Conquistadores: AdventvmMiniserie
2017 

7.3
2,482
Serie de TV. Aventuras. Drama
Miniserie de TV (2019). 8 episodios. Narra cómo fueron los primeros 30 años del descubrimiento y la conquista de América, desde que Cristóbal Colón partió de España en 1492 con tres carabelas hasta que Juan Sebastián Elcano completó la primera vuelta al mundo en 1522. Centrada en personajes como Colón, Hernán Cortés, Núñez de Balboa, Cabeza de Vaca, Pizarro, Juan de la Cosa, Magallanes o Elcano, una historia de aventuras y exploración ... [+]
24 de diciembre de 2017
24 de diciembre de 2017
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie tiene una calidad artística que supera los estándares en otras producciones de tema histórico. Me parece genial el uso de un narrador-testigo que se identifica, sucesivamente, con todos los protagonistas de la Conquista y, a la vez, se distancia de ellos para permitir la ironía y la crítica de su voluntad de poder (ambición y desmanes) o de su corrupción. Las interpretaciones son carismáticas y coherentes con una sutil caricatura de los personajes representados, tal como se perfila en el guion. La ambientación y la iluminación han sido maravillosamente creadas, sin necesidad de recurrir a la ilusión digital, gracias al oficio del director y el equipo técnico, integrado por expertos en el documental, quienes habían explorado la zona del Amazonas donde se ubicaron la mayor parte de las escenas de aventura. Pero lo más logrado entiendo que ha sido la dificilísima reconstrucción de un contexto cultural imposible de recuperar en los lugares donde se inició la Conquista: el Caribe, en gran medida porque los pueblos originarios fueron exterminados. Es un hecho incontestable, excepto que se pretenda desconocer la realidad demográfica y etnográfica.
Recomiendo acompañar el visionado de cada uno de los capítulos con el documental paralelo en que se entrevista a historiadores e intelectuales perfectamente fiables, que ofrecen un panorama ideológico variado; aunque desde mi punto de vista no se haya profundizado en el impacto destructor de la Conquista sobre los pueblos y los hábitats. Tampoco se podía (por la deilimitación cronológica) seguir el rastro de la defensa de los pueblos originarios y su repercusión real o ilusoria, a través del ius gentium, la invención, la aplicación y la transgresión de las Leyes de Indias. Se trataba, solamente, de relatar de forma atractiva los primeros 30 años de la Conquista, los más salvajes, como denunció Bartolomé de Las Casas.
Lo que me parece una estupidez es negar la historicidad del relato, basado fielmente en las crónicas de los conquistadores. El celo patriótico contra "falsos traidores" (citando a Pizarro en el episodio 5) es ceguera: lo defendible de la colonización consiste en lo que haya podido aportar a los americanos contemporáneos. No solo la lengua, sino la pluralidad de lenguas; no solo una memoria uniformada, sino una diversidad de memorias que se cruzan en la identidad plural de cada persona. Es decir, celebremos la supervivencia de los pueblos que resistieron en alianza con los (pocos) colonos criollos que se opusieron al exterminio; y escuchemos con emoción lo que expresan, aunque en esta serie solo sea un subtexto del relato en "lengua conquistadora".
Si hubiera una segunda temporada sobre la Conquista de México y del Perú, sería mucho más factible incluir el contrapunto de esa pluralidad de voces, a través de los distintos narradores en perspectiva que nos han dejado documentos como el Chilam Balam en la región mayense, el Inca Garcilaso en Perú, el Códice de las Vejaciones o los "bailes de la Conquista" en la Mixteca y un amplio etcétera.
En suma, no dejen de verla. La Historia es apasionante... para no olvidarla.
Recomiendo acompañar el visionado de cada uno de los capítulos con el documental paralelo en que se entrevista a historiadores e intelectuales perfectamente fiables, que ofrecen un panorama ideológico variado; aunque desde mi punto de vista no se haya profundizado en el impacto destructor de la Conquista sobre los pueblos y los hábitats. Tampoco se podía (por la deilimitación cronológica) seguir el rastro de la defensa de los pueblos originarios y su repercusión real o ilusoria, a través del ius gentium, la invención, la aplicación y la transgresión de las Leyes de Indias. Se trataba, solamente, de relatar de forma atractiva los primeros 30 años de la Conquista, los más salvajes, como denunció Bartolomé de Las Casas.
Lo que me parece una estupidez es negar la historicidad del relato, basado fielmente en las crónicas de los conquistadores. El celo patriótico contra "falsos traidores" (citando a Pizarro en el episodio 5) es ceguera: lo defendible de la colonización consiste en lo que haya podido aportar a los americanos contemporáneos. No solo la lengua, sino la pluralidad de lenguas; no solo una memoria uniformada, sino una diversidad de memorias que se cruzan en la identidad plural de cada persona. Es decir, celebremos la supervivencia de los pueblos que resistieron en alianza con los (pocos) colonos criollos que se opusieron al exterminio; y escuchemos con emoción lo que expresan, aunque en esta serie solo sea un subtexto del relato en "lengua conquistadora".
Si hubiera una segunda temporada sobre la Conquista de México y del Perú, sería mucho más factible incluir el contrapunto de esa pluralidad de voces, a través de los distintos narradores en perspectiva que nos han dejado documentos como el Chilam Balam en la región mayense, el Inca Garcilaso en Perú, el Códice de las Vejaciones o los "bailes de la Conquista" en la Mixteca y un amplio etcétera.
En suma, no dejen de verla. La Historia es apasionante... para no olvidarla.
15 de octubre de 2018
15 de octubre de 2018
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabada de ver toda la primera temporada -veremos si hay más- y aunque el título suene a sorna hay aspectos a tener en cuenta en esta miniserie. Cosas buenas y cosas malas. Pero lo más interesante quizás sea el que -y eso es mucho-se deje ver sin demasiadas exigencias.
El tratamiento feísta de la imagen la convierte en un producto a valorar, la música és más que correcta y el diseño de producción, aunque en ocasiones limitado, parece rendir a nivel aceptable. Pero la serie no surgió de la nada. Vive a refufo de algunos éxitos actuales. Así, se nutre mucho del tratamiento de personajes dado en series como juego de tronos e incluye una -por cierto magnífica y lo mejor de la serie- voz en off que, al igual que en Narcos, narra y da una visión totalmente personal en modo sarcástico de los acontecimientos. Por lo demás, se muestra bastante difusa sino caótica en algunos de los lances que más allá de ser contrastados o no, crea en el espectador un sentimiento de coitus interruptus en muchas de las subtramas. El tema de los indígenas también cojea algo, presentándonos a todos absolutamente iguales. Además, muchos de los actores no dan la talla, sobreactuando y no adaptándose su voz y narrativa al personaje.
Pero en su defensa diremos que comparado con otras series de época tipo "Los Tudor" o películas de similar época como "Apocalipto", donde mezclaban dos razas separadas más de trescientos años entre ellas, su ambientación y documentación son, a mi entender muchísimo más fidedignas.
El tratamiento feísta de la imagen la convierte en un producto a valorar, la música és más que correcta y el diseño de producción, aunque en ocasiones limitado, parece rendir a nivel aceptable. Pero la serie no surgió de la nada. Vive a refufo de algunos éxitos actuales. Así, se nutre mucho del tratamiento de personajes dado en series como juego de tronos e incluye una -por cierto magnífica y lo mejor de la serie- voz en off que, al igual que en Narcos, narra y da una visión totalmente personal en modo sarcástico de los acontecimientos. Por lo demás, se muestra bastante difusa sino caótica en algunos de los lances que más allá de ser contrastados o no, crea en el espectador un sentimiento de coitus interruptus en muchas de las subtramas. El tema de los indígenas también cojea algo, presentándonos a todos absolutamente iguales. Además, muchos de los actores no dan la talla, sobreactuando y no adaptándose su voz y narrativa al personaje.
Pero en su defensa diremos que comparado con otras series de época tipo "Los Tudor" o películas de similar época como "Apocalipto", donde mezclaban dos razas separadas más de trescientos años entre ellas, su ambientación y documentación son, a mi entender muchísimo más fidedignas.
19 de octubre de 2018
19 de octubre de 2018
2 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
125/09(11/10/18) Sugestiva y apreciable serie docu-dramática española dirigida por Israel de Santo y guionizada por el mismo y Miguel Díaz Espada (“El ministerio del tiempo” o “La zona”), emitida por canal #0 de Movistar+, coproducción entre el canal de Cable y Global Set, abarca 30 años, desde 1492, año de la llegada de Colón a América, hasta la llegada a Sevilla de Juan Sebastián Elcano en 1522, épica odisea de aventureros en busca de fortuna en el marco de lo desconocido. La Conquista de América con el protagonismo desligado de glamurización o desmitificación revisionista, se intenta ser objetivo con Cristóbal Colón, Vespucio, Núñez de Balboa, Magallanes, Pizarro, o Hernán Cortés. Ello relatado con crudeza, afán didáctico, matizando a los protagonistas, enmarcándolos en un entorno geosocial alejado de nuestra visión humanista contemporánea, con una ambientación realista (gran dirección artística, vestuario, fotografía, música, …), sin recurrir a los desnaturalizados CGI, con mimo por el detalle, por lo histórico, donde los protagonistas (sucios, desaliñados, alejados de sus visiones pictóricas) tiene sus defectos y virtudes, condicionados por su tiempo, ello con actuaciones sólidas, donde solo es conocida Aitana Sánchez Gijón, resto no suena, ello repercute en una identificación mayor con sus encarnaciones.
La omnipresente narración en off de un supuesto (ficticio) acompañante en todas las expediciones narradas, un narrador que imprime un tono entre cínico y sardónico, muy al estilo del novelista Arturo Pérez Reverte, dotando a los personajes y las situaciones de pragmatismo, de aristas, de dimensión humana, radiografiando la codicia, el sadismo, el racismo, la corrupción, y en lo bueno el sentido aventurero, las ansias de abrir fronteras de los pioneros exploradores que agrandaron el mundo, Bartolomé de las Casas y su humanismo crítico con la violencia contra los indígenas. Mostrando un crisol de personajes tallados a machete, valientes marinos, vividores, maleantes, caballeros, sádicos, buscafortunas, arribistas, nobles. Se suman diálogos dramáticos, con sustancia, en medio de situaciones que refuerzan el carácter de los personajes. Estas caracterizaciones huelen a auténtico, rostros demacrados, avejentados, feistas, cadavéricos cuando se nota pasan hambre, con indígenas que me recuerdan en su verité a los de “Apocalypto”, añadiéndose momentos que dan carácter y empaque dramático, como las secuencias entrelazadas con el Papa contemporáneo del Descubrimiento, como los motines, el partido por el pellejo en la playa de Cabo de Hornos, o el tenso encuentro de Elcano en un Fuerte de Cabo Verde intentando comprar víveres.
Para mí el más sorprendente de los protagonistas (por lo poco conocido) es Alonso de Ojeda (navegante, gobernador y conquistador español; recorrió las costas de Guyana, Venezuela, Trinidad, Tobago, Curaçao, Aruba y Colombia. Famoso por haber dado el nombre Venezuela a la región que exploró en sus dos primeros viajes y por haber descubierto el Lago de Maracaibo y fundar Santa Cruz-La Guairita), encarnado con vigor electrizante por Roberto Bonacini, tipo complejo, sanguinario y ultra-religioso a la vez, el prototipo de los aventureros que cruzaron el Atlántico en busca de riquezas y volvieron con una mano delante y otra detrás. También destaco a Miguel Lago Casal como Colón alejado del cliché tanto físico como de comportamiento, le imprime tridimensión; reseñable Denis Gómez como Magallanes, mesurado, de fuerte carácter, contenido, vigoroso, lastima lo de su peluca y varaba postiza, parece que con él los peluqueros se hubieran ausentado de la serie y hubieran cogido a un aprendiz. Serie necesaria para quitarse de encima el estigma de que la visión que se tiene de los “Conquistadores” españoles, o héroes o sádicos racistas, pues ni uno ni lo otro, gente hija de su tiempo, estigma y complejo que nunca han tenido otros países vecinos como Francia o Gran Bretaña, orgullosos de su pasado, incluso con sus aristas.
Puesta en escena notable, inmersión fabulosa en este tiempo y lugares, con espléndida dirección artística de Matteo Mariotti (“Ágora”), filmando en escenarios naturales de Brasil, Burgos (Aranda del Duero se convirtió en perrera y taberna en Isla de la Española [actual Haití]), Palencia (San Martín de Frómista), Ávila (escenario para campamento sarraceno), Huelva (Palos), Cádiz (se rodó con la réplica del primer barco que dio la vuelta al mundo, la Nao Victoria en Puerto Sherry), Zaragoza (El Monasterio de Veruela en Tarazona para la corte de los Reyes Católicos), Navarra (Olite y su Palacio Real), Cantabria o Almería, con recreación muy buena de fuertes y réplicas de carabelas, con una labor de vestuario y maquillaje glorioso, transmitiendo veracidad. Lo que si echo en falta es una mejor es escenificación de las batallas, muy pobres los enfrentamientos que vemos entre españoles e indígenas, precarios medios en figurantes, quedan algo ridículas ver a unos poquitos nativos atacando a unos escasos hispanos en la playa, como también me falta más aprovechamiento de los hermosos paisajes salvajes americanos. Esto puede achacable a la fotografía de Lati Maraña, aunque este tiene otros muchos aciertos, con mucha cámara al hombro dando sensación de realismo de reportero de guerra, con muchos primeros planos que extraer lo mejor de las actuaciones, jugando con las escenas nocturnas con mucha luz de vela y de hogueras, con algunas tomas aéreas cargadas de épica, con mucho de goticismo, con ese metafórico recurso de constantes tomas de la pintura sobre una pared que a medida que se descubren nuevos territorios se hace más grande la tierra; La música es obra del bilbaíno Jesús Silverio Cavia Camarero, conocido por Silverius de Ura y por su proyecto NEØNYMUS, que inunda el metraje de sonidos corales mágicos que nos hacen cuasi-levitar en su trascendencia sensorial, crea un halo etéreo sublime sobre los fotogramas.
La omnipresente narración en off de un supuesto (ficticio) acompañante en todas las expediciones narradas, un narrador que imprime un tono entre cínico y sardónico, muy al estilo del novelista Arturo Pérez Reverte, dotando a los personajes y las situaciones de pragmatismo, de aristas, de dimensión humana, radiografiando la codicia, el sadismo, el racismo, la corrupción, y en lo bueno el sentido aventurero, las ansias de abrir fronteras de los pioneros exploradores que agrandaron el mundo, Bartolomé de las Casas y su humanismo crítico con la violencia contra los indígenas. Mostrando un crisol de personajes tallados a machete, valientes marinos, vividores, maleantes, caballeros, sádicos, buscafortunas, arribistas, nobles. Se suman diálogos dramáticos, con sustancia, en medio de situaciones que refuerzan el carácter de los personajes. Estas caracterizaciones huelen a auténtico, rostros demacrados, avejentados, feistas, cadavéricos cuando se nota pasan hambre, con indígenas que me recuerdan en su verité a los de “Apocalypto”, añadiéndose momentos que dan carácter y empaque dramático, como las secuencias entrelazadas con el Papa contemporáneo del Descubrimiento, como los motines, el partido por el pellejo en la playa de Cabo de Hornos, o el tenso encuentro de Elcano en un Fuerte de Cabo Verde intentando comprar víveres.
Para mí el más sorprendente de los protagonistas (por lo poco conocido) es Alonso de Ojeda (navegante, gobernador y conquistador español; recorrió las costas de Guyana, Venezuela, Trinidad, Tobago, Curaçao, Aruba y Colombia. Famoso por haber dado el nombre Venezuela a la región que exploró en sus dos primeros viajes y por haber descubierto el Lago de Maracaibo y fundar Santa Cruz-La Guairita), encarnado con vigor electrizante por Roberto Bonacini, tipo complejo, sanguinario y ultra-religioso a la vez, el prototipo de los aventureros que cruzaron el Atlántico en busca de riquezas y volvieron con una mano delante y otra detrás. También destaco a Miguel Lago Casal como Colón alejado del cliché tanto físico como de comportamiento, le imprime tridimensión; reseñable Denis Gómez como Magallanes, mesurado, de fuerte carácter, contenido, vigoroso, lastima lo de su peluca y varaba postiza, parece que con él los peluqueros se hubieran ausentado de la serie y hubieran cogido a un aprendiz. Serie necesaria para quitarse de encima el estigma de que la visión que se tiene de los “Conquistadores” españoles, o héroes o sádicos racistas, pues ni uno ni lo otro, gente hija de su tiempo, estigma y complejo que nunca han tenido otros países vecinos como Francia o Gran Bretaña, orgullosos de su pasado, incluso con sus aristas.
Puesta en escena notable, inmersión fabulosa en este tiempo y lugares, con espléndida dirección artística de Matteo Mariotti (“Ágora”), filmando en escenarios naturales de Brasil, Burgos (Aranda del Duero se convirtió en perrera y taberna en Isla de la Española [actual Haití]), Palencia (San Martín de Frómista), Ávila (escenario para campamento sarraceno), Huelva (Palos), Cádiz (se rodó con la réplica del primer barco que dio la vuelta al mundo, la Nao Victoria en Puerto Sherry), Zaragoza (El Monasterio de Veruela en Tarazona para la corte de los Reyes Católicos), Navarra (Olite y su Palacio Real), Cantabria o Almería, con recreación muy buena de fuertes y réplicas de carabelas, con una labor de vestuario y maquillaje glorioso, transmitiendo veracidad. Lo que si echo en falta es una mejor es escenificación de las batallas, muy pobres los enfrentamientos que vemos entre españoles e indígenas, precarios medios en figurantes, quedan algo ridículas ver a unos poquitos nativos atacando a unos escasos hispanos en la playa, como también me falta más aprovechamiento de los hermosos paisajes salvajes americanos. Esto puede achacable a la fotografía de Lati Maraña, aunque este tiene otros muchos aciertos, con mucha cámara al hombro dando sensación de realismo de reportero de guerra, con muchos primeros planos que extraer lo mejor de las actuaciones, jugando con las escenas nocturnas con mucha luz de vela y de hogueras, con algunas tomas aéreas cargadas de épica, con mucho de goticismo, con ese metafórico recurso de constantes tomas de la pintura sobre una pared que a medida que se descubren nuevos territorios se hace más grande la tierra; La música es obra del bilbaíno Jesús Silverio Cavia Camarero, conocido por Silverius de Ura y por su proyecto NEØNYMUS, que inunda el metraje de sonidos corales mágicos que nos hacen cuasi-levitar en su trascendencia sensorial, crea un halo etéreo sublime sobre los fotogramas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El 12 de octubre de 1492, tras más de un mes de navegación marcado por falta de provisiones y conatos de amotinamiento de los marineros, Cristobal Colón llegó a la isla de Guanahaní pensando estaba en las Indias. Sin saberlo, descubrió América. #0 recuerda este periplo en una serie documental de ocho episodios que recrea los treinta primeros años de la llegada de los españoles al Nuevo Mundo. «Colón descubrió un continente, Vasco Núñez de Balboa el mayor océano del planeta, Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano demostraron que la Tierra es redonda y apenas tienen una película, un par de documentales y algunas plazas», plantea Israel del Santo, director del documental. «Nuestra misión era contar desde el capítulo uno la historia de estos hombres que cambian la percepción del mundo y del ser humano», añade. Y todo esto ocurrió en apenas treinta años. «Queríamos que todo fuese real, pero pronto vimos que la trama histórica es más parecida a una ficción de lo que podíamos imaginar. Los conquistadores comparten formación, amistad, envidias rivalidades...», plantea el director. Defiende que la historia está llena de detalles: «Los descubridores no eran tipos muy formados, sino “perros de guerra”, que se quedan sin trabajo tras la reconquista de Granada y parten a América. Eran tipos rudos, que hacían las cosas por pura fortuna o error». La historia está narrada desde el punto de vista de Castilla, pero eso no quiere decir que se haya dejado de lado la versión de los indígenas. «Hemos querido mostrar a dos bandos igualados, bravos, con valores, que pelearon valerosamente. Pero los españoles tenían una mejor tecnología», recuerda Del Santo. Para no caer en especulaciones, solo han recurrido a fuentes acreditadas. «Colón y Bartolomé de las Casas escribieron sus propias cartas. Incluso hemos usado frases escritas por ellos. La conquista está muy documentada; y para la parte indígena hemos aplicado nuestra propia experiencia allí», puntualiza el director sobre una producción grabada solo en escenarios naturales. «La tontería propia de los actores se nos quitó rápido. Dormíamos en hamacas, con 35º grados, humedad... Estábamos muy lejos de nuestra zona de confort. La crudeza del entorno nos ayudó a meternos en el papel», recuerda el intérprete Mario Lago. Todos coinciden en que la inocencia de las tribus con las que trabajaron les ayudaron a imaginarse las escenas a las que se enfrentaban esos colonos españoles. Estamos en un buen momento para reivindicar esta etapa histórica? «Nuestra labor es contarlo tal y como fue y que el espectador saque sus conclusiones. Seguro que habrá quienes lo quieran malinterpretar, pero nuestra responsabilidad acaba una vez contada la historia», concluye Del Santo. «Algunos echarán mano de conceptos como España, los derechos humanos... pero entonces no existían». Ingleses y americanos siempre han sabido vender mejor su historia, asiente el director: «Bernal Díaz del Castillo ya escribió en el S. XVI: “No sé por qué todos los ángeles son anglosajones”». [Dixit]
Me queda un buen acercamiento humano a los que protagonizaron una de las grandes gestas de la Humanidad, aventureros que trazaron los vacíos de los mapas, los que le agregaron América, los que unieron todos los océanos en uno, los que acabaron con la idea de que la Tierra era plana, los que soñaron con la eterna juventud. Aun así me faltan más de esta odisea, como la conquista de México de Hernán Cortés (hay un tímido esbozo), la conquista de Perú por Pizarro, o la búsqueda de El Dorado, igual es que piensan en una segunda temporada. Fuerza y honor!!!
Me queda un buen acercamiento humano a los que protagonizaron una de las grandes gestas de la Humanidad, aventureros que trazaron los vacíos de los mapas, los que le agregaron América, los que unieron todos los océanos en uno, los que acabaron con la idea de que la Tierra era plana, los que soñaron con la eterna juventud. Aun así me faltan más de esta odisea, como la conquista de México de Hernán Cortés (hay un tímido esbozo), la conquista de Perú por Pizarro, o la búsqueda de El Dorado, igual es que piensan en una segunda temporada. Fuerza y honor!!!
9 de marzo de 2018
9 de marzo de 2018
3 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Movistar+ produce esta serie que más recuerda a un documental que a cualquier otra cosa. Narra los 30 primeros años desde el descubrimiento de América. Utilizando todos los recursos a su alcance da como resultado un producto de calidad historiográfica donde la mayoría de los actores flojean. El guión tampoco es interesante. Se trata de una historia conocida a la que añadir algo de suspense ha sido imposible. Así pues, vale la pena disfrutarla si te interesa la “Historia” con mayúsculas: Describe con máximo rigor lo que aconteció, con los personajes que intervinieron se presentan con detalles desconocidos para el gran público, con la necesaria crítica a las barbaridades que cometieron los conquistadores sobre la población indígena y el retrato de una época donde la religión, la sinrazón y la violencia movían occidente.
-Se trata de uno de los productos de calidad con los que Telefónica quiere dotar a su plataforma. Por ahora la han vendido a Sky Inglaterra. ¿Veremos esta serie emitirse en los países de América Latina en donde está implantado Movistar+?.
Soy elbuscadordeseries.wordpress.com
-Se trata de uno de los productos de calidad con los que Telefónica quiere dotar a su plataforma. Por ahora la han vendido a Sky Inglaterra. ¿Veremos esta serie emitirse en los países de América Latina en donde está implantado Movistar+?.
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