De un acto tan inocente como el regalo de un fusil por un japonés a un marroquí, que quería desprenderse de él por ser el arma con el que su mujer se pegó un tiro; ese fusil envenenado que desencadena consecuencias tremendas con un enlace extraordinario y consiguindo así reflejar los modos de vivir y preocupaciones de jovenes de distintos países del mundo, lo que para unos es normal, ahí están los chicos de Marruecos, sus propio padre les coloca el arma en las manos, a dos niños, sus hijos y, como no el juego se les escapa de control. Los adolescentes japoneses con toda su tecnología y sus evasiones con alcohol, drogas y sexo, no difieren de los de aquí desde luego, lo tienen todo y llenan sus vacíos con esas sustancias, la desesperación de la japonesita sordomuda por tener sexo, porque sus amigas le dicen que su mal humor proviene de no haberlo hecho nunca y ella se lo cree, con el panorama que tiene de haber encontrado a su madre muerta por haberse suicidado, bueno, bueno.....esos méxicanos que se lo pasan en grande en la boda, hasta que al chico Gael se le "va la olla" y bueno, y la policía cumple escrupulosamente su trabajo y más con ellos por ser simplemente, mexicanos.... toque de racismo de los americanos, ahí está, real como la vida misma....Conmovedora la desesperación de Amelia, como dá todo de sí por salvar a esos niños a punto de desfallecer, desde luego fue uno de los momentos que me levantaban de la butaca....magistral interpretación y bonita fotogrfía en el desierto de ella con su vestido rojo y sus zapatos de tacón....En definitiva película intensa y dura, que cuenta muchas cosas, volveré a verla en breve.