A los cinco minutos se intuye la película con principio, nudo y desenlace.
Diálogos flojos digno de primero de carrera o primero de primaria, unos chistes que huelen a rancio, que se ven venir. La única función real de los guionistas ha sido recopilar todos los chistes sobre andaluces y vascos que había sobre la faz de la tierra (incluso creando nuevos clichés aun peores) y ajustarle una réplica acertada.

Quizás la elección de actores que funcionan por si solos, junto con el andaluz "del momento" Dani Rovira dando pinceladas de sus monólogos, ha sido la gran hazaña por la que seguramente habrá surtido éxito. La ausencia de inteligencia y de conceptos me ha dejado en un shock que aun perdura.

Si hubiera pagado una entrada de cine por ver semejante mediocridad, hubiera tenido que incendiar el cine para poder volver a casa con la sensación de que he aprovechado el tiempo.

Como positivizar el acoso, pues haces una peli sobre un hombre misterioso que sufre, acosa también, pero que sufre. Y por supuesto la mujer se rinde y se enamora en el minuto 0 de alguien que sabe donde vive ella y su padre.

Mi momento favorito es cuando ella abrumada por otra historia personal suya, rompe a llorar y el sujeto en cuestión decide que la mejor manera de consolarla es follándosela. Si eso no es arte, yo ya no sé.

No vomité de milagro.

Toda la película estas esperando algo muy guay que al final no llega, es como que te subes al Shambala y justo antes de caer en picado la montaña se estropea y al final te sacan los bomberos.

Bueno vamos por partes porque esta película me tiene muy cabreada. He copado mi numero de clichés hasta el año 3026.
Españolito diciendo clichés sobre Japón y sobre los españoles a marchas forzadas, corre que nos pilla el toro. Sabe de vino y de conquistar mujeres como nadie aunque como buen hombre hetero occidental sufre, y mucho. Las escenas de sexo por lo menos están bien planteadas pero de la teoría a la practica hay un salto mortal. Osea tenemos a una chica con un cuerpo de escultura griega y luego tenemos al macaco de Fuerteventura en la misma escena, a mi que me lo expliquen con un powerpoint que no lo entiendo.
Quise empatizar y lo hice, sufría en cada frase que el amigo pronunciaba, era como cuando salías a la pizarra con la redacción de ingles que lo único que quieras era terminar la frase y volverte a tu sitio, mas o menos así, el príncipe gitano hubiera llorado de la emoción.
Y ya para rematar la relación jefe-empleado en la tienda de vinos me parece de un surrealismo que hiere. Me quedo con que un chico japonés antes de expresar la opinión sobre la relación de su jefe (que ya es raro de por si pero en Japón me parecería la repanocha) tiene que poner al espectador en contexto cultural de la "discreción oriental".
Y por supuesto no olvidemos que el factor de los hombres dando asco podemos ver que es universal y transversal, ningún queda exento. Y esto va por un supuesto "amigo" que te va narrando la historia pero debe ser que hubo un error de transcripción de "acosador".

Aunque es un documental y a priori tampoco tiene mucho que elogiar, mis mas sentidas gracias al director por compartir un personaje tan maravilloso como su madre. Daria mi brazo por poder recordar a mi familia de la forma que este señor podrá recordarles, especialmente su madre.

Son de esos documentales que tienen ansias de película porque los que aparecen en el son por supuesto personas pero ademas grandes personajes. (Julita claro está)