La máscara
6.0
75,862
Comedia. Fantástico
Stanley Ipkiss es un empleado de banca extremadamente amable, pero es un pusilánime cuando tiene que enfrentarse a alguien. Tras uno de los peores días de su vida, Stanley encuentra una máscara que representa a Loki, un dios de la malicia y la travesura. Cuando se coloca la máscara se convierte en una persona completamente diferente. (FILMAFFINITY)
2 de octubre de 2019
2 de octubre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de la premisa que Jim Carrey no es santo de mi devoción reconozco que aquí no me disgustó, quizá por que la mayoría del tiempo lleva puesta una máscara.
Sus exageraciones e histrionismo tienen sentido en el papel que interpreta cuya esencia es la exageración, la locura y la burla extrema.
Completamente enloquecida y tan exagerada que tiene su punto.
Sus exageraciones e histrionismo tienen sentido en el papel que interpreta cuya esencia es la exageración, la locura y la burla extrema.
Completamente enloquecida y tan exagerada que tiene su punto.
28 de marzo de 2020
28 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La Máscara" es una divertida y efectiva comedia fantástica, dirigida por Chuck Russell y protagonizada por Jim Carrey. Luego de una carrera cinematográfica vinculada especialmente al terror, Chuck Russell explorará otros géneros y se embarcará en un proyecto que le traerá la aclamación mundial al realizar la primera adaptación al celuloide del antihéroe cómico conocido como “La Máscara”, personaje divertido y único. Al que podríamos definir esencialmente como un peligroso y cruel antihéroe. A partir del influjo de una máscara de origen amerindio, su portador accedía a poderes ilimitados, alteraciones de su apariencia física, reflejado especialmente en una enorme cabeza verde y prominentes dientes, pero también notorias afectaciones a su personalidad. El director decide centrar la historia en el típico perdedor, tímido y soltero, Stanley Ipkiss, agente bancario apenas respetado por su amigo Charlie y su perro Milo, muy alejado del Stanley Ipkiss neurótico del cómic que se convierte en un amoral asesino que termina por convertirse en líder de la mafia citadina.
Además, los guionistas prescinden de la circulación de la posesión de la máscara que no busca otro objetivo más que concentrar la trama en Stanley Ipkiss, ya que en el cómic el portador de la máscara terminaba por morir, dando paso a otro desafortunado en forma sucesiva. Así, despojado de su esencia violenta y cargada al humor negro, el film transita, en líneas generales, con un sólido ritmo y una batería de situaciones cómicas que salpican la trama de graciosos y emblemáticos momentos. Luego de un inicio regular pero rápido, Russell no tarda mucho en mostrarnos a Ipkiss y su patético pasar y entorno de forma efectiva, para dar paso a las mejores escenas con la aparición de "La Máscara" y su feudo con su amargada casera, el asalto al banco y la lección que le dará a un grupo de rufianes callejeros que pretenden asaltar lo. Sin embargo, será su aparición en el emblemático Coco Bongo, en donde regalará una de sus mejores performances de danza e histrionismo, cuando se echará al bolsillo no sólo a la bella Tina Carlyle y a los asistentes al club, sino al espectador que ya ha caído en sintonía con el personaje, locuaz y divertido, y lo relacionará como el alter ego del torpe y apocado Stanley Ipkiss.
Cabe señalar que, a esta altura, con esas escenas, así como las de la danza con la policía al momento en que el gruñon teniente Kellaway pretendía arrestarlo, la trama ha alcanzado divertidos ribetes de surrealismo, en gran medida gracias al trabajo de efectos especiales, que recibiría una nominación al Oscar en la categoría. No obstante cualquier pequeño defecto que pudiera albergar esta cinta, queda subsanado en buena medida por su vistosidad, frescura y montaje. Si nos paramos a observar con mayor detenimiento presenciamos el esbozo de una utopía que enseguida reconocemos y asimilamos con los días de nuestra mayor inspiración. Bajo mi punto de vista, es una comedia que homenajea a los cartoons o dibujos animados con escenas, ruidos o imágenes. Es por esto entre otras cosas que gusta a los más jóvenes y por el humor gamberro e incluso ácido de Ipkiss cuando se transforma que divierte a los más mayores. Obviamente no estamos hablando de ninguna obra maestra. Se trata de una historia que, más allá del carisma de Carrey y de su alter ego, es muy predicible, sobre todo la parte romántica, pero de algún modo quedará en el recuerdo como una de esas películas que marcaron la década de los 90, decenio que con el paso del tiempo se va haciendo su hueco en nuestro coranzocito.
Las actuaciones son correctas, bien vale la pena destacar la performance de Jim Carrey, instancia que le permitiría consolidarse como uno de los más importantes actores cómicos de los 90s. Terminando por hacerse con un papel que le viene como anillo al dedo a su estilo estrafalario y gracioso. Cameron Díaz derrocha sensualidad y dulzura a la vez, nunca se verá tan bella y deseable como en este film, aunque en la práctica encarne el papel de la rubia bella, indefensa y poco brillante. Como sea, la química entre Carrey y Cameron funciona con cierta eficacia, permitiendo que el espectador simpatice por la relación que se establece entre ambos, aun sabiendo que se trata de ficción entre las tramas de ficción, pero que deja de ganador a un Ipkiss bonachón que se cansa del abuso y que, aunque aprovecha los poderes de la máscara, finalmente prefiere ser quién es y no vivir siendo otra persona. Completan el reparto Peter Greene como Dorian Tyrell, novio de Tina y líder de la mafia local, que quiere deshacerse de su superior y que en la práctica, aunque no es presentado como un antagonista inteligente para Ipkiss, sí queda reducido ante la ineficiencia de sus acólitos. Peter Riegert encarna al gruñon teniente Kellaway. Richard Jeni como el mejor amigo de Stanley, Charlie Schumacher. Amy Yasbeck encarnó a la periodista amiga de Ipkiss, que termina por traicionar lo. Y Milo, el fiel y juguetón perro de Stanley.
En definitiva, una efectiva comedia familiar considerada una de las mejores de la década de los 90s, principalmente por su correcta combinación de un guión inteligente, aunque simple, buenos efectos especiales y un Jim Carrey en uno de sus mejores momentos como actor cómico de fines del siglo pasado. De hecho, recibió una nominación a los Oscar a los mejores efectos especiales y una al mejor actor de comedia en los Globos de Oro. Con unas escenas memorables, como la del baile cubano, una banda sonora muy cuidada y que adorna eficazmente lo que sin duda, es una divertida comedia.
Además, los guionistas prescinden de la circulación de la posesión de la máscara que no busca otro objetivo más que concentrar la trama en Stanley Ipkiss, ya que en el cómic el portador de la máscara terminaba por morir, dando paso a otro desafortunado en forma sucesiva. Así, despojado de su esencia violenta y cargada al humor negro, el film transita, en líneas generales, con un sólido ritmo y una batería de situaciones cómicas que salpican la trama de graciosos y emblemáticos momentos. Luego de un inicio regular pero rápido, Russell no tarda mucho en mostrarnos a Ipkiss y su patético pasar y entorno de forma efectiva, para dar paso a las mejores escenas con la aparición de "La Máscara" y su feudo con su amargada casera, el asalto al banco y la lección que le dará a un grupo de rufianes callejeros que pretenden asaltar lo. Sin embargo, será su aparición en el emblemático Coco Bongo, en donde regalará una de sus mejores performances de danza e histrionismo, cuando se echará al bolsillo no sólo a la bella Tina Carlyle y a los asistentes al club, sino al espectador que ya ha caído en sintonía con el personaje, locuaz y divertido, y lo relacionará como el alter ego del torpe y apocado Stanley Ipkiss.
Cabe señalar que, a esta altura, con esas escenas, así como las de la danza con la policía al momento en que el gruñon teniente Kellaway pretendía arrestarlo, la trama ha alcanzado divertidos ribetes de surrealismo, en gran medida gracias al trabajo de efectos especiales, que recibiría una nominación al Oscar en la categoría. No obstante cualquier pequeño defecto que pudiera albergar esta cinta, queda subsanado en buena medida por su vistosidad, frescura y montaje. Si nos paramos a observar con mayor detenimiento presenciamos el esbozo de una utopía que enseguida reconocemos y asimilamos con los días de nuestra mayor inspiración. Bajo mi punto de vista, es una comedia que homenajea a los cartoons o dibujos animados con escenas, ruidos o imágenes. Es por esto entre otras cosas que gusta a los más jóvenes y por el humor gamberro e incluso ácido de Ipkiss cuando se transforma que divierte a los más mayores. Obviamente no estamos hablando de ninguna obra maestra. Se trata de una historia que, más allá del carisma de Carrey y de su alter ego, es muy predicible, sobre todo la parte romántica, pero de algún modo quedará en el recuerdo como una de esas películas que marcaron la década de los 90, decenio que con el paso del tiempo se va haciendo su hueco en nuestro coranzocito.
Las actuaciones son correctas, bien vale la pena destacar la performance de Jim Carrey, instancia que le permitiría consolidarse como uno de los más importantes actores cómicos de los 90s. Terminando por hacerse con un papel que le viene como anillo al dedo a su estilo estrafalario y gracioso. Cameron Díaz derrocha sensualidad y dulzura a la vez, nunca se verá tan bella y deseable como en este film, aunque en la práctica encarne el papel de la rubia bella, indefensa y poco brillante. Como sea, la química entre Carrey y Cameron funciona con cierta eficacia, permitiendo que el espectador simpatice por la relación que se establece entre ambos, aun sabiendo que se trata de ficción entre las tramas de ficción, pero que deja de ganador a un Ipkiss bonachón que se cansa del abuso y que, aunque aprovecha los poderes de la máscara, finalmente prefiere ser quién es y no vivir siendo otra persona. Completan el reparto Peter Greene como Dorian Tyrell, novio de Tina y líder de la mafia local, que quiere deshacerse de su superior y que en la práctica, aunque no es presentado como un antagonista inteligente para Ipkiss, sí queda reducido ante la ineficiencia de sus acólitos. Peter Riegert encarna al gruñon teniente Kellaway. Richard Jeni como el mejor amigo de Stanley, Charlie Schumacher. Amy Yasbeck encarnó a la periodista amiga de Ipkiss, que termina por traicionar lo. Y Milo, el fiel y juguetón perro de Stanley.
En definitiva, una efectiva comedia familiar considerada una de las mejores de la década de los 90s, principalmente por su correcta combinación de un guión inteligente, aunque simple, buenos efectos especiales y un Jim Carrey en uno de sus mejores momentos como actor cómico de fines del siglo pasado. De hecho, recibió una nominación a los Oscar a los mejores efectos especiales y una al mejor actor de comedia en los Globos de Oro. Con unas escenas memorables, como la del baile cubano, una banda sonora muy cuidada y que adorna eficazmente lo que sin duda, es una divertida comedia.
18 de junio de 2021
18 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para muchos esta es la mejor película del actor cómico Jim Carrey. En lo personal, estoy en duda entre esta y Yo, yo mismo e Irene de los hermanos Farrelly, aunque cabe aclarar que no he visto todas en las que ha trabajado. El filme es sumamente divertido en todo momento con escenas impagables e inolvidables. Aparte, la comedia no es el único género que maneja el metraje, pues también hay ciencia ficción y acción, algo que al menos yo aplaudo, ya que nunca he sido muy fan del humor. Carrey está en su salsa, se nota que está a gusto en su papel y no es para menos porque este está hecho a su medida. Como interés amoroso del protagonista tenemos a una bella y joven Cameron Diaz, quien debutaba como actriz en esta cinta. El perro del protagonista es adorable y posiblemente el mejor personaje del film, puede que suene exagerado, pero os aseguro que si lo veis, os daréis cuenta de lo que acabo de decir. El prota también está realmente bien, gran interpretación por parte de Jim Carrey, que cada vez que se pone la peculiar máscara, ocupa toda la atención y no es para menos. Eso sí, el resto de personajes resulta soso y por ende olvidable. Para tratarse de una comedia, cuenta con los suficientes elementos que permiten verla como algo más que eso, y por lo tanto, en cierto modo ayudan a mirarla de otra manera. Como ya he indicado, no me atraen mucho los productos de este género y confirmo que La máscara es mejor que la inmensa mayoría de ellos.
26 de enero de 2025
26 de enero de 2025
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que vas a ver una película que en tu niñez te hacía gracia o idolatrabas, corres el riesgo de pensar en que ha envejecido mal, en que el paso del tiempo la va a hacer mella y el resultado no va a ser el mismo treinta años después de su estreno.
Pero, en el caso de ‘La máscara’ no es así. Con un argumento sencillo, la película de Chuck Russell es un entretenimiento inolvidable que, aún a día de hoy, me sigue haciendo reír a carcajadas con, por ejemplo, la maravillosa escena en la que el protagonista hace bailar a toda la policía.
Bienvenidos al show del Jim Carrey de los 90, aquel que se comía la pantalla con una serie de muecas imposibles. Carrey, que luego intentó funcionar en el drama, siempre fue el rey de la comedia aquellos maravillosos años. Aupado por unos efectos especiales de dibujos animados (a los que solo les falta el cartel de marca ACME), ‘La máscara’ se aúpa como un gran entretenimiento.
Si que es cierto que su exceso de tacos no estaría bien visto hoy, en su momento era perfecta para disfrutar en familia.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Pero, en el caso de ‘La máscara’ no es así. Con un argumento sencillo, la película de Chuck Russell es un entretenimiento inolvidable que, aún a día de hoy, me sigue haciendo reír a carcajadas con, por ejemplo, la maravillosa escena en la que el protagonista hace bailar a toda la policía.
Bienvenidos al show del Jim Carrey de los 90, aquel que se comía la pantalla con una serie de muecas imposibles. Carrey, que luego intentó funcionar en el drama, siempre fue el rey de la comedia aquellos maravillosos años. Aupado por unos efectos especiales de dibujos animados (a los que solo les falta el cartel de marca ACME), ‘La máscara’ se aúpa como un gran entretenimiento.
Si que es cierto que su exceso de tacos no estaría bien visto hoy, en su momento era perfecta para disfrutar en familia.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
24 de enero de 2016
24 de enero de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buena película, muy entretenida y cómica, me gustaron mucho las escenas donde salían bailando y los efectos especiales me parecieron muy buenos, lo que si me chocaba un poco eran algunos gestos y muecas de la mascara pero al mismo tiempo le quedo muy bien, al menos porque parecían idénticos a los de los dibujos animados. La historia en si estuvo pasable, nada del otro mundo pero el desarrollo y Jim Carrey estuvieron muy bien, aunque mucho mejor la mascara que Carrey.
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