El robo del siglo
2020 

6.7
5,464
Thriller
Llueve copiosamente y en la calle no hay un alma. Araujo está refugiado bajo el alero de un local cerrado. Delante está la fachada del Banco Río. Es viernes 13 de enero de 2006. Los francotiradores del Grupo Halcón están a la espera de una orden. Más de tres centenares de policías diseminados por el lugar aguardan la voz de su jefe. Miguel Sileo, el negociador, deja diluir las esperanzas de que Vitette, uno de los líderes de la banda de ... [+]
17 de enero de 2020
17 de enero de 2020
49 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una excelente dupla de actores y de la mano de un gran director, "El robo del siglo" ha logrado aprovechar con creces las particularidades de un hecho que, de por sí, pareció acercarse más a la ficción que a la realidad: el robo al Banco Río perpetrado en 2006 en Buenos Aires. Para el público argentino, conocer muchos de los detalles de ese evento pudo arruinar el suspenso, sin embargo, conciente de esto, la película apuesta por enfocarse más en la construcción de los personajes principales y en revelar detalles que, para muchos, pueden resultar desconocidos. ¿El resultado? Una película interesante y divertida que conjuga una narración al mejor estilo hollywoodense con un guión y unos personajes que solo pueden ser concebidos desde la idiosincrasia argentina. Desarrollo más en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Algo para destacar es el ritmo rápido del filme, casi inusitado para el cine argentino caracterizado por su lentitud. Esta rapidez, sin embargo, no impide que en ciertos momentos lo importante no sean los hechos sino los personajes en sí, sus diálogos, sus actitudes y el gran sentido del humor que tanto Peretti como Francella saben llevar muy bien. El ritmo casi hollywoodense de la película es acompañado por una banda sonora ecléctica pero apropiada, que va desde música clásica hasta Calamaro y ayudando a dar una impronta fuertemente argentina a la película; impronta que, como señalé antes, es reforzada por los diálogos y el humor claramente autóctono.
Por otro lado, la inclusión de los flashback sirve como recurso para no demorarse demasiado en la narración de los preparativos del robo y pasar directamente al hecho en sí y a la implicancia que esos preparativos tuvieron en la impecable ejecución posterior. De esta manera, el relato se hace ameno y mucho más interesante.
Peretti y Francella hacen un logrado trabajo con sus personajes, quienes a pesar de sus diferencias logran llevar a cabo el robo conjugando el profesionalismo y la experiencia de uno con la pasión y la creatividad del otro. Sin embargo, esta fuerte caracterización de la dupla principal va quizá en desmedro del resto del elenco, quienes son apenas presentados y no logran generar empatía en los espectadores.
Hacia el final de la película, se muestran segmentos televisivos reales y la narración del destino de los verdaderos protagonistas es incluida de manera ortodoxa (mediante texto en pantalla), pero con tipografías, animaciones e imágenes que al menos dejan entrever la intención de originalidad.
En definitiva, un film correcto, elegante, destacable dentro del cine nacional, más cercano al ritmo y a la típica narración hollywoodense que a la argentina, pero con un humor profundamente nuestro y una excelente interpretacion. Una película sumamente recomendable y que seguramente tendrá una buena recepción en el extranjero y que demuestra que el cine argentino tiene mucho para dar.
Por otro lado, la inclusión de los flashback sirve como recurso para no demorarse demasiado en la narración de los preparativos del robo y pasar directamente al hecho en sí y a la implicancia que esos preparativos tuvieron en la impecable ejecución posterior. De esta manera, el relato se hace ameno y mucho más interesante.
Peretti y Francella hacen un logrado trabajo con sus personajes, quienes a pesar de sus diferencias logran llevar a cabo el robo conjugando el profesionalismo y la experiencia de uno con la pasión y la creatividad del otro. Sin embargo, esta fuerte caracterización de la dupla principal va quizá en desmedro del resto del elenco, quienes son apenas presentados y no logran generar empatía en los espectadores.
Hacia el final de la película, se muestran segmentos televisivos reales y la narración del destino de los verdaderos protagonistas es incluida de manera ortodoxa (mediante texto en pantalla), pero con tipografías, animaciones e imágenes que al menos dejan entrever la intención de originalidad.
En definitiva, un film correcto, elegante, destacable dentro del cine nacional, más cercano al ritmo y a la típica narración hollywoodense que a la argentina, pero con un humor profundamente nuestro y una excelente interpretacion. Una película sumamente recomendable y que seguramente tendrá una buena recepción en el extranjero y que demuestra que el cine argentino tiene mucho para dar.
22 de enero de 2020
22 de enero de 2020
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Del multiverso de Guillermo Francella llega el Francella de “Casa de Papel”. Maximo Cozetti y Pepe Argento se unen para un último gran trabajo antes de retirarse.
Las historias de complejos y arriesgados robos son una estampa del cine desde hace años, pero Argentina nunca tuvo un gran exponente… hasta ahora. Sí, podemos enorgullecernos de “Nueve reinas” (2000), aunque esa historia es más sobre una gran estafa antes que un atraco a un banco.
“El robo del siglo” es Ariel Winograd en su mejor forma, un director muy prolijo que la viene pegando hace años con geniales comedias (“Permitidos”, “Sin hijos”, “Mi primera boda”, “Mamá se fue de viaje”, etc). Esta película es también una comedia en su estructura, si bien genera muchísima tensión a medida que progresa el robo.
Ayudan muchísimo los altísimos valores de producción que presenta. Winograd es hábil detrás de cámara, presenta planos interesantes y logra reproducir a la perfección toda la ambientación de aquel 2006, afiches y publicidades del momento incluidas. Es verdaderamente una reconstrucción fantástica.
Peretti (el actor fetiche del director) y Francella la rompen, cada uno haciendo lo que mejor saben hacer. Tienen tanta química juntos que te compran desde el primer momento, haciendo que la experiencia en el cine sea súper disfrutable.
¡Qué hermosa naturalidad tiene Francella para putear! Acompañan un elenco sobrio donde destaca Luis Luque. La hija de Guillermo está más como un favor que otra cosa, pero como tiene pocas escenas no molesta su falta de experiencia. Pablo Rago siempre es de madera; lo bancamos igual.
Cuando salí de la sala le comenté a mi mujer que “El robo del siglo” me pareció bastante más ingeniosa que “La odisea de los giles”, que también planteaba un intrincado robo. Son relatos diferentes que, en su esencia, pertenecen a un mismo género. La obra de Borensztein también se me había hecho más chata en el apartado técnico, donde Winograd claramente le pinta la cara.
El ritmo tiene un estilo hollywoodense donde todas las escenas avanzan el argumento hacia adelante. Prácticamente no hay frenos, si bien existen pequeños momentos de relajación que se festejan. Acompaña una banda sonora apropiada que recorre varios géneros, desde la música de cámara (en cámara lenta diría Mundostock) hasta Calamaro y el tema más conocido de Los Violadores. Todo se refuerza con diálogos muy argentinos.
Por último, me pregunto si el verdadero Fernando Araujo habrá leído el relato “Too Many Crooks” (1989) de Donald Westlake para inspirarse. Es una gran historia policial que leí en mi adolescencia y tiene una trama sorprendentemente similar.
==> CONCLUSIÓN: Destinado a convertirse en uno de los grandes estrenos argentinos del año, “El robo del siglo” tiene una gran construcción de los protagonistas, excelente ritmo y tensión (por más que uno conozca el desenlace) y muchísimo humor. Muy disfrutable. <==
#BonusTrack: 5 películas que recomiendo sobre la temática de los atracos: https://altapeli.com/cine/un-ultimo-trabajo-5-grandes-peliculas-de-atracos/
Fan page: https://www.facebook.com/sivoriluciano
Blog: http://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/
Las historias de complejos y arriesgados robos son una estampa del cine desde hace años, pero Argentina nunca tuvo un gran exponente… hasta ahora. Sí, podemos enorgullecernos de “Nueve reinas” (2000), aunque esa historia es más sobre una gran estafa antes que un atraco a un banco.
“El robo del siglo” es Ariel Winograd en su mejor forma, un director muy prolijo que la viene pegando hace años con geniales comedias (“Permitidos”, “Sin hijos”, “Mi primera boda”, “Mamá se fue de viaje”, etc). Esta película es también una comedia en su estructura, si bien genera muchísima tensión a medida que progresa el robo.
Ayudan muchísimo los altísimos valores de producción que presenta. Winograd es hábil detrás de cámara, presenta planos interesantes y logra reproducir a la perfección toda la ambientación de aquel 2006, afiches y publicidades del momento incluidas. Es verdaderamente una reconstrucción fantástica.
Peretti (el actor fetiche del director) y Francella la rompen, cada uno haciendo lo que mejor saben hacer. Tienen tanta química juntos que te compran desde el primer momento, haciendo que la experiencia en el cine sea súper disfrutable.
¡Qué hermosa naturalidad tiene Francella para putear! Acompañan un elenco sobrio donde destaca Luis Luque. La hija de Guillermo está más como un favor que otra cosa, pero como tiene pocas escenas no molesta su falta de experiencia. Pablo Rago siempre es de madera; lo bancamos igual.
Cuando salí de la sala le comenté a mi mujer que “El robo del siglo” me pareció bastante más ingeniosa que “La odisea de los giles”, que también planteaba un intrincado robo. Son relatos diferentes que, en su esencia, pertenecen a un mismo género. La obra de Borensztein también se me había hecho más chata en el apartado técnico, donde Winograd claramente le pinta la cara.
El ritmo tiene un estilo hollywoodense donde todas las escenas avanzan el argumento hacia adelante. Prácticamente no hay frenos, si bien existen pequeños momentos de relajación que se festejan. Acompaña una banda sonora apropiada que recorre varios géneros, desde la música de cámara (en cámara lenta diría Mundostock) hasta Calamaro y el tema más conocido de Los Violadores. Todo se refuerza con diálogos muy argentinos.
Por último, me pregunto si el verdadero Fernando Araujo habrá leído el relato “Too Many Crooks” (1989) de Donald Westlake para inspirarse. Es una gran historia policial que leí en mi adolescencia y tiene una trama sorprendentemente similar.
==> CONCLUSIÓN: Destinado a convertirse en uno de los grandes estrenos argentinos del año, “El robo del siglo” tiene una gran construcción de los protagonistas, excelente ritmo y tensión (por más que uno conozca el desenlace) y muchísimo humor. Muy disfrutable. <==
#BonusTrack: 5 películas que recomiendo sobre la temática de los atracos: https://altapeli.com/cine/un-ultimo-trabajo-5-grandes-peliculas-de-atracos/
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25 de julio de 2021
25 de julio de 2021
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director, Ariel Winograd, se embarca con esta película en su primer largometraje de género distinto a la comedia, y lo hace apostando fuerte, con un thriller, aunque con muchos toques cómicos. Nos sorprende con las profundas reflexiones en las que sumerge al espectador y el meticuloso entramado de detalles y diálogos que convierten a la película en una creación completa y redonda, algo habitual en el cine argentino como se puede observar en El cuento de las comadrejas de Campanella, o en La odisea de los Giles (de trama parecida a esta), de Sebastián Borensztein.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al inicio, el jazz nos anticipa que algo se está tramando. Recuerda a los famosos gangsters, con un ambiente tenue. Se presenta al artista solitario, la mente pensante. Ya se sabe quién ideará lo que va a ocurrir.
Se van diciendo frases que en un primer momento pueden pasar desapercibidas, pero que tienen bastante peso en la historia, lo que obliga a permanecer plenamente atento. Una de estas frases es “no se debe luchar contra la fuerza del rival superior sino usarla”. Esta frase será puesta en práctica posteriormente al aprovecharse de la propia seguridad del banco para la huida.
Llama la atención lo “patético” de todo el plan. Ninguno es profesional, el que lo idea todo está enganchado a la marihuana…y es precisamente esto lo convence al espectador de que todo saldrá mal, y lo mantiene así en tensión durante todo el proceso del robo, que toma una gran parte del largometraje.
Hay dos temas que priman por encima de todo, y son: el equilibrio, mencionado varias veces por Diego Peretti y representado en las numerosas antítesis, como en la conciliación del estilo de vida familiar con el robo; la contraposición del pecado (robar) y el rezo, tanto en uno de los personajes como en la escena en la que planean el robo en la iglesia; o la tensión y relajación tantas veces repetidas por Guillermo Francella. También se podía percibir el equilibrio en la postura adoptada por Peretti en su meditación, y en general en el trazado del plan, al tener en cuenta cada detalle para que nada saliese mal, siempre el equilibrio.
El otro tema sería la ambición. El verse tentado a algo que no se corresponde con lo que debería ser y que nos lleva a comportarnos como personas que no somos. En este caso, el conseguir tanto dinero cambia a los personajes. Son muy interesantes las escenas breves que van seguidas del final del atraco, en las que se ve cómo ha cambiado el dinero la vida de cada personaje, revelándose que quien lo ideó todo sigue con su vida intacta, sin ningún tipo de exceso, pasando desapercibido y perdiéndose en el campo, mientras que para el resto parece que nada es suficiente, y lo único que hacen es dañarse soñando con que la riqueza les hará ser quienes quieren ser. Todo esto lleva al espectador a reflexionar sobre el valor de esa ganancia, sobre cómo se consigue en realidad la felicidad, el bienestar absoluto. Y es que al final el que más tiene nunca se sacia porque ya no se contenta con cubrir las necesidades básicas, sino que va mucho más allá.
Finalmente, debo destacar una frase que Peretti dice a su psicólogo justo antes del atraco, y es “la gente para destacar antes se ensucia”, es decir, que no es que se mejore, sino que se distorsiona el pasado para que el presente parezca mejor. Para él no existe una evolución en la persona desde que decide cometer un robo hasta que lo comete y se vuelve rico. Él es el único que lo lleva a cabo, ya que no cambia su vida respecto al robo y a haberse vuelto millonario.
Se van diciendo frases que en un primer momento pueden pasar desapercibidas, pero que tienen bastante peso en la historia, lo que obliga a permanecer plenamente atento. Una de estas frases es “no se debe luchar contra la fuerza del rival superior sino usarla”. Esta frase será puesta en práctica posteriormente al aprovecharse de la propia seguridad del banco para la huida.
Llama la atención lo “patético” de todo el plan. Ninguno es profesional, el que lo idea todo está enganchado a la marihuana…y es precisamente esto lo convence al espectador de que todo saldrá mal, y lo mantiene así en tensión durante todo el proceso del robo, que toma una gran parte del largometraje.
Hay dos temas que priman por encima de todo, y son: el equilibrio, mencionado varias veces por Diego Peretti y representado en las numerosas antítesis, como en la conciliación del estilo de vida familiar con el robo; la contraposición del pecado (robar) y el rezo, tanto en uno de los personajes como en la escena en la que planean el robo en la iglesia; o la tensión y relajación tantas veces repetidas por Guillermo Francella. También se podía percibir el equilibrio en la postura adoptada por Peretti en su meditación, y en general en el trazado del plan, al tener en cuenta cada detalle para que nada saliese mal, siempre el equilibrio.
El otro tema sería la ambición. El verse tentado a algo que no se corresponde con lo que debería ser y que nos lleva a comportarnos como personas que no somos. En este caso, el conseguir tanto dinero cambia a los personajes. Son muy interesantes las escenas breves que van seguidas del final del atraco, en las que se ve cómo ha cambiado el dinero la vida de cada personaje, revelándose que quien lo ideó todo sigue con su vida intacta, sin ningún tipo de exceso, pasando desapercibido y perdiéndose en el campo, mientras que para el resto parece que nada es suficiente, y lo único que hacen es dañarse soñando con que la riqueza les hará ser quienes quieren ser. Todo esto lleva al espectador a reflexionar sobre el valor de esa ganancia, sobre cómo se consigue en realidad la felicidad, el bienestar absoluto. Y es que al final el que más tiene nunca se sacia porque ya no se contenta con cubrir las necesidades básicas, sino que va mucho más allá.
Finalmente, debo destacar una frase que Peretti dice a su psicólogo justo antes del atraco, y es “la gente para destacar antes se ensucia”, es decir, que no es que se mejore, sino que se distorsiona el pasado para que el presente parezca mejor. Para él no existe una evolución en la persona desde que decide cometer un robo hasta que lo comete y se vuelve rico. Él es el único que lo lleva a cabo, ya que no cambia su vida respecto al robo y a haberse vuelto millonario.
2 de julio de 2020
2 de julio de 2020
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Ariel Winograd, de larga trayectoria en la comedia, filmó El robo del siglo (2020), basada en el famoso caso policial de enero de 2006. El guionista de la película es Fernando Araujo, quien fuera el ideólogo del golpe.
Por Nicolás Bianchi
El cine es una industria de la que salen productos de distinto tipo. El robo del siglo recrea el célebre caso en el que un grupo de asaltantes ingresó a una sucursal del Banco Río en Acassuso y luego de varias horas escapó, con un cuantioso botín, por un boquete previamente construido para tal fin. Ariel Winograd, el director, eligió un tono liviano, más cerca de la comedia que del drama, para contar la historia. El resultado está bien. El film es entretenido, incluye muchos hits musicales y se ve lindo. Podría considerarse que es una versión criolla en línea con las películas de robos de Hollywood al estilo de la saga Ocean´s Eleven, que basan parte de su éxito en un elenco repleto de estrellas.
En parte en El robo del siglo eso también sucede ya que los personajes principales son actuados por Guillermo Francella (El Uruguayo) y Diego Peretti (Fernando Araujo), que, con algún matiz, hacen de ellos mismos. Los roles fueron adaptados a los actores y no a la inversa, que es lo que suele suceder en la mayoría de las películas. Francella es el mismo personaje entre sinvergüenza y frustrado de siempre, un tanto más severo pero con los mismos tics a los que ha acostumbrado al público durante años. Es el “ladrón profesional” dentro de la banda. Peretti, a su vez, es el ideólogo, bohemio, despreocupado pero al final brillante que divaga y se va por las ramas cada vez que tiene la oportunidad de entablar un diálogo con alguien.
En parte la química entre ambos actores, casi a modo de dupla cómica y despareja, es lo que impulsa una película cuya trama conoce cualquier argentino que haya abierto un diario en algún momento de los últimos quince años. Al no poder contar con ningún efecto sorpresa, más allá de algún detalle que siempre es olvidado, Winograd recarga el peso de la película en ellos y un muy buen elenco en los papeles secundarios, dentro del que se destacan Pablo Rago como otros de los ladrones y Luis Luque como el mediador de la policía cuando transcurre el robo.
Dentro del tono amable de la película no hay villanos. Tanto los ladrones como especialmente el policía que interpreta Luque, que al final es especialmente resaltado como una suerte de héroe de la negociación en tomas de rehenes, son presentados como hombres amables, quizás pícaros pero no malvados. El más criminal de todos, Francella, cuando se ve en algún aprieto recurre a la seducción, a la mentira pero no a la violencia. Es un delincuente, a todas luces, “como los de antes”.
Lo que queda implícito en el film es que quien perdió plata en el robo fue el banco, lo cual, al parecer no está nada mal. No hay un representante jerárquico de la empresa, solo empleados rasos o gerentes de sucursal. El daño, entonces, no tiene un destinatario concreto, sino que es a una entidad o institución, al poder financiero que nos oprime cotidianamente, aunque ya esa calificación puede estar más en los pensamientos de los espectadores ocasionales que en lo que se trasluce de la película, que no parece tener ninguna intención de llegar a semejantes conclusiones. Porque si está bien que le roben a un banco, que por lo general opera en un marco de legalidad, hay algo que está mal en el mundo, en Argentina y en la forma en que funcionan las entidades financieras.
No solo el largometraje en sí sino el papel que ocupa Fernando Araujo dan cuenta de ello. El ideólogo del robo, luego de cumplir algunos años de condena en la cárcel, es el guionista de la película. La mayor parte del botín nunca apareció, y la película lo celebra, de la misma manera que pone la tarea de Araujo al nivel de la de un artista.
Por Nicolás Bianchi
El cine es una industria de la que salen productos de distinto tipo. El robo del siglo recrea el célebre caso en el que un grupo de asaltantes ingresó a una sucursal del Banco Río en Acassuso y luego de varias horas escapó, con un cuantioso botín, por un boquete previamente construido para tal fin. Ariel Winograd, el director, eligió un tono liviano, más cerca de la comedia que del drama, para contar la historia. El resultado está bien. El film es entretenido, incluye muchos hits musicales y se ve lindo. Podría considerarse que es una versión criolla en línea con las películas de robos de Hollywood al estilo de la saga Ocean´s Eleven, que basan parte de su éxito en un elenco repleto de estrellas.
En parte en El robo del siglo eso también sucede ya que los personajes principales son actuados por Guillermo Francella (El Uruguayo) y Diego Peretti (Fernando Araujo), que, con algún matiz, hacen de ellos mismos. Los roles fueron adaptados a los actores y no a la inversa, que es lo que suele suceder en la mayoría de las películas. Francella es el mismo personaje entre sinvergüenza y frustrado de siempre, un tanto más severo pero con los mismos tics a los que ha acostumbrado al público durante años. Es el “ladrón profesional” dentro de la banda. Peretti, a su vez, es el ideólogo, bohemio, despreocupado pero al final brillante que divaga y se va por las ramas cada vez que tiene la oportunidad de entablar un diálogo con alguien.
En parte la química entre ambos actores, casi a modo de dupla cómica y despareja, es lo que impulsa una película cuya trama conoce cualquier argentino que haya abierto un diario en algún momento de los últimos quince años. Al no poder contar con ningún efecto sorpresa, más allá de algún detalle que siempre es olvidado, Winograd recarga el peso de la película en ellos y un muy buen elenco en los papeles secundarios, dentro del que se destacan Pablo Rago como otros de los ladrones y Luis Luque como el mediador de la policía cuando transcurre el robo.
Dentro del tono amable de la película no hay villanos. Tanto los ladrones como especialmente el policía que interpreta Luque, que al final es especialmente resaltado como una suerte de héroe de la negociación en tomas de rehenes, son presentados como hombres amables, quizás pícaros pero no malvados. El más criminal de todos, Francella, cuando se ve en algún aprieto recurre a la seducción, a la mentira pero no a la violencia. Es un delincuente, a todas luces, “como los de antes”.
Lo que queda implícito en el film es que quien perdió plata en el robo fue el banco, lo cual, al parecer no está nada mal. No hay un representante jerárquico de la empresa, solo empleados rasos o gerentes de sucursal. El daño, entonces, no tiene un destinatario concreto, sino que es a una entidad o institución, al poder financiero que nos oprime cotidianamente, aunque ya esa calificación puede estar más en los pensamientos de los espectadores ocasionales que en lo que se trasluce de la película, que no parece tener ninguna intención de llegar a semejantes conclusiones. Porque si está bien que le roben a un banco, que por lo general opera en un marco de legalidad, hay algo que está mal en el mundo, en Argentina y en la forma en que funcionan las entidades financieras.
No solo el largometraje en sí sino el papel que ocupa Fernando Araujo dan cuenta de ello. El ideólogo del robo, luego de cumplir algunos años de condena en la cárcel, es el guionista de la película. La mayor parte del botín nunca apareció, y la película lo celebra, de la misma manera que pone la tarea de Araujo al nivel de la de un artista.
7 de enero de 2020
7 de enero de 2020
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Robo del Siglo presenta una historia bastante peculiar sobre uno de los robos más grandes de Argentina: El gran robo al Banco Río. La historia está muy bien planteada desde el principio y con el pasar de los minutos podemos entender con suma sencillez y eficacia lo que estamos viendo y por lo que los personajes principales van atravesando. La utilización de la comedia es uno de los puntos más fuertes del film, logrando divertir al 100% al espectador en todo momento. Quizás con lo que uno no termina de entrar en sintonía es con los momentos cuyo género protagónico es el dramático o de suspenso, donde no se llega a conectar de la misma manera que con la comedia. Pero aún así, toda la película en su totalidad está bien lograda.
El elenco es maravilloso, pero mas maravilloso es la dupla de Perotti y Francella, que no desentona en ningún momento, y aún más maravilloso la actuación de Francella, que se roba el show cada vez que aparece. Los demás personajes (ya secundarios) también tienen sus momentos para brillar, logrando que podamos no necesariamente entrar en sintonía con ellos sino pasarla bien con lo que van mostrando en pantalla.
La película tiene una calidad técnica muy limpia: planos bien logrados, buena utilización de la iluminación en todo momento y una banda sonora que funciona para cada escena en la que se hace presente.
El Robo del Siglo es una película que entretiene de principio a fin, con una historia interesante que te atrapa desde los primeros minutos y con la que te vas a divertir con las geniales actuaciones del reparto durante las casi dos horas que dura.
www.conpochoclos.com
El elenco es maravilloso, pero mas maravilloso es la dupla de Perotti y Francella, que no desentona en ningún momento, y aún más maravilloso la actuación de Francella, que se roba el show cada vez que aparece. Los demás personajes (ya secundarios) también tienen sus momentos para brillar, logrando que podamos no necesariamente entrar en sintonía con ellos sino pasarla bien con lo que van mostrando en pantalla.
La película tiene una calidad técnica muy limpia: planos bien logrados, buena utilización de la iluminación en todo momento y una banda sonora que funciona para cada escena en la que se hace presente.
El Robo del Siglo es una película que entretiene de principio a fin, con una historia interesante que te atrapa desde los primeros minutos y con la que te vas a divertir con las geniales actuaciones del reparto durante las casi dos horas que dura.
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