FlowAnimación
7.3
8,852
Animación. Aventuras
Un gato se despierta en un mundo cubierto de agua, donde la raza humana parece haber desaparecido. Busca refugio en un barco con un grupo de otros animales. Pero llevarse bien con ellos resulta ser un reto aún mayor que superar su miedo al agua. Todos tendrán que aprender a superar sus diferencias y adaptarse a este nuevo mundo en el que se encuentran. (FILMAFFINITY)
28 de octubre de 2024
28 de octubre de 2024
121 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la hora de hacer una película de animación con animales como protagonistas, lo más habitual es humanizarlos. Y para esa humanización, se aplican cuatro criterios: moverse como personas, comportarse como personas, hablar como personas y tener gestos faciales como los de las personas. La inmensa mayoría de las películas aplican totalmente los tres últimos. Pero en Flow rompen la norma. Los animales se mueven como animales, emiten sus sonidos originales y no hacen gestos faciales humanos. Incluso su comportamiento se parece en gran medida a su comportamiento natural. Aunque, en pos del interés de la historia, alguna concesión han tenido que hacer en ese sentido.
De cualquier forma, el protagonista real de Flow no creo que sean los animales a los que acompañamos durante el film, sino el mundo que les rodea. Un planeta exultante de naturaleza, de una belleza extraordinaria, tan vivo como los propios animales. Por eso creo que Flow es sobre todo una experiencia visual. Es cierto que sus protagonistas, animados de forma realista, aportan al hilo conductor, pero también sorprenden por su aspecto artístico. Lo mismo ocurre con todo lo que les rodea, naturaleza en todo su esplendor diseñada y representada con un gusto exquisito.
Los personajes se limitan a ofrecer un poco de amistad grupal mezclada con alguna aventurilla menor. Su historia no aburre, pero lo cierto es que tampoco apasiona. Eso sí, nada de chistes, nada de dramas, muy equilibrada, muy animal. Y muy coherente con su enfoque de documental fantástico.
En resumen, Flow es una película bonita, muy bonita y muy recomendable para toda la familia. Aporta un poco de aire fresco y gran cantidad de buen gusto al género de la animación de animales.
De cualquier forma, el protagonista real de Flow no creo que sean los animales a los que acompañamos durante el film, sino el mundo que les rodea. Un planeta exultante de naturaleza, de una belleza extraordinaria, tan vivo como los propios animales. Por eso creo que Flow es sobre todo una experiencia visual. Es cierto que sus protagonistas, animados de forma realista, aportan al hilo conductor, pero también sorprenden por su aspecto artístico. Lo mismo ocurre con todo lo que les rodea, naturaleza en todo su esplendor diseñada y representada con un gusto exquisito.
Los personajes se limitan a ofrecer un poco de amistad grupal mezclada con alguna aventurilla menor. Su historia no aburre, pero lo cierto es que tampoco apasiona. Eso sí, nada de chistes, nada de dramas, muy equilibrada, muy animal. Y muy coherente con su enfoque de documental fantástico.
En resumen, Flow es una película bonita, muy bonita y muy recomendable para toda la familia. Aporta un poco de aire fresco y gran cantidad de buen gusto al género de la animación de animales.
5 de noviembre de 2024
5 de noviembre de 2024
100 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que he tardado en verla.., una película de animación letona, digamos que muda, ya que solo hay gruñidos, ladridos, maullidos y graznidos, pues no me llamaba demasiado la atención, pero tras leer un par de críticas de usuarios, nos animamos, y el resultado ha sido más que bueno (gracias a quienes escribieron esas críticas con muy buena nota).
Los personajes 'principales' provocan simpatía rápidamente: el labrador tontorrón y juguetón, el lemur que acumula tesoros como Gollum, el capibara dormilón, la grulla (o garza o lo que fuera) defensora y algo autoritaria, y por supuesto, el felino protagonista. Estoy sonriendo mientras escribo esta crítica solo de recordar el bueno rato que pasamos. Y añado que también hay malos ratos, porque nuestro/a gatito/a se mete en cada lío que ya le vale.
Una animación de calidad, con un toque diferente a lo que estamos acostumbrados, con unos fondos bestialmente realistas, destacando los momentos acuáticos y los escenarios.
Recomendable, pero solo a quienes buscan algo de calidad y que le toque la fibra. Si te gustan los gatos, mejor aún (yo tengo una gata).
Wolf.
Los personajes 'principales' provocan simpatía rápidamente: el labrador tontorrón y juguetón, el lemur que acumula tesoros como Gollum, el capibara dormilón, la grulla (o garza o lo que fuera) defensora y algo autoritaria, y por supuesto, el felino protagonista. Estoy sonriendo mientras escribo esta crítica solo de recordar el bueno rato que pasamos. Y añado que también hay malos ratos, porque nuestro/a gatito/a se mete en cada lío que ya le vale.
Una animación de calidad, con un toque diferente a lo que estamos acostumbrados, con unos fondos bestialmente realistas, destacando los momentos acuáticos y los escenarios.
Recomendable, pero solo a quienes buscan algo de calidad y que le toque la fibra. Si te gustan los gatos, mejor aún (yo tengo una gata).
Wolf.
23 de diciembre de 2024
23 de diciembre de 2024
71 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
El año 2024 está terminando y lo cierro mirando una de las mejores cintas de animación que vi en mis 54 años de vida. En todo ese tiempo he visto muchísimas películas de animación que marcaron mi vida para bien o para mal.
Podría citar: Charlotte's Web 1973, Putiferio va alla guerra 1968, Haha wo Tazunete Sanzenri (Marco) 1976, Violeta en el País de la Fantasía, Seton Dôbutsuki Risu no bannâ (Baner y Flappy) 1978, Yama nezum Rokkiy Chakku (Fábulas del verde bosque 1973, Pinocho 1940 y El libro de la selva de 1967.
Todas y cada una de ella tienen algo que se me quedo grabado a fuego en mi mente y sentimientos ya sea la música, el tema, la animación, el personaje principal o determinadas escenas.
Esta hermosa y premiada película tiene cada una de las cosas que las otras animaciones tenían en su momento y al verla pude volver a sentir aquellas sensaciones que viví. Muy melancólica y realista. Hecha en una época en donde los sentimientos en muchas personas están exacerbados y quizás mal interpretados o directamente se han aplacado como algunos elementos de este mundo que nos presentan en el filme.
Los personajes, cada uno de ellos, tienen su importancia en el desarrollo de la historia y cada acción realizada por ellos tiene a pesar de las conveniencias, un sentido muy particular para su comportamiento.
Muy recomendada para compartir su visionado con la familia.
Podría citar: Charlotte's Web 1973, Putiferio va alla guerra 1968, Haha wo Tazunete Sanzenri (Marco) 1976, Violeta en el País de la Fantasía, Seton Dôbutsuki Risu no bannâ (Baner y Flappy) 1978, Yama nezum Rokkiy Chakku (Fábulas del verde bosque 1973, Pinocho 1940 y El libro de la selva de 1967.
Todas y cada una de ella tienen algo que se me quedo grabado a fuego en mi mente y sentimientos ya sea la música, el tema, la animación, el personaje principal o determinadas escenas.
Esta hermosa y premiada película tiene cada una de las cosas que las otras animaciones tenían en su momento y al verla pude volver a sentir aquellas sensaciones que viví. Muy melancólica y realista. Hecha en una época en donde los sentimientos en muchas personas están exacerbados y quizás mal interpretados o directamente se han aplacado como algunos elementos de este mundo que nos presentan en el filme.
Los personajes, cada uno de ellos, tienen su importancia en el desarrollo de la historia y cada acción realizada por ellos tiene a pesar de las conveniencias, un sentido muy particular para su comportamiento.
Muy recomendada para compartir su visionado con la familia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Detalles:
Nunca sabremos cuál de los personajes lleva el nombre de Flow y creo que esta palabra esta relacionada con el lugar donde suceden las cosas.
Cada personaje tiene un comportamiento de acuerdo a sus capacidades instintivas y se nota mucho el trabajo de observación realizado en ellos.
La escena en la montaña del ave secretario y el gato es una de las mas relevantes dentro de la película y está relacionada con la capacidad de los gatos de ver más allá de la realidad de otros animales, es por eso que solo el minino puede ver ese suceso hermoso dentro del filme. Se volverá a repetir al final de la película con el otro personaje importante pero no tan explicito. Es la escena que se quedara marcada en mi mente hasta el fin de los
días.
Es un deleite saber que todavía se hace arte del CINE.
Nunca sabremos cuál de los personajes lleva el nombre de Flow y creo que esta palabra esta relacionada con el lugar donde suceden las cosas.
Cada personaje tiene un comportamiento de acuerdo a sus capacidades instintivas y se nota mucho el trabajo de observación realizado en ellos.
La escena en la montaña del ave secretario y el gato es una de las mas relevantes dentro de la película y está relacionada con la capacidad de los gatos de ver más allá de la realidad de otros animales, es por eso que solo el minino puede ver ese suceso hermoso dentro del filme. Se volverá a repetir al final de la película con el otro personaje importante pero no tan explicito. Es la escena que se quedara marcada en mi mente hasta el fin de los
días.
Es un deleite saber que todavía se hace arte del CINE.
14 de enero de 2025
14 de enero de 2025
56 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
13/13(13/01/25) Todo un impacto este film de animación estonio, que he visto impulsado por su reciente Premio Globo de Oro en categoría de Animación, también ha sido seleccionada como la entrada letona a Mejor Largometraje Internacional en los Oscar (a fecha de hoy aún no han salido las nominaciones). Maravillosa película de aventuras desarrollada sin palabras (el director afirmó se inspiró en Jacques Tati), protagonizada única y exclusivamente por animales, sin ser antropomorfizados, tienen su aspecto natural y se comportan como estos, con sus instintos primarios propios, emiten sus sonidos originales y no hacen gestos faciales humanos. Sucediendo la historia en un mundo sin humanos, pero si con sus huellas (nunca se da una teoría sobre que ha pasado para que no se vena humanos, o para esta inundación) , pues vemos construcciones, estatuas, fabricaciones suyas, pero no a ellos, y en esto hay una inundación cuasi apocalíptica donde varios animales buscan su salvación en medio del caos imperante, mediante esta nimia historia se exaltará la amistad con el diferente, la solidaridad, el compañerismo, o el trabajo en equipo por un bien mayor. Dirigido por Gints Zilbalodis y escrita por Zilbalodis y Matīss Kaža, para una historia que puede maravillar a los pequeños, con una bella lección humanista (aun siendo protagonistas animales), aleccionado sobre valores ya mencionados, a la par que puede seducir a los mayores (entre los que me cuento), con un relato de supervivencia trepidante, en el que te identificaras con estos protagonistas. Ello enmarcado en entorno de una enorme belleza en su estética visual cautivadora, con fondos cargados de poesía, la figura de un gato mayestático, selváticos, forestales, montañas místicas, y en sus paisajes y delineación de animalillos que consiguen conmovernos, gracias en gran medida al director de animación Léo Silly-Pélissier que proyecta con lirismo el hechizo de un libro ilustrado, con cromatismos vitalistas, arrebatadas puestas de sol. Creada con el software de gráficos de Blender, evoluciona rápidamente.
Todo ello regando la trama de un poso cuasi espiritual cargado de realismo mágico en varios elementos, como es esa ballena ‘lovecraftiana’, esos bosques que acaban en las ruinas de una antigua civilización con epicentro en un enorme anfiteatro comido por la vegetación por el que surcan intrigados los animales, allí uina colonia de lémures parecen haber encontrado su reino. Esto implosiona en la cima de la montaña (cual monte Sinai) en una hermosa escena celestial. Combinando con equilibrio el drama, el humor y la aventura por vivir un poco más en un mundo apocalíptico, donde un grupo de animales heterogéneo, liderado por un enternecedor gatito negro de grandes ojos, deben ir superando las dificultades y peligros que les van sobreviniendo, deberán de saber cooperar para salvar los aprietos. Creando en el espectador (ósea, yo) una experiencia hipnóticamente inmersiva, apoyada en fascinantes planos-secuencia que te hacen vivir junto a este gato su zozobra.
Un gato negro deambula por un bosque cuando una jauría de perros llega al río para pescar. Cuando dos de los perros se pelean por un pez, el gato toma el pez y es perseguido inmediatamente por los perros. El gato pierde a los perros, pero nota una estampida de ciervos (con claros efluvios a la espantada de ñus en El rey León) antes de ser atrapado por un tsunami. El gato y los perros sobreviven a la inundación llegando a un terreno más alto. Un Labrador Retriever amarillo sigue al gato hasta una cabaña abandonada decorada con esculturas de madera de gatos antes de que ambos noten que el nivel del agua sube rápidamente y el Labrador se une a los otros perros en un bote. Con la cabaña consumida por la inundación, el gato trepa sobre una estatua gigante de gato hasta que las aguas alcanzan la parte superior de la cabeza de la estatua. Cuando el agua que sube sumerge completamente la estatua, el gato salta a un velero que se acerca con un capibara a bordo.
El minino protagonista es un felino gris y flacucho de género indeterminado, con unos ojos expresivos, generando sensaciones por sus pupilas, marcando emociones con su escuálido cuerpo, con sus orejitas, su postura, el movimiento de su cola. Asustadizo al principio, con la curiosidad de un gato, inteligente, inquieto, un ser diminuto en medio de un mundo que colapsa ante su insignificancia, intenta sobrevivir ante todos los obstáculos que se le ponen en frente, bien sea la hostilidad de otros animales o el apocalipsis tsunámico que le sobreviene. Con constantes carreras, persecuciones, huidas, saltos, caídas, teniendo una ‘isla salvadora’ en un particular Arca de Noe de velero donde durante este ‘diluvio bíblico’ se encuentran varios animales (un manso capibara, un lémur que acapara objetos brillantes en un cesto, un perro labrador, y un pájaro secretario que de primeras parece un peligro, pero acaba siendo el líder timonel del barco, majestuosa su figura erguida como cuasi-capitán) para surcar estas aguas hacia un destino incierto marcado simbólicamente por unos ‘fálicos’ montes en el horizonte. Durante esta experiencia los animales irán gradualmente creciendo en su relación, forjando una amistad que resulta natural, sin ser inverosímil, como el gato que, tras tener miedo al agua, termina por saber no solo nadar, si no bucear para pesar peces (ello en unas secuencias de una beldad subyugante), como lo es la aparición de ese ballenato de resonancias religiosas), que los ofrece a la tripulación del velero, un canto al entendimiento a la vez que a saber adaptarse. Teniendo en el bote momentos tan sublimes como esa tormenta que hace temer pro que vuelquen en medio de las violentas olas. Toda la aventura culminando de modo poético (otra vez el palabro), con un clímax vertiginoso, para luego una trémula mirada a la finitud hasta de los más grandes, y acabando con una mirada (habiendo una escena entre los títulos de crédito).
Todo ello regando la trama de un poso cuasi espiritual cargado de realismo mágico en varios elementos, como es esa ballena ‘lovecraftiana’, esos bosques que acaban en las ruinas de una antigua civilización con epicentro en un enorme anfiteatro comido por la vegetación por el que surcan intrigados los animales, allí uina colonia de lémures parecen haber encontrado su reino. Esto implosiona en la cima de la montaña (cual monte Sinai) en una hermosa escena celestial. Combinando con equilibrio el drama, el humor y la aventura por vivir un poco más en un mundo apocalíptico, donde un grupo de animales heterogéneo, liderado por un enternecedor gatito negro de grandes ojos, deben ir superando las dificultades y peligros que les van sobreviniendo, deberán de saber cooperar para salvar los aprietos. Creando en el espectador (ósea, yo) una experiencia hipnóticamente inmersiva, apoyada en fascinantes planos-secuencia que te hacen vivir junto a este gato su zozobra.
Un gato negro deambula por un bosque cuando una jauría de perros llega al río para pescar. Cuando dos de los perros se pelean por un pez, el gato toma el pez y es perseguido inmediatamente por los perros. El gato pierde a los perros, pero nota una estampida de ciervos (con claros efluvios a la espantada de ñus en El rey León) antes de ser atrapado por un tsunami. El gato y los perros sobreviven a la inundación llegando a un terreno más alto. Un Labrador Retriever amarillo sigue al gato hasta una cabaña abandonada decorada con esculturas de madera de gatos antes de que ambos noten que el nivel del agua sube rápidamente y el Labrador se une a los otros perros en un bote. Con la cabaña consumida por la inundación, el gato trepa sobre una estatua gigante de gato hasta que las aguas alcanzan la parte superior de la cabeza de la estatua. Cuando el agua que sube sumerge completamente la estatua, el gato salta a un velero que se acerca con un capibara a bordo.
El minino protagonista es un felino gris y flacucho de género indeterminado, con unos ojos expresivos, generando sensaciones por sus pupilas, marcando emociones con su escuálido cuerpo, con sus orejitas, su postura, el movimiento de su cola. Asustadizo al principio, con la curiosidad de un gato, inteligente, inquieto, un ser diminuto en medio de un mundo que colapsa ante su insignificancia, intenta sobrevivir ante todos los obstáculos que se le ponen en frente, bien sea la hostilidad de otros animales o el apocalipsis tsunámico que le sobreviene. Con constantes carreras, persecuciones, huidas, saltos, caídas, teniendo una ‘isla salvadora’ en un particular Arca de Noe de velero donde durante este ‘diluvio bíblico’ se encuentran varios animales (un manso capibara, un lémur que acapara objetos brillantes en un cesto, un perro labrador, y un pájaro secretario que de primeras parece un peligro, pero acaba siendo el líder timonel del barco, majestuosa su figura erguida como cuasi-capitán) para surcar estas aguas hacia un destino incierto marcado simbólicamente por unos ‘fálicos’ montes en el horizonte. Durante esta experiencia los animales irán gradualmente creciendo en su relación, forjando una amistad que resulta natural, sin ser inverosímil, como el gato que, tras tener miedo al agua, termina por saber no solo nadar, si no bucear para pesar peces (ello en unas secuencias de una beldad subyugante), como lo es la aparición de ese ballenato de resonancias religiosas), que los ofrece a la tripulación del velero, un canto al entendimiento a la vez que a saber adaptarse. Teniendo en el bote momentos tan sublimes como esa tormenta que hace temer pro que vuelquen en medio de las violentas olas. Toda la aventura culminando de modo poético (otra vez el palabro), con un clímax vertiginoso, para luego una trémula mirada a la finitud hasta de los más grandes, y acabando con una mirada (habiendo una escena entre los títulos de crédito).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Siete horas de música fueron compuestas por Zilbalodis y Rihards Zal, 50 minutos de ella fueron utilizados en la película, con melodías de percusión y cuerda que se engarzan de modo sugestivo a la trama mística; El diseñador de sonido Gurwal Coïc-Gallas utilizó sonidos de animales reales para cada personaje representado en la película; la única excepción fue el capibara. Como los sonidos reales del capibara eran demasiado agudos y desagradables, Coïc-Gallas utilizó en su lugar los sonidos de un camello bebé.
Spoiler:
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): El gato sube a la cima de uno de esos ‘montes’ en forma de pilares, allí se encuentra el secretario, y de pronto ambos son envueltos en una espiral de luz brillante que los eleva al cielo, en una imagen de un realismo mágico de tocarte la fibra sensible en su poder evocador, hasta que al final el gato es vuelto a dejar sobre la cima, y el ave si desaparece hacia una luz intensa y desaparece; Ese clímax on el velero enganchado en un árbol suspendido sobre un abismo y como animales trabajan en equipo para intentar salvar a los que en el esquife aún quedan (labrador, lémur y capibara), perros que tiran de la cuerda que acerca el bote a tierra deciden abandonar al ver cerca a unos conejos, pero un perro acaba quedándose y con su ayuda se salvan todos antes de caer al tajo el barquito; Aparece otra estampida de ciervos. El gato sigue la estampida antes de ver a la ballena varada en el bosque. El gato consuela a la ballena antes de que el capibara, el labrador y el lémur se reencuentren con el gato y miren su reflejo en un charco de agua. Una alegoría que cada cual buscará sentido, sobre todo por como el lémur se miraba en el espejo, la búsqueda de su propia identidad encontrada tras la aventura. En una secuencia post créditos, se ve a una ballena emergiendo del océano.
En conjunto, me queda una cautivadora obra, que rezuma una frescura y vitalismo cutáneo. Gloria Ucrania!!!
Spoiler:
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): El gato sube a la cima de uno de esos ‘montes’ en forma de pilares, allí se encuentra el secretario, y de pronto ambos son envueltos en una espiral de luz brillante que los eleva al cielo, en una imagen de un realismo mágico de tocarte la fibra sensible en su poder evocador, hasta que al final el gato es vuelto a dejar sobre la cima, y el ave si desaparece hacia una luz intensa y desaparece; Ese clímax on el velero enganchado en un árbol suspendido sobre un abismo y como animales trabajan en equipo para intentar salvar a los que en el esquife aún quedan (labrador, lémur y capibara), perros que tiran de la cuerda que acerca el bote a tierra deciden abandonar al ver cerca a unos conejos, pero un perro acaba quedándose y con su ayuda se salvan todos antes de caer al tajo el barquito; Aparece otra estampida de ciervos. El gato sigue la estampida antes de ver a la ballena varada en el bosque. El gato consuela a la ballena antes de que el capibara, el labrador y el lémur se reencuentren con el gato y miren su reflejo en un charco de agua. Una alegoría que cada cual buscará sentido, sobre todo por como el lémur se miraba en el espejo, la búsqueda de su propia identidad encontrada tras la aventura. En una secuencia post créditos, se ve a una ballena emergiendo del océano.
En conjunto, me queda una cautivadora obra, que rezuma una frescura y vitalismo cutáneo. Gloria Ucrania!!!
7 de febrero de 2025
7 de febrero de 2025
34 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película "Flow" de Gints Zilbalodis es una obra maestra visual, perfectamente narrada mediante el lenguaje cinematográfico, que nos sumerge en un mundo donde la vida parece haber quedado suspendida. Sin diálogos, la cinta se convierte en una experiencia audiovisual pura, CINE en mayúsculas, en la que las emociones y las acciones de los personajes hablan por sí mismas gracias a la maestría narrativa del director. Este relato es mucho más que una simple historia de supervivencia: es una profunda alegoría de la vida, del paso de la infancia a la etapa adulta, de la madurez, y del viaje vital, con sus desafíos, sus momentos de felicidad y sus instantes mágicos, casi místicos.
Los animales viven tranquilos y felices en su mundo (la niñez) pero de repente todo cambia y se tienen que adaptar a la nueva situación (la adolescencia y la adultez) en la que ya no están en casa bajo la protección perfecta de sus progenitores, sino que tienen que salir al mundo y sobrevivir, enfrentándose a los problemas y vicisitudes que surgen en el trayecto. Aunque como veréis en la zona spoilers... nuestros mayores siempre nos acompañan...
El viaje de los protagonistas, un grupo de animales liderados por un gato curioso, simboliza la vida, este paso misteriosos y casi místico de la niñez a la vida adulta, con los altos y bajos a los que todos nos enfrentamos. Las tormentas representan las adversidades, mientras que los breves pero hermosos destellos de calma evocan esos momentos que dan sentido a nuestra existencia. Sin embargo, lo que destaca es cómo, en cada situación límite, el grupo solo puede avanzar gracias al trabajo en equipo y la empatía.
De hecho este es el tema central de "Flow": la importancia de la amistad para la supervivencia. La relación entre los personajes refleja cómo la cooperación es fundamental para superar obstáculos. Cada miembro del grupo aporta algo único: desde la astucia del gato, a la bondad, firmeza e inteligencia del pájaro; pasando por la solidaridad, la fuerza o la toma de decisiones que en momentos puntuales muestran el resto de los animales. Zilbalodis nos recuerda que sin la unión y el apoyo de los demás, estaríamos irremediablemente perdidos en el caótico mar de la vida.
Los animales viven tranquilos y felices en su mundo (la niñez) pero de repente todo cambia y se tienen que adaptar a la nueva situación (la adolescencia y la adultez) en la que ya no están en casa bajo la protección perfecta de sus progenitores, sino que tienen que salir al mundo y sobrevivir, enfrentándose a los problemas y vicisitudes que surgen en el trayecto. Aunque como veréis en la zona spoilers... nuestros mayores siempre nos acompañan...
El viaje de los protagonistas, un grupo de animales liderados por un gato curioso, simboliza la vida, este paso misteriosos y casi místico de la niñez a la vida adulta, con los altos y bajos a los que todos nos enfrentamos. Las tormentas representan las adversidades, mientras que los breves pero hermosos destellos de calma evocan esos momentos que dan sentido a nuestra existencia. Sin embargo, lo que destaca es cómo, en cada situación límite, el grupo solo puede avanzar gracias al trabajo en equipo y la empatía.
De hecho este es el tema central de "Flow": la importancia de la amistad para la supervivencia. La relación entre los personajes refleja cómo la cooperación es fundamental para superar obstáculos. Cada miembro del grupo aporta algo único: desde la astucia del gato, a la bondad, firmeza e inteligencia del pájaro; pasando por la solidaridad, la fuerza o la toma de decisiones que en momentos puntuales muestran el resto de los animales. Zilbalodis nos recuerda que sin la unión y el apoyo de los demás, estaríamos irremediablemente perdidos en el caótico mar de la vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La ballena
El desenlace de "Flow" nos ofrece una imagen poderosa y conmovedora: el reflejo de los cuatro amigos en un charco, acompañado por la respiración de la ballena que había sido una guía silenciosa y constante durante su travesía, nos sugiere que esta, lejos de ser solo una figura pasajera, forma parte también del grupo de amigos, simbolizando el apoyo invisible —y el sacrificio— que recibimos en la vida sin casi notarlo. En concreto, la ballena simboliza a las personas mayores —¿nuestros padres?— que son expertos en el nuevo mundo al que nos enfrentamos al irnos haciendo adultos (la ballena está en su mundo, todo agua, los otros animales, que pasan de la niñez (mundo de tierra) a la adultez (mundo de agua), están desubicados) y nos ayudan a adaptarnos y sobrevivir en ese nuevo mundo, pero lamentablemente, como ley de vida, terminan yéndose, y nosotros quedándonos solos... Han cumplido su misión de apoyarnos en el inicio del viaje, ahora tenemos que vivir nuestra vida... aunque con toda su sabiduría aprendida.
La escena postcréditos, donde vemos a la ballena nadando en un mar infinito, parece una clara metáfora del paraíso —la desaparición de la respiración de la ballena en el charco indica que se ha muerto (o se "ha ido")—. Su aparición al final muestra que nuestros guías estarán siempre con nosotros, acompañándonos en el viaje, aunque ya no estén físicamente.
El desenlace de "Flow" nos ofrece una imagen poderosa y conmovedora: el reflejo de los cuatro amigos en un charco, acompañado por la respiración de la ballena que había sido una guía silenciosa y constante durante su travesía, nos sugiere que esta, lejos de ser solo una figura pasajera, forma parte también del grupo de amigos, simbolizando el apoyo invisible —y el sacrificio— que recibimos en la vida sin casi notarlo. En concreto, la ballena simboliza a las personas mayores —¿nuestros padres?— que son expertos en el nuevo mundo al que nos enfrentamos al irnos haciendo adultos (la ballena está en su mundo, todo agua, los otros animales, que pasan de la niñez (mundo de tierra) a la adultez (mundo de agua), están desubicados) y nos ayudan a adaptarnos y sobrevivir en ese nuevo mundo, pero lamentablemente, como ley de vida, terminan yéndose, y nosotros quedándonos solos... Han cumplido su misión de apoyarnos en el inicio del viaje, ahora tenemos que vivir nuestra vida... aunque con toda su sabiduría aprendida.
La escena postcréditos, donde vemos a la ballena nadando en un mar infinito, parece una clara metáfora del paraíso —la desaparición de la respiración de la ballena en el charco indica que se ha muerto (o se "ha ido")—. Su aparición al final muestra que nuestros guías estarán siempre con nosotros, acompañándonos en el viaje, aunque ya no estén físicamente.
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