Hay una cosa que no le perdono a la película: el final. No le perdono que después de mostrar como otras no lo habían hecho la herida abierta del Holocausto desde el punto de vista del Otro (en este caso el alemán de a pie) finalmente resuelva con una catarsis de segundo orden la película. Me explico... Fue Adorno quien dijo que después de Auschwitz ya no era posible la poesía... pero ha sido necesario mucho cine para que Occidente pueda digerir lo que pasó. No es lugar aquí para abrir controversia sobre la finalidad de tanta memoria histórica, pero sí, al menos, apuntar el rasgo distintivo de esta película. Poner el punto de mira no sobre la moralidad sino sobre la legalidad, como expone el profesor. Los alemanes cumplían con la ley. Kate cumplía con su obligación, hacía lo que se esperaba de ella. Es muy fácil mostrar un punto de vista maniqueo como sucede en la mayoría de películas en que se impide la reflexión sobre qué pasó y cómo pudo pasar. Porque es muy fácil pensar que era simplemente un líder loco y que nadie sabía lo que sucedía... así se resuelve muy fácilmente la cuestión. El reto es pensar qué hubiésemos hecho si cualquiera de nosotros hubiese sido alemán en Alemania. Y probablemente, aún cuando la respuesta ahora es un "yo no", es mucho más desafiante pensar que probablemente nos hubiéramos comportado como Kate. Estamos demasiado acostumbrados a hacer lo que se espera de nosotros como para pensar que no veríamos, como Kate no veía, hasta que pudo ver. Y si me quejo del final es porque, cuando la víctima se niega a perdonar, se niega al público la catarsis del final cerrado en que todo se resuelve y la cosa acaba bien. Pues no, la cosa no acaba bien, y basta ya de que el cine trate hacer películas para cicatrizar. Hay cosas que no deben cicatrizar jamás, porque son heridas en lo profundo de nuestra soberbia ilustrada de humanidad. Y pese a que nos deja con la herida abierta en un primer momento, finalmente la cosa se resuelve en una lucha contra el analfabetismo... ¿Realmente creen ustedes que leer libros hará que no vuelva a suceder? Justamente esa Ilustración fue la que hizo esa ley... Hay cosas que ya no se pueden decir, justamente después de ciertos libros... Lean por favor "Dialéctica de la Ilustración" de Adorno y Horkheimer y vuelvan a ver la película.

Hace años, casualidades de la vida, cayó en mis manos el guión de esta película… Una critica salvaje a la democracia como “pacto de no agresión”, al conformismo político, a esta sociedad del bienestar en que estamos entrenados a guardar las apariencias y que nos tiene a todos idiotizados. Una sociedad en que ya estamos todos disciplinados, normalizados y controlados… y parece que incluso nos gusta, a juzgar por la ausencia de disidencia. Mientras tanto, los que mandan son los de siempre, eso si, con la cínica mascara de los derechos humanos, los comités de ética, los pactos sociales y los absurdos consensos. El acierto del guión era, no sólo utilizar la fabula como medio de análisis crítico sino, a través de ella, revelar que “el humanismo” no tiene nada de “humano” y que en el fondo seguimos siendo animales despedazándonos unos a otros… Recuerdo que el reparto de roles sociales entre la fauna animalesca era de un sarcasmo impresionante. En un panorama cinematográfico en que la critica social y política brilla por su ausencia, me alegré de ver que aquel guión había salido a la luz…. Estoy deseando verla….

Esta pelicula no es sobre Él (el "American way of life", el tedio, el trabajo absurdo, el amor), sino sobre Ella (la mentira que se construye, la búsqueda de alguna razón para sostenerla, la soledad de lo cotidiano). Ella es la película. Ella es quien construye a su alrededor un mundo basado en una promesa. La promesa de crearse a si misma. Él, el error como promesa. Si algo hay en esta película, más que lo que ya nos han contado otras veces (el soberbio aburrimiento de la sociedad del bienestar, el sinsentido de hacerle caso al despertador cada mañana, lo anormal de nuestra normalidad) es que Ella nos dice que lo "irremediable del vacío" ya no puede esconderse bajo la alfombra. No ha lugar más mentiras, ni vivir creyéndolas. El vacío irremediable es "París", tanto como "Él". Ponerle un nombre, llevarlo al quimérico lugar en que desaparece, es, tan sólo, perder el tiempo. París no existe, ni Él, sólo la posibilidad de París y la posibilidad de Él. Y desplazarlo, pensar que allí es donde por fin desaparece, en un lugar o en un Otro, es la mentira que nos sostiene en lo irremediable del tedio. Esa posibilidad de hacer desaparecer de algún modo el vacío, no es ninguna esperanza, sino tomar ese tedio para volverlo contra sí mismo.

Esta es una pelicula sobre Ella. La mujer. La que descubre que Él forma parte, como la casa, el jardin y la vajilla, de un catálogo; que no puedes hacer del Otro tu proyecto. Amor que (se) consume.

Todo lo demás (la inmensa Kate, el denso guión, Leonardo que mejora- pero que no llega-, los planos que inundan...) ya está dicho.