Patética, Horrible, Espantosa, Criminal, Deslucida, Insufrible... Afortunadamente la riqueza del idioma español nos permite hilvanar una sucesión interminable de adjetivos que le caben a esta película. Y ninguna de estas calificaciones debería sorprendernos a la hora de juzgar un film de Uwe Boll, un verdadero especialista a la hora de adaptar/destrozar exitosos videojuegos a la pantalla grande.
Quizás no sea tarea fácil este tipo de emprendimientos, sin embargo cuando los mismos no están dirigidos por él, los resultados son bastante aceptables ("Punisher", "Doom", "Resident Evil", etc).
La ineptitud de Boll se ve reflejada a lo largo de su (increíblemente) extensa filmografía, incluso hay sitios donde le piden que deje de adaptar más videojuegos, ya que los aficionados ven como los mismos son vapuleados sin el menor sentido. Por desgracia estos ruegos aún no han sido escuchados.
Hablar de la trama de este subproducto es perder el tiempo. Su protagonista mitad humana-mitad vampiro, guarda bastante equilibrio, es tan mala en un caso como en el otro. Tampoco se pueden mencionar detalles técnicos, ya que no existen. Entonces nos quedan las actuaciones, normalmente como na hay actores conocidos nadie se preocupa por criticar este rubro. Sin embargo, nos encontramos con: Udo Kier, Ben Kingsley, Geraldine Chaplin y Michael Madsen, lo cual nos lleva a preguntar cómo llegaron a participar de este engendro. Claro está que en la secuela ya no repite ninguno de ellos, no se sabe si es porque murieron o simplemente porque reflexionaron.
En definitiva, uno sabe lo que le espera cuando ve una película de Boll, y sin embargo las mira. Como dijo Galileo después de su proceso "Eppur si Muove (Y sin embargo se mueve)".

El film nos propone una historia de ocultismo que tiene sus orígenes en el Tercer Reich y arranca con una familia alemana en 1936, para luego remontarse al presente, en el año 2007; y que bucea entre la eterna búsqueda de Himmler por hallar los orígenes de la raza aria y el enigma de las runas... Interesante. El único problema es que Joel Schumacher (su director) no conoce nada del Tercer Reich, ni de Himmler, ni de ocultismo, y mucho menos debe conocer el alfabeto rúnico. Seguramente haya visto esa obra maestra del terror que es "Hellraiser" y haya copiado un poco el look del gran "Pinhead" para vestir al protagonista de este film. Algo de sangre, un poco de suspenso y un largometraje de terror más...Sucede que uno espera más de Schumacher, quien ha realizado filmes muy destacados ("Linea Mortal", "El Cliente", "El Fantasma de la Opera", etc). Véala sin mayores pretensiones.

Ver “Fantasma” ofrece varias ventajas. La primera es tener la certeza de que asistimos a uno de los peores films de la historia del cine, y entonces ya tenemos un lugar asegurado en nuestra lista de “Peores Películas Vistas” (algo que todo cinéfilo obsesivo confecciona con esmerado celo). Y quienes vean la filmografía completa (por ahora) de Lisandro Alonso, tendrán resuelto cuatro puestos de dicha lista.
Como el argumento no existe, y ni siquiera hay aspectos técnicos para destacar, puede el espectador perderse escenas enteras (por ejemplo mientras se prepara un café) que de todas maneras no afecta a la comprensión de este engendro, una suerte de (auto) homenaje a los dos protagonistas de sus films anteriores (“La Libertad” y “Los Muertos”), quienes deambulan sin sentido por pasillos, baños y recovecos del Teatro San Martín, perdidos y desorientados. Claro que para quienes conocen dicho teatro, saben que se necesitaría ser un extraterrestre para perderse allí, pero esta gente parece que lo consigue. Una vez instalados en la sala donde se proyecta la película se suceden unas situaciones y diálogos tan patéticos como absurdos, al punto tal que uno no sabe si no son intencionados.
La película no trata de nada y Lisandro Alonso lo sabe perfectamente, incluso lleva al paroxismo su arte de aburrir con sus largos planos secuencias interminables. Y hay que esforzarse para aburrir de esta manera en un film cuyo metraje no es excesivo, pero que parece eterno. Y como no hay nada que contar tampoco hay posibilidad de deslizar un spoiler a la hora de hacer la crítica. ¿Qué podríamos develar si no pasa nada durante todo el metraje?
No podemos criticar las actuaciones porque no hay actores, ya que su realizador es de los cineastas que usan personas de la vida real para interpretar sus personajes. Entonces si vemos un cartonero o un hachero seguramente sean eso en sus vidas.
Y si por error compró el DVD, tendrá una ventaja adicional: ¿Quién no pensó en tener un original posa-vasos sin sentir culpa por arruinar un disco? Dese el gusto, nadie se lo reprochará. Finalmente, si esta crítica sale publicada es porque al menos una persona la ha validado… Algo que difícilmente puedan hacer con esta película