Es una película tramposa. La historia tiene demasiados huecos que pretende el espectador los rellene, pero no hay materia para hacer tal labor, también pretende mágicamente supongamos lo que los personajes piensan y sienten, pero al final simplemente son personajes planos, parece al guionista le cobraban por la cantidad que información que mostraba.
Tropieza de forma terrible y termina cayendo pesada de boca contra el suelo, la película se encajonó demasiado en su aire pretencioso de elegancia y puertas cerradas que sugieren guardar mil secretos, pero están vacías, la película misma es una habitación elegante pero deshabitada. La película tiene tres pensamientos poderosos y un par de escenas que llenan los ojos, de ahí en fuera es realmente mala, y lo peor es que es tan tramposa y vacía que el espectador puede pensar es un estúpido por no haber apreciado o entendido la desarrollada y compleja trama, pero no, simplemente es terrible.

Mushishi es simplemente una obra maestra, cada capitulo por si mismo podría ser un libro bestseller (no porque los bestseller sean geniales, sólo que este sí lo es). Sin pretensiones, voces chillonas o artilugios gastados del anime (pómulos rojos de vergüenza, gotas para incertidumbre, ojos hipnóticos etc).
Simplemente de esas cosas que desearíamos golpearnos la cabeza para perder la memoria y volverla a ver. Punto.

En general es aceptable, interesante al principio cuando retoma el camino de la primer película, después de eso tiene un par de momentos buenos, sobre todo visualmente, sin embargo se hace predecible y burda cuando el romance comienza, no se puede sostener por los hechos suscitados, es entonces cuando cae en el amorío cursi y simplón (del tipo donde se da todo por nada y es inverosímil) la trama en si misma cae en grandes agujeros en que no se puede explicar de ningún angulo lo que está ocurriendo, sin duda un recurso más o menos utilizado son los personajes amorfos, me gusto mucho la primer parte, esta es realmente pésima, ahora me arrepiento de haber calificado con 5 estrellas, creo merecía dos a lo mucho.

Me cuesta creer que está serie sea de HBO, la idea es buena e interesante, pero esa idea central se pierde en un montón de discursos cursis y simplones, me recuerda un poco a las series de los años noventa, y no porque fuesen malas, si no porque considero ese nicho ya fue explotado y nos emocionamos en aquel entonces, es hora de novedad y no simplemente de repetir la fórmula. La duración de los capítulos es extensa y agobiante, al terminar de verlo uno se queda con un sentimiento algo agradable y algo desencantado, al final no vale la pena, es una mala relación costo – beneficio.
En las actuaciones Jeff Daniels está muy bien, le da gran fuerza y credibilidad a la serie, pero no tanta como para compensar la pésima actuación de Alison Pil y Emily Mortimer, sobre todo la primera es especialmente mala, quizá sería aceptable para otra cadena, pero para HBO me parece es inaceptable. Un punto a su favor son sus diálogos de momentos inteligentes, sin embargo al final le quisieron dar demasiado peso a los diálogos, y olvidaron la acción, ese movimiento que tienen las buenas series y que nos engancha.

El problema de la película es su terrible ambigüedad, no se adentra en la montaña ni en los personajes, al final se siente un gran desencanto, otro problema de ambigüedad son las distancias, no se sabe que tal lejos están unas cosas de las otras.
Al principio es tediosa, desea establecer los argumentos para hacernos llorar y pierde el tiempo sin conseguirlo, los personajes no son carismáticos, y también no se logra dotar a la montaña de belleza, la belleza de la naturaleza, la montaña sólo se le ve atacando una y otra vez, un par de tomas geniales no son suficientes para abarcar tal belleza.
El problema de las películas basadas en hechos reales, es que no se tiene la libertad de proponer e inventar, me parece por una pequeña ventaja (histórica) se pierde la facultad de arriesgarse a exprimir al máximo un deporte tan hermoso. Al final no emociona, ni enternece, es injusto desear que lloré simplemente porque me muestran a alguien más llorando.