A mi entender, esta es una de las auténticas joyas de los últimos años, Nolan experimenta con el tiempo en la historia de forma impecable, en cada escena se combina presente y pasado del protagonista (con el recurso de utilizar el b/n para los recuerdos o momentos pasados) pero siguiendo un patrón exacto, que permite seguir la historia que se nos cuenta sin traba alguna, aunque si acaparando toda nuestra atención. En esta cinta Nolan reinventa el flashback, pues en su historia lo único que importa es el presente, y sus saltos hacia el pasado sólo pretenden aclarar en mayor medida el momento actual , pues lo único que le queda a Shelby es su presente.
Por otra parte, además de ese afán innovador, Nolan profundiza en la conciencia del ser humano, de sus anhelos y obsesiones, de su identidad y de la necesidad de dar un sentido a nuestras vidas (esta pelicula forma parte de una trilogia junto con Batman Begins e Insomnio a cerca de los profundos y complejos conflictos de identidad en el ser humano). Y de otro lado, analiza también la relación de este hombre en constante conflicto, con el mundo que le rodea.
Después de todo esto, Nolan aún tiene tiempo para dedicarnos una moraleja que engrandece aún más si cabe ésta pequeña fábula.

Esta pelicula se sumerge con un realismo insultante en los suburbios parisinos, introduciéndo al espectador en ellos, en las vidas de esos habitantes del guetto para los que no hay futuro, no hay salida, y la impotencia solo deja paso al odio.

Una cinta comprometida, que se empapa de la problemática de los inmigrantes que sólo pueden aspirar a ser ciudadanos de segunda en una sociedad, la francesa, que hoy en dia adolece de los mismos principios que ayer propugnaba con tanta vehemencia.

Digna de mención sería también la banda sonora, y la irrupción del rap en ésta y en la misma historia, como instrumento de denuncia y válvula de escape por la que aflora esa violencia contenida. Para los que compartan la pasión por el rap, una escena para el recuerdo, Cut Killer pinchando con afán reivindicativo para todos los bloques de un suburbio vacío, muerto, por el que ya sólo resuenan los ecos de sus platos.