Río sin retorno
1954 

6.7
3,456
Aventuras. Western
Matt Calder (Robert Mitchum) llega a un campamento minero para hacerse cargo de su hijo de nueve años, Mark, y agradecer a Kay (Marilyn Monroe), la cantante del saloon, que le haya cuidado. Padre e hijo se dirigen a la granja que ha comprado junto a un caudaloso río pero su tranquilidad es interrumpida por la llegada de Kay, acompañada de Weston, un jugador profesional que huye con los caballos dejándoles indefensos ante el ataque de ... [+]
6 de octubre de 2009
6 de octubre de 2009
71 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Río sin retorno” es una de esas películas que tenían casi todo en contra, realizada totalmente por encargo, no se encontraba un director que la quisiera rodar, al final cayó Preminger, que probablemente era el menos adecuado para ello. Tanto Mitchum como Monroe, ni querían hacerla tampoco, ni les gustaba el guión y mucho menos se gustaban entre ellos.
Y uno pasado los años la vuelve a ver y sinceramente no me disgusta en absoluto. Creo que la versión íntegra tiene muchos elementos cuando menos atrayentes. Es una de las películas más carnales de Marilyn Monroe, tienes escenas inusuales, como la del masaje, cuando la quiere forzar Mitchum, un vestuario interesante y un diseño de personajes limpios y realista.
Es verdad que el guión no es espectacular, pero consigue llevarte a lo largo de la peripecia sin esfuerzo, con altas dosis de humanismo y aventura, y tiene un scope maravilloso que nos acerca a esa región del Canadá, que es Alberta, y que a mi juicio es la más bella de toda Norteamérica desde el punto de vista de la naturaleza.
“Río sin retorno” es una rareza en muchos sentidos, y ya por ello merece un lugar en la videoteca, aunque no sea destacado, pero en serio, es una película sugerente que merece mejor trato por muchos enfermos del cine profundo de Preminger que siempre han intentado renegar de esta obra más lineal y previsible, pero con un marchamo y sobriedad de verdadero cine clásico que siempre se agradece.
Coincido plenamente con la nota de la web 6,8
Y uno pasado los años la vuelve a ver y sinceramente no me disgusta en absoluto. Creo que la versión íntegra tiene muchos elementos cuando menos atrayentes. Es una de las películas más carnales de Marilyn Monroe, tienes escenas inusuales, como la del masaje, cuando la quiere forzar Mitchum, un vestuario interesante y un diseño de personajes limpios y realista.
Es verdad que el guión no es espectacular, pero consigue llevarte a lo largo de la peripecia sin esfuerzo, con altas dosis de humanismo y aventura, y tiene un scope maravilloso que nos acerca a esa región del Canadá, que es Alberta, y que a mi juicio es la más bella de toda Norteamérica desde el punto de vista de la naturaleza.
“Río sin retorno” es una rareza en muchos sentidos, y ya por ello merece un lugar en la videoteca, aunque no sea destacado, pero en serio, es una película sugerente que merece mejor trato por muchos enfermos del cine profundo de Preminger que siempre han intentado renegar de esta obra más lineal y previsible, pero con un marchamo y sobriedad de verdadero cine clásico que siempre se agradece.
Coincido plenamente con la nota de la web 6,8
27 de diciembre de 2007
27 de diciembre de 2007
53 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco mis cortas luces. Después de ver Río sin retorno y con una buena colección de obras de Preminger en mis “espaldas” cinéfilas, estaba a punto de incluirlo en mi Partenón particular de dioses cinematográficos, cuando leo la crítica de un compañero de aficiones calificándolo de director irregular y, claro, no he podido por menos que frotarme los ojos recién despiertos y darle un repaso a la filmografía que se recoge aquí en Filmaffinity y, ¿Que quieren que les diga?, evidentemente no todo el monte es orégano y la excepción confirma la regla, pero ó yo soy un pardillo de esto ó lo que caracteriza a Otto Preminger es precisamente todo lo contrario, su gran regularidad.
No estoy afirmando que todas sus películas sean obras maestras. No. No vayan a confundirse. Probablemente Laura sea la que más puntos tenga para el preciado laurel de la maestría, pero el resto de sus obras se “mueven” entre el notable y el notable alto. ¿Dónde está la irregularidad?
Ciñéndonos a Río sin retorno, tal vez daba para más y pudo sacarle mayor partido. Pero, a servidor, le gusta más ver el vaso medio lleno antes que medio vacío. Por ello reconozco mi satisfacción por lo que Preminger me cuenta y cómo me lo cuenta y no me frustro con lo que hipotéticamente pudo ser. Me convenció Mitchum en uno de esos papeles que le van como anillo al dedo. Me gustaron los escenarios naturales. Me resultaron creíbles el poblado minero y su fiebre del oro. Bien los indios, aunque un tanto típicos ó tópicos. Las canciones y la banda sonora, algo para recordar y por último, que no lo último, Marilyn que además de encanto y encantos ofrece una muy buena interpretación.
Y si alguien le pone peros, pues muy bien. No discutiremos. Solo le diría aquella frase, evidentemente cursi, “No llores, porque las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”.
Por cierto, Otto Preminger sigue nominado para mi Olimpo particular de directores más que notables.
No estoy afirmando que todas sus películas sean obras maestras. No. No vayan a confundirse. Probablemente Laura sea la que más puntos tenga para el preciado laurel de la maestría, pero el resto de sus obras se “mueven” entre el notable y el notable alto. ¿Dónde está la irregularidad?
Ciñéndonos a Río sin retorno, tal vez daba para más y pudo sacarle mayor partido. Pero, a servidor, le gusta más ver el vaso medio lleno antes que medio vacío. Por ello reconozco mi satisfacción por lo que Preminger me cuenta y cómo me lo cuenta y no me frustro con lo que hipotéticamente pudo ser. Me convenció Mitchum en uno de esos papeles que le van como anillo al dedo. Me gustaron los escenarios naturales. Me resultaron creíbles el poblado minero y su fiebre del oro. Bien los indios, aunque un tanto típicos ó tópicos. Las canciones y la banda sonora, algo para recordar y por último, que no lo último, Marilyn que además de encanto y encantos ofrece una muy buena interpretación.
Y si alguien le pone peros, pues muy bien. No discutiremos. Solo le diría aquella frase, evidentemente cursi, “No llores, porque las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”.
Por cierto, Otto Preminger sigue nominado para mi Olimpo particular de directores más que notables.
4 de noviembre de 2008
4 de noviembre de 2008
38 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Único western del realizador Otto Preminger. El guión de Frank Fenton (“Escrito bajo el sol”, Ford, 1957) desarrolla un argumento original de Louis Lantz. Se rueda en los parques nacionales Banff y Jasper (Alberta, Canadá) y en los platós de Fox Studios (escenas con proyecciones posteriores). Producida por Stanley Rubin para la Fox, se estrena el 30-IV-1954 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en la población imaginaria de Council City, el río llamado por los indios Río-sin-retorno, sus márgenes, su cauce y un campamento de buscadores de oro. La acción se desarrolla (1898-99) en tiempos de la fiebre del oro. Tras varios años de presidio por matar por la espalda a un pistolero que iba a dar muerte a un amigo, Matt Calder (Mitchum) acude a un campamento de buscadores de oro para hacerse cargo de su hijo Mark, que quedó solo al morir su madre poco tiempo antes. Se establecen en una zona deshabitada, en territorio indio, agrícolamente rica, próxima al cauce del río. Ambos salvan a Kay (Monroe) y Harry Weston (Calhoum), pareja de novios, cuando habían perdido el control de la balsa con la que viajaban río abajo. Kay es cantante y bailarina de saloon, es tierna, maternal, sincera, peleona, vitalista e independiente y tiene un corazón de oro. Matt es sencillo, natural, poco hablador, oculta en su interior heridas de un pasado oscuro y triste y siente una gran ilusión por enseñar a su hijo Mark a luchar para salir adelante en la vida. Mark, de 9 años, es espabilado y muestra gran interés en aprender. Harry, tahúr irredento, es codicioso, egoísta, desconsiderado y oportunista.
El film suma drama, aventuras, acción y western. Es el único western de Marilyn Monroe y el único de Preminger. Es también la única colaboración para la gran pantalla de Monroe y Preminger. Destaca por la mágica visualidad que le imprime Preminger con la ayuda de los paisajes naturales de los parques nacionales de Alberta (Canadá). Destaca, además, por la excelente interpretación dramática que entrega una Marilyn alejada de los estereotipos de la niña boba y bien impuesta en el rol de mujer autónoma, decidida, independiente e indómita. La buena química que tiene con Mitchum y el trato maternal que dispensa al pequeño Mark, confieren a su actuación naturalidad y frescura. Marilyn luce una gracia y un magnetismo que le permiten desarrollar en escena una interpretación llena de sensualidad, erotismo y sexualidad.
La obra ofrece momentos intensos y variados de suspense, en los que intervienen indios en pie de guerra, animales salvajes, la angostura del cauce, la velocidad de las aguas, enfrentamientos con cazadores furtivos, etc. Preminger hace uso de las sutilezas que tanto le complacen y que resultan patentes en el simbolismo del árbol que Matt corta al principio (olvido del pasado), el abandono de los zapatos de color rosa de Kay (decisión de emprender una nueva vida), los paralelismos entre la fuerza tumultuosa de las aguas y el drama humano, etc.
La acción dramática tiene lugar en la población imaginaria de Council City, el río llamado por los indios Río-sin-retorno, sus márgenes, su cauce y un campamento de buscadores de oro. La acción se desarrolla (1898-99) en tiempos de la fiebre del oro. Tras varios años de presidio por matar por la espalda a un pistolero que iba a dar muerte a un amigo, Matt Calder (Mitchum) acude a un campamento de buscadores de oro para hacerse cargo de su hijo Mark, que quedó solo al morir su madre poco tiempo antes. Se establecen en una zona deshabitada, en territorio indio, agrícolamente rica, próxima al cauce del río. Ambos salvan a Kay (Monroe) y Harry Weston (Calhoum), pareja de novios, cuando habían perdido el control de la balsa con la que viajaban río abajo. Kay es cantante y bailarina de saloon, es tierna, maternal, sincera, peleona, vitalista e independiente y tiene un corazón de oro. Matt es sencillo, natural, poco hablador, oculta en su interior heridas de un pasado oscuro y triste y siente una gran ilusión por enseñar a su hijo Mark a luchar para salir adelante en la vida. Mark, de 9 años, es espabilado y muestra gran interés en aprender. Harry, tahúr irredento, es codicioso, egoísta, desconsiderado y oportunista.
El film suma drama, aventuras, acción y western. Es el único western de Marilyn Monroe y el único de Preminger. Es también la única colaboración para la gran pantalla de Monroe y Preminger. Destaca por la mágica visualidad que le imprime Preminger con la ayuda de los paisajes naturales de los parques nacionales de Alberta (Canadá). Destaca, además, por la excelente interpretación dramática que entrega una Marilyn alejada de los estereotipos de la niña boba y bien impuesta en el rol de mujer autónoma, decidida, independiente e indómita. La buena química que tiene con Mitchum y el trato maternal que dispensa al pequeño Mark, confieren a su actuación naturalidad y frescura. Marilyn luce una gracia y un magnetismo que le permiten desarrollar en escena una interpretación llena de sensualidad, erotismo y sexualidad.
La obra ofrece momentos intensos y variados de suspense, en los que intervienen indios en pie de guerra, animales salvajes, la angostura del cauce, la velocidad de las aguas, enfrentamientos con cazadores furtivos, etc. Preminger hace uso de las sutilezas que tanto le complacen y que resultan patentes en el simbolismo del árbol que Matt corta al principio (olvido del pasado), el abandono de los zapatos de color rosa de Kay (decisión de emprender una nueva vida), los paralelismos entre la fuerza tumultuosa de las aguas y el drama humano, etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los principales temas que aborda la película son la venganza a toda costa, las relaciones padre/hijo, las funciones de enseñanza/aprendizaje, las disfunciones del imperio de la codicia y el libertinaje, los efectos perversos de la afición compulsiva al juego, el valor de la naturaleza, la tierra y la vida natural, los errores y limitaciones de la justicia humana, etc. El humor se hace presente a través de las frecuentes divergencias entre Kay y Matt, la filosofía pedestre y obvia de Matt (“Es mejor un pescado pequeño que un plato vacío”), la larga secuencia de preguntas del niño y sus ocurrencias, etc. Algunas escenas fueron retocadas por Jean Negulesco, por iniciativa del Studio, para incrementar la sensualidad del film. Son escenas destacadas la del forcejeo previo al beso, la del beso y la posterior del contacto sexual forzado (fuera de pantalla), la del masaje en la espalda de Kay cubierta con una manta, la del canto de Kay en el saloon de Council City, la final, etc.
La música, de Cyril J. Mockridge (cortes instrumentales) y de Lionel Newman (canciones), aporta una partitura vibrante, dinámica y alegre, de tonos country, con emotivos solos de guitarra, acordeón y piano. Se oyen las bonitas canciones compuestas para el film “One Silver Dollar”, “River of No Return”, “Down In the Meadow”, “I’m Gonna File My Claim”, etc. La fotografía, de Joseph LaShelle (“El apartamento”, Wilder, 1960), pone en relación el paisaje natural y el desarrollo de la acción. Sitúa a Marilyn en el centro óptico de las imágenes y en el centro cromático de las mismas. Combina con habilidad dos colores fríos predominantes, el azul y el verde. Verdes son los paisajes y las aguas del río. Azules son el cielo y los tejanos ajustados de Kay. Las escenas de estudio montadas con proyecciones posteriores, vistas con los ojos actuales resultan artificiosas y anticuadas.
La música, de Cyril J. Mockridge (cortes instrumentales) y de Lionel Newman (canciones), aporta una partitura vibrante, dinámica y alegre, de tonos country, con emotivos solos de guitarra, acordeón y piano. Se oyen las bonitas canciones compuestas para el film “One Silver Dollar”, “River of No Return”, “Down In the Meadow”, “I’m Gonna File My Claim”, etc. La fotografía, de Joseph LaShelle (“El apartamento”, Wilder, 1960), pone en relación el paisaje natural y el desarrollo de la acción. Sitúa a Marilyn en el centro óptico de las imágenes y en el centro cromático de las mismas. Combina con habilidad dos colores fríos predominantes, el azul y el verde. Verdes son los paisajes y las aguas del río. Azules son el cielo y los tejanos ajustados de Kay. Las escenas de estudio montadas con proyecciones posteriores, vistas con los ojos actuales resultan artificiosas y anticuadas.
14 de junio de 2011
14 de junio de 2011
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres años habían transcurrido desde el estreno de ‘La Reina de África’ y Otto Preminger realizó su primera incursión en el western con una réplica moralista a la obra maestra de John Huston. Compacta, ceñida a los cánones clásicos y cargada hasta las cachas de valores tradicionales, ‘Río sin retorno’ ofrece una narración extraordinaria en la que se ensalzan la familia, el trabajo y la violencia ‘legítima’, al tiempo que se condenan el culto al becerro de oro y la vida licenciosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los miembros de la Asociación Nacional del Rifle adeudan un colosal monumento a Otto Preminger por este filme, cuyo mensaje supremo radica en que resulta lícito matar a alguien, incluso por la espalda, si es por una buena causa.
Un 8 no parece una nota demasiado elevada para este filme de solidez extraordinaria, sujetado en todo momento por las anchísimas -y viriles- espaldas de Robert Mitchum, cuya solvencia como actor eleva la cinta al Olimpo del género a pesar de lo ridículamente infantil que nos resulta el planteamiento de los personajes: el propio Mitchum como hombre ímprobo, trabajador, amante de la familia, alejado del juego y aficionado al rifle; una Marilyn Monroe reducida a la caricatura de rubia con curvas, descarriada a más no poder; un malo que no sólo asesina, sino que juega y –aún peor- es capaz de abandonar a su suerte a una mujer y un niño; unos indios despersonalizados que sólo cumplen su papel de amenaza a lo largo de todo el trayecto.
Un posible plan para el fin de semana es el visionado de ambas películas, ‘La Reina de África’ y ‘Río sin retorno’, con una comparación que a uno se le antoja regocijante: en ambos casos esta variación de ‘road movie’ sirve para que el macho atraiga a la hembra a su terreno; solo que Hepburn viaja desde lo estrictamente piadoso hasta la vida real, mientras que Monroe hace el recorrido contrario, desde lo más sórdido de la realidad hasta la supuesta seguridad de una vida convencional.
Un 8 no parece una nota demasiado elevada para este filme de solidez extraordinaria, sujetado en todo momento por las anchísimas -y viriles- espaldas de Robert Mitchum, cuya solvencia como actor eleva la cinta al Olimpo del género a pesar de lo ridículamente infantil que nos resulta el planteamiento de los personajes: el propio Mitchum como hombre ímprobo, trabajador, amante de la familia, alejado del juego y aficionado al rifle; una Marilyn Monroe reducida a la caricatura de rubia con curvas, descarriada a más no poder; un malo que no sólo asesina, sino que juega y –aún peor- es capaz de abandonar a su suerte a una mujer y un niño; unos indios despersonalizados que sólo cumplen su papel de amenaza a lo largo de todo el trayecto.
Un posible plan para el fin de semana es el visionado de ambas películas, ‘La Reina de África’ y ‘Río sin retorno’, con una comparación que a uno se le antoja regocijante: en ambos casos esta variación de ‘road movie’ sirve para que el macho atraiga a la hembra a su terreno; solo que Hepburn viaja desde lo estrictamente piadoso hasta la vida real, mientras que Monroe hace el recorrido contrario, desde lo más sórdido de la realidad hasta la supuesta seguridad de una vida convencional.
18 de octubre de 2012
18 de octubre de 2012
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero de todo, porque leo una crítica (Betomovies) que hace su reseña partiendo de la equivocada idea de que esto es un western, no exactamente, esto es un western de aventuras, que no es lo mismo que un western a secas, o un western puro y duro. Es más una película de aventuras que un western, incluso hay quien dice que es un meolodrama (Fernando Morales: Diario El País) . Así que partir de la idea de que nos encontramos ante un western lleva a hacer críticas equivocadas, que comparan esta cinta con las de John Ford (por poner el ejemplo más evidente). Y me voy a mojar todavía más, a mí personalmente me gustan más estas películas que los western al uso. Ya estoy cansado de escuchar a todo el mundo afirmando que películas como las de John Ford son obras maestras (pongamos como ejemplo, "Centauros del desierto", entre tantos western), pues a mí "Rio sin retorno" me gusta mucho más que "Centauros del desierto", qué queréis que os diga.
La fotografía de "River of no return" es absolutamente apoteósica, rodada en algún parque natural de Canadá, además la calidad de imagen es brutal, ya el DVD tenía muy buena calidad pero es que el Blu ray es asombroso. Para mí la fotografía es un aspecto fundamental en las películas de aventuras, y en este caso es una matrícula de honor.
Luego la historia es redonda, Robert Mitchum incomensurable (como siempre), Marily Monroe tan dulce y delicada como siempre, y aún encima cantando y tocando la guitarra. Como ya he dicho se trata de una aventura más que de un western, de western lo único que tiene son algunos disparos a los indios y contra algunos blancos malos y poco más, el argumento gira en torno a la avaricia que provoca la fiebre del oro. Marilyn va en busca de una mina de oro junto con un hombre. Robert Mitchum vuelve a buscar a su hijo después de haber pasado varios años en la cárcel, por haber matado a otro hombre malo. Al final se anteponen los sentimientos y la honradez del personaje que interpreta Mitchum, frente al personaje que interpreta Rory Calhoun (el que hace de novio de Marilyn), avaro y carente de escrúpulos.
El argumento no tiene nada en especial, pero como película es una delicia, es un auténtico espectáculo visual, se trata de una historia sencilla pero impecablemente contada, así es como debe ser, no se mete en berenjenales, ni se va por los cerros de úbeda. A mí no me gustan los experimentos, ni las películas pretenciosas. Así es como yo entiendo el cine, es una cinta 100 % de aventuras y de las mejores.
La fotografía de "River of no return" es absolutamente apoteósica, rodada en algún parque natural de Canadá, además la calidad de imagen es brutal, ya el DVD tenía muy buena calidad pero es que el Blu ray es asombroso. Para mí la fotografía es un aspecto fundamental en las películas de aventuras, y en este caso es una matrícula de honor.
Luego la historia es redonda, Robert Mitchum incomensurable (como siempre), Marily Monroe tan dulce y delicada como siempre, y aún encima cantando y tocando la guitarra. Como ya he dicho se trata de una aventura más que de un western, de western lo único que tiene son algunos disparos a los indios y contra algunos blancos malos y poco más, el argumento gira en torno a la avaricia que provoca la fiebre del oro. Marilyn va en busca de una mina de oro junto con un hombre. Robert Mitchum vuelve a buscar a su hijo después de haber pasado varios años en la cárcel, por haber matado a otro hombre malo. Al final se anteponen los sentimientos y la honradez del personaje que interpreta Mitchum, frente al personaje que interpreta Rory Calhoun (el que hace de novio de Marilyn), avaro y carente de escrúpulos.
El argumento no tiene nada en especial, pero como película es una delicia, es un auténtico espectáculo visual, se trata de una historia sencilla pero impecablemente contada, así es como debe ser, no se mete en berenjenales, ni se va por los cerros de úbeda. A mí no me gustan los experimentos, ni las películas pretenciosas. Así es como yo entiendo el cine, es una cinta 100 % de aventuras y de las mejores.
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