Un gato sobre el tejado caliente
8.0
22,938
Drama
La inminente muerte del anciano patriarca de una acomodada familia sureña crea una gran tensión ambiental. Uno de sus hijos, Brick, indeciso y apático, se refugia en el alcohol y se muestra completamente indiferente ante la situación, pero Maggie, su mujer, no está dispuesta a contemplar impasible su destrucción. El otro hijo, Gooper, al igual que su esposa, es ambicioso y oportunista. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2013
31 de mayo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brillante adaptación cinematográfica de la obra teatral de Tennesse Williams. La película me ha parecido sobresaliente desde muchos puntos de vista. Las distintas estancias de la casa en las que transcurre la trama (dormitorio, jardín, salón, sótano) suponen por sí solas escenarios con sustantividad propia dentro del argumento, con lo que la teatralidad del film se acentúa. El guión se ajusta a los diálogos de la obra original, lo cual es la mejor manera de respetar su espíritu.
A ello cabe añadir la participación de un puñado de actores en estado de gracia. Paul Newman y Liz Taylor son las dos grandes estrellas del film, y no defraudan. Ambos salen siempre bien parados en un duelo interpretativo de gran altura. Newman cumple su papel de galán bebedor compulsivo que nunca se emborracha, y Taylor está soberbia en esa tensión permanente de una gata caminando sobre un tejado de zinc caliente. La química entre ambos funciona. Además, los secundarios no les van a la zaga. Burt Ives hace una destacada composición del padre, y a Madeleine Sherwood (la cuñada) dan ganas de meterle un zapato en la boca desde el primer minuto de metraje. Por no hablar de la publicidad gratuita que esta película supone para cualquier método anticonceptivo. Muy convincente.
Sí, la película tiene tensión y brillo, y nunca decae. El principio atrapa y la segunda parte del film, con las secuencias cruzadas de la discusión en el salón y la conversación en el sótano, es una buena muestra de dominio del lenguaje cinematográfico, y no sólo del teatral. Como hándicap, el guión se rinde ante las exigencias hollywoodienses, y con ello el argumento pierde parte de la fuerza de la obra original. Está bien que las referencias a la homosexualidad sean implícitas, pero no hasta el punto de evitar cualquier insinuación relativa al protagonista. Claro, no cabe dudar de la virilidad de Paul Newman. Otra cuestión, de la que se ha hablado menos, es la relativa al personaje del padre. Su figura queda edulcorada en esta versión, quizá buscando una mayor simpatía del público. El personaje, un auténtico ogro, se las trae, y no era necesario atemperar su constante mala leche. A cambio, la película explota la faceta más sensual de los diálogos y de los personajes, lo que también imprime una gran fuerza y credibilidad a la historia.
De todos modos, muy recomendable, incluso si se es un gran admirador de la obra teatral.
A ello cabe añadir la participación de un puñado de actores en estado de gracia. Paul Newman y Liz Taylor son las dos grandes estrellas del film, y no defraudan. Ambos salen siempre bien parados en un duelo interpretativo de gran altura. Newman cumple su papel de galán bebedor compulsivo que nunca se emborracha, y Taylor está soberbia en esa tensión permanente de una gata caminando sobre un tejado de zinc caliente. La química entre ambos funciona. Además, los secundarios no les van a la zaga. Burt Ives hace una destacada composición del padre, y a Madeleine Sherwood (la cuñada) dan ganas de meterle un zapato en la boca desde el primer minuto de metraje. Por no hablar de la publicidad gratuita que esta película supone para cualquier método anticonceptivo. Muy convincente.
Sí, la película tiene tensión y brillo, y nunca decae. El principio atrapa y la segunda parte del film, con las secuencias cruzadas de la discusión en el salón y la conversación en el sótano, es una buena muestra de dominio del lenguaje cinematográfico, y no sólo del teatral. Como hándicap, el guión se rinde ante las exigencias hollywoodienses, y con ello el argumento pierde parte de la fuerza de la obra original. Está bien que las referencias a la homosexualidad sean implícitas, pero no hasta el punto de evitar cualquier insinuación relativa al protagonista. Claro, no cabe dudar de la virilidad de Paul Newman. Otra cuestión, de la que se ha hablado menos, es la relativa al personaje del padre. Su figura queda edulcorada en esta versión, quizá buscando una mayor simpatía del público. El personaje, un auténtico ogro, se las trae, y no era necesario atemperar su constante mala leche. A cambio, la película explota la faceta más sensual de los diálogos y de los personajes, lo que también imprime una gran fuerza y credibilidad a la historia.
De todos modos, muy recomendable, incluso si se es un gran admirador de la obra teatral.
15 de febrero de 2016
15 de febrero de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada malo puede decir de esta película que me cautivó desde la primera vez que la vi. Es una película que cuando la vi, algo hizo que me marcara y hasta ahora no he podido olvidarla.
La he visto decenas de veces y sigue cautivándome como el primer día. Su historia me atrapa desde el minuto uno hasta el final, y me emociona de una manera que no puedo a veces ni comprender.
Sin lugar a dudas Richard Brooks hizo una obra maestra adaptando al cine este clásico del teatro de Tennesse Williams, que describe un fuerte drama a través de unos personajes que ocultan enormes secretos en su interior, los cuales si salieran a la luz destruirían todo lo que tienen construido a su alrededor.
Las interpretaciones son de las mejores que he visto en cine, y ello es debido a que sus actores están impresionantes en sus roles. Paul Newman y Elizabeth Taylor dan morbo con sus actuaciones y realizan un trabajo soberbio. Ellos dejan boquiabierto con sus papeles, los cuales se encuentran en una situación extrema para salvar su matrimonio. Él es un alcohólico que tiene un dolor clavado en su corazón por la muerte de un amigo (en el texto original de teatro tiene un enfoque homosexual que aquí la censura no autorizó) y no soporta estar al lado de su bellísima mujer. Ella lucha con todas sus fuerzas por recuperar a su marido, pero al igual que una gata sobre un tejado de zinc caliente se va quemando poco a poco porque no sabe a donde saltar para poder salvarse.
Pero no solo ellos están increíbles. El resto de actores realizan un trabajo fantástico dando vida a esos personajes llenos de mentiras y traiciones. Personajes que intentan salvarse a ellos mismos, mientras todo su mundo se hunde irremediablemente.
Sin lugar a dudas es mi película favorita. Cada frase está llena de intenciones, y el texto está cargado de poesía y matices en los que uno puede sacar numerosas interpretaciones y matices.
En fin, "La gata sobre el tejado de zinc" es un clásico que perdura indemne a través de los años ya que es una de las obras maestras del cine. Todo ello gracias a un texto único, una dirección brillante y unas interpretaciones fantásticas. Nunca me han enamorado tanto dos personajes de tal manera como los de estos protagonistas.
La he visto decenas de veces y sigue cautivándome como el primer día. Su historia me atrapa desde el minuto uno hasta el final, y me emociona de una manera que no puedo a veces ni comprender.
Sin lugar a dudas Richard Brooks hizo una obra maestra adaptando al cine este clásico del teatro de Tennesse Williams, que describe un fuerte drama a través de unos personajes que ocultan enormes secretos en su interior, los cuales si salieran a la luz destruirían todo lo que tienen construido a su alrededor.
Las interpretaciones son de las mejores que he visto en cine, y ello es debido a que sus actores están impresionantes en sus roles. Paul Newman y Elizabeth Taylor dan morbo con sus actuaciones y realizan un trabajo soberbio. Ellos dejan boquiabierto con sus papeles, los cuales se encuentran en una situación extrema para salvar su matrimonio. Él es un alcohólico que tiene un dolor clavado en su corazón por la muerte de un amigo (en el texto original de teatro tiene un enfoque homosexual que aquí la censura no autorizó) y no soporta estar al lado de su bellísima mujer. Ella lucha con todas sus fuerzas por recuperar a su marido, pero al igual que una gata sobre un tejado de zinc caliente se va quemando poco a poco porque no sabe a donde saltar para poder salvarse.
Pero no solo ellos están increíbles. El resto de actores realizan un trabajo fantástico dando vida a esos personajes llenos de mentiras y traiciones. Personajes que intentan salvarse a ellos mismos, mientras todo su mundo se hunde irremediablemente.
Sin lugar a dudas es mi película favorita. Cada frase está llena de intenciones, y el texto está cargado de poesía y matices en los que uno puede sacar numerosas interpretaciones y matices.
En fin, "La gata sobre el tejado de zinc" es un clásico que perdura indemne a través de los años ya que es una de las obras maestras del cine. Todo ello gracias a un texto único, una dirección brillante y unas interpretaciones fantásticas. Nunca me han enamorado tanto dos personajes de tal manera como los de estos protagonistas.
5 de junio de 2016
5 de junio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una atmósfera asfixiante y densa apenas permite respirar. El sustento es escaso, y el horizonte se perfila negro como la pez. Las raices están podridas, y sobre las ramas cansadas se posan expectantes y hambrientas aves de rapiña. La culpa es una mancha negra y espesa que torna la pureza en rencor. Sólo el güisqui solo proporciona un poco de serenidad, activando ese click que desconecta por un momento una mente acelerada y convulsa. La muerte mira de frente. El caótico y desordenado sótano del yo más profundo es el único refugio a su fría presencia. Allí, lejos de la idílica imagen superficial, se afrontará la verdad. Y la verdad, nos hará libres.
Y la gata persiste, elegante y hermosa, sobre el piso ardiente, persuadida por el amor de quién, en su descenso a los infiernos, no ha perdido un átomo de su belleza felina.
Y la gata persiste, elegante y hermosa, sobre el piso ardiente, persuadida por el amor de quién, en su descenso a los infiernos, no ha perdido un átomo de su belleza felina.
5 de diciembre de 2023
5 de diciembre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Célebre adaptación cinematográfica de la no menos célebre obra teatral homónima del gran dramaturgo estadounidense Tennessee Williams, con protagonismo principal para un atormentado Paul Newman y una sensual Elizabeth Taylor.
Brooks toma como base el texto de Williams para hacernos testigos con enorme pasión de la falsedad de las relaciones familiares, puesta de manifiesto a través de encendidas disidencias matrimoniales, fraternales y paterno-filiales. Son abordados también temas como el alcoholismo, la ambigüedad sexual, la codicia, la decadencia o el egoísmo.
La puesta en escena de la película denota claramente su ascendencia teatral, mientras que sus abundantes y copiosos diálogos evidencian su cuidado texto de raíz literaria.
La interacción entre unos portentosos Newman y Taylor echa chispas, exudando ardor y tensión sexual por los cuatro costados con intento de muletazo incluido.
Son igualmente elogiables las interpretaciones de Judith Anderson y Burl Ives, este último ciertamente sensacional y memorable como padre de un angustiado y borracho Paul Newman.
Brooks toma como base el texto de Williams para hacernos testigos con enorme pasión de la falsedad de las relaciones familiares, puesta de manifiesto a través de encendidas disidencias matrimoniales, fraternales y paterno-filiales. Son abordados también temas como el alcoholismo, la ambigüedad sexual, la codicia, la decadencia o el egoísmo.
La puesta en escena de la película denota claramente su ascendencia teatral, mientras que sus abundantes y copiosos diálogos evidencian su cuidado texto de raíz literaria.
La interacción entre unos portentosos Newman y Taylor echa chispas, exudando ardor y tensión sexual por los cuatro costados con intento de muletazo incluido.
Son igualmente elogiables las interpretaciones de Judith Anderson y Burl Ives, este último ciertamente sensacional y memorable como padre de un angustiado y borracho Paul Newman.
12 de abril de 2007
12 de abril de 2007
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece que es una gran película, de las mejores que he visto. La trama es sensacional, pero lo verdaderamente espectacular es el guión y cómo es interpretado por los actores y actrices; destaco a la gloriosa Elizabeth Taylor y al divino Paul Newman. Éste último, no solo encarna a un alcohólico, sino a un hombre del que se delata una homosexualidad que va floreciendo poco a poco. Su matrimonio es a la fuerza y de compromiso, pues él ama de forma distinta. Es el reflejo del escritor de la novela: Tenessee Williams, quien era homosexual. En conclusión, una obra maestra repleta de pequeños detalles que valen la pena ver y descubrir, así como obtener por ti mismo tus propisas conclusiones pero sobretodo reflexiones; para ello se izo el film, como reflexión, como es la vida: un conjunto de pensamientos encadenados en donde no siempre se es como se desearía y que nos hace meditar a base de experiencias.
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