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Plata dulce

Comedia. Drama Carlos Bonifatti (Federico Luppi) y Rubén Molinuevo (Julio De Grazia), dos empresarios dedicados a la venta de botiquines, intentan mantener su fábrica abierta frente a los embates de la profunda política económica de desindustrialización que está llevando a cabo la última dictadura militar. Carlos se encuentra un día con un excompañero de la "colimba", Arteche (Gianni Lunadei), que le ofrece un negocio redondo. Decide entonces dejar su ... [+]
Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
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9
5 de febrero de 2010
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo que con frecuencia ocurre en nuestra querida -y muy sufrida- Latinoamérica, es que surge un modesto empresario lleno de ilusiones y aspiraciones en un nuevo proyecto; invierte todo lo que tiene en su nuevo negocio... y, de repente, las cosas no brillan como él esperaba con alma, vida y sombrero. Entonces, entran en escena los oportunistas, los embaucadores, los avariciosos sin escrúpulos… y si nuestro amigo no está bien despierto, termina involucrado en un mal manejo, colgado del anzuelo, y convertido en otro manchado arribista de nuestra malhadada sociedad.

Con una historia ágil y fluida, escrita por Jorge Goldenberg y Héctor Olivera, con la mordacidad y el cinismo que se avienen con estos casos, y atinando siempre con precisos detalles y situaciones objetivamente tomadas de la vida cotidiana, aunque parezca ficción, <<PLATA DULCE>>, se luce en su recreación del mundo financiero donde las mañas y la corruptela son el pan nuestro de cada día.

Fernando Ayala, la dirige con alta eficacia, y ha escogido, con muy buen ojo, los personajes tipo que se mueven en este medio donde se rinde culto al dinero: En el bando familiar: El ambicioso empresario, fácilmente impresionable; la esposa frívola y aburguesada para quien, la apariencia lo es todo; la suegra locuaz y avariciosa; el hijo apocado que se limita a seguir sumisamente a su padre; la chica inteligente, pero, sin carácter para huirle a la corriente… y el conforme, precavido y con un alto sentido de la honradez, quien es algo así como el ángel a quien nadie escucha. En el otro bando, el financiero: Aparece el economista astuto, experto en el tacto y en las sutilezas de efecto seguro; y con él, el asistente mañoso, un verdadero "profesional" como relacionista. Aquellos son los incautos y, éstos, se sienten iluminados... y quizás nunca lleguen a comprender, lo oscuros que realmente son.

Ayala, que sabe harto del humor, lo enmarca todo en un cuadro corrosivo, agridulce, donde mucha gente quizás se sienta vergonzosamente retratada; y las mascaradas de la vida quedan plasmadas con una visión clara y de hondo sentido sociológico.

Latinoamérica queda muy bien representada con esta película que es clara muestra de arte calificado y adulto, claramente crítico y decididamente comprometido con el clamor popular.

Partiendo de las archiconocidas artimañas estatales como el conseguir que Argentina sea la sede del mundial de fútbol -que, no “entiendo” porqué siguen dando resultado ¿se le ocurre a usted algo?-, la historia se asienta, luego, sobre la idiosincrasia de la gente común: La unidad familiar en crisis por los intereses individualistas, la amistad y sus peligros de disociación ante el escalafón clasista... y el dinero asumido como “dios todocorrompoderoso” de esta tierra, la fuerza aniquiladora de un destino colmado de equivocaciones…

Con todo, <<PLATA DULCE>, es cine social y político. Una denuncia totalmente franca que apunta al blanco... ¡y le atina!
7
4 de marzo de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué vulnerable somos los hombres a las tentaciones!
Ni que hablar de las tentaciones ocasionadas por el dinero, el poder y el sexo. A la lista se puede agregar la vagancia. También ganar lo más posible con el menor esfuerzo.
Esto se plasma en esta gran película argentina, con un buen guión y muy buenas actuaciones. Cinta con poco renombre o poco conocida para mí. Esta película trajo a mi mente, dichos como: "cuando la limosna es grande hasta el Santo desconfía", “el que la hace, la paga”, "la ambición rompe el vaso", entre otros.
Guión:
Las historia narra la situación del país después del mundial 78 (por los títulos pensé que refería al mundial, pero solo lo ubica espacio-temporalmente) en algunos aspectos parecidos a la actualidad. La gente quiere ganar dinero sin trabajar, típico de nuestro país. Si bien el guión esta es correcto a poco de comenzar se produce un suceso poco o nada creíble.(1). El espectador experimentado al transcurrir la primera parte de la cinta puede predecir cómo puede terminar la historia, giro más o menos. En el film pululan empresas fantasma, negociados, fraude entre otras yerbas comunes ahora, hace tiempo que existían en estas pampas. Se muestra el efecto de importación en la industria nacional, produciendo crisis. No faltan conflictos generacionales. Y el dólar que siempre anda en la mente de los argentinos. En minuto 42 se presiente otro giro, (2) luego se concreta complicando aun mal las cosas. Dicho giro me recordó a la cinta "Blame It on Rio", que se realizaría 2 años después, donde nuevamente la debilidad de la carne sale a flote. Aunque acá, a diferencia de la cinta nombrada, parece más a una arpía trepadora, que a una mujer enamorada.
Los personajes:
• Carlos Bonifatti -> (Federico Luppi) excelente como siempre, interpreta a un hombre honesto que tiene una carpintería.
• Ruben Molinuevo -> (Julio De Grazia) me gusto mucho su actuación, realiza el papel de socio, cuñado y amigo del protagonista. De chico, lo vi tantas veces como "mojarrita" el personaje de la regular serie de cintas: Los Superagentes. En esta película hace un papel similar al del film "El Arreglo" pero con mucha más letra, demostrando gran solvencia.
• Arteche (Lunadei) es un viejo compañero del servicio militar, empresario chanta, que ofrece emplear al protagonista en trabajos poco claros, dudosos pero muy bien remunerados.
• Licenciado (Alberto Segado) encarna al contador sonriente e servidor del mismo Satanás que seduce con poder y dinero al prota.
• Patricia, la hija algo rebelde de Molinuevo, que caracteriza a una mujer ambiciosa dispuesta a todo para trepar.
El resto todos correctos.
En síntesis un film muy recomendable para amantes de los buenos guiones, en el cual las palabras del SEÑOR: “la carne es débil” toman gran vigencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1- ¿Quién en su sano juicio puede prestar su auto a un excompañero de hace muchos años?
2- se huele que la sobrina se iba a tirar al tío... dicho y hecho... pero no solo por el amor aparente, claramente se ve que es una trepadora que no le interesa nada.

De un principio el "pelele" se le da todo lo que cuesta una vida ganar, en cuestión de segundo, por parte de un "amigo/desconocido", confía casi ciegamente, firma papeles, hacen todo lo que dicen... y termina pagando los platos rotos, bueno cuando dijeron al principio como termino el primer gerente de la financiera, se veía de lejos que estos chantas le harían lo mismo.
10
26 de junio de 2018
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine suele ser genial cuando puede atrapar, desde una historia particular, una realidad social que engloba a toda una gran comunidad.
'Plata dulce' lo logra con una eficacia tal que la convierten en un clásico argentino de todos los tiempos, y si bien la pintura es bastante local, se cumple aquello de 'Pinta tu aldea y pintarás el mundo'.
Las actuaciones, el relato, las imágenes, la tensión son magníficas. Retrata con acierto ese descalabro económico en epoca de gobiernos militares, antes de la Guerra de Malvinas, con la apertura indiscriminada de importación, una ficticia bonanza económica que luego se tradujo en una recesión brutal que cerró muchas pequeñas fábricas familiares que, con la globalización de las décadas siguientes, jamás pudieron reabrirse.
Quien quiera acercarse a la Argentina de aquellos años, y con una sonrisa algo triste observar el devenir de la población de a pie que vivió estos días, 'Plata dulce' es indispensable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay dos momentos inolvidables de la película:
uno, que está presente en la cultura popular argentina, es el insulto de Boniffatti a Arteche cuando descubre que lo dejó como responsable de la estafa y él se rajó a Miami con la sobrina política.

otro, una escena en donde Arteche (el gran Gianni Lunadei) se refleja en un espejo dividido en hexágonos y su rostro se asemeja mucho al primer ministro de Economía del gobierno militar José Alfredo Martínez de Hoz, defensor de la política liberal y aperturista que trajo el fenómeno de la llamada 'plata dulce'
9
23 de julio de 2011
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los años 80 en Argentina: bajo una dictadura subterránea implacable, en que se detenía a cualquiera y según su agenda caían familiares y amigos bajo tortura o asesinato, pero presentaba una vida cotidiana de buena economía y muchos clasemedieros disfrutaron de un confort que no merecían, pues todo era ficticio y así como empezó de "milagroso", así acabó de estrepitoso.

Una comedia muy negra de trampas e ingenuidades, de pobres tipos que se entusiasman con la amante ardiente y admirable y el dinero abundante, pero acaba entre rejas y bajo burla de los pícaros que aún sobreviven.

Una realización quizás áspera, como a medio acabar, pobre de producción, pero con un guión a todas luces admirables y un reparto sensacional.
6
4 de junio de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
207/07(03/06/21) Entretenida dramedia argentina que tiene el defecto de ser irregular, pues va de más a muy menos, virando con ello de su tono de comedia al inicio, a un drama que se apoya en lo muy previsible en su sana crítica al capitalismo especulador. Dirigida por Fernando Ayala, con guión Jorge Goldenberg (“La fuga”), Héctor Olivera (“La Rebelión en la Patagonia”), y Oscar Viale (“Mi cuñado”), en lo que es un ataque s los poderes financieros, a su fatuidad, al mantra de que el dinero produce más dinero, y sobre todo a la corrupta ‘fontanería’ que la sustenta, ello enmarcando la historia en momento crucial del país andino, justo después de la victoria argentina en el Mundial de Futbol del 78, donde en la nación cayó la actividad industrial en favor de la especulara empresa financiera, y en el centro de todo esto, como epítome de los males esta pujanza hedonistas estarán dos familias, ‘capitaneadas’ por dos cuñado a los que dan vida unos excelentes Federico Luppi y Julio de Grazia, que rigen un taller de fabricación de botiquines, y que terminan separados para uno de ellos embarcarse en la empresa de préstamos, y con ello venderá su alma al Diablo (de la Plata Dulce).

Todo esto desarrollado en su tramo inicial con un ritmo trepidante, con gran sentido de cinismo hacia lo tóxico del dinero fácil (se arremete contra el capitalismo de modo directo, sin sutilezas, cuando oímos a un estadounidense en una conferencia disertar sobre como el mercado libre nos hace libres), con situaciones agiles, con diálogos agudos, con alegorías incisivas sobre lo que es el mundo de las finanzas (ese almacén plagado de cajas vacías, y donde todo es un trampantojo con teléfonos sin línea o aparatos de aire acondicionado de atrezo), con cantos de sirena, con embrujos de lujos, con personajes con los que se puede identificar el espectador en su cercanía de sus debilidades humanas (autos de lujo, casas de lujo, rajes de lujo, o una amante joven). Todo ello con humor ácido, punzante, como contrasta situaciones entre los dos cuñados. Pero esto (de modo) previsible, tiene un precio a pagar, y ahí radica su gran tara, que conforme avanza cae en lo panfletario facilón, sin capacidad de sorpresa. Para desembocar en un rush final que se venir desde muy atrás.

Se agradece que Ayala no trate al personaje que encarna Luppi, que se sabe manipulado en todo momento, y aun así se deja arrastrar, él se puede decir nuestra brújula moral, con él que nos es más sencillo identificarnos por cómo nos dejamos deslumbrar por el brillo del dinero, pero él es consciente es un testaferro que firma en conciencia de que le no es muy legal lo que hace. Aunque su final nos es telegrafiado para aquel que tenga algo de mundo en el cine. Luppi sabe darle credibilidad a su arco de desarrollo; Por el contrario Julio de Grazia como Rubén, me ha sido un personaje que estaba en otra película distinta a la de Luppi, de un histrionismo desopilante, con ademanes cual molino de viento, con gesticulaciones infinitas, siempre gritando, a lo que se suman sub tramas grotescas que chirrían frente a las de Bonifatti, como lo es lo referente a ser chofer de bus o cuando se mete a comerciar con productos en conserva, un pegote propio de cómo hay varios guionistas tras ello, provocando vaivenes de tono; El resto de secundarios se mueven por el estereotipo con molde preestablecido, como la esposa superficial, el hijo ocioso, la sobrina arribista, el empresario embaucador, todos delineados desde el inicio.

Como defecto pronunciado está el romance de Teodoro Bonifatti con una joven mujer (no doy el nombre por no spoilear), se le da demasiada cancha, además de darse apresuradamente, como si en la mesa de montaje nos hubieran hurtado metraje necesario. Desviando la atención de lo importante, quizás por mor de la taquilla tener a los pechos de la chica a la vista (momento chusco de sexo gratuito).

Me queda una película que prometía mucho más de lo que alcanza, al caer en los tópicos anti-capitalistas, aun así, se deja ver con agrado. Fuerza y honor!!!
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