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Solo Dios perdona

Thriller. Drama En Bangkok, el joven Julian, un fugitivo de la justicia estadounidense, dirige un club de boxeo tailandés que actúa como tapadera para tráfico de drogas. Su madre, jefa de una poderosa organización criminal, desembarca procedente de Estados Unidos para repatriar el cuerpo de su hijo favorito, Billy: el hermano de Julian ha sido asesinado tras haber violado y matado salvajemente a una joven prostituta. Llena de odio y deseo de venganza, ... [+]
Críticas 155
Críticas ordenadas por utilidad
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1
16 de mayo de 2017 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Sólo Dios perdona" es una película hecha con toda la ambición del mundo para perdurar, para pasar a la Historia (con mayúscula) del cine para ganar todos los premios cinematográficos existentes y los que estén por venir (algunos varias veces). Desgraciadamente, está hecha con más ambición que cabeza, porque hay que ser muy mendrugo para mezclar géneros tan diversos como el policíaco, el thriller erótico, el muai-thai y la venganza familiar; con actores europeos, orientales y americanos dirigidos por un francés en Bangkok y esperar que salga algo decente de ahí.

Efectivamente, viendo los mimbres era fácil imaginarse el cesto: un truño indecente y sin sentido. Y cuando digo "sin sentido" es literal: es imposible seguir el hilo por la sencilla razón de que la incompetencia técnica provoca graves huecos en la narración, como si faltasen escenas o como si las hubiesen desordenado. Supongo que es lo que pasa cuando el guión economiza palabras y frases hasta el ridículo, convirtiendo a los actores en troncos sin expresión que miran y remiran las cosas y se vuelven a mirar entre ellos sin decirse nada. Pido perdón de antemano, pero parece que interpreten a discapacitados mentales que no se hablan entre ellos o se comunican
con gruñidos y balbuceos.

Sí, me sentí insultado. Insultado por la pretenciosidad de un director con problemas de sobreestima que se cree que cada escena que hace es un cuadro de El Bosco y que los actores y sus palabras sólo distraen de lo que importa: su cuidada estética. Efectivamente, cada plano es de una horterez y una exageración descomunal (encima el colega tiene mal gusto) con terciopelos ondeando a cámara lenta mientras el ventilador agita innecesariamente la melena de Ellen Barkin durante 30 eternos segundos mientras la cámara se funde en una mirada incomprensible. Justo a continuación salen dos chinos y empiezan a hostiarse sin motivo aparente mientras Ryan Gosling los mira castigadoramente por encima del hombro. Y así dos horas de examen, de jugar a "adivina de qué va la película".

Vergonzosa. Espero que la gente que ha votado 5 y 6 se la vea tres o cuatro veces al día.
4
28 de julio de 2013 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nicolas Winding Refn debería aflojar con el consumo de estupefacientes, urgente. El director de la trilogía ‘Pusher’ se muestra, en ‘Only God forgives’, obsesionado por pertenecer al lugar cinéfilo donde lo puso la crítica luego de la aclamada ‘Drive’, esto es, un cine “profundo” (vaya a saber uno que significa esto) donde la narración queda muchas veces supeditada al mero hecho contemplativo, el cual, supuestamente dice algo más allá de lo que muestra. El problema de Refn es que se ha vuelto pretencioso con esta idea, queriendo pasar gato por liebre, intentando vender como “cine intelectual súper cool” una película de disfrutable (por momentos) despliegue visual (y musical), pero carente de toda lógica narrativa, sentido argumental y vida en sus personajes.

Momentos, así se recuerdan los films. La mayoría de las veces, con el paso del tiempo, uno se olvida la línea argumental de las películas, sus personajes y hasta el final, sin embargo, siempre recuerda algún fragmento. En el caso de ‘Drive’, recuerdo la escena que tiene a Ryan Gosling, Carey Mulligan y Jeff Wolfe en un ascensor. Romántica y relajante primero, impactante y repulsiva después. En ‘Only God forgives’ Refn confunde la primera parte de la mencionada escena con impasibilidad mientras mantiene la parte repulsiva para ofrecer violencia explícita estilizada, como Tarantino, pero sin gracia, “profundo”. Y Ryan Gosling agota con esa actitud de mirarse al espejo y poner cara de tipo sin sentimientos, como en ‘Drive’, como en ‘The place beyond the pines’.

‘Solo Dios perdona’ es una excusa para mostrar, de manera fragmentaria y con un despliegue estilístico de autor, la violencia de personajes impiadosos, fuera de la ley, vengativos, perversos y degenerados. Fragmentos que se alternan con otros, oníricos y surreales, que todavía están buscando ser metáfora de algo.

Lee más en www.quecinemirar.blogspot.com.ar
8
8 de septiembre de 2013 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva película de Nicolas Winding Refn (como lo era “Drive”) es una rareza que bascula entre la obra maestra y el riesgo de aburrir o hacer el ridículo. Nicolas Winding Refn no se tomó en “Drive” tantos riesgos como asume aquí en “Solo Dios Perdona”. Hacía años que no veía una película que tomaba siempre el camino equivocado para contar una historia y si bien en “Drive” eso funcionaba porque era la deconstrucción de un relato, aquí en “Solo Dios Perdona” parece que la narración esté perdida, que la deconstrucción en realidad no esconde nada digno de ser presentado como un regalo al espectador. Y a pesar de todo eso “Solo Dios Perdona” es, como lo era “Drive” un ejercicio cinematográfico de tan alto nivel que asusta. Es arte en estado puro pero no siempre el arte ha de gustarnos. Queda claro que el cine de Nicolas Winding Refn no es para todos los públicos. Es demasiado deprimente para que el espectador disfrute y demasiado complejo para ser entendido a la primera. La violencia de “Solo Dios Perdona” es necesaria para entender su mensaje, un mensaje mas sencillo de lo que parece, pero un mensaje sobre la culpa y la venganza que queda magníficamente cerrado en sus escenas finales. A pesar de eso muchos espectadores pueden rechazar de plano toda esa violencia y el atípico ritmo de la película. Y a pesar de eso, todos y cada uno de los fotogramas de “Solo Dios Perdona” son de una belleza inusitada en el cine de hoy en día. Nicolas Winding Refn es como juntar a Tarantino con Terrence Malick pasados por el tamiz de un director de anuncios televisivos. Y a pesar de que este batido proteínico corre riesgos de carecer de personalidad, en realidad Nicolas Winding Refn se está mostrando como uno de los autores más interesantes de su generación. Sobre todo cuando tiene un buen guión, en “Drive” lo tenía, en “Solo Dios Perdona” no. Y eso es lo único que puede echarse en cara a esta película, el hecho de que la forma sea demasiado predominante sobre el fondo. Es tan hermosa como vacía. Y si a eso le sumamos una –errónea- interpretación de Ryan Gosling que repite los silencios de “Drive” aunque aquí los multiplica y los exagera, todo eso aleja a “Solo Dios Perdona” de la categoría de obra maestra. Se convertirá en una película de culto, eso lo sabemos desde la primera escena, pero no tiene los mimbres necesarios para perdurar en la memoria del espectador como algo grandioso sino como algo que pueden revisar en el futuro, poco más. No es “Solo Dios Perdona” una película fácil de ver, es violenta, es dura, es lenta y es caótica. Pero si uno consigue sobreponerse a todo eso y contemplar la obra como lo que simplemente es, puede disfrutarse, y mucho. Con todos sus innumerables defectos y su indigesto ritmo, a mi me ha encantado. ¿Qué es poesía? Preguntas clavando tu pupila en mi pupila azul? ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas…? Quizás “Solo Dios Perdona” sea poesía pero una poesía que nunca ganará un Nobel de literatura.
7
16 de octubre de 2013 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Refn hace una película menos comercial y más de autor, menos asequible y arriesgada que a mí me ha convencido.

Con una gran fotografía, pero no exenta de contenido, Refn nos pasea por Bangkok en una historia de violencia entre mafiosos y policías, donde cada muerte o mala acción tendrán sus consecuencias.

Algunas escenas recuerdan a Lynch y a Wong Kar-Wai, con algo de Kim Ki-duk, por la puesta en escena y la violencia poética de la venganza. En este caso la violencia no es gratuita, la película es una historia de venganza entre seres despiadados, Refn nos va presentando a los personajes, como personas que tienen sed de sangre, donde no importan los motivos que ocasionan los hecho ni las posteriores consecuencias, un OJO POR OJO en toda regla. Destaca "el diablo" encarnado en Vithaya Pansringarm que hará pagar los pecados de los hombres. Solo Dios perdona.

Después del éxito de Drive y con Ryan Gosling encabezando el cartel me parece que más de uno va a verla y se va a llevar una sorpresa.

Recomendable película.
6
30 de octubre de 2013 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comenzando su proyección cinematográfica como no podía ser de otra forma, creando controversia en Cannes, se presentó en último trabajo de Nicolas Winding Refn, por el que había bastante expectación tras Drive.

Desde entonces no han dejado de llegar comentarios que recogen todas las vertientes posibles, desde la sugerente genialidad hasta el mayor de los sinsentidos y absurda violencia gratuita.

Sinceramente, comprendo un poco a cada una de las partes, y me cuesta casarme con sólo una de las dos, puesto que veo un poco de cada cosa.

Sólo Dios perdona cuenta como Julian, un fugitivo de la justicia estadounidense, se encuentra en Bangkok, donde lleva un club de boxeo tailandés, que utiliza como tapadera para sus negocios con la droga. Cuando su hermano Billy es hallado muerto tras haber abusado y asesinado de una menor, su madre Crystal, jefa de todo el negocio, exigirá a su hijo Julian que vengue a su hermano con la cabeza de su asesino.

Así, en el papel, la historia es simplemente una de venganzas filmada muy violentamente y, eso sí, con gran precisión y apabullante fotografía y banda sonora.

Pero... ¿es eso lo único que hay detrás de Sólo Dios perdona? Habrá quien se quede ahí, y es que Winding Refn no hace muchas concesiones y prácticamente se olvida del libreto mientras rueda, apelando a sensaciones oníricas en la mayoría de las escenas. Esto, que puede hacer que en un principio la película parezca cortada en varias mini escenas más que un largometraje al uso, se vuelve a su vez en la forma de enganchar al respetable tras una de las variadas escenas insustanciales. Y es que la película es un compendio de momentos de gran hipnotismo junto con alguna que otra situación olvidable, por decirlo suavemente.

La excesiva recreación en la violencia, moralmente criticable, contrasta con la exquisita fotografía y el buen acompañamiento musical, así como el tratamiento del sonido, creando esa atmósfera mágica que nos envuelve por momentos y no nos deja apartar la mirada.

La nula complejidad de sus personajes, que a veces los convierte en meros artificios para que avance la película, en realidad tienen su sentido en la recreación de la tragedia griega que Winding Refn tiene en mente. Hay bastante de Edipo Rey en Julian y Crystal, así como ese misticismo extraño que transmite el policía Chang, apelando casi a la justicia divina.

Kristin Scott Thomas sobresale en un elenco donde Gosling hace el papel que mejor sabe hacer, el de no mover ni una ceja pase lo que pase, aunque en su mirada parezcamos avistar todo un complejo tormento interior, y Vithaya muestra el rictus imperturbable de la justicia, severa y sin concesiones.

El director de fotografía Larry Smith, que ya había trabajado con Refn en películas como Bronson o Fear X, imprime ese toque mágico que impregna de cierto sentido la obra, con ecos a David Lynch, solo que se hecha en falta un sustento mayor en la historia para que el ejercicio sea completo del todo y no quede tan pretencioso. Bien es cierto que esto no es culpa de Smith, que, como buen aprendiz que fue de Kubrick, sabe de la importancia que hay en la fotografía dentro de un trabajo de sugestión y onirismo. De la mano va el trabajo de Cliff Martinez, quien vuelve tras Drive a componer una banda sonora que acompaña a la imagen y crea esa situación de desasosiego e incertidumbre que hace de Sólo Dios perdona un visionado estimulante.

Nicolas Winding Refn, quien ya trabaja en sus próximos proyectos (I walk with the dead y una serie de televisión sobre Barbarella) ha reconocido que Sólo Dios perdona es un punto de inflexión en su carrera, donde todos los papeles protagonistas eran personajes masculinos con tragedias a sus espaldas. Ahora sus próximos proyectos apuntan a explorar la vertiente femenina en sus películas.

A la espera de éstos, Sólo Dios perdona llega a las carteleras españolas para regocijo de sus fans.

Que deje contentos a estos o no dependerá ya de la importancia que dé cada uno a los distintos elementos que conforman una película: la historia, la fotografía, la sugestión, las interpretaciones...

Lo que no se puede negar es que su visionado en la pantalla grande supone abrir la puesta a un mundo de sensaciones que no serán iguales para todos. ¿Pero acaso no es esta la grande del cine?
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