Alguien se atrevió a desafiar a la muerte y lejos de tenerle miedo o sentir que le atacaría sin ninguna contemplación, decidió enfrentarla y mantuvo su postura en un escenario lleno de rituales, cantos, bailes que en su actuación hacían referencia a lo que como lo menciono, muchas personas quisieran hacer a un lado pero que tristemente es una etapa que no se puede evadir… la muerte.

Quién se lo iba a imaginar que la vida se jugara en una partida de ajedrez y que dentro del citado enfrentamiento se desarrolla el accionar de la película. El mundo de la religiosidad hace que en la cinta se respire el aroma del incienso y toma algunos matices del catolicismo. Incluso los nombres de algunos personajes son los que comúnmente se ven en las películas que se desarrollan en el oriente próximo y que relatan alguna semblanza de Jesucristo.

A esto se le agrega comedia y música para prolongar este viaje. Viaje que todos en este mundo realizamos y que nos hace pensar sobre la vida, valorarla, disfrutarla y cuidarla porque a este mundo sólo venimos una vez ya que la muerte tarde que temprano nos espera y por desgracia, no podemos retarla para prolongar nuestra existencia por medio de una partida de ajedrez o algún otro juego de mesa. Tristemente ha habido gente que ha llamado a la muerte a través del suicidio. La respuesta de la muerte a veces llega y a veces dice: no, no es el momento. Mi conclusión es que ella sabrá cuándo llegar y su decisión será inapelable.

La película sin entrar en tantos detalles es muy espectacular. Obviamente la recomiendo porque se trata de una de las joyas más hermosas del cine escandinavo. Joya que bien puede ser el séptimo sello o… el juego de la vida.

El muy distinguido y clásico sello de las películas con matices británicos sin lugar a duda es el de la elegancia, misma que se exhibe en los recintos teatrales y en la vestimenta de cada uno de los actores. A su vez la hace más exquisita y le da una enorme presencia para la realización de cada una de las escenas.

A lo ya mencionado le falta el toque que marca la pauta de la película y que a mí en lo personal me atrapó: la magia. Esa magia que al realizar cualquier truco te deja sin respiración, hace que tus manos suden a pesar de no ser alguno de los actores que exponen su vida a cambio de una ovación o un reconocimiento, la que hace que tus nervios ronden por todo tu cuerpo y te pregunten constantemente qué va a pasar. En pocas palabras, este filme prohíbe distracción alguna y te mantiene atento a la pantalla.

Tocando el tema de la atención visual y las reacciones corporales y psicológicas puedo aseverar que difícilmente hay una distracción al momento de ver la película porque en mi experiencia personal los latidos de mi corazón se aceleraban al momento en el que lentamente se acercaban al iniciar cada truco, los fenómenos que desafían las leyes de la física me dejaron estático, la magia que se realiza a base de elegancia y excelente coordinación es digna de ponerse de pie e iniciar con una lluvia de aplausos, pero si falla algún detalle por muy simple o muy sencillo que parezca arruina todos esos sentimientos y los cambia por tristeza y sufrimiento.

“The Prestige” es una película muy contrastante, precisamente por esta razón la recomiendo en su totalidad, ya que es la línea divisoria entre la vida y la muerte, es la diferencia entre una ola de aplausos y un mar de gritos de terror, es bien una película que evidencia que a pesar de que como pueden ser acertados o fallidos los trucos realizados... el show debe continuar.

Al ser una película japonesa intuía que la temática implicaba cultura y tradiciones muy arraigadas en la población nipona, entre ellas: el consumo de arroz con un par de palillos y los constantes enfrentamientos imperiales que se realizaban con espadas; fue lo que más observé en el transcurso de la película.

Y tal como me lo imaginaba así ocurrió, la película manifiesta en una contundente realidad y es que las dos partes que mencioné las engloban en un mundo que pocos conocen: una guerra social que no midió ningún aspecto social. Aunque la cinta se realiza en blanco y negro, presenta una admirable iluminación, excelentes encuadres de personajes y paisajes e incluso hasta me sorprende que a pesar de ser una película que cita muchos pasajes bélicos entre bandidos y campesinos, tiene momentos en donde se hace presente la risa, la inteligencia y la motivación personal por decir algunas virtudes, mismas que se inmiscuyen para que el bien destruya al mal. El mensaje es claro: o todo o nada; dicho de otra manera por defender tu patrimonio hay que dar hasta la propia vida.

Lamentablemente en muchos casos el cine mundial opaca con su tecnología a películas que son dignas de un aplauso como Los 7 Samuráis. Creo que nosotros debemos de expandir nuestro campo cinematográfico y no solo enfocarnos en Hollywood y sus artistas de moda que año tras año roban cámara. Todos los países tienen una historia que contar y a reserva de ver otra cinta, la cinta de Kurosawa cuenta un inconmensurable pasado japonés.

A pesar de contar con muy pocos recursos tecnológicos Los 7 Samuráis es una película muy recomendable y en especial para aquellos que admiran la cultura nipona. La dirección de Kurosawa marcó mucha la diferencia en el sentido de que con muy poco puedes realizar mucho, ya que como lo hemos mencionado no tenía al alcance toda la modernidad cinematográfica del mundo, pero en cualquier caso es una joya cinematográfica la cual por su origen e historia se desenvuelve… al son de las espadas.

Cualquier guerra sea pequeña o sea grande genera cuantiosos daños que van más allá de lo material y lo humano, las ciudades se convierten en unos verdaderos campos de batalla y marcan generaciones por décadas y décadas. Hasta antes de la película, yo citaba que los conflictos bélicos los sentía muy lejos de México, pero la realidad es otra. Y no es para menos, a decir de otras épocas ya no estamos tan distanciados de las batallas y cada vez es más común ver algunos estados del país enfrentamientos de soldados y federales con armas de grueso calibre con miembros pesados del narco mexicano. Incluso si Kathryn Bigelow fue capaz de dirigir un filme bélico en medio oriente con mucho talento, bien podría hacer una película de guerra aquí en México citando el tema tan complicado del narcotráfico, el cual ha trastocado la integridad y seguridad de todos los mexicanos.

En lo que se refiere a la realización de la película, es excelente en los encuadres, los efectos de sonido, la iluminación y también es perfecta en lo que se refiere a escenificar ciudades que se convierten en unos verdaderos terrenos de lucha y dolor, dolor que se refleja en el miedo de la sociedad y en la sangre derramada por culpables e inocentes.

En lo personal “El Casillero del Dolor” tiene escenas que te trasladan a la zona conflictiva, respirándose ahí una crítica y temeraria tensión hasta el punto de no saber cuándo recibirás el ataque del enemigo o cuándo iniciarás el combate hacia él. La cinta además describe perfectamente el día a día de la población que sobrevive a través del comercio ambulante y el día a día de los individuos bélicos que diario respiran los aires de la violencia.

La película es recomendable, pero también se presta para hacer una reflexión entre todos los ciudadanos, ya que el mensaje que transmite es muy contundente: con la guerra aumenta la violencia, misma que se paga con llanto y sangre. Bien dice el dicho que hablando se entiende la gente y ojalá así lo pudieran entender los gobiernos en guerra para que se solucionen los conflictos que nos atormentan en la actualidad, aunque en el fondo queden imborrables... las huellas de la batalla.

En mi vida imaginé viajar a un mundo donde la elegancia se exhiba con mucha delicadeza e inspiración. Se dice que para ser una persona creativa hay que tener un grado de locura ya que ésta le hará marcar la diferencia entre las demás cosas que están a nuestro alrededor. A Woody Allen si alguien le llega a decir que él está loco es porque es verdad y estoy seguro que yo también le diría lo mismo porque su imaginación es ilimitada para poder pensar que soñar no cuesta nada, aunque tal vez la realidad a veces no esté de nuestro lado. “Midnight in Paris” también puede servir en el mejor de los casos una excelente guía turística para aquellos que quieran conocer lo divina y por demás elegante ciudad de París.

Una observación que hice en esta y por desgracia empaña la película es el asunto del grafiti, por ese lado para está mal vista ya que es una situación que en descontrol degrada a muchas ciudades y las hace perder su belleza. Haciendo a un lado eso la película me hizo entrar a un mundo en el que yo puedo ser el autor de mi propia historia y por qué no decirlo: poder reunir a base de sueños, imaginación y creatividad ya sea en un filme, en un libro o en una canción a esas personas que han sido parte indispensable de mi vida aunque ya no estén en este mundo.

Esta película la recomiendo porque inspira, enamora, ilusiona, en fin sabe describir una historia como una línea del tiempo desde la aparición del sol hasta la vigilancia de la luna y las estrellas en una ciudad en la que todos los sueños se hacen realidad, describiendo personajes enigmáticos y descubriendo sus más grandes secretos, haciendo valer esa idea de que cada día que pasa… hay una nueva historia que contar.