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Chantaje

Intriga. Thriller Un día, tras una discusión con Frank, su novio, Alice decide encontrarse con un conocido suyo, un joven pintor de gran talento, y le acompaña a su estudio. Una vez allí, él comienza a hacerle insinuaciones hasta que finalmente intenta violarla. Alice lucha por defenderse y acaba matándole con un cuchillo. A partir de ese momento, un desconocido empieza a hacerle chantaje. Mientras, Frank, que es detective de Scotland Yard y que no sabe ... [+]
Críticas 37
Críticas ordenadas por utilidad
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6
18 de noviembre de 2011
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
¨Blackmail¨ me ha dejado una buena impresión general, aunque comienza de una manera un tanto extraña. Los primeros 8 minutos son de película ¨muda¨, podemos ver a los personajes hablar pero solo por el movimiento de los labios. La velocidad del film siendo notablemente elevada, veremos a las personas caminando de una manera casi cómica. Más tarde el movimiento se normalizará. Por cierto, esos primeros 8 minutos parecerían no tener mucho que ver con la trama, son escenas de policías realizando su trabajo. Demasiado tiempo si la idea era sólo familiarizarnos con el ambiente policiaco. Aquí hay que aclarar que este film se considera el primero en el Reino Unido que ya era hablado, de ahí quizá la necesidad de improvisar algunos aspectos. La mayoría de las salas no disponían de el equipo adecuado para transmitir el sonido e incluso la voz de Anny Ondra -quien interpreta a Alice- tuvo que ser descartada por su marcado acento checo. Si la película hubiera sido ¨muda¨ ese detalle hubiera sido intrascendente.

Alice comete un error, aceptar la invitación de un hombre después de pelearse con Frank su pareja sentimental y que es detective. El hombre - de apellido Crewe y quien es pintor- la encuentra en un restaurant, sabe que ella tiene novio y que ha preferido acudir a su encuentro. Cuando un rato más tarde ella le acompaña a su departamento y feliz juega con los pinceles y un cuadro que están en una área de el departamento, él empieza a tocar el piano. Ella se toma cada vez más confianza que es interpretada por el hombre como una aceptación a algo más íntimo. Ella le rechaza y forcejean, tomando la joven un cuchillo que había en una mesa y matándole. Posteriormente huye olvidando en la escena un guante. Un hombre en la calle le ha visto entrar y sabe quien es ella así como donde vive y trabaja. Por si esto fuera poco, su novio es asignado como investigador a el caso y encuentra el guante reconociendo que era el de ella.

Aquí comenzará un conflicto entre Alice, que lucha con su conciencia. El desconocido, que quiere chantajearle pues le vió entrar junto a el hombre que fué asesinado. Y Frank el novio, que quiere protejerla de ese chantaje y a su vez evitar que se declare culpable y sea enviada a prisión.

Será fácil hallar en este film muchas características del género ¨thriller¨ con persecuciones rodadas en las calles de Londres y donde una de los momentos climáticos ocurrirá en el domo de el ¨British Museum¨.

Para los que -como yo- gustan además apreciar a las bellas actrices que Hitchcock seleccionaba, quiero decirles que Anny Ondra no es la excepción. Encantadora y con unos ojos preciosos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando Alice está en el departamento del Sr. Crewe, observa una pintura sobre una especie de tripié. El tema de la pintura siendo la imagen de un bufón riendo maliciosamente y apuntando con su dedo hacia enfrente. Después de matar al Sr. Crew, Alice está descontrolada y con el cuchillo rasga la imagen del bufón antes de huir. Al final de la película, Alice no es hallada culpable, otro carga esa culpa. Sin embargo ella esta presente en las oficinas del Scotland Yard, quería confesar. Su novio Frank, que trabaja ahí, lo ha impedido. Ella finalmente desiste y finge reír ante un policía que parece feliz de que ya todo haya sido aclarado. En esos momentos un detective va pasando cargando el cuadro de el bufón -que había sido incautado como evidencia- ella observa la pintura, el bufón apuntándole con el dedo, como señalandola. Un simbolismo gráfico -guiño al terror- bien logrado por Hitchcock.
7
21 de junio de 2007
17 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Sólo intentaba salvar mi honor" le dice Alice White a Frank, a imagen y semejanza del teatro del siglo de oro. Y es que los tiempos no cambian tanto como nos creemos.
A raíz del brutal y arrollador comienzo de la trama de esta película se van desarrollando tres chantajes, todos girando en torno al honor y la moralidad. "Blackmail", chantaje, es el auténtico título de esta ópera prima de Hitchcock, mucho más acorde con el desarrollo argumental que el título en español "La muchacha de Londres".
El genial director le da el papel protagonista y el peso del film novedosamente a una fémina, en este caso Anny Ondra, la cual no le decepcionó con una actuación muy expresiva.
En definitiva muy recomendable película, a la que por poner un pero, diría que el final es demasiado rápido, cosas del metraje supongo.
5
7 de agosto de 2008
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La muchacha de Londres es un puente entre el cine mudo y el cine hablado además de ser un buen comienzo del cine de Hitchcock.
Cuando me puse a ver esta película sabía que no sería una de las obras maestras de Hitchock pero seguro que es interesante ver los comienzos de aprendizaje de su cine ya que está claro que las grandes obras maestras que más tarde dirigiría no surgen de la nada.
Una película corta donde el comienzo está grabado al más puro estilo de cine mudo y sin ningún comentario nos presenta a unos personajes dedicados al mundo de la investigación policíaca, mundo que será la base del cine del gran director británico y del suspense.
La película se desarrollará más tarde de una manera hablada con un cine de suspense donde vemos que Hitchcock está aprendiendo, enfoca detalles que le servirán para dar una tensión a la película, al tema y a la acción y hablando de la acción esta será en ciertos momentos buena y en otros, por no decir en la mayoría, sin ningún interés, tiene tres o cuatro momentos bastante interesantes incluso llegan a ser bastante buenos y donde ya se verá a una mente prodigiosa para crear tensión con el cine de suspense y con asesinatos.
Unas buenas interpretaciones sobre toda la de Anny Ondra la cual ya participó en otra película de Hitchcock del mismo año, se puede observar que hablamos de otro cine de otras interpretaciones de otra época, y para ello hay que sentarse en otra época para poder juzgarlas.
No es buena pero tampoco es mala, unos buenos comienzos.
5
4 de junio de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la llegada del sonoro, el estilo del joven Hitchcock se hizo tal vez más estático, menos audaz en un principio, reajustando un poco su metodología de acuerdo con las nuevas circunstancias. Es interesante recordar lo que Hitchcock le confesó a Truffaut en su libro- entrevista al respecto: “Con el advenimiento del sonoro, el cine se estancó bruscamente en una forma teatral. La movilidad de la cámara no cambia nada (…) El resultado es la pérdida del estilo cinematográfico y la pérdida también de toda fantasía”.

Esto vendría a remarcar el carácter en cierto modo de ópera prima que tenía “Blackmail”, aquí traducida como “Chantaje”; supondría un nuevo punto de partida, una especie de reorientación el modo de hacer cine, tal vez no tan voluntaria como obligada, pero real al fin y al cabo. De ahí la tonalidad de un cierto lastre en lo teatral. Aunque hablamos del primer film sonoro, esta afirmación no es del todo exacta, pues los productores no querían gastar tanto dinero por lo inestable de la situación, es sólo parcialmente sonora, pues Hitchcock terminó saliéndose con la suya, rodando el film con la técnica del sonoro, pero sin sonido y sincronizando luego las escenas, precisamente por ello el film se resiente de esta condición a medio camino entre las dos modalidades, y esta circunstancia es perceptible tanto en la interpretación como en la planificación.

Prueba de ello es el prólogo insólito en el cineasta, carente de diálogos que describe, en un ejemplar ejercicio de síntesis narrativa, los métodos de Scotland Yard haciendo una detención por sorpresa. El argumento de “Blackmail” no es nada despreciable, Alice White (Anny Ondra) es una joven que enfadada con su novio que es inspector de policía, hace amistad con un pintor que la invita a visitar su estudio y sus cuadros, tras intentar violarla, ella se defiende con un cuchillo teniendo un desenlace involuntario. Alguien ha visto lo sucedido e intenta chantajear a la chica. El cineasta recurre a su estilo de suspense y angustia todavía sin perfeccionar, la sombra de la culpa, además de un socarrón humor británico muy típico de Hitchcock. Para la historia ha quedado la espléndida secuencia en el British Museum. El cameo del maestro lo detallo en Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sucede en un vagón de metro Hitchcock está sentado con sombrero y un niño pequeño del asiento contiguo intenta jugar con él quitándole su bombín, sintiéndose muy enfadado el hombre.
7
17 de agosto de 2019 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
120/11/25/07/19) Más que Interesante thriller británico realizado por el maestro del suspense Alfred Hitchcock, basada en la obra de teatro de Charles Bennett de 1928, la película trata sobre una mujer de Londres que es chantajeada después de matar a un hombre que la intenta violarla. Film citado como primer largometraje de sonido británico, comenzando su producción como película muda, pero para sacar provecho de la nueva popularidad de talkies, el productor de la película, John Maxwell, de British International Pictures, dio a Hitchcock el visto bueno para filmar una parte de la película en sonido. Hitchcock pensó que la idea era absurda y subrepticiamente filmó casi toda la característica en sonido (los primeros 6½ minutos de la versión de sonido son silenciosos, con acompañamiento musical, como lo son algunas escenas más cortas más adelante), junto con a una versión silenciosa para teatros aún no equipados para el sonido. En esta versión con sonido, los primeros 20 minutos son desconcertantemente silenciosos, con tramos sueltos hablados, lapsos en escenas silenciosas más tarde parecen extraños y ligeramente discordantes también. Sam Livesey interpreta a The Inspector en la versión silenciosa, pero Harvey Braban lo reemplaza en el talkie. La versión silenciosa de Blackmail en realidad funcionó durante más tiempo en los cines y resultó más popular, porque la mayoría de los cines en Gran Bretaña aún no estaban equipados para el sonido. A pesar de la popularidad de la versión silenciosa, la historia recuerda mejor la versión de talkie histórica de Blackmail. Es la versión ahora disponible en general, aunque algunos críticos consideran que la versión silenciosa es superior. Alfred Hitchcock filmó la versión silenciosa con Sam Livesey como el inspector jefe y la versión de sonido con Harvey Braban en el mismo papel. Hitchcock utilizó en esta cinta varios elementos que se convertirían en "marcas registradas" Hitch, como la bella rubia en peligro, la misoginia, la angustia psicológica cuasi-freudiana, el peso de la culpa, el falso culpable, y un lugar famoso como marco del clímax en el final (luego hemos visto la Liberty Statue, Rushmore Mountain,…), dirigió Blackmail en 1929, con solo 29 años, pero ya era el cineasta más famoso del Reino Unido. Más exactamente, dirigió dos películas, a la vez que realizó una versión sonora que se convirtió en el primer talkie del país, lanzando inadvertidamente el silencio a las sombras. Película que además el orondo director de la papada pronunciada riega con su singular estilo de mezclar drama, intriga y comedia, insertando elementos eróticos del gran fetichista que era, así como insertando recursos escabrosos de un intento de violación y un asesinato. La película fue un éxito crítico y comercial. Votado como la mejor película británica de 1929 en una encuesta del Reino Unido el año en que se estrenó, en 2017 una encuesta de 150 actores, directores, escritores, productores y críticos de la revista Time Out clasificó a Chantaje como la 59ª mejor película británica jamás.

El film comienza de modo desconcertante, en una operación en Londres para atrapar a un sospechoso que está tumbado en la cama de su piso. Lo apresan y llevan a la comisaria, donde en una rueda de reconocimiento rudimentaria (la testigo pasa cara a cara con los sospechosos habituales, con el temor que esto supone a ser cohibida por el que señales) es señalado. Para después darnos cuenta de que esto era un señuelo sin conexión alguna a la trama. Pues después pasamos a que el centro es una relación entre un detective policial y una joven inquieta rubia.

Es una trama débil, con un manejo estrambótico del sonido de los diálogos, pero que Hitchcock sabe desarrollar con ingenio, sacando partido de una historia sencilla que no daba para mucho, ello insertando comedia ágil, como el modo en que la joven se deshace de su novio en el bar, está la escena en el apartamento del pintor (mención aparte merece la licencia dramática de la rapidez con que una joven sola y de noche acepta visitar el piso de un desconocido), con esa tensión sexual entre los dos, él modo pícaro que tiene de filmar Hitch a la rubia en plan voyeur, como es la mirada del artista, mientras esta se cambia de ropa. Resulta muy bien llevado el modo en que el chantajista reptiliano entra en las vidas de la joven y del detective, como este cree dominar la escena y se cree el Rey del Pollo Frito (aunque nunca se sabe cuál es realmente su objetivo, lo lógico es pedir lo que se quiere y no querer ser uno más en la familia).

Está la vertiente del manejo de lo visual de Hitchcock, con recursos estéticos brillantes, como el modo de representar un asesinato fuera de plano, ello a través de una cortina, y la muerte la vemos al caer una mano inerte por la mencionada tela; Está el running-gag del cuadro de payaso riéndose del que lo mira; Está el modo inteligente en que se nos representa el poder de la culpa de la protagonista, el modo catatónico en que sale del edificio, como baja una escalera de caracol (recordando a la posterior “Vértigo”) su pasear por Piccadilly Circus donde los letreros de neón le recuerdan al cuchillo letal y al muerto, ello en planos subjetivos vibrantes, ese desayuno familiar donde no quiere tocar el cuchillo de la mantequilla; Especialmente ingenioso es el recurso del sonido, Hitchcock le da un sentido onomatopéyico en una espléndida escena, cuando Alice está en la tienda familiar con una clienta pesada que no para de hablar y ella desconecta, vemos en primer plano la protagonista ida, a la clienta la oímos fuera de plano de modo difuso, pero de pronto una palabra se hace audible ‘cuchillo’ y Alice se sobresalta, ejemplo de cómo utilizar con sentido dramático-emocional los elementos disponibles, aunque sean tan experimentales como este.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La actriz polaca Anna Ondry está radiante en su rol de rubita femme fatale, derrocha picardía, ternura, temor, hondura psicológica. La actriz se crió en Praga y tenía un acento checo pronunciado que se sentía inadecuado para la película. Sonido estaba en su infancia en el momento y no fue posible publicar-doblaje de voz de Ondra. En lugar de reemplazarla y volver a filmar sus escenas, contrataron a la actriz Joan Barry para que hablara el diálogo fuera de cámara mientras Ondra sincronizaba sus líneas.; John Longden como el detective Frank Webber resulta una actuación comedida, mesurada, jugando mucho con el e poder expresivo de la mirada. Aunque su comportamiento me resulta un tanto de pagafantas-top, pues pone en riesgo su carrera y más, intentando salvar a Alice, cuando esta ha demostrado ser un pendón que se va con el primero que pilla; Donald Calthrop como el chantajista, ayuda su apariencia ratonil de carroñero a dar un rol vivaraz y divertido en su perfidia; Cyril Ritchard como el pintor playboy da bien con el papel, sintiéndose tentado por la chica que le da pie, y que al final no puede aguantar y decide pasar al línea.

La trama puede resultar analizándola un poco, con un mensaje conservador, de que no busques nuevas experiencias, mantente con lo que tienes, pues si buscas experiencias nuevas serás una promiscua con una flecha que te señale como facilona, y por tanto proclive a ser vejada sexualmente.

La película se filmó en el estudio de sonido de British Studios y Dominions Imperial Studios en Borehamwood, siendo reseñable la labor de la cinematografía de Jack E. Cox (“Asesinato” o “Alarma en el expreso”), jugando con las alegorías visuales comentadas, con los planos en primer apersona, con los fuera de plano, viniéndose arriba en la escena climática en el Museo Británico, o con esos planos incisivos del cuadro del bufón sonriente.

Spoiler:

El clímax de la persecución al falso culpable resulta espectacular, sobre todo teniendo en cuenta el contexto de ser filmada la secuencia hace 90 años, con un manejo de la cámara excelente, siendo protagonista el Museo Británico [en el final de la persecución], que termina con una subida a la cúpula que recuerda a las posteriores escenarios épicos hitchcockianos en la Estatua de la Libertad (Saboteur) y el Monte Rushmore (North by Northwest). El director Michael Powell afirma haber sugerido el uso de The British Museum como el lugar para la búsqueda final, por lo que comenzó el uso de Hitchcock de monumentos famosos en sus películas de persecución. Para esta secuencia, Hitchcock utilizó un proceso desarrollado por el director de fotografía alemán Eugen Schüfftan. Implicaba tomar fotos fijas del interior del museo y luego reflejarlas en un espejo con partes del plateado del espejo raspado para permitir que las personas, por ejemplo, que entren a través de una puerta, sean filmadas a través del espejo para que parezcan estar en el Museo.

El final abierto resulta ingenioso por el mod de manejar los tiempos y los simbolismos, me refiero a lo que acontece en la comisaria cuando LAice pretende entregarse, pero gracias a la suerte puede intervenir su “amigo” detective”, y al final este termina con una sonrisa fingida frente a un policía para defender a Alice, entonces pasa el cuadro del bufón sonriente llevado por un policía, final con mucho cinismo.

El clásico cameo de Alfred Hitchcock, suceso característico en muchas de sus películas, muestra que un niño pequeño le molesta cuando lee un libro en un vagón del metro de Londres. Este es probablemente el más largo de los cameos de Hitchcock y aparece unos 10 minutos después del comienzo. A medida el director se hizo más conocido por el público, especialmente cuando apareció como presentador de su propia serie de televisión, acortó dramáticamente sus apariciones en pantalla.

Buena muestra de thriller inteligente que sabe dar reflexión sobre el poder de la culpa y como afrontarla. Fuerza y honor!!!
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