La bruja
6.2
31,421
Terror
Nueva Inglaterra, 1630. Un matrimonio de colonos cristianos, con cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está dominado por el mal. Cuando el hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros: un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano. (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2016
6 de abril de 2016
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace más de un año "La Bruja" viene recorriendo festivales a lo largo del mundo, y recibiendo más que críticas positivas en un género venido a menos donde las buenas películas de los últimos años, prácticamente se pueden contar con los dedos de las manos. Rozando lo reciente y para no extendernos demasiado, podemos citar a “El Conjuro” y “Te Sigue”, dos de las mejores películas de terror de los últimos años, aunque con paradigmas muy diferentes. "El Conjuro" con una representación más clásica del género, mientras que "Te Sigue", con la aparición de una metodología distinta a lo visto hasta el momento, con un fuerte respaldo psicológico, pero como todo lo nuevo, si bien se destacó el film, tenía sus flaquezas en otros puntos. Hoy, y ya la mencione anteriormente, llego "La Bruja" a nuestras salas, bajo un tráiler engañoso, que apunta a un producción distinta, nos encontramos con un film que continua profundizando el paradigma de "It Follows", aunque con ciertas mejoras, así que prepárense para que les exploten las neuronas.
De la mano de Robert Eggers, que decide hacer su salto a los largometrajes, nos llega una historia de una familia numerosa, Padre, Madre y 5 hijos (divididos generacionalmente), cada uno con mayor o menos preponderancia, que por diferencias ideológicas con los representantes de la colonia en la que habitan, deben irse de la misma. En medio del 1630 en Nueva Inglaterra, claramente alquilar una habitación en un hotel no era una opción viable, por lo que instalan su granja en un terreno aislado socialmente frente a un bosque, que esconde algo más que bonitos conejos, ambiente más que fructífero para cualquier film de terror y tan utilizado en la vieja escuela del género.
Con una introducción lenta, pero cargada de acontecimientos y acompañada de un muy buen guion con gran cantidad de referencias bíblicas, al igual que el film, podemos ver las relaciones en la familia fortalecerse y resquebrajarse constantemente ante la opresión de “algo” que habita a sus alrededores, a veces frente a sus ojos, pero que es imperceptible frente a ellos, con una ceguera increíble por momentos, teniendo en cuenta sus creencias, y que llega a su estado de sumisión, como se espera, cuando es demasiado tarde, logrando a lo largo de esto una transformación en los protagonistas que por momentos es lenta y en otros casos demasiado rápida. Este mismo ritmo que proporciona el paradigma, con una introducción lenta y un desenlace rápido y continuo, logra mantener al público en la incertidumbre sobre las dudas que se generan constantemente a lo largo del film y que pueden ser reveladas, lamentablemente, rápido para quienes tengan amplio conocimiento de la biblia y a su debido tiempo para quienes no, aunque no arruinaran la experiencia de un final a todo bombo y platillo que nos hará terminar de explotar el cerebro con una de las mejores películas de terror psicológico de los últimos años, que hasta se hace lugar para un par de líneas de comedia, sustos de salto de butaca y escenas tan fuertes y crueles que nos dejaran atónitos.
Pasando a un plano más técnico, pero no menos importante, la producción es digna de apreciarse. Si bien casi en su totalidad se desarrolla en el mismo ambiente rural con un gran parecido a la película “La Aldea”, el nivel de fotografía, vestimenta y peinado es algo realmente a destacar del film, con una más que satisfactoria adaptación de la época, basada en leyendas, libros o mitos urbanos. Otro punto interesante, y que también le da un giño a la vieja escuela, es el uso de una banda sonora plenamente instrumental, cargada de sonidos graves y voces de ultratumba, logrando con el pasar de los minutos un ambiente espectacularmente inhóspito, no solo para los protagonistas sino también para el público, y es ahí un punto clave para este nuevo paradigma del género.
"La Bruja" sale de lo cotidiano y la blasfemia de las especuladoras producciones de bajos y repetitivos recursos que apuntan a un público ya conocido, que no menciono para no entrar en debate, logrando llegar al espectador nato del género, y que sabe apreciar la calidad artística de un film que engloba la importancia del mismo en un “todo” y no en aspectos individuales, haciendo tambalear el reinado, justificado, de James Wan de los últimos años. Una auténtica joya.
De la mano de Robert Eggers, que decide hacer su salto a los largometrajes, nos llega una historia de una familia numerosa, Padre, Madre y 5 hijos (divididos generacionalmente), cada uno con mayor o menos preponderancia, que por diferencias ideológicas con los representantes de la colonia en la que habitan, deben irse de la misma. En medio del 1630 en Nueva Inglaterra, claramente alquilar una habitación en un hotel no era una opción viable, por lo que instalan su granja en un terreno aislado socialmente frente a un bosque, que esconde algo más que bonitos conejos, ambiente más que fructífero para cualquier film de terror y tan utilizado en la vieja escuela del género.
Con una introducción lenta, pero cargada de acontecimientos y acompañada de un muy buen guion con gran cantidad de referencias bíblicas, al igual que el film, podemos ver las relaciones en la familia fortalecerse y resquebrajarse constantemente ante la opresión de “algo” que habita a sus alrededores, a veces frente a sus ojos, pero que es imperceptible frente a ellos, con una ceguera increíble por momentos, teniendo en cuenta sus creencias, y que llega a su estado de sumisión, como se espera, cuando es demasiado tarde, logrando a lo largo de esto una transformación en los protagonistas que por momentos es lenta y en otros casos demasiado rápida. Este mismo ritmo que proporciona el paradigma, con una introducción lenta y un desenlace rápido y continuo, logra mantener al público en la incertidumbre sobre las dudas que se generan constantemente a lo largo del film y que pueden ser reveladas, lamentablemente, rápido para quienes tengan amplio conocimiento de la biblia y a su debido tiempo para quienes no, aunque no arruinaran la experiencia de un final a todo bombo y platillo que nos hará terminar de explotar el cerebro con una de las mejores películas de terror psicológico de los últimos años, que hasta se hace lugar para un par de líneas de comedia, sustos de salto de butaca y escenas tan fuertes y crueles que nos dejaran atónitos.
Pasando a un plano más técnico, pero no menos importante, la producción es digna de apreciarse. Si bien casi en su totalidad se desarrolla en el mismo ambiente rural con un gran parecido a la película “La Aldea”, el nivel de fotografía, vestimenta y peinado es algo realmente a destacar del film, con una más que satisfactoria adaptación de la época, basada en leyendas, libros o mitos urbanos. Otro punto interesante, y que también le da un giño a la vieja escuela, es el uso de una banda sonora plenamente instrumental, cargada de sonidos graves y voces de ultratumba, logrando con el pasar de los minutos un ambiente espectacularmente inhóspito, no solo para los protagonistas sino también para el público, y es ahí un punto clave para este nuevo paradigma del género.
"La Bruja" sale de lo cotidiano y la blasfemia de las especuladoras producciones de bajos y repetitivos recursos que apuntan a un público ya conocido, que no menciono para no entrar en debate, logrando llegar al espectador nato del género, y que sabe apreciar la calidad artística de un film que engloba la importancia del mismo en un “todo” y no en aspectos individuales, haciendo tambalear el reinado, justificado, de James Wan de los últimos años. Una auténtica joya.
19 de mayo de 2016
19 de mayo de 2016
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mal uso que algunos realizadores le han dado a los géneros cinematográficos ha generado que algunos espectadores se han habituado a esperar películas parecidas, carentes de personalidad propia y sin riesgos por asumir, por lo que el espectador común tiende a rechazar lo que no viene en ese “empaque genérico”.
La ópera prima de Robert Eggers se pasea entre diversos géneros sin seguir a rajatabla las reglas de ninguno en especial, narrando a placer pero con bastante rigor un drama de época aderezado con el suficiente suspenso, horror e intriga y con algunos toques sobrenaturales.
En el siglo XVII, una familia es expulsada de su pueblo en Nueva Inglaterra por algunas diferencias en cuanto a la manera de profesar su religión, por lo que los padres y sus 5 hijos deberán mudarse a una granja lejos del pueblo y muy cerca de un bosque que luce tenebroso.
Apenas unos días de haber llegado, el hijo más pequeño de la familia, un bebé no bautizado, desaparece de manera misteriosa mientras su hermana Thomasin (Anya Taylor Joy) jugaba con él, este hecho marcará a la familia, donde las culpas, la religiosidad imperante y la sexualidad latente marcará el devenir de una familia que nunca será la misma mientras pretende superar la terrible pérdida.
Sin recurrir a las típicas escenas de sustos sorpresivas o efectistas, la película de Eggers apuesta mejor por la creación de un clima que se torna inquietante, donde el gran trabajo de ambientación, austero pero por demás efectivo, colabora a crear esa atmósfera de incertidumbre en la que se desenvuelve el film, con unos personajes que tienen todos un desarrollo dramático siempre al servicio del relato, desde los adultos, los hijos adolescentes y los dos más pequeños, todos juegan un rol importante y colaboran a dar vida a ese clima enrarecido e inquietante, además del perfecto juego dramático que se le da tanto al bosque como a los animales.
La película precisa de un espectador paciente y dispuesto a dejarse involucrar en una trama que no proporciona todas las pistas, pero que genera un ambiente desconcertante y hasta cierta perturbación, y donde la falta de certeza de lo que sucede en la historia contagia a los espectadores de manera peculiar.
‘La bruja’ no es una película ceñida a las características del “género”, es una historia que se mueve por caminos menos transitados en el cine actual, pero que a diferencia de tantas películas adscritas al “terror de sustos”, permanece por mucho más tiempo en la cabeza del que se acerca a verla, generando algunas sensaciones y removiendo diversos temores. Imperdible.
http://tantocine.com/la-bruja-de-robert-eggers/
La ópera prima de Robert Eggers se pasea entre diversos géneros sin seguir a rajatabla las reglas de ninguno en especial, narrando a placer pero con bastante rigor un drama de época aderezado con el suficiente suspenso, horror e intriga y con algunos toques sobrenaturales.
En el siglo XVII, una familia es expulsada de su pueblo en Nueva Inglaterra por algunas diferencias en cuanto a la manera de profesar su religión, por lo que los padres y sus 5 hijos deberán mudarse a una granja lejos del pueblo y muy cerca de un bosque que luce tenebroso.
Apenas unos días de haber llegado, el hijo más pequeño de la familia, un bebé no bautizado, desaparece de manera misteriosa mientras su hermana Thomasin (Anya Taylor Joy) jugaba con él, este hecho marcará a la familia, donde las culpas, la religiosidad imperante y la sexualidad latente marcará el devenir de una familia que nunca será la misma mientras pretende superar la terrible pérdida.
Sin recurrir a las típicas escenas de sustos sorpresivas o efectistas, la película de Eggers apuesta mejor por la creación de un clima que se torna inquietante, donde el gran trabajo de ambientación, austero pero por demás efectivo, colabora a crear esa atmósfera de incertidumbre en la que se desenvuelve el film, con unos personajes que tienen todos un desarrollo dramático siempre al servicio del relato, desde los adultos, los hijos adolescentes y los dos más pequeños, todos juegan un rol importante y colaboran a dar vida a ese clima enrarecido e inquietante, además del perfecto juego dramático que se le da tanto al bosque como a los animales.
La película precisa de un espectador paciente y dispuesto a dejarse involucrar en una trama que no proporciona todas las pistas, pero que genera un ambiente desconcertante y hasta cierta perturbación, y donde la falta de certeza de lo que sucede en la historia contagia a los espectadores de manera peculiar.
‘La bruja’ no es una película ceñida a las características del “género”, es una historia que se mueve por caminos menos transitados en el cine actual, pero que a diferencia de tantas películas adscritas al “terror de sustos”, permanece por mucho más tiempo en la cabeza del que se acerca a verla, generando algunas sensaciones y removiendo diversos temores. Imperdible.
http://tantocine.com/la-bruja-de-robert-eggers/
20 de mayo de 2016
20 de mayo de 2016
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que debemos tener en cuenta para calificar esta película es que tiene que ver más con el "Anticristo" de Lars Von Trier, que con cualquier película de terror mínimamente entretenida, y digo mínimamente, así que incluyo aberraciones como Piraña 3D.
Porque La Bruja es una película que da miedo después de verla. No sea que la tengas que volver a ver otra vez por mala suerte, o que te la cuelen en un viaje de autocar.
Desde luego que no es una película para todos los públicos, me atrevo a decir que para la gran mayoría del público; es sólo apta para el nimio reducto de gente que entiende de verdad el cine; ese núcleo esencial de esta industria al que sólo llegan aquellos elegidos que ven más allá de lo que no entretiene y valoran la perfección técnica de un plano. Pero para el resto... Oh, querido lector... Si Ud. pertenece a ese resto al que pertenezco yo; prepárese para dos horas de planos que Ud. no sabrá valorar, de violines que suenan cuando se mece una brizna de hierba que Ud. no sabrá valorar, de un guión a base de salmos que Ud. no sabrá valorar, y de un terror sin parangón, con matices espeluznantes y perturbadores soterrados bajo las apariencias místicas de los costumbrismos de la Santa Inquisición que reflotan como un atabismo zafral bajo la psiqué de las cabras que da igual cómo de bien se exprese, porque es un sopor inmenso.
... Lo que Ud. sí sabrá valorar son los 10 euros de la entrada, ¡y vaya que sabrá valorarlo! La de cosas que se podrían hacer con esos diez euros mejores que ver esta película. Si hasta zumbar escolopendras es gratis y más divertido (y me atrevería decir que da más miedo, y es más perturbador).
En fin, la película no tiene nada, créame, NADA de lo que pretendidamente se ha anunciado a bombo y platillo de terrorífico, perturbador, o como quiera usted que espere que sea una película de miedo. Es un drama familiar pesadísimo y con el sello del cine de autor que trascurre sin gloria y con mucha pena; ni siquiera hay que esperar a media película para darte cuenta; porque a los cinco minutos es tanta la esencia de cine de autor que no te cabe ninguna duda de que el filme estaría a la altura de proyectos como "La nada en el mar elecnoseológico" o "El Paradigma de Timmy, el niño drama en el infinito abyecto".
La bruja da pavor. Pero se lo juro, a posteri. No más, por favor.
Porque La Bruja es una película que da miedo después de verla. No sea que la tengas que volver a ver otra vez por mala suerte, o que te la cuelen en un viaje de autocar.
Desde luego que no es una película para todos los públicos, me atrevo a decir que para la gran mayoría del público; es sólo apta para el nimio reducto de gente que entiende de verdad el cine; ese núcleo esencial de esta industria al que sólo llegan aquellos elegidos que ven más allá de lo que no entretiene y valoran la perfección técnica de un plano. Pero para el resto... Oh, querido lector... Si Ud. pertenece a ese resto al que pertenezco yo; prepárese para dos horas de planos que Ud. no sabrá valorar, de violines que suenan cuando se mece una brizna de hierba que Ud. no sabrá valorar, de un guión a base de salmos que Ud. no sabrá valorar, y de un terror sin parangón, con matices espeluznantes y perturbadores soterrados bajo las apariencias místicas de los costumbrismos de la Santa Inquisición que reflotan como un atabismo zafral bajo la psiqué de las cabras que da igual cómo de bien se exprese, porque es un sopor inmenso.
... Lo que Ud. sí sabrá valorar son los 10 euros de la entrada, ¡y vaya que sabrá valorarlo! La de cosas que se podrían hacer con esos diez euros mejores que ver esta película. Si hasta zumbar escolopendras es gratis y más divertido (y me atrevería decir que da más miedo, y es más perturbador).
En fin, la película no tiene nada, créame, NADA de lo que pretendidamente se ha anunciado a bombo y platillo de terrorífico, perturbador, o como quiera usted que espere que sea una película de miedo. Es un drama familiar pesadísimo y con el sello del cine de autor que trascurre sin gloria y con mucha pena; ni siquiera hay que esperar a media película para darte cuenta; porque a los cinco minutos es tanta la esencia de cine de autor que no te cabe ninguna duda de que el filme estaría a la altura de proyectos como "La nada en el mar elecnoseológico" o "El Paradigma de Timmy, el niño drama en el infinito abyecto".
La bruja da pavor. Pero se lo juro, a posteri. No más, por favor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Del argumento… qué decir.
Al final Satanás es una cabra que se llama Philip el Negro y al que debe doblar Voldemort. Es todo un golpe de efecto, porque al final la cabra se carga al padre y justo después se va como por ahí a desayunar (Si, es en serio, la cabra se carga al padre… Y si, es como estar viendo Impacto TV y ver un video casero de una cabra endiñando a un vecino de Sepúlveda, no esperéis mucho más). Ultra terrorífico. ¿Quién quiere fantasmas habiendo cabras y conejos? Cenicienta era una auténtica nigromante cuando cantaba por el bosque.
También mola el rigor histórico, porque el demonio ofrece a la niña mantequilla para que firme su pacto con él. Todo el mundo sabe que en Nueva Inglaterra la mantequilla era lo más. Y luego se va con otras brujas a flotar por el aire en una hoguera (a saber lo que estaban prendiendo).
Luego hay un montón de subtramas, muy profundas. El marido vende una copa de su mujer, y ésta se ofusca. Aunque parece que lo está desde el principio. Y el niño quiere manzanas, y también se ofusca (Me voy a tirar aquí el pisto y voy a decir que lo de la manzana es una reminiscencia bíblica al pecado original de Adán y Eva por las conexiones pecaminosas entre el niño y su hermana en el paraíso afrodisiaco canadiense. Nadie ha caído en eso, pero la peli es que tiene mucha simbología). También tine otra subsubtrama que es un conejo que sale y que debe ser una bruja. Y que la niña se siente poco querida. Y que el niño se siente un pecador de la pradera (nunca mejor dicho). Y que el padre es como Edgar, el de Men in Black, al que se le cae la cara; porque parece que se le está derritiendo todo el rato.
Y al final todos mueren. No está claro el por qué ni con qué razón. Pero el mal triunfa, y al menos, los desaboríos que te han estado matando de aburrimiento durante dos horas la espichan. Y es reconfortante, desconcertante y un cachondeo puro.
Al menos esos últimos 5 minutos tienen su guasa.
Al final Satanás es una cabra que se llama Philip el Negro y al que debe doblar Voldemort. Es todo un golpe de efecto, porque al final la cabra se carga al padre y justo después se va como por ahí a desayunar (Si, es en serio, la cabra se carga al padre… Y si, es como estar viendo Impacto TV y ver un video casero de una cabra endiñando a un vecino de Sepúlveda, no esperéis mucho más). Ultra terrorífico. ¿Quién quiere fantasmas habiendo cabras y conejos? Cenicienta era una auténtica nigromante cuando cantaba por el bosque.
También mola el rigor histórico, porque el demonio ofrece a la niña mantequilla para que firme su pacto con él. Todo el mundo sabe que en Nueva Inglaterra la mantequilla era lo más. Y luego se va con otras brujas a flotar por el aire en una hoguera (a saber lo que estaban prendiendo).
Luego hay un montón de subtramas, muy profundas. El marido vende una copa de su mujer, y ésta se ofusca. Aunque parece que lo está desde el principio. Y el niño quiere manzanas, y también se ofusca (Me voy a tirar aquí el pisto y voy a decir que lo de la manzana es una reminiscencia bíblica al pecado original de Adán y Eva por las conexiones pecaminosas entre el niño y su hermana en el paraíso afrodisiaco canadiense. Nadie ha caído en eso, pero la peli es que tiene mucha simbología). También tine otra subsubtrama que es un conejo que sale y que debe ser una bruja. Y que la niña se siente poco querida. Y que el niño se siente un pecador de la pradera (nunca mejor dicho). Y que el padre es como Edgar, el de Men in Black, al que se le cae la cara; porque parece que se le está derritiendo todo el rato.
Y al final todos mueren. No está claro el por qué ni con qué razón. Pero el mal triunfa, y al menos, los desaboríos que te han estado matando de aburrimiento durante dos horas la espichan. Y es reconfortante, desconcertante y un cachondeo puro.
Al menos esos últimos 5 minutos tienen su guasa.
10 de octubre de 2015
10 de octubre de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sencillez y la sobriedad no son fáciles de encontrar en el cine de terror actual donde el impacto visual y los efectos priman sobre la sugestión y la complicidad. Afortunadamente Robert Eggers elige el camino más complejo y sumerge al espectador en una atmósfera de pesadilla sin renunciar al impacto visual en momentos bien encajados. La tonalidad gris de la fotografía, junto a una música enérgica y envolvente que enfatiza las sensaciones, elevan el nivel de esta producción independiente por encima de tanto innecesario remake o refrito absurdo que nos invade actualmente. No es una obra perfecta pero reconcilia al aficionado con las esencias y le da nuevas esperanzas de mejores tiempos para el género.
Más mini críticas en cinedepatio.com
Más mini críticas en cinedepatio.com
5 de mayo de 2016
5 de mayo de 2016
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eggers ha dirigido una notable opera prima, “The witch” es una película austera, tiene un argumento bastante simple, pocos personajes y dos lugares donde transcurre todo, una pequeña granja y el bosque que la rodea, pero es que no necesita nada más, funciona perfectamente.
Destaca formalmente, con un especial cuidado por los detalles, tiene un magnífico sonido, la fotografía, las actuaciones convincentes, destacar a los hijos que están sobresalientes, y en especial por la atmósfera que va creando y que logra que poco a poco nos adentremos en la historia.
La religión llevada al extremo, lo desconocido, las relación de los padres y la que tienen con sus hijos va generando una tensión cocinada a fuego lento con gran inteligencia que logra su propósito.
Es una película notable, para mí gusto le sobra los dos últimos minutos para que sea redonda, después de la escena con la madre hubiera fundido a negro.
Destaca formalmente, con un especial cuidado por los detalles, tiene un magnífico sonido, la fotografía, las actuaciones convincentes, destacar a los hijos que están sobresalientes, y en especial por la atmósfera que va creando y que logra que poco a poco nos adentremos en la historia.
La religión llevada al extremo, lo desconocido, las relación de los padres y la que tienen con sus hijos va generando una tensión cocinada a fuego lento con gran inteligencia que logra su propósito.
Es una película notable, para mí gusto le sobra los dos últimos minutos para que sea redonda, después de la escena con la madre hubiera fundido a negro.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here