"Shame" es la segunda película del director británico Steve McQueen tras la impresionante y casi desconocida "Hunger". Y si en esta primera ya tocaba un tema polémico cómo la huelga de hambre del IRA en la cárcel de máxima seguridad de Maze Prison, de un modo contundente y alusivo, aquí repite. El tema polémico que trata es el de una adicción sexual. Y McQueen no escatima en imágenes eróticas y provocativas. Impresionantes.

Y para ello, el director vuelve a ir de la mano, al igual que en "Hunger", de un Michael Fassbender, ahora convertido fugaz y merecidamente en estrella, sobresaliente en el papel de Brandon, un exitoso treintañero neoyorquino, pero con serios problemas para controlar y disfrutar de su vida sexual. Se pasa el día viendo páginas pornográficas y manteniendo contactos con solteras de Manhattan... Hasta que aparece en su vida su hermana Sissy. Una Carey Mulligan que hace todo siempre bien.

Mulligan, y un título corto, no son los únicos elementos comunes que tienen "Shame" y "Drive", la que ya he dicho que me parece, probablemente, la mejor película de 2011. En ambas, los protagonistas (barra-hombres del año), valen más por lo que callan que por lo que cuentan, dos interpretaciones perturvadoras, feroces, salvajes... Bien merecedoras de un Oscar, a la que ninguno ni Michael Fassbender ni Ryan Gosling, están nominados. Ya me he manifestado muchas veces en contra de la mayoría de las nominaciones y premios, pero es que lo de estos dos, es de traca...

Aquí, el papel de Fassbender es como una especie de Barney Stinson, de "Como conocí a vuestra madre", pero con una formula nada cómica, mucho más oscura, mucho más sombría, mucho más dramática, mucho más avergonzante. Ojo, que a veces el sexo hace daño.

Lo de Carey Mulligan es de otro mundo: no entiendo porque nadie anda diciendo que este es año Mulligan, porque nadie pide premios para ella, oro para ella. Su versión del "New York, New York" es simplemente escalofriante. Puede que no sea del todo objetivo: estoy enamorado de ella, de una forma solo comparable al amor que siento por Zooey Deschanel.

Quiero reivindicar mi derecho a tener la fiesta de graduación en el gimnasio, con el ponche, supuestamente sin alcohol, saboteado por los alumnos más "conflictivos", los empollones borrachos a consecuencia de ello, los profesores borrachos a consecuencia de ello, mis preciosas compañeras borrachas a consecuencia de ello, para así poder bailar agarrado a ellas (que no arrimado a modo reggetoniano) las canciones clásicas de los 80.

Y es que estamos ante unas de las grandes sorpresas de nuestro cine en el 2012. Una película que sirve como homenaje a tantas películas juveniles de los 80. Se me vienen a la cabeza "El club de los cinco", "Los Goonies", "Regreso al futuro"... En definitiva, al cine con el que hemos crecido muchos de nosotros. Y he dicho homenaje, que no parodia regulera de algo, que por sí, ya era malo: esa fue mi impresión de "Spanish Movie".

Esta es una gran comedia desde el baile del "Saturday night" de Whigfield de la primera escena, hasta el "Que se jodan los vivos" de los créditos finales, pasando por el mítico "Total eclipse to the heart" y la imprescindible "Enamorado de la moda juvenil" de Radio Futura. Y no sólo por divertida, que lo es. Si no por simpática. Porque hacer reír en un momento puntual es fácil, pero casi ninguna película te consigue mantener una sonrisa de principio a fin. Y esta, lo logra.

Y ojo, que a pesar de lo que pueda parecer "Promoción Fantasma" no es solo una película para adolescentes, si no un film para todos los públicos. Especialmente, si necesitáis una cura de (son)risoterapía. Es, sin duda, la mejor comedia que hay ahora mismo en cartelera.

A ello ayuda contar con uno de nuestros mejores actores: Raúl Arévalo. Da igual lo que le pongan por delante: borda todos sus papeles, no importa el género del que se trate. Y es que cualquier premio se le queda corto. Las comparaciones (desde Michael J. Fox hasta Sean Penn) también. Aquí, como no, vuelve a brillar, interpretando a Modesto, un profesor que es capaz de ver a los muertos, cargando absolutamente con el peso de la película, algo que nunca antes había hecho en el cine.

A Raúl le acompañan en el reparto, la siempre fantástica Alexandra Jiménez, los desternillantes Carlos Areces, Silvia Abril y Joaquín Reyes, Luís Varela en un papel que nos recuerda al que realizó en "Crimen Ferpecto", además de un grupo de jóvenes entre los que destacan los nombres de Aura Garrido, Andrea Duro y Jaime Olías, pero sin olvidarnos de que los trabajos de los, quizás, menos conocidos Anna Castillo, Alex Maruny y Javier Bódalo no les van a la zaga.

¿Qué te vas a encontrar cuando vayas a ver "Fuga de cerebros 2"? Tienes que tenerlo muy claro. No vas a encontrar la película del año, pero te vas a divertir. Es una comedia gamberra, bestia...absurda. Pero es una buena comedia. Si te gustó la primera, esta te gustará... Te gustará más, de hecho. Porque, repite la misma formula que consiguió un considerable éxito en la primera parte, pero es mejor: más divertida, con una historia que da más juego, y con dos actores protagonistas, menos populares, pero mejores intérpretes. El humor no es inteligente ni lo pretende: es burdo, bestia y escatológico. Pero asegura risas, y eso, en estos tiempos que vivimos, es bastante.

En "Fuga de cerebros 2", Alfonso, el hermano pequeño de Emilio Carbajosa (el Mario Casas del primer film), persigue a la chica de su vida (Paula Prendes) hasta la universidad de Harvard, decidido a conquistarla al amparo de los mismos amigos y descabellados planes que su hermano utilizara en Oxford. Pero allí, cuando menos se lo espera, aparece Marta (Patricia Montero), la chica de la que se enamoró en Infantil. La primera...y si las cosas terminan saliendo bien...la única.

Por lo tanto, al vértice amoroso de "Fuga de cerebros" le sale un tercer punto, formando un triángulo en esta película, ahora, de un Carlos Theron, que ha sabido hacer muy bien su trabajo en su debut cinematográfico. El grupo de acompañantes, en los que vuelven a destacar los fantásticos Canco Rodriguez y Alberto Amarilla, y a los que se une un Juan Manuel Montilla, "El Langui", al que descubrimos una formidable vis cómica, vuelve a llevar en volandas el film, con ratos en los que empiezas a sentir dolor en la tripa de tanto reírte. Bien es justo decir que, en ciertas pausas, el film peca de una "cursilería" que no pega demasiado con el estilo del mismo.

Párrafo aparte se merece un Adrián Lastra que, si de mi dependiera, se llevaría el Goya como Mejor Actor Revelación en la próxima edición de los Premios Goya, ya que a su deslumbrante interpretación en "Primos", se une, en "Fuga de cerebros 2", otro destacadísimo trabajo con esta evolución de un Alfonso tierno e ingenuo, que se encuentra, de repente, en una inesperada situación entre las dos preciosas mujeres de su vida, y su disparatado grupo de amigos.

Dos mujeres que cumplen con nota en sus papeles opuestos: Patricia Montero como la dulce y angelical Marta; y Paula Prendes (de la que sinceramente, esperaba bastante poco, y me ha sorprendido), como la desmadrada y explosiva Sara. En el reparto también hay nombres de la talla de Loles León, Paco Tous, Mariano Peña o Antonio Dechent. Y el de David Hasselhoff, cuya aportación a la película es algo más breve de lo esperada, pero a la promoción es absolutamente brutal.

"Maktub", debut de Paco Arango, llegará a la gran pantalla el día 16 de Diciembre. Y esta fecha no es ninguna casualidad. Es una película puramente navideña. Una comedia dramática, una película familiar, una tragicomedia, un melodrama... No es fácil catalogar a "Maktub". Es un cuento, una fábula. Es una maravilla. Os lo dice alguien que ayer salió del cine con los ojos bañados en lágrimas.

Quizás, la mejor forma de definir "Maktub" sea escribir el nombre de su productora: Sonrisas que hacen magia. Así es la película. Te saca sonrisas desde el primer momento hasta el último. Es divertida de forma natural, sin forzar las gracias. Tiene ese punto de magia que muy pocos directores saben alcanzar. Te saca sonrisas hasta en los momentos más duros... Para mí, la Navidad empieza siempre después del puente de Diciembre y se inaugura viendo la película navideña por excelencia: "Love Actually". Pues bien, este año, aunque solo fuera temporalmente la Navidad se me adelantó.

"Love Actually" empieza con una frase que dice "La opinión general da a entender que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo entiendo así. A menudo no es especialmente decoroso ni tiene interés periodístico, pero el amor siempre está ahí. Padres e hijos, madres e hijas, maridos y esposas, novios, novias, viejos amigos... Cuando los aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas que yo sepa ninguna de las llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza; todas fueron mensajes de amor." Pues bien, "Maktub" es un homenaje a esta frase.
Podemos decir que este film tiene un poco de cada una de las mejores películas españolas estrenadas este año: tiene la locura estrambótica de "¿Para qué sirve un oso?" y el acento porteño de "Un cuento chino". Tiene la magia de "Midnight in Paris" y la diversión de "Primos". Tiene la dulzura infantil de "Eva", y el doble juego de "La cara oculta". Tiene la navidad como telón de fondo al igual que en "No controles", y la crudeza de "No tengas miedo". Si nos vamos un poco más en el tiempo, podemos decir que tiene ese estilo alegórico de cuento infantil, tan dulce como duro, que tienen "Camino" y "Héroes".

Y todo esto, acompañado de un fantástico reparto, encabezado por el magnífico Diego Peretti, el Woody Allen argentino, y el descubrimiento y descaro de Andoni Hernández, otro actor que, injustamente, no podrá optar a los Goya por tener 15 años. Si a ellos, les acompañan dos actrices fuera de serie como Aitana Sánchez Gijón y Goya Toledo, y el reparto lo completan maravillosos intérpretes de la talla de Amparó Baró, Enrique Villén, Rosa María Sardá, Joge García o Mariví Bilbao, y descubrimos a la dulce Sara Jiménez, y, además, agitamos la coctelera con las manos ilusionadas de un director novel como Paco Arango, el sabor que se nos queda en la boca al salir del cine es fabuloso.

Una idea queda clara desde a priori: te guste o no te guste la película, “Eva” es una maravillosa noticia para nuestro cine. Una película atrevida, una propuesta arriesgada, un proyecto peculiar... La primera de estas peculiaridades es que “Eva” no es una película: son dos películas. No es un film rodado en catalán y luego doblado al castellano ni vicecersa. En “Eva” cada escena se ha rodado dos veces, una en cada lengua. Tampoco es habitual ver una película de ciencia-ficción en nuestro país, futurista y con unos efectos tan bien logrados como los que hay aquí. Un film muy bien realizado, en el que destaca su hermosísima fotografía. Y todo esto está muy bien, sí...pero al fin y al cabo, uno no va al cine a ver un film logrado, si no una buena historia.

Pero es que, además, “Eva” la tiene. Una historia sensible, inteligente, bella... Una maravillosa contradicción entre el cine futurista y una historia habitual del cine clásico. Un escenario tan frío como agradable. Un futuro con una imagen retro. Unos robots con sentimientos humanos. Pero es que todas estas contradicciones están perfectamente fusionadas bajo la varita mágica de Kike Maíllo y su equipo. El film nace de una idea similar a la de “Inteligencia Artificial”, pero el propio Kike ha reconocido que sus referencia son “Blade Runner” y “Beautiful girls”. Y hasta en esta contradicción ha acertado. Robots humanizados al estilo de los de la primera, en un universo muy parecido al de la segunda, y con una “Eva” que nos recuerda mucho a aquella bisoña Natalie Portman ¿A cuántos premios Goya podrá ser candidata? Como ya hemos dicho, es fácil que su fotografía y sus efectos especiales estén presentes en la gala, amén de Kike como mejor Director Novel. ¿A cuántos premios técnicos más? ¿Montaje, sonido, diseño de vestuario...?

Pero es que, además, “Eva” es una película en el que cada protagonista brilla tanto o más que el anterior. En primer lugar, cuando, en su día, me opuse a que los niños menores de 16 años no pudieran optar al Premio Goya, era por casos como el de Claudia Vega (A.K.A. Eva). Al meno, una nominación habría hecho justicia a la asombrosa y adorable interpretación de esta chiquilla.

Daniel Brühl, uno de nuestros actores más prolíficos, podría estar nominado como Mejor Actor Protagonista, ya que vuelve a bordar su interpretación. ¿Y con Marta Etura qué hacemos? Ya dije hace poco que esta actriz es maravillosa, que llena la pantalla de luz con su sonrisa. Y me veo obligado a repetirme. Se me han acabado los adjetivos para ella... Sin embargo, tanto brillo deja en la sombra un papel sin oportunidad de lucimiento de Alberto Amman. Caso aparte es el de Lluís Homar. Una máquina. Aquí, literalmente. Al salir de ver “Eva” me dí cuenta de que es la segunda vez que pienso este año que qué hace un genio como él sin ningún Premio Goya en su haber. Señores académicos: Goya para Lluís Homar ya.