Cuando vi hace unos años Margin Call en las salas de cine, se me quedó grabado el nombre de J.C. Chandor como realizador a tener en cuenta en los próximos años. Cuando todo está perdido (All is lost) fue su siguiente película como guionista y director, aunque las expectativas puestas fueron superiores a lo que luego se vio.

Pero El año más violento, sí que ya supone un punto de inflexión en la carrera de este magnifico director, que bebe indiscutiblemente de la estética de Sídney Lumet en películas como Serpico o Tarde de Perros para imbuirnos en toda la trama y la escenografía.

1981 es estadísticamente el año más violento que ha acontecido en la ciudad de New York. En el invierno de ese mismo año transcurre la historia de Abel Morales y su familia que intentan sacar adelante su negocio de transporte petrolífero teniendo que salvar la competencia mafiosa, la corrupción y la intimidación más violenta que pueden imaginar. La escenificación visual del New York de la época es perfecta gracias a la fotografía oscura y llena de contrastes de Bradford Young. En muchos aspectos me recuerda a la técnica de Gordon Willis en El Padrino I y II sobretodo a la hora de iluminar rostros e interiores. No quiero dejar pasar por alto la excelente banda sonora de Alex Ebert que te va envolviendo armonizando cada imagen de esta New York deprimida de inicios de los 80.

Oscar Isaac (genial en Inside Llewyn Davis de los Coen) consigue una interpretación perfecta y llena de matices. Su mirada me retrotrae a ese Al Pacino de los filmes citados de Lumet, y por momentos, incluso al personaje de Michael Corleone de los dos primeros Padrinos. Jessica Chastain no le va a la zaga. También perfecta. Ella provoca cada giro argumental en la película y en cierto modo es la que hace avanzar a todos los demás con su presencia imponente ante la cámara. Me gustó en Zero Dark Thirty, pero aquí se supera con creces. El resto del reparto, David Oyelowo (Nominado este mismo año a mejor actor de drama en los globos de oro por Selma) Albert Brooks o Alessandro Nivola hacen que todo acompase sin chirriar. Desde luego hay que felicitar a los encargados de elaborar este fantástico Casting y a J.C. Chandor de sacarles toda su potencia actoral.

La Asociación de Críticos Norteamericanos (National Board of Review) le ha concedido el premio a Mejor película del año, así como mejor Actor a Oscar Isaac y mejor Actriz de reparto a Jessica Chastain.

Lo mejor: Toda la secuencia de persecución de Oscar Isaac por las vías de tren en la parte final de la película. Impresionante secuencia de cine en estado puro.

Lo peor: Se necesita haber visto mucho cine para poder apreciar todos y cada uno de sus detalles, aunque los cinéfilos menos versados sabrán disfrutarla también.

¿La favorita para ganar los principales premios de la Academia en los próximos #Oscar ? Sin duda lo sería con todo merecimiento. Por el deseo transgresor del autor, un Richard Linklater que previamente ha sabido conjuntar a Ethan Hawke y Julie Delpie en su trilogía de Antes del Amanecer, Atardecer y Anochecer; por su valentía a la hora de embarcarse en un proyecto único de 12 años de vida de un chico, Ellar Coltrane, desde los 6 a los 18 años; por su maravillosa reflexión sobre la vida común de cualquiera de nosotros reflejándola como una auténtica epopeya.

Son casi 3 horas de metraje hipnotizador, mágico y cautivante. Es la vida misma como nunca antes nadie nos la había presentado en una pantalla. Una maravilla que sucede muy pocas veces y que se aúpa instantáneamente como un hito en la historia de la cinematografía.

Un recorrido visual perfecto, ayudado por la sucesión de hechos en 12 años clave de la historia americana, desde Bush y su guerra de Irak hasta Barack Obama. Y todo amenizado por una variedad de música que embellece cada escena, como la preciosa Hero de Family of the year.

Un Ellar Coltrane simplemente fantástico. Un Ethan Hawke y una Patricia Arquette que han realizado la mejor interpretación de sus carreras.

Todo en este Boyhood emociona y embellece. Sin duda, se merece todos los premios que le den.

Mi valoración: 8,5

Lo mejor: Los actores y la finura y belleza de la historia, simple, realista, y a su vez, grandiosa.

Lo peor: que haya sido necesario esperar doce años desde que se inició el rodaje.

Yo fui de los que vi gracias a la excelente videoteca de mi hermano la primera peli de Angelina Jolie, tanto como realizadora como guionista, Tierra de sangre y miel. Y la verdad que superó mis expectativas para lo que los dañosos prejuicios nos suelen someter. Es más, hasta estuvo nominada a los Globos de Oro a mejor película de habla no inglesa.

Ahora venía una película revestida de gran epopeya épica por la supervivencia basada en hechos reales en un campo de concentración japonés durante la II guerra mundial.

Hasta ahí, añadiendo su mención-nominación en el American Filme Institute situándola como una de las películas principales de este pasado 2014, todo apuntaba que esta segunda incursión como autora de Angelina, sería un gran avance en su carrera como cineasta -y desde luego así será-

Mi impresión una vez vista? Una cinta que intenta ser más de lo que en realidad llega a ser. Se esfuma lentamente, y mira que intenta tocarnos el corazón continuamente bajo la perspectiva del sufrimiento de un hombre que lucha y lucha por aguantar todas las mil canalladas a las que se ve sometido una y otra vez.

Personalmente, en casi ningún momento conseguí empatizar, a pesar del empeño que le ponen en las algo más de dos horas del filme por conseguirlo. Planos efectistas. Momentos que deberían ser súper impactantes, pero no...no han conseguido ni una sola lágrima. Algunos me llamaréis insensible. Puede ser. Pero es que creo que esta peli más que sensible es sensiblera.

Obviamente, se rodea de un equipo técnico perfecto. Ahí ninguna pega. Excelente fotografía, como no podía ser de otra forma, de Roger Deakins. Muy buena banda sonora de Alexandre Desplat (de los mejores músicos que hay en el mundo del celuloide) Guión de Ethan y Joel Coen con Richard LaGravanese que es más excepcional por sus nombres mismos que por el resultado final, la verdad.

Mi valoración: 6,5

Lo mejor: que a pesar de sus aires de grandeza melodramática te mantiene entretenido prácticamente toda la película

Lo peor: demasiado efectista y basada en el sufrimiento como hipérbole pensando más en los premios

La más que probable ganadora del próximo Oscar a Película de habla no inglesa con el permiso de la turca Sueño de Invierno o la argentina Relatos Salvajes, nos relata la historia de Ida, una novicia huérfana de 18 años que previo a tomar los votos va al encuentro de una tía suya en la Polonia de 1960.

Ambas se embarcarán en un viaje -toda una road movie- para saber qué fue de los padres de Ida durante el nazismo.

Una búsqueda personal que cambiará todo el sentido de la vida que las rodea a través de una impecable y poderosa narración que te acaba atrapando irremediablemente durante sus 80 min de metraje, con un estilo propio de la nouvelle vague francesa e incluso el Free Cinema inglés y unos giros finales que hubiera firmado el propio Luis Buñuel.

El guión y dirección de Pawel Pawlikowski son sublimes. Las interpretaciones de Agata Kulesza y Agata Trzebuchowska te hipnotizan desde el primer plano, y la fotografía en blanco y negro de Lukas Zal y Ryszard Lemezewski es de una belleza exquisita, con unas composiciones de planos de una perfecta exactitud, retrotrayéndonos al mejor Dreyer de Ordet o La pasión de Juan de Arco.

Sin lugar a dudas, estamos ante una de las mejores películas del año (para mi, la mejor) lo que le ha otorgado los 5 premios del Cine Europeo incluida mejor película; el Círculo de críticos de New York y Los Angeles; nominación en los próximos Globos de Oro; los Independent spirit awards o los Critics Choice Award entre otros.

Mi valoración: 9,0

Lo mejor: la mirada hipnotizadora de Ida (Agata Trzebuchowska) y el sabor que te deja de haber contemplado una pequeña Obra Maestra.

Lo peor: nada. Es sublime.

El que piense que Whiplash es un convidado de relleno en los próximos #oscar siento decir que se equivoca. Probablemente sea de las mejores producciones del año y una de las mejores películas que abordan el mundo de la música (concretamente el jazz) que yo haya podido ver.

Su primera media hora es sencillamente abrumadora. Aplastante. No te deja respirar un solo instante. La presentación de personajes es sublime. Perfecta la narración del guión y cómo se plasma visualmente. Con un montaje tan rítmico como la batería del joven Neyman. Con una realización magistral. Simplemente 30 minutos perfectos. Después, se nos deja respirar, preparándonos poco a poco para una expresión final de cine realmente espectacular.

Con una frescura inusitada, Damien Chazelle, es un prodigio como cineasta. Con 30 años recién cumplidos demuestra una madurez impropia. En 2012 consiguió el premio BlackList que se concede a aquellos guiones que aún no han sido producidos por la historia de Whiplash. Eso le llevó a filmar una versión cortometraje que se alzaría con el premio en el Festival de Sundance en 2013, y de ahí se produciría el largo que volvería a ganar Sundance este 2014 pasado con un presupuesto más bien exiguo.

Tanto en la versión corto como en el largo, se contó con J.K. Simmons. El profesor Terence Fletcher es el nuevo sargento Hartman de La chaqueta metálica, y como éste en la grandiosa película de Kubrick, utiliza unas formas poco ortodoxas para intentar inculcar su adiestramiento. La humillación como forma de motivación es la única manera que éste entiende de encontrar al nuevo Charlie Parker. Como dice en la película a Andrew Neyman (el joven que sueña con ser un fabuloso baterista protagonizado por Miles Teller): "Hay dos palabras que desterraría de nuestro vocabulario: Buen Trabajo" Es una declaración de intenciones. J.K. Simmons va a ganar el Oscar. Lo tengo claro. Que actuación tan portentosa!!!

Por favor, disfrutad de esta maravillosa película si tenéis la oportunidad. Os aseguro que no os va a defraudar en absoluto.

Lo mejor: los primeros 30 minutos son un escándalo de perfección técnica narrativa.

Lo peor: su ritmo, diálogos y montaje son tan endiabladamente buenos que los momentos de pausa (los menos) dan impresión de decaimiento o fatiga.