08/24) Fallida cinta que nos presenta el otro lado del espejo de "Ciudad de Dios", la violenta radiografía de un batallón de asalto en Rio de Janeiro, un grupo al que se le encomienda actuar en las favelas poco antes de la llegada del Papa, a partir de esto y con la voz en off del capitán Nascimento, vemos la corrupción de la policía, la violencia de los criminales y sobre todo el salvajismo en el escuadrón de élite, que actúa de forma paramilitar, torturando, matando haciendo todo tipo de tropelías para conseguir su objetivo y realmente no sé si se decanta el film por ensalzar este comportamiento fascista de las fuerzas de la ley o es una crítica, aunque lo que sí sé es que el resultado es una cinta sin alma que lo fía todo a escenas de contenido escabroso y atrocidades miles, la película se queda en un quiero y no puedo, con un arranque ilusionante para ir diluyéndose en un argumento mil veces visto, que avanza por la senda de la simpleza para terminar en lo que se supone que es la evolución del joven policía inocente a la madurez de ser un atroz defensor de la ley. Recomendable a los muy amantes del cine con tintes fachas. Fuerza y honor!!!
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