El autoestopista
6.4
1,716
Thriller. Cine negro
Roy Collins y Gilbert Bowen, ambos de mediana edad, dejan atrás la gran ciudad para dirigirse por carretera hacia México. A varios kilómetros de la frontera que separa México de los Estados Unidos, el conductor Roy acepta la proposición de su compañero Gilbert para que lleven en el asiento de detrás del automóvil a un autoestopista llamado Emmett Myers. Todo pasa a un estado de tensión creciente cuando Roy y Gilbert, después de ser ... [+]
19 de mayo de 2009
19 de mayo de 2009
46 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un delineante y un mecánico, ambos casados, amigos y residentes en California (Edmond O'Brien y Frank Lovejoy), que han bajado a Méjico a pasar el fin de semana divirtiéndose, recogen a un autoestopista que resulta ser Emmett Myers (William Talman), un ex convicto buscado por estar sembrando de cadáveres los caminos y conocido en la prensa como “el autoestopista asesino”, el cual los secuestra a punta de pistola y les obliga a que le lleven a Santa Rosalía, para lo cual tienen que atravesar muchas millas de desierto y carreteras secundarias para eludir a la ley que les sigue los pasos.
A partir de aquí y a lo largo de sus 71 minutos, nos encontramos con una modestísima (en cuanto a producción) absorbente y magnifica joyita, en la que una historia tan sencilla consigue atraparte y hacerte disfrutar a través de unos magníficos enfoques y encuadres de planos en la mejor tradición del cine negro (no en vano su directora, Ida Lupino ya era a estas alturas una reputada y excelente actriz que había trabajado a las ordenes de los mejores artesanos de la época), y una atmosfera enrarecida y larvada de una latente violencia y crispación que se va estableciendo entre el sádico asesino y sus dos rehenes, contado en clave de road movie y en la que destacan Edmond O'Brien (el policía infiltrado en la extraordinaria “White Head” 1949) como uno de los rehenes y William Talman como el tortuoso malhechor.
Considerada a día de hoy una verdadera obra de culto (se dice que sirvió de inspiración a Eric Red para su “Carretera al Infierno 1986”), nos encontramos ante la primera película de cine negro dirigida por una mujer, calificación que podría valer perfectamente para su directora, también prolífica actriz, productora y todo lo que se terciara durante la friolera de 40 años, que gustaba llamarse a sí misma, en clara alusión por su excelente carrera en serie B, “la Bette Davis y Don Siegel de los pobres”, poseedora de dos estrellas en “El paseo de la fama” de Hollywood y para el autor de estas líneas , la magnífica Marie Garson en una de las mejores películas (a mi juicio) de la historia del cine: High Sierra 1941, de Raoul Walsh.
Absolutamente recomendable.
A partir de aquí y a lo largo de sus 71 minutos, nos encontramos con una modestísima (en cuanto a producción) absorbente y magnifica joyita, en la que una historia tan sencilla consigue atraparte y hacerte disfrutar a través de unos magníficos enfoques y encuadres de planos en la mejor tradición del cine negro (no en vano su directora, Ida Lupino ya era a estas alturas una reputada y excelente actriz que había trabajado a las ordenes de los mejores artesanos de la época), y una atmosfera enrarecida y larvada de una latente violencia y crispación que se va estableciendo entre el sádico asesino y sus dos rehenes, contado en clave de road movie y en la que destacan Edmond O'Brien (el policía infiltrado en la extraordinaria “White Head” 1949) como uno de los rehenes y William Talman como el tortuoso malhechor.
Considerada a día de hoy una verdadera obra de culto (se dice que sirvió de inspiración a Eric Red para su “Carretera al Infierno 1986”), nos encontramos ante la primera película de cine negro dirigida por una mujer, calificación que podría valer perfectamente para su directora, también prolífica actriz, productora y todo lo que se terciara durante la friolera de 40 años, que gustaba llamarse a sí misma, en clara alusión por su excelente carrera en serie B, “la Bette Davis y Don Siegel de los pobres”, poseedora de dos estrellas en “El paseo de la fama” de Hollywood y para el autor de estas líneas , la magnífica Marie Garson en una de las mejores películas (a mi juicio) de la historia del cine: High Sierra 1941, de Raoul Walsh.
Absolutamente recomendable.
30 de noviembre de 2012
30 de noviembre de 2012
24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran película, sin duda una de las mejores películas que dirigió Ida Lupino, y ya un clásico de entre los títulos de la serie B clásica de Hollywood que no sólo se han revalorizado con el tiempo sino que, incluso, se han convertido, como "Detour" (1945), de Edgar G. Ulmer, en obras de culto. "The Hitch-Hiker" resulta especialmente curiosa porque, al contrario que las películas que Lupino había realizado hasta ese momento, que se centraban en mujeres y eran sobre todo historias de mujeres, ésta es una película de hombres, en la que las mujeres apenas aparecen.
Lupino aborda este asunto fundamentalmente masculino desde un punto de vista seco, directo, y muy moderno; y puede verse una cierta mala leche, un regodeo crítico hacia cierto tipo de hombre, y de masculinidad, en la historia: ¿cómo es posible que dos hombretones hechos y derechos como Frank Lovejoy y Edmond O´Brien sean secuestrados y atemorizados durante días y días por un tipo como William Talman? Pues es posible, y si bien vemos que el autoestopista psicópata mata tanto a hombres como a mujeres, en su sangriento periplo por los Estados Unidos, la fuerza de esta historia está en que el psicópata aterrorice y domine a dos hombres, no a dos mujeres.
Se ha dicho, y con razón, que esta película anticipa futuros largometrajes con autoestopistas asesinos, y futuros largometrajes con "psicho-killers", por lo que su valor seminal, en el cine estadounidense, es enorme. Pero también es cierto que este film no es una rareza absoluta, y participa de una corriente importante del "thriller" USA de los años 50, aquella en la que ciudadanos normales y corrientes son aterrorizados repentinamente; "De repente" (Suddenly, 1954), de Lewis Allen, sería un ejemplo, aunque hay muchos más.
Diálogos en inglés a veces entremezclados con diálogos en español;buenas interpretaciones, buenos actores (con el impresionante William Talman como asesino psicópata) y unos exteriores desérticos que acentúan el drama, redondean un film que por desgracia ha sido muy poco visto, hasta ahora, en España.
Por cierto, la historia de este film se basa, al parecer, en un caso real, ocurrido en 1950.
Lupino aborda este asunto fundamentalmente masculino desde un punto de vista seco, directo, y muy moderno; y puede verse una cierta mala leche, un regodeo crítico hacia cierto tipo de hombre, y de masculinidad, en la historia: ¿cómo es posible que dos hombretones hechos y derechos como Frank Lovejoy y Edmond O´Brien sean secuestrados y atemorizados durante días y días por un tipo como William Talman? Pues es posible, y si bien vemos que el autoestopista psicópata mata tanto a hombres como a mujeres, en su sangriento periplo por los Estados Unidos, la fuerza de esta historia está en que el psicópata aterrorice y domine a dos hombres, no a dos mujeres.
Se ha dicho, y con razón, que esta película anticipa futuros largometrajes con autoestopistas asesinos, y futuros largometrajes con "psicho-killers", por lo que su valor seminal, en el cine estadounidense, es enorme. Pero también es cierto que este film no es una rareza absoluta, y participa de una corriente importante del "thriller" USA de los años 50, aquella en la que ciudadanos normales y corrientes son aterrorizados repentinamente; "De repente" (Suddenly, 1954), de Lewis Allen, sería un ejemplo, aunque hay muchos más.
Diálogos en inglés a veces entremezclados con diálogos en español;buenas interpretaciones, buenos actores (con el impresionante William Talman como asesino psicópata) y unos exteriores desérticos que acentúan el drama, redondean un film que por desgracia ha sido muy poco visto, hasta ahora, en España.
Por cierto, la historia de este film se basa, al parecer, en un caso real, ocurrido en 1950.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película, además, posee la virtud de ser muy concreta y detallista en el recorrido que hacen en coche los protagonistas, un recorrido que puede seguirse en un mapa. Por la matrícula del coche sabemos que son de El Centro, una pequeña localidad de la California estadounidense muy cercana a la frontera mexicana; cruzan la frontera nada más empezar la acción, pasan por la ciudad mexicana de Mexicali, y, aunque pensaban ir a pescar a San Felipe, terminarán en Santa Rosalía, en la costa del Golfo de California, realizando un largo viaje a lo largo del norte de Baja California.
24 de julio de 2019
24 de julio de 2019
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que hay que aprovechar cualquier situación para engrandecer la figura de Ida Lupino, una directora que aúna 3 características especiales. Era una mujer que dirigía películas en una época en que no había mujeres directoras, era una actriz que dirigía películas en una época donde los actores nunca o casi nunca saltaban a la dirección y por último sus películas son de una modernidad que extrañan en el contexto de su época.
Dicho esto, y ya ciñéndonos a "El autoestopista", nos encontramos ante un film interesante, entretenido, efectivo, ausente de matices en el que un autoestopista asesino retiene a sus acompañantes durante su viaje.
Correcto, se sigue con interés, solo hecho en falta una mayor reacción de las víctimas, ya que su mansedumbre quita algo de tensión al desarrollo de la trama. Pero en cualquier caso buen film hecho con oficio
Dicho esto, y ya ciñéndonos a "El autoestopista", nos encontramos ante un film interesante, entretenido, efectivo, ausente de matices en el que un autoestopista asesino retiene a sus acompañantes durante su viaje.
Correcto, se sigue con interés, solo hecho en falta una mayor reacción de las víctimas, ya que su mansedumbre quita algo de tensión al desarrollo de la trama. Pero en cualquier caso buen film hecho con oficio
13 de septiembre de 2016
13 de septiembre de 2016
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ida Lupina es una grandísima directora que, por desgracia, no ha obtenido el reconocimiento que debería (es lo que tiene trabajar en un sector tan machista como es Holliwood y encima en una época que es la que es). creo que esta es una de sus películas más logradas y más desquiciantes: un psico-thriller en formato road movie muy bien trabajado y con un mensaje muy potente. Me sorprende que dos hombretones, dos machos alfas sean sometidos por un asesino bastante más pequeño y poca cosa que ellos (quizá una crítica sutil a la sociedad: no solo los grandes son peligrosos). Por cierto, trabajazo del elenco, sobre todo William Talman que personifica al perturbado secuestrador maravillosamente y le dota de una frialdad y un tenebrismo que pone los pelos de punta.
Los paisajes son sobrecogedores. Muy recomendable.
Los paisajes son sobrecogedores. Muy recomendable.
26 de enero de 2020
26 de enero de 2020
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier momento es bueno para elogiar el trabajo de Ida Lupino, si en un mundo como el de hoy siendo mujer partes desde una posición más delicada a la hora de desarrollar cualquier trabajo, hacerlo en los años 50 indudablemente tenía mas mérito. ¿Es mejor la película por estar realizada por una mujer?; yo no digo eso, yo lo que afirmo es que por su singularidad, siempre que puedo, si se me presenta la oportunidad, veo una de sus películas con mayor entusiasmo. Luego podremos ser objetivos o subjetivos, pero creo que es más sano ver "El autoestopista" sabiendo que estaba ella detrás de las cámaras.
Así pues la acción se comprime en setenta minutos, de los cuales durante la mayoría los ojos saltones del psicópata que anda sembrando de cadáveres las carreteras nos observan, a nosotros y a los dos pobres pipiolos que tienen la mala suerte de recogerlo. Pistola en mano el autoestopista es el más macho, aunque lo que sí interesa de verdad como cinéfilos es la particularidad de ser uno de los primeros asesinos con un claro trastorno en la historia del cine que se dedica a hacer dedo. Cualquier otro asesino en serie que haga autostop en la gran pantalla nace de este primer loco.
Los mayores elogios se los lleva el uso de la cámara, sabiendo que estamos hablando de una cinta claramente de serie B. No sé quién dijo que con menos dinero comprabas más libertad, y es cierto. Por otra parte y ya para acabar, queda siempre el lastre de pensar que dos machos alfa, o beta, son siempre dos contra uno, y que tratándose de una road movie que abarca varias noches, podrían haber resuelto el problema sin esperar un final más conservador. Aunque también pienso que eso es propio de pensamiento de primate y que Lupino quería destacar el horror y el terror de una eventual casualidad que se planta ante ti sin razón alguna.
Así pues la acción se comprime en setenta minutos, de los cuales durante la mayoría los ojos saltones del psicópata que anda sembrando de cadáveres las carreteras nos observan, a nosotros y a los dos pobres pipiolos que tienen la mala suerte de recogerlo. Pistola en mano el autoestopista es el más macho, aunque lo que sí interesa de verdad como cinéfilos es la particularidad de ser uno de los primeros asesinos con un claro trastorno en la historia del cine que se dedica a hacer dedo. Cualquier otro asesino en serie que haga autostop en la gran pantalla nace de este primer loco.
Los mayores elogios se los lleva el uso de la cámara, sabiendo que estamos hablando de una cinta claramente de serie B. No sé quién dijo que con menos dinero comprabas más libertad, y es cierto. Por otra parte y ya para acabar, queda siempre el lastre de pensar que dos machos alfa, o beta, son siempre dos contra uno, y que tratándose de una road movie que abarca varias noches, podrían haber resuelto el problema sin esperar un final más conservador. Aunque también pienso que eso es propio de pensamiento de primate y que Lupino quería destacar el horror y el terror de una eventual casualidad que se planta ante ti sin razón alguna.
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