El extraño viaje
1964 

7.8
10,994
Intriga. Drama
En un pequeño pueblo de provincias, cercano a la capital, vive una familia compuesta por tres hermanos: la dominante y severa Ignacia y los tímidos y retraídos Paquita y Venancio. La monotonía de la vida del pueblo sólo se rompe los sábados cuando llega un conjunto musical de Madrid para amenizar con sus canciones el fin de semana. Un sábado de tormenta, Paquita y Venancio, que son muy miedosos, oyen ruidos y van buscando protección a ... [+]
5 de febrero de 2006
5 de febrero de 2006
119 de 133 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez que la veo me parece mejor. Fernando Fernán-Gómez es uno de los directores más insólitos del cine español, y aquí logró uno de las 5 mejores películas de la historia nuestro cine.
Es una película extraña, no se parece a nada que uno recuerde. ¿Es una película de terror, una comedia, un drama, una de suspense? Es todo eso y mucho más. Basándose lejanamente en un suceso real ("el crimen de Mazarrón"), al parecer el argumento se le ocurrió a Luis G. Berlanga, nada menos.
Paquita (Rafaela Aparicio) y Venancio (Jesús Franco) son, por derecho propio, la pareja más terrorífica y a la vez inocente que uno recuerde haber visto en una pantalla.
La película da la vuelta a una serie de tópicos españoles y castizos, logrando, bajo un aspecto bastante tradicional, una película totalmente moderna y que ha quedado, por desgracia, como algo aislado en el cine español, tan tópico, aburrido y "políticamente correcto" últimamente.
Y, como frase para la posteridad... "Deja la lujuria un mes, y ella te dejará tres"
Es una película extraña, no se parece a nada que uno recuerde. ¿Es una película de terror, una comedia, un drama, una de suspense? Es todo eso y mucho más. Basándose lejanamente en un suceso real ("el crimen de Mazarrón"), al parecer el argumento se le ocurrió a Luis G. Berlanga, nada menos.
Paquita (Rafaela Aparicio) y Venancio (Jesús Franco) son, por derecho propio, la pareja más terrorífica y a la vez inocente que uno recuerde haber visto en una pantalla.
La película da la vuelta a una serie de tópicos españoles y castizos, logrando, bajo un aspecto bastante tradicional, una película totalmente moderna y que ha quedado, por desgracia, como algo aislado en el cine español, tan tópico, aburrido y "políticamente correcto" últimamente.
Y, como frase para la posteridad... "Deja la lujuria un mes, y ella te dejará tres"
22 de noviembre de 2007
22 de noviembre de 2007
150 de 206 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adiós, cretino. Adiós, genio.
Y gracias por dar al cine patrio algo de dignidad.
Y gracias por esta historia:
no es sólo la mejor película española jamás rodada, por encima de plácidos y verdugos, si no que es una de las mejores películas de la historia del cine.
¿Género: negro? No (hombre.... el negro color de la España oscura, en todo caso).
¿Género: esperpento? No (casi)
¿Género: españolada? No (a pesar de)
¿Género: comedia? No (no estricatamente)
¿Entonces?
Sencillamente, este celuloide sobrepasa estos géneros y otros que se nos puedan ocurrir.
Este celuloide atraviesa las barreras de las tendencias, las influencias y las tonterías que dan sombra a cualquier arte, para manejarse libre y firme bajo la perspectiva de su director.
Gracias, cretino, por mezclar con humor e intriga la clase alta y los paletos, el conservadurismo y el libertinaje, la valentía y el miedo, el vino y el jamón, la plaza y la playa...
Rafaela, fuiste una gran actriz. Aquí lo pudiste demostrar. Dale las gracias cuando os topéis.
Adiós, cretino. Adiós, genio.
Que tengas un extraño pero dulce viaje a ninguna parte.
Y gracias por dar al cine patrio algo de dignidad.
Y gracias por esta historia:
no es sólo la mejor película española jamás rodada, por encima de plácidos y verdugos, si no que es una de las mejores películas de la historia del cine.
¿Género: negro? No (hombre.... el negro color de la España oscura, en todo caso).
¿Género: esperpento? No (casi)
¿Género: españolada? No (a pesar de)
¿Género: comedia? No (no estricatamente)
¿Entonces?
Sencillamente, este celuloide sobrepasa estos géneros y otros que se nos puedan ocurrir.
Este celuloide atraviesa las barreras de las tendencias, las influencias y las tonterías que dan sombra a cualquier arte, para manejarse libre y firme bajo la perspectiva de su director.
Gracias, cretino, por mezclar con humor e intriga la clase alta y los paletos, el conservadurismo y el libertinaje, la valentía y el miedo, el vino y el jamón, la plaza y la playa...
Rafaela, fuiste una gran actriz. Aquí lo pudiste demostrar. Dale las gracias cuando os topéis.
Adiós, cretino. Adiós, genio.
Que tengas un extraño pero dulce viaje a ninguna parte.
10 de julio de 2009
10 de julio de 2009
85 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Décimo largometraje realizado por Fernando Fernán-Gómez (1921-2007), considerado por algunos especialistas como uno de los 10 mejores del cine español del s XX. El guión, de Pedro Beltrán (1927-2007), desarrolla un argumento de Manuel Ruiz Castillo y del propio Pedro Beltrán, basado en una idea de Luis García Berlanga, inspirada en hechos reales (el llamado “crimen de Mazarrón”). Se rueda en escenarios naturales del pueblo de Loeches (Madrid) y de la playa de Santa Pola (Alicante) y en los platós de los estudios de rodaje Ballesteros, con un presupuesto modesto, en los meses de abril y mayo de 1964. Producido por José López Moreno y Francisco Molero para Izaro Films, Pro Artis Ibérica e Impala, se estrena el 10-VIII-1964 (España).
La acción dramática tiene lugar en un pequeño pueblo rural castellano y en Cabo de Palos (Cartagena), en la primavera de 1964. Los hermanos Venancio (Franco) y Paquita Vidal (Aparicio), de escasas luces, media edad, solteros, ingenuos y asustadizos, viven en el antiguo caserón familiar junto con la hermana mayor, Ignacia (Alba), soltera, huraña, amargada, autoritaria y dominante. Los tres proyectan un viaje al extranjero, lugar que conciben como el paraíso de la libertad, la superación de la educación represiva que ha marcado sus vidas y la libración del alto control social que se da en el pueblo. Ignacia tiene amistad con Fernando (Larrañaga), miembro de la orquesta “Los Guacamayos”, que alegra con su música el baile de los fines de semana del pueblo. Fernando es novio de Beatriz (Canalejas), dependienta de la corsetería “La Parisien”, de Teresa (Ponte).
El film suma comedia, drama, crimen, terror y análisis costumbrista. Desarrolla dos líneas de acción paralelas: un relato de comedia negra y una intriga del mejor suspense. La narración hace uso de numerosos giros, acciones simultáneas, intervenciones vistas desde dos puntos de vista, situaciones extravagantes y de humor negro con apelaciones a lo trágico y lo macabro. Mantiene un tono hilarante y surrealista, amargo y divertido, que se explica a través de unos personajes limitados, de escasas habilidades, ruines y mezquinos. La escena de la tormenta vista desde el interior de la casa no desmerece de un buen film de terror. La presencia en la casa de animales disecados y de insectos prendidos de agujas en cuadros de estudio, cumplen funciones simbólicas de la muerte interior de los hermanos Vidal y aportan un apunte fetichista buñueliano. El cartel sobre la lujuria que pende de las paredes de la casa delata la educación represiva de los hermanos y justifica sus aspiraciones de liberarse de un pasado y un presente opresivo mediante una salida al extranjero. La acción se desarrolla mayoritariamente en escenarios oscuros, angustiosos y tenebrosos, que guardan similitudes con la estética propia del cine negro americano clásico.
(Sigue sin “spoilers”)
La acción dramática tiene lugar en un pequeño pueblo rural castellano y en Cabo de Palos (Cartagena), en la primavera de 1964. Los hermanos Venancio (Franco) y Paquita Vidal (Aparicio), de escasas luces, media edad, solteros, ingenuos y asustadizos, viven en el antiguo caserón familiar junto con la hermana mayor, Ignacia (Alba), soltera, huraña, amargada, autoritaria y dominante. Los tres proyectan un viaje al extranjero, lugar que conciben como el paraíso de la libertad, la superación de la educación represiva que ha marcado sus vidas y la libración del alto control social que se da en el pueblo. Ignacia tiene amistad con Fernando (Larrañaga), miembro de la orquesta “Los Guacamayos”, que alegra con su música el baile de los fines de semana del pueblo. Fernando es novio de Beatriz (Canalejas), dependienta de la corsetería “La Parisien”, de Teresa (Ponte).
El film suma comedia, drama, crimen, terror y análisis costumbrista. Desarrolla dos líneas de acción paralelas: un relato de comedia negra y una intriga del mejor suspense. La narración hace uso de numerosos giros, acciones simultáneas, intervenciones vistas desde dos puntos de vista, situaciones extravagantes y de humor negro con apelaciones a lo trágico y lo macabro. Mantiene un tono hilarante y surrealista, amargo y divertido, que se explica a través de unos personajes limitados, de escasas habilidades, ruines y mezquinos. La escena de la tormenta vista desde el interior de la casa no desmerece de un buen film de terror. La presencia en la casa de animales disecados y de insectos prendidos de agujas en cuadros de estudio, cumplen funciones simbólicas de la muerte interior de los hermanos Vidal y aportan un apunte fetichista buñueliano. El cartel sobre la lujuria que pende de las paredes de la casa delata la educación represiva de los hermanos y justifica sus aspiraciones de liberarse de un pasado y un presente opresivo mediante una salida al extranjero. La acción se desarrolla mayoritariamente en escenarios oscuros, angustiosos y tenebrosos, que guardan similitudes con la estética propia del cine negro americano clásico.
(Sigue sin “spoilers”)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El estilo narrativo de Fernán-Gómez es complicado y dado a prodigar cortes secos y abruptos, que trasmiten sentimientos de dificultad y discontinuidad. El guión, del actor y guionista Pedro Beltrán, busca situarse en una línea similar a la de Rafael Azcona (“El pisito”, “La gran comilona”...) para entregar un relato con formato de sainete esperpéntico enmarcado en un mundo anacrónico (1).
Compone un retrato cáustico del atraso rural en el que vivía gran parte de España en los años de producción del film. Erige al pueblo en el que tiene lugar la acción en símbolo de una España sin libertad, oprimida, sometida y controlada por un poder autoritario y despótico, como el que encarna doña Ignacia. Desvela que, tras las apariencias de orden y rectitud de los poderes públicos, se ocultan concepciones vergonzantes y conductas desordenadas (travestismo, fetichismo, voyeurismo, hipocresía, doble moral...).
Son escenas memorables la tormenta vista desde el interior de la casa, el baile del “twist” a cargo de Angelines (Lezama), el desfile del travestido, la detallada descripción de la bodega con las tinajas de vino, el baile popular para jóvenes en la cantina del pueblo, la intervención del alcalde tras el accidente de los músicos, el “voyeurismo” de los mayores cuando baila Angelines, etc.
El film forma parte del grupo de los tres trabajos más acreditados de Fernando Fernán-Gómez junto con "El viaje a ninguna parte" (1986) y "El mundo sigue" (1963).
La banda sonora, de Cristóbal Halffter, ofrece una partitura original de saxo que evoca los ambientes sórdidos y canallescos del cine negro. La música adaptada añade cortes de composiciones populares del momento, como “El reloj”, “De Madrid a Sevilla”, “Especial Bugui”, “La canción del olvido” y ritmos bailables de moda, como el “twist”. La fotografía, de José F. Aguayo (“Tristana”, Buñuel, 1969), espléndida, sitúa buena parte de la acción en escenarios nocturnos, mal iluminados y claustrofóbicos. Describe con ironía, no exenta de ternura, la realidad sociológica y costumbrista de los habitantes del pueblo.
Película extraordinaria, extravagante, audaz, amarga y moderna (2).
(1) Llorenç ESTEVE, “El extraño viaje”, ‘Español de cine’ (Antxon Salvador), pág. 80, Blume Ed., Barcelona 2009.
(2) José Luis CASTRO DE PAZ, “El extraño viaje. Análisis y reevaluación de un film esencial”, Cahiers du Cinema España, nº 24, pág. 58, junio 2009.
Compone un retrato cáustico del atraso rural en el que vivía gran parte de España en los años de producción del film. Erige al pueblo en el que tiene lugar la acción en símbolo de una España sin libertad, oprimida, sometida y controlada por un poder autoritario y despótico, como el que encarna doña Ignacia. Desvela que, tras las apariencias de orden y rectitud de los poderes públicos, se ocultan concepciones vergonzantes y conductas desordenadas (travestismo, fetichismo, voyeurismo, hipocresía, doble moral...).
Son escenas memorables la tormenta vista desde el interior de la casa, el baile del “twist” a cargo de Angelines (Lezama), el desfile del travestido, la detallada descripción de la bodega con las tinajas de vino, el baile popular para jóvenes en la cantina del pueblo, la intervención del alcalde tras el accidente de los músicos, el “voyeurismo” de los mayores cuando baila Angelines, etc.
El film forma parte del grupo de los tres trabajos más acreditados de Fernando Fernán-Gómez junto con "El viaje a ninguna parte" (1986) y "El mundo sigue" (1963).
La banda sonora, de Cristóbal Halffter, ofrece una partitura original de saxo que evoca los ambientes sórdidos y canallescos del cine negro. La música adaptada añade cortes de composiciones populares del momento, como “El reloj”, “De Madrid a Sevilla”, “Especial Bugui”, “La canción del olvido” y ritmos bailables de moda, como el “twist”. La fotografía, de José F. Aguayo (“Tristana”, Buñuel, 1969), espléndida, sitúa buena parte de la acción en escenarios nocturnos, mal iluminados y claustrofóbicos. Describe con ironía, no exenta de ternura, la realidad sociológica y costumbrista de los habitantes del pueblo.
Película extraordinaria, extravagante, audaz, amarga y moderna (2).
(1) Llorenç ESTEVE, “El extraño viaje”, ‘Español de cine’ (Antxon Salvador), pág. 80, Blume Ed., Barcelona 2009.
(2) José Luis CASTRO DE PAZ, “El extraño viaje. Análisis y reevaluación de un film esencial”, Cahiers du Cinema España, nº 24, pág. 58, junio 2009.
19 de febrero de 2013
19 de febrero de 2013
64 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
“De todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España, / porque termina mal.” (Jaime Gil de Biedma)
En la posguerra, después de la sangría del 14-18, la vanguardia surrealista ideó el juego del "cadáver exquisito", en el que los participantes elaboraban, por turnos, las distintas partes de una pintura o un relato. Al tomar el lápiz, el jugador desconocía los fragmentos realizados previamente. En los casos más felices, el resultado era una historia o un dibujo misteriosamente orgánicos, pese a la diversidad de estilos y personas. Una suerte de reflejo del inconsciente colectivo del grupo creador.
En 'El extraño viaje', Fernando Fernán Gómez combina varios tonos con la naturalidad y el desparpajo de un anarquista convencido. Nos brinda un twist maravilloso (que nada tiene que envidiar al de Uma Thurman en 'Pulp fiction'); salta del costumbrismo rancio al canon de terror, de éste pasa a la comedia, al drama y al sainete, con toques de Berlanga y humor negro. Como por arte de magia, la unidad del conjunto nunca se resiente.
Retrata un pueblo envilecido, de ancianos rijosos y comadres maldicientes, en el que las instituciones –el cura, el alcalde, la Guardia Civil y el magistrado– ni siquiera han de mostrarse en forma negativa. No en vano el rodillo de la deseducación llevaba lustros modelando la moral de la parroquia.
Un pueblo sin la figura tutelar de un buen maestro. Un pueblo en que los mozos dialogan a pedradas. En el que basta la chispa de un prejuicio para denunciar a una inocente. Un pueblo gris y miserable.
Asombra ver cómo la cinta cambia de un registro a otro sin que se le noten las costuras. Hay algo del Welles de 'Sed de mal' en el modo que tiene la cámara de moverse por el pueblo; algo del Clouzot de 'Las diabólicas' en el retrato de la casa familiar de los Vidal. El contrapicado le sienta a Ignacia como un guante y el aire Peter Lorre le da frescura a la actuación de Jesús Franco. La atmósfera del pueblo es tan malsana, con esos miles de ojos que fisgan y vigilan sin cesar, que se hace irrespirable. Así veía Fernán Gómez la España del tardofranquismo.
Medio siglo después, tras una interminable Transición de odios bien cebados, el esperpento se repite. España es, en efecto, un chiste surrealista. La sombra negra de un cadáver exquisito.
===
El nombre de cadáver exquisito surgió de la siguiente frase: “El cadáver – exquisito – beberá – el vino – nuevo.”
Confiemos en que el vino sea distinto al de la cinta.
[Texto publicado en el boletín nº2/2013 del cineclub macguffin]
En la posguerra, después de la sangría del 14-18, la vanguardia surrealista ideó el juego del "cadáver exquisito", en el que los participantes elaboraban, por turnos, las distintas partes de una pintura o un relato. Al tomar el lápiz, el jugador desconocía los fragmentos realizados previamente. En los casos más felices, el resultado era una historia o un dibujo misteriosamente orgánicos, pese a la diversidad de estilos y personas. Una suerte de reflejo del inconsciente colectivo del grupo creador.
En 'El extraño viaje', Fernando Fernán Gómez combina varios tonos con la naturalidad y el desparpajo de un anarquista convencido. Nos brinda un twist maravilloso (que nada tiene que envidiar al de Uma Thurman en 'Pulp fiction'); salta del costumbrismo rancio al canon de terror, de éste pasa a la comedia, al drama y al sainete, con toques de Berlanga y humor negro. Como por arte de magia, la unidad del conjunto nunca se resiente.
Retrata un pueblo envilecido, de ancianos rijosos y comadres maldicientes, en el que las instituciones –el cura, el alcalde, la Guardia Civil y el magistrado– ni siquiera han de mostrarse en forma negativa. No en vano el rodillo de la deseducación llevaba lustros modelando la moral de la parroquia.
Un pueblo sin la figura tutelar de un buen maestro. Un pueblo en que los mozos dialogan a pedradas. En el que basta la chispa de un prejuicio para denunciar a una inocente. Un pueblo gris y miserable.
Asombra ver cómo la cinta cambia de un registro a otro sin que se le noten las costuras. Hay algo del Welles de 'Sed de mal' en el modo que tiene la cámara de moverse por el pueblo; algo del Clouzot de 'Las diabólicas' en el retrato de la casa familiar de los Vidal. El contrapicado le sienta a Ignacia como un guante y el aire Peter Lorre le da frescura a la actuación de Jesús Franco. La atmósfera del pueblo es tan malsana, con esos miles de ojos que fisgan y vigilan sin cesar, que se hace irrespirable. Así veía Fernán Gómez la España del tardofranquismo.
Medio siglo después, tras una interminable Transición de odios bien cebados, el esperpento se repite. España es, en efecto, un chiste surrealista. La sombra negra de un cadáver exquisito.
===
El nombre de cadáver exquisito surgió de la siguiente frase: “El cadáver – exquisito – beberá – el vino – nuevo.”
Confiemos en que el vino sea distinto al de la cinta.
[Texto publicado en el boletín nº2/2013 del cineclub macguffin]
14 de septiembre de 2007
14 de septiembre de 2007
58 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si esta película la hubiese firmado Alfred Hitchcock o Luis Buñuel (pues su desarrollo de auténtico suspense, intriga, nerviosismo, interés y humor negro es de una calidad de primer orden), estaría en boca de todo el mundo desde hace más de cuarenta años; pero la dirigió un genial intelectual de brotes interpersonales bastante antipáticos, lo cual sin duda no le ha ayudado mucho a la hora de ser considerado con tantos honores como otros directores que incluso habiendo alcanzado fama mundial, no le llegan a Fernando Fernán Gómez (haciendo cine) ni a las corvas de las extremidades inferiores.
Película sorprendente, de construcción sobresaliente, donde cabe destacar el papel y la idiosincrasia de los personajes-hermanos (medio lelos) de la señora mandona y siempre enlutada. Esa pareja de "inocentes", que interpretan a la perfección Jesús Franco y Rafaela Aparicio, nos muestra a la perfección el perfil psicológico de los adultos infantilizados, memos, zopencos o alelados, que a los ojos de todos pueden pasar por los más tontos e ingenuos, pero que en el fondo también suelen ser los tipos más perspicaces que ven lados de la realidad que a otros se les escapa.
Fej Delvahe
Película sorprendente, de construcción sobresaliente, donde cabe destacar el papel y la idiosincrasia de los personajes-hermanos (medio lelos) de la señora mandona y siempre enlutada. Esa pareja de "inocentes", que interpretan a la perfección Jesús Franco y Rafaela Aparicio, nos muestra a la perfección el perfil psicológico de los adultos infantilizados, memos, zopencos o alelados, que a los ojos de todos pueden pasar por los más tontos e ingenuos, pero que en el fondo también suelen ser los tipos más perspicaces que ven lados de la realidad que a otros se les escapa.
Fej Delvahe
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