Lo interesante de ver esta película hoy es ver lo que nos separa y lo que nos une a nuestro pasado. Cuarto de siglo que parece que fue ayer y mantiene hoy toda su frescura. Una película divertida que nos ayuda a entender de dónde venimos y dónde estamos hoy -no del todo-, de una forma muy amable y por tanto permisiva, para quitarnos complejos de culpabilidad.

También podría llegar a ayudar a explicar algunas de las cosas que tuvimos por ciertas y cuyo recuerdo perdura en nuestro subconsciente de alguna manera -o al menos existe en el baúl de nuestras creencias incuestionadas, sin que notemos que están- si es que no hemos tenido la suerte de llegar a superar ciertos tópicos.

Engancha por su reparto de altura, fuerza visual, cuidados vestuario y atrezzo. Incluso algunos artilugios y animalitos. Un cuento de hadas que no aburre porque de vez en cuando sorprende (De Niro "transformista", profundo análisis sobre el amor y los anhelos del hombre). Narrativa dinámica, ritmo... Sorpresas y humor.

Recreación de hechos reales: Londres, 1968. En Europa avanza la idea de justicia en el trabajo para las mujeres. A través de una reflexión intimista, los personajes y en particular la protagonista resultan sumamente naturales, puede decirse que nos permite la inmersión en la historia, en los hechos objetivos. En nuestra situación hoy.

Porque, a pesar de que la primera Equal Pay Act es una ley federal desde1963 en Estados Unidos, como vemos en la película, aún en los años 70 era algo novedoso y difícil de encajar por los hombres y por las empresas, pero una verdad que se abriría hueco lentamente. Lentamente porque en muchos lugares del mundo todavía está lejos de conseguirse.

Interesante y penetrante reflexión sobre los objetivos, las funciones y la acción en la sociedad de los sindicatos.