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España España · Barcelona
Voto de Nietzscheana:
6
Drama. Romance Alemania después de la II Guerra Mundial. Michael Berg (David Kross), un chico de quince años, pierde el conocimiento mientras regresa del colegio. Hanna Schmitz (Kate Winslet), una mujer seria y reservada que le dobla la edad, lo recoge y lo lleva a su casa. Entre ambos surge un apasionado y secreto idilio que se ve interrumpido por la misteriosa desaparición de Hanna. Ocho años más tarde, siendo estudiante de Derecho, Michael vuelve a ... [+]
1 de marzo de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una cosa que no le perdono a la película: el final. No le perdono que después de mostrar como otras no lo habían hecho la herida abierta del Holocausto desde el punto de vista del Otro (en este caso el alemán de a pie) finalmente resuelva con una catarsis de segundo orden la película. Me explico... Fue Adorno quien dijo que después de Auschwitz ya no era posible la poesía... pero ha sido necesario mucho cine para que Occidente pueda digerir lo que pasó. No es lugar aquí para abrir controversia sobre la finalidad de tanta memoria histórica, pero sí, al menos, apuntar el rasgo distintivo de esta película. Poner el punto de mira no sobre la moralidad sino sobre la legalidad, como expone el profesor. Los alemanes cumplían con la ley. Kate cumplía con su obligación, hacía lo que se esperaba de ella. Es muy fácil mostrar un punto de vista maniqueo como sucede en la mayoría de películas en que se impide la reflexión sobre qué pasó y cómo pudo pasar. Porque es muy fácil pensar que era simplemente un líder loco y que nadie sabía lo que sucedía... así se resuelve muy fácilmente la cuestión. El reto es pensar qué hubiésemos hecho si cualquiera de nosotros hubiese sido alemán en Alemania. Y probablemente, aún cuando la respuesta ahora es un "yo no", es mucho más desafiante pensar que probablemente nos hubiéramos comportado como Kate. Estamos demasiado acostumbrados a hacer lo que se espera de nosotros como para pensar que no veríamos, como Kate no veía, hasta que pudo ver. Y si me quejo del final es porque, cuando la víctima se niega a perdonar, se niega al público la catarsis del final cerrado en que todo se resuelve y la cosa acaba bien. Pues no, la cosa no acaba bien, y basta ya de que el cine trate hacer películas para cicatrizar. Hay cosas que no deben cicatrizar jamás, porque son heridas en lo profundo de nuestra soberbia ilustrada de humanidad. Y pese a que nos deja con la herida abierta en un primer momento, finalmente la cosa se resuelve en una lucha contra el analfabetismo... ¿Realmente creen ustedes que leer libros hará que no vuelva a suceder? Justamente esa Ilustración fue la que hizo esa ley... Hay cosas que ya no se pueden decir, justamente después de ciertos libros... Lean por favor "Dialéctica de la Ilustración" de Adorno y Horkheimer y vuelvan a ver la película.
Nietzscheana
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