Contratiempo
6.3
696
Intriga. Romance
Alex (Art Garfunkel) es un psicoanalista y profesor universitario norteamericano en Viena. Allí conoce y se enamora de Milena (Theresa Russell), una hermosa joven, también norteamericana, con quien inicia una apasionada relación. Pero Milena no desea sentirse atada a un solo hombre, y sus infidelidades van en aumento a la vez que crece en Alex un sentimiento posesivo por la joven. Meses después, en el hospital, Milena se debate entre la ... [+]
25 de octubre de 2005
25 de octubre de 2005
20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nicolas Roeg es un director polivalente, que se mueve con soltura en los géneros cinematográficos más dispares: ya sea en la ciencia ficción (“The Man Who...”), el drama (la propia “Bad Timing”), en la inclasificable “Walkabout”, etc. Lo que lo engrandece es que mantiene sus señas de identidad y desarrolla un cine profundamente personal. Esto se hace evidente en su peculiar y refinada mirada artística, que impregna a sus films de una belleza única, gracias a su delicada fotografía, sugerentes bandas sonoras y un magistral uso de los recursos de la narración cinematográfica (especialmente el flashback y la alinealidad).
La trama de “Bad Timing” se desarrolla en torno a una relación apasionada y desgarradora entre un hombre maduro y una joven impetuosa e irreflexiva.
Sin duda este es uno de los films donde mejor se emplea el flashback y la narración fragmentada. Pese a la complejidad con que Roeg lo aplica en “Bad Timing”, en ningún momento resulta confuso o brusco. Por el contrario, se acopla perfectamente a las exigencias del guión, y sumerge al espectador en la convulsa historia, desgranando sus aspectos más oscuros de forma simultánea al desarrollo de la investigación policial que tiene lugar en el film. De esta manera, Roeg logra que la percepción del espectador se desdoble y asimile la historia en toda su profundidad.
Recuerda en algunos aspectos “Bad Timing” a la pasional “Betty Blue”, de Jean Jaques-Beneix (de 1980 y 1981, respectivamente). En ambas se analizan las relaciones humanas desde su lado más oscuro y destructivo. Y en ambas ella es una mujer inestable, irreflexiva y trastornada, una suerte de femme fatal que conducirá inconscientemente a la pareja hacia su trágico destino. El amor y el deseo se presentan como un sentimiento incontrolable, capaz de destruir a los que lo padecen. Sin embargo, en “Bad Timing” son los celos, el ansia de posesión y el deseo sexual la perdición de sus protagonistas, que entran en una espiral de destrucción en la que ninguno de los dos está dispuesto a ceder.
Una película sobrecogedora.
La trama de “Bad Timing” se desarrolla en torno a una relación apasionada y desgarradora entre un hombre maduro y una joven impetuosa e irreflexiva.
Sin duda este es uno de los films donde mejor se emplea el flashback y la narración fragmentada. Pese a la complejidad con que Roeg lo aplica en “Bad Timing”, en ningún momento resulta confuso o brusco. Por el contrario, se acopla perfectamente a las exigencias del guión, y sumerge al espectador en la convulsa historia, desgranando sus aspectos más oscuros de forma simultánea al desarrollo de la investigación policial que tiene lugar en el film. De esta manera, Roeg logra que la percepción del espectador se desdoble y asimile la historia en toda su profundidad.
Recuerda en algunos aspectos “Bad Timing” a la pasional “Betty Blue”, de Jean Jaques-Beneix (de 1980 y 1981, respectivamente). En ambas se analizan las relaciones humanas desde su lado más oscuro y destructivo. Y en ambas ella es una mujer inestable, irreflexiva y trastornada, una suerte de femme fatal que conducirá inconscientemente a la pareja hacia su trágico destino. El amor y el deseo se presentan como un sentimiento incontrolable, capaz de destruir a los que lo padecen. Sin embargo, en “Bad Timing” son los celos, el ansia de posesión y el deseo sexual la perdición de sus protagonistas, que entran en una espiral de destrucción en la que ninguno de los dos está dispuesto a ceder.
Una película sobrecogedora.
27 de junio de 2023
27 de junio de 2023
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claramente no sería un guion que pasara el visto bueno en estos tiempos, porque es una película machista, misógina y llena de clichés. Me parece entretenida e insolente (por todo el patetismo que rezuma en los personajes) precisamente porque contiene todos los estereotipos de las películas de aquella época con pretencioso tinte pseudo intelectual.
A mí en especial me gusta ver este tipo de pelis de vez en cuando; la maravillosa mirada masculina pollavieja en todas las cosas, porque envejece mal, porque huele como a añejo y deja a los hombres orangutanes reducidos a clichés machistas agotados y sombríos.
A mí en especial me gusta ver este tipo de pelis de vez en cuando; la maravillosa mirada masculina pollavieja en todas las cosas, porque envejece mal, porque huele como a añejo y deja a los hombres orangutanes reducidos a clichés machistas agotados y sombríos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La relación de 'amor' tóxica es un pedazo de estereotipo cinéfilo brutal: Ella evidentemente es la desquiciada, alcohólica, con una vida llena de bandazos, no sabemos exactamente el porqué, porque lo que sabemos es que la tipa está cucú simplemente. Por supuesto es una insaciable bestia sexual con un coño de cabello de ángel que vuelve loco al psiquiatra picha infeliz. Y una loca de las peores que te puedes echar; tipo acosadora, demandante, histérica, te monta escenas en la calle... ¡Y SUICIDA! TOMA YA.
Él que es todo un señor intelectual con cara de torturado, psiquiatra ni más ni menos, que no escatima en hacerle un examen psicológico a su amante (qué fuerte), que no le ayuda en su adicción, y que básicamente le interesan dos cosas: él mismo y que ella sea como él quiere que sea. Es decir él es un narcisista perverso y un psiquiatra de mierda.
Con estos ingredientes tenemos una apasionante y destructiva historia en la que él termina violando a su chica totalmente inconsciente y no siente ningún tipo de remordimiento por ello. ¿Qué excusa nos presenta el guionista y director para que el comportamiento del personaje de él sea tan mezquino? Pues nada, básicamente la pulsión sexual masculina, ¡ole tu chorra torera!
El argumento del policía es de risa, con esa camaradería masculina que me ha recordado a otro clásico que me encanta 'Perros de paja'.
Y el final... No sabemos nada de sus emociones por la expresión de él cuando le ve la cicatriz de la traqueotomía, simplemente es un: ¡Eh, eres tú, musa de mis instintos!
Él que es todo un señor intelectual con cara de torturado, psiquiatra ni más ni menos, que no escatima en hacerle un examen psicológico a su amante (qué fuerte), que no le ayuda en su adicción, y que básicamente le interesan dos cosas: él mismo y que ella sea como él quiere que sea. Es decir él es un narcisista perverso y un psiquiatra de mierda.
Con estos ingredientes tenemos una apasionante y destructiva historia en la que él termina violando a su chica totalmente inconsciente y no siente ningún tipo de remordimiento por ello. ¿Qué excusa nos presenta el guionista y director para que el comportamiento del personaje de él sea tan mezquino? Pues nada, básicamente la pulsión sexual masculina, ¡ole tu chorra torera!
El argumento del policía es de risa, con esa camaradería masculina que me ha recordado a otro clásico que me encanta 'Perros de paja'.
Y el final... No sabemos nada de sus emociones por la expresión de él cuando le ve la cicatriz de la traqueotomía, simplemente es un: ¡Eh, eres tú, musa de mis instintos!
12 de julio de 2021
12 de julio de 2021
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En los años ochenta bien habría podido ver esta película por la TV abierta, y sin duda me hubiera fascinado, como tantas otras que hube de ver así en esa época donde el gran cine se prodigaba generosamente por los medios televisivos, a veces en distinguidos ciclos semanales. Hoy ni en el servicio pago de TV por cable tienen el decoro de pasar un film visualizable, decente. Pero tampoco se hace ya ese tipo de cine deslumbrante como el propio del director Nicolas Roeg.
Lo cierto es que sólo en estos días he tenido la oportunidad de ver Bad Timing, e inmediatamente me deparó un dejavú de aquellos pasados y buenos tiempos, me condujo a un viaje hacia deliciosas sensaciones -hoy en gran parte olvidadas- que me embargaba el visionado de ese cine grande y misterioso, lleno de contenido y datos de la realidad y la vida que todavía debía descubrir por entonces. Y en esta vena debo decir que seguí el film con interés y real disfrute, pese a los defectos de que adolece.
Posiblemente el goce resultó primariamente visual. La fotografía, los ambientes y escenarios que nos son dados recorrer de la mano de Nicolas Roeg son irresistibles. La historia, que discurre en Viena y ocasionalmente en otros parajes, es la de un romance, un encuentro con mucho de desencuentro entre los personajes encarnados por Theresa Russell (Milena) y Art Garfunkel (Alex), cuyas performances están a tono con la exquisitez del conjunto. Con formato de thriller psicológico y policíaco el film nos introduce en el conflicto desesperante entre el académico Alex, que aspira a una relación formal y una franca entrega, y la extrovertida e impredecible Milena que reclama para sí el derecho a una porción de individualidad, libertad y misterio. El subsecuente avance de los consabidos celos, desconfianza, presiones y sospechas termina hundiendo de más en más en una espiral de violencia a los infortunados amantes.
Pero el estilo narrativo que impone el director me pareció más bien desacertado, por el uso y abuso de saltos temporales que tornan el relato demasiado fragmentario y por momentos hasta confuso. Es ésta un arma de doble filo, porque tiene ciertamente su encanto, aunque siempre que se observe una justa medida. La dinámica frenética de escenas cortas que van y vienen en el tiempo -superponiéndose a veces las de unos personajes con las de otros- no sólo es por momentos confusa sino que impide al espectador el tiempo necesario para llegar a empatizar con los personajes y compenetrarse de su difícil relación. Se sacrifica el desarrollo de los mismos en aras de un abigarrado puzzle de situaciones triviales muchas veces repetitivas. Lo anacdótico asfixia lo esencial, el ritmo suprime la profundidad. El film pudo así haber dado mucho más, y creo que esta no muy feliz elección del director determinó su suerte un tanto opaca.
Con todo, podría volver a ver esta cinta -incluso para captar algún que otro detalle que bien pudo habérseme escapado entre tanto flashback- y esto de por sí le otorga para mí cierto mérito, aunque esté lejos de ser perfecta. Quedará para cada quien el arriesgar un visionado, sea para sorpresa o decepción, o quizás para una mezcla de ambas como lo fue en mi caso.
Lo cierto es que sólo en estos días he tenido la oportunidad de ver Bad Timing, e inmediatamente me deparó un dejavú de aquellos pasados y buenos tiempos, me condujo a un viaje hacia deliciosas sensaciones -hoy en gran parte olvidadas- que me embargaba el visionado de ese cine grande y misterioso, lleno de contenido y datos de la realidad y la vida que todavía debía descubrir por entonces. Y en esta vena debo decir que seguí el film con interés y real disfrute, pese a los defectos de que adolece.
Posiblemente el goce resultó primariamente visual. La fotografía, los ambientes y escenarios que nos son dados recorrer de la mano de Nicolas Roeg son irresistibles. La historia, que discurre en Viena y ocasionalmente en otros parajes, es la de un romance, un encuentro con mucho de desencuentro entre los personajes encarnados por Theresa Russell (Milena) y Art Garfunkel (Alex), cuyas performances están a tono con la exquisitez del conjunto. Con formato de thriller psicológico y policíaco el film nos introduce en el conflicto desesperante entre el académico Alex, que aspira a una relación formal y una franca entrega, y la extrovertida e impredecible Milena que reclama para sí el derecho a una porción de individualidad, libertad y misterio. El subsecuente avance de los consabidos celos, desconfianza, presiones y sospechas termina hundiendo de más en más en una espiral de violencia a los infortunados amantes.
Pero el estilo narrativo que impone el director me pareció más bien desacertado, por el uso y abuso de saltos temporales que tornan el relato demasiado fragmentario y por momentos hasta confuso. Es ésta un arma de doble filo, porque tiene ciertamente su encanto, aunque siempre que se observe una justa medida. La dinámica frenética de escenas cortas que van y vienen en el tiempo -superponiéndose a veces las de unos personajes con las de otros- no sólo es por momentos confusa sino que impide al espectador el tiempo necesario para llegar a empatizar con los personajes y compenetrarse de su difícil relación. Se sacrifica el desarrollo de los mismos en aras de un abigarrado puzzle de situaciones triviales muchas veces repetitivas. Lo anacdótico asfixia lo esencial, el ritmo suprime la profundidad. El film pudo así haber dado mucho más, y creo que esta no muy feliz elección del director determinó su suerte un tanto opaca.
Con todo, podría volver a ver esta cinta -incluso para captar algún que otro detalle que bien pudo habérseme escapado entre tanto flashback- y esto de por sí le otorga para mí cierto mérito, aunque esté lejos de ser perfecta. Quedará para cada quien el arriesgar un visionado, sea para sorpresa o decepción, o quizás para una mezcla de ambas como lo fue en mi caso.
10 de septiembre de 2023
10 de septiembre de 2023
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Una historia contada de forma diferente, en la que te cuesta entrar en ella.Sabes de qué va y te cuenta la historia de manera retrospectiva, con flases hacia atrás y realidad en el tiempo presente. Por momentos es confusa y algo complicada, pero es entretenida.
El reparto es peculiar. Un cantante de moda: Art Garfunkel, una chica guapa (luego pareja del director): Theresa Russell, y un Harvey Keitel tan enigmático como siempre, rudo y seco, pero perspicaz, inteligente y muy profesional.
Art es muy plano, le falta potencia y gallardía para llevar el personaje adelante, no parece sentir emociones, ni impone matices. Es residual, algo simple y muy previsible. Theresa es otra cosa, desde el primer momento sabes que estás en presencia de una actriz decente, sobra pero con energía, capaz de conseguir lo que pretende haciendo un papel difícil, de alcohólica y alocada mujer al que le brota algún tipo de enfermedad mental. Keitel es todo maestría, pero mi juicio está viciado porque es uno de mis actores favoritos.
La lentitud en algunos momentos lastra su frescura y la técnica de los continuos retrocesos hacia atrás no me parecen que estén del todo bien resueltos. Sobre todo porque son demasiado constantes y tan a menudo que la historia carece de corporeidad en el tiempo real.
Genera más expectativas de las que finalmente satisface.
El reparto es peculiar. Un cantante de moda: Art Garfunkel, una chica guapa (luego pareja del director): Theresa Russell, y un Harvey Keitel tan enigmático como siempre, rudo y seco, pero perspicaz, inteligente y muy profesional.
Art es muy plano, le falta potencia y gallardía para llevar el personaje adelante, no parece sentir emociones, ni impone matices. Es residual, algo simple y muy previsible. Theresa es otra cosa, desde el primer momento sabes que estás en presencia de una actriz decente, sobra pero con energía, capaz de conseguir lo que pretende haciendo un papel difícil, de alcohólica y alocada mujer al que le brota algún tipo de enfermedad mental. Keitel es todo maestría, pero mi juicio está viciado porque es uno de mis actores favoritos.
La lentitud en algunos momentos lastra su frescura y la técnica de los continuos retrocesos hacia atrás no me parecen que estén del todo bien resueltos. Sobre todo porque son demasiado constantes y tan a menudo que la historia carece de corporeidad en el tiempo real.
Genera más expectativas de las que finalmente satisface.
30 de enero de 2019
30 de enero de 2019
3 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que se hayan gastado dinero pudiendo invertirlo en preferentes de Bankia me parece vergonzoso. Es una basura misogina
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
donde se pasan dos horas justificándote porque la chica se merecía ser violada cuando estaba casi muerta, lo mejor es que el violador se va de rositas y al inspector que investiga el caso le falta ponerle un piso en Benidorm al escombro ese. Por favor no la veáis, esto esta al nivel de los blancos pintándose la cara de negro.
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