Y esta vez le ha tocado a una de espías. Es una peli competente, solvente, con un director que mantiene las riendas del relato con firmeza durante las casi dos horas de duración.
La sala donde la vi estaba casi llena, me pareció un poco raro porque ya lleva en cartel mucho tiempo, un mes prácticamente, pues se estrenó el 9 de septiembre. Aunque era un sábado, que es el día de la semana en que va más gente al cine, en esta película funciona el boca oreja, de hecho a mí me la recomendó efusivamente mi hermano y, aunque era de los films que ya tenía pensado ver por las críticas que había leído, me acabó de decidir.
La narración avanza sólidamente, atrapando al espectador desde el principio. Abundan los flashbacks sin que en ningún momento cause despiste al público.
Y hay varios giros de guión sorprendentes, pero que tienen su lógica interna. Conviene no destriparlos a las personas que tengan intención de verla. Futuros visionarios: no dejéis que os los cuenten, la película se disfruta más cuanto menos sepas de lo que va a pasar. O sea, no hagáis spoiler.
Los actores y actrices funcionan muy bien. Mención especial para Jessica Chastain, quien interpreta a la agente del Mossad Rachel de joven y que ya nos encandiló en El árbol de la vida. Con cierta frecuencia me sorprende la aparición de un actor o de una actriz jóvenes, o no tan jóvenes, en alguna película o serie de televisión, que, sin anuncio previo, me deslumbran por su buen hacer, da la impresión de que han nacido enseñados, y pasan a ser parte del mundo del cine y TV. Supongo que también habrá genios así en la dirección, en la escritura de guiones, y en el resto de oficios cinematográficos, de hecho ya me han maravillado algunos de ellos, pero con los actores y actrices más, debido a que su presencia es más inmediata, a través de su rostro y su cuerpo logran transmitir sentimientos, emociones, ideas.
En resumen es una película recomendable para pasar el rato agradablemente.
También he visto el original israelí, pero me ha parecido bastante inferior.

Me ha parecido una maravilla, desde el vertiginoso inicial plano secuencia (creo que falso, porque cuando la nubecilla de vapor inunda la pantalla sirve para dividirlo en dos planos secuencia) hasta el final con el magnífico mago saliéndose (literalmente, gracias al 3D) de la pantalla y esa reunión de todos los personajes felices y comiendo perdices.
No es una película realista, ni lo pretende ser. Es una película mágica, que pretende volver (y yo, como espectador volví a la mía) a la infancia del cine y a la nuestra, cuando abríamos los ojos extasiados ante la pantalla y durante hora y media o dos horas éramos abducidos por ella.
Recomiendo vivamente verla en 3D, esa sensación de suspensión temporal y espacial se agudiza.

Que la política está llena de basura y de personajes muy inteligentes (que al principio tienen muy buenas intenciones y después de un tiempo cambian obligados por las circunstancias o por su propio oportunismo) lo sabe cualquier persona medianamente informada o simplemente atenta a lo que pasa, véase cualquier informativo de la tele, o periódico, o las noticias en el internet.
George Clooney nos lo cuenta con un estilo clásico y sereno, apoyándose en unos grandes actores, de calculada ambigüedad moral. Él mismo se reserva un papel secundario, de un político muy capacitado, con grandes dotes y con un comportamiento íntimo tan torpe para alguien tan brillante en el resto de asuntos, que podríamos pensar que es imposible si no conociéramos la historia, ya no tan reciente, de aquel morador de la Casa Blanca con aquella becaria.
Y los tortuosos seres que asesoran a los poderosos y a los aspirantes a poderosos están muy bien matizados por las interpretaciones de Paul Giamatti, Philip Seymour Hoffman y, mención especial para Ryan Gosling que ya nos encandiló con su elocuente hieratismo en Drive de Nicolas Winding Refn, incorporando a un tipo listo pero muy peligroso y de reacciones imprevisibles.
Y además hace pensar. E incorpora un dilema moral ¿es correcto hacer cualquier cosa para conseguir un fin beneficioso para la sociedad?, o lo que es lo mismo ¿el fin justifica los medios? y ¿hasta qué punto?.

El domingo estuve viendo la última de Urbizu y, si tuviera que referirme a ella con una sola palabra, ésta sería contundente.
Cuando un amigo nos habla de que ha visto una película, lo que queremos saber es si le ha gustado y por qué. De esta forma establecemos un criterio para decidir verla o no.
Intentaré ponerme en el lugar de ese amigo, o conocido, que habla de “No habrá paz ...”.
Esta peli me ha gustado, me ha mantenido atento a la pantalla, mucho más que a lo que se dice (tiene pocos diálogos) a lo que se muestra con imágenes.
Es una película poderosa porque sus imágenes son poderosas. Hay que destacar la imponente presencia del gran José Coronado, quien se ha metido en la piel del tenebroso Santos Trinidad como si se tratara de él mismo. Éste es un personaje antipático, irascible, enfadado a perpetuidad con el mundo y con él mismo, pero al final resulta muy coherente consigo mismo y el espectador, o sea yo, llega a comprenderle, a sentir empatía (simpatía no, ¿eh?) con el asocial individuo.
Y el director se cuida mucho de mostrar en qué momento preciso cambia su cruzada individual y autodestructiva por otra cruzada, no menos autodestructiva, pero ya social y de acuerdo con su antigua personalidad de policía-defensor de la gente.
La fotografía es muy buena, tanto en las escenas al aire libre como en los interiores, muy oscuros la mayoría de las veces, pero permitiendo ver lo esencial.
El director escoge muy bien el punto de vista o lugar donde situar la cámara. La sobriedad de la puesta en escena es muy clarificadora de lo que se nos cuenta. Se puede decir que ni sobra ni falta un solo plano.
La música no abunda, y cuando suena es regular. Si Urbizu hubiera elegido no incluir ni una nota durante la acción, la película hubiera ganado.
Amigo invisible, vete al cine a verla. Su visión en la sala oscura, con la pantalla grande, el ritual de sacar las entradas,etc., es muy gratificante.

Fui a ver El árbol de la vida (The tree of life) dirigida por Terrence Malick habiendo leído algunas críticas, en gran parte contradictorias. Las opiniones van desde considerarla una obra maestra a una tomadura de pelo.
Yo daré mi opinión personal y poco o nada autorizada. La película me gustó, las imágenes son bellísimas y la forma de montarlas muy atractivas.
Los peros surgen a la hora de interpretar esas imágenes, la información que se me suministra como espectador es escasa, lo cual me obliga a estar muy atento para tratar de averiguar el significado oculto de esos escasos comentarios mientras contemplo los volcanes, o las galaxias, o los dinosaurios.
Es como si fueran tres películas. Una sería la historia de una familia formada por padre, madre y tres hijos varones desde los años 50. Otra trata de la evolución del universo. Y otra, más espiritual, sobre el reencuentro con nuestros seres queridos que ya han desaparecido.
Formalmente es de un virtuosismo asombroso. En la historia más humana abundan los primeros planos y los primerísimos planos (impresionante el del rostro de Brad Pitt cuando recibe la fatal noticia, hace mucho que ha dejado de ser el niño bonito que parecía al principio de su carrera y ha pasado a ser un muy buen actor). El montaje contiene un ritmo interno no siempre inteligible, pero que consigue imantar la mirada del espectador. La música es muy buena, tanto la original de Alexandre Desplat como los segmentos clásicos.
Pienso que el cine tiene un lenguaje propio y diferente de la literatura, tanto de la narrativa como de la poesía, y de la música, así como del filosófico. Pues esta película se acerca como pocas a participar del lenguaje poético, filosófico e incluso religioso.
Cuando estuve viéndola estaba la sala casi llena, y aunque es bastante larga (dos horas y cuarto) el público aguantó bien hasta el final en que se escucharon risas, yo creo que nerviosas, fruto del estupor de quienes piensan "parece que me están diciendo algo profundo pero no lo entiendo, ¿será esto una tomadura de pelo?".
El final en la playa, sin diálogos, es muy emocionante.
Es una película que da que pensar, desde que la ví me vienen a la memoria muchas de sus escenas con bastante frecuencia, y eso es decir mucho.