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Críticas de pieropiero
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
10
23 de septiembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espectacular filme de Chaplin, que aunque teniendo 80 años de edad luces de la ciudad sigue siendo una película que no deja indiferente a su espectador y aun hoy en día es considerada como una de las mejores de todos los tiempos. Hace poco tiempo el AFI o American Film Institute elevaron a luces de la ciudad como la mejor comedia romántica de todos los tiempos, por delante de obras clásicas como Annie Hall,(Woody Allen, 1977) o Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953), y eso que esta película es muda.La prestigiosa Sight and soun la colocó en el número 50 de las 250 mejores películas de la historia. Chaplin hoy en día sigue siendo recordado como un genio del séptimo arte, mudo y sonoro (El gran dictador y candilejas son sonoras).

La película esta escrita, dirigida, producida y protagonizada por el mismo Chaplin, incluso se dio el lujo de componer la banda sonora que también esta combinada con la composición maestra "La Violetera" (José Padilla, 1914). La dirección de la película es mágica, abundan los planos cortos donde se enfoca de manera principal a Chaplin y/o algún actor secundario. Algo muy de Chaplin, que posiblemente sin que el lo supiera estaba creando una obra para la posteriedad. La dirección esta tapada con el magnifico argumento de la película. El argumento trata de una chica ciega que un día conoce a Chaplin y lo confunde con un hombre rico (hay que recordar que el personaje de Charlot siempre es un vagabundo, aunque con modales de la clase alta) y el se enamora de ella. A partir de aquí toda la película trata sobre las vueltas que le da el destino al pequeño vagabundo y a su "amiga" ciega. Durante toda la trama de la película se hace imposible parpadear, Chaplin sin el uso de palabras esta contando una de las historias mas bonitas de toda la historia del cine y también uno de los finales mas imponentes de la historia del cine. la interpretación de Chaplin es soberbia, sobre todo en las escenas claves de la película y en su soberbio final. durante su interpretación de la película hace acopio de sus mejores expresiones faciales y la actriz secundaria, Virginia Cherrill, que aunque su papel es mas bien hacer de ciega, lo que viene a ser hablar con la mirada perdida, no deja indiferente ya que esta brillante en los puntos clave de la película, sobre todo en el final. En todos estos aspectos la película tiene un sobresaliente.

Es de extrañar que una obra maestra como esta no tenga ningún Óscar. En 1931 la ganadora del Óscar a mejor película fue cimarrón (Wesley Ruggles, 1931 y también fue la primera película sonora en ganar un Óscar). Con el paso del tiempo cimarrón se a convertido en una obra clásica, pero para luces de la ciudad el tiempo la ha consagrado como una obra maestra y una película imprescindible para cualquier cinéfilo o incluso critico de cine o persona normal. Aunque la obra no cuente con ningún Óscar, ya de por sí tuvo un estreno muy mediático ya que Chaplin invitó al estreno de esa gran película al físico Albert Einstein, que al salir dejó estas impresionantes declaraciones que no pasaron desapercibidas: "alguien que estudie todas mis teorías con el paso del tiempo las podrá olvidar, alguien que vea esta película con el paso del tiempo no olvidará lo que hace sentir".

Parece todo muy bonito hablando sobre esta película ahora, en 2012, pero en 1931 Chaplin estaba muy inseguro sobre la acogida que recibiría la película por parte del publico y de la crítica. Chaplin haciendo una película muda en pleno apogeo del cine sonoro. Algunos lo catalogaron de “loco” pero Chaplin por aquel entonces estaba "en racha". En 1921 había hecho la que es considerada como su primera obra maestra, “The Kid” (El chico, 1921) y posteriormente sacó la mágica “The Gold Rush” (La quimera del oro, 1925) y “The Circus” (El circo, 1929, es su única película ganadora de un Óscar).

Película imprescindible, película hecha para los que quieren reír o quieren llorar, película hecha para no parpadear, película hecha para valorar lo que tenemos y a nuestros seres, película que... hay que ver DOS veces en la vida.
pieropiero
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2
28 de febrero de 2023
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entrante: Un grupo de personajes variopintos que poco tienen que ver entre sí, y únicamente relacionados por su gusto ‘foodie’ se van a disfrutar de una experiencia gastronómica única en un restaurante situado en una isla que pertenece a uno de los mejores chefs del mundo.

Primer plato: Nos encontramos con unas actuaciones mediocres propias de personas que sin creer en lo que están haciendo se han tomado un poco de ayahuasca, dos benzodiacepinas y un chupito de vodka para aguantar el tirón. Y claro, pasa lo que pasa. Los personajes de la película dan una magistral cátedra sobre cómo NO se debe de actuar. En la vida no hay nada que haga crecer más a las personas que la competición y por momentos la película se vuelve un verdadero certamen de ver quién del elenco actoral nos puede presentar la peor actuación. En mi opinión personal y por mucho que me duela decirlo, creo que Ralph Fiennes se lleva la palma. En resumidas cuentas, sus expresiones son inexistentes siendo incapaz de gesticular ni un solo momento durante la película. Espero que su inexpresividad se deba a que se pinchó un poco de botox antes de grabar sus escenas o a que no creía, normal por otra parte, en el proyecto cinematográfico dirigido por Mark Mylod. El primer plato soso.

Segundo plato: Un guion crudo al que le faltan un par de cocciones. Y por par de cocciones me refiero un poco más de tiempo de trabajo y reflexión. Da la sensación que los guionistas tuvieron la idea central de la película, y creyendo que era maravillosa, se pusieron a escribir rápidamente el guion para no dejar que se les olvidara su maravillosa inspiración para castigo de los espectadores. Si corres en el cine, igual que en la cocina, pasa lo que pasa: las cosas no salen bien. Los platos quedan mal y hay que tirar a la basura la comida si no quieres que los comensales deban de pasar por un vía crucis culinario comiendo algo mal hecho. Lo mismo tendría que haber pasado con éste guion: debería de haber acabado en la basura. Y un consejo para Seth Weiss y Will Tracy, los guionistas de la película: Si vuestros conocidos os dijeron que el guion era bueno, cambiad de amigos. No os quieren bien.

Postre: el postre chamuscado. No me he podido resistir a hacer la broma. ¿Cómo se puede esperar que sea el desenlace de una película tan mala? Pues peor. Acabas con un gusto amargo, sin entender bien lo que ha pasado o no queriéndolo entender para no tener que aceptar que hubiera sido más provechoso ver una película de ‘A todo gas’ que ésta. Porqué siendo ‘A todo gas’ películas bastante flojas, al menos no te engañan. No pretenden hacer cine de autor. Ni siquiera se toman demasiado en serio a ellos mismos: saben lo que dan al espectador y al espectador le gusta. En cambio, aquí nos encontramos con lo que parece la intención de hacer una película con verdadera profundidad y acaban realizando todo lo contrario Al final, sales con una indigestión y acidez estomacal con la que parece que ni siquiera el pepto-bismol, las sales de frutas y un cargamento de manzanillas puedan ayudarte.
pieropiero
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7
5 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Almas en pena en Inisherin' es la cuarta película de Martin McDonagh, director de la aclamada 'Tres anuncios a las afueras.' En ésta película es guionista a la vez que director y en los dos apartados está fantástico. Nos brinda un guion inteligente así como una dirección notable.

En ésta película McDonagh nos lleva a las Islas Aran irlandesas a principios de los años veinte para contarnos una historia sobre la amistad, la bondad y la vida de las almas en pena que habitan ese pequeño lugar del norte de Irlanda. Como argumento central tenemos la amistad de Pádraic y Colm, dos viejos buenos amigos que todos los días se ven y charlan en la taberna del pueblo tomándose unas pintas. Hasta que un día Colm decide romper la amistad con Pádraic sin motivo aparente. No ha existido ni una discusión ni desprecio que pudieran justificar esta brusca decisión. Pádraic, al ver que no hay una razón de peso para que su amigo se quiera alejar de él, no se da por vencido y decide recuperar la amistad sin éxito. Tanto es así que Colm le amenaza diciéndole que se cortará los dedos de la mano si sigue insistiendo para que sean amigos. Esta amenaza es el mayor daño que se le puede hacer, pues Colm es músico y su única pasión en la vida es tocar su violín. A partir de aquí se desencadenarán unos hechos que pondrán en apuros a éstos dos viejos amigos y las personas del pueblo que los rodean.

La película tiene un ritmo constante, que a veces puede ser repetitivo al principio sin llegar a hacerse tedio o pesado. Colin Farrell, interpretando al inocente y un poco corto de luces Pádraic, nos brinda la que posiblemente sea la mejor actuación de su carrera. Poniendo la guinda a una película que a pesar de un argumento relativamente simple, esconde muchas capas.

Con un escenario idílico de fondo, McDonagh nos habla de las aspiraciones de los seres humanos utilizando a las personas atrapadas en esa pequeña isla irlandesa. Como esas personas sueñan con algo más en su vida que pastar su ganado y luego ir a emborracharse hasta que ya no les quepa una cerveza más en el cuerpo. Colm, un personaje nihilista, es la contraposición a Pádraic El primero ve el arte, la música en concreto, como la manera de trascender en la vida para que nuestro paso por la tierra no se resumen en un puñado de años sin nada destacable que nos permita ser recordados. En cambio, Pádraic, sin esos anhelos y aspiraciones entiende que lo que verdaderamente merece la pena es la bondad, ser amigo de tus amigos y hacerlo lo mejor posible en nuestro día a día. Dejando la posteridad para quien la quiera. Éste punto de partida será el inicio de un viaje para Pádraic a la pérdida de la bondad y del que ya nunca más volverá a ser el mismo.

Como ya he dicho, Colm es un nihilista. Se puede ver en su concepción del mundo (las escenas del confesionario son una buena muestra de ello) y a su vez en un diálogo con la hermana de Pádraic, Siobhán, dónde le reconoce que ante su pesar vital, la idea del suicidio le es recurrente. Y para la Siobhán, posiblemente el personaje con la mayor profundidad intelectual de la película, también le ocurre al sentirse atrapada en Inisherin viviendo como “almas en pena” viendo pasar el tiempo de la vida.

Además, McDonagh, muy inteligentemente, añade otros dos personajes que acaban de redondear la historia. En primer lugar la anciana de la isla, que en un primer momento se nos presenta de forma cómica pero que en el transcurso del largometrage adquiere una carga dramática muy grande. Por momentos este personaje obtiene tintes proféticos avanzando los desenlaces fatales que se avecinan sobre Inisherin. El segundo personaje es Dominic, un chico con discapacidad intelectual y al que su padre maltrata.

En definitiva, Almas en pena en Inisherin es un relato especial que con la historia de éstos dos amigos, nos permite introducirnos en algunos de los recovecos más profundos del alma humana.
pieropiero
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8
12 de noviembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1955 Luis Buñuel estrenó dos películas, la adaptación de la famosa novela de Daniel Defoe de 1791 ‘Robinson Crusoe’ y ‘Ensayo de un crimen’, también adaptación de una novela de Roberto Usigli.

En lo que respecta a la segunda Buñuel crea una obra estupenda que no está a la altura de ‘Los olvidados’ (Luis Buñuel, 1950), pero que indudablemente es una de las películas más reseñables de su etapa mexicana.

Aquí la gran magia de la película, que a veces nosotros mismos nos creemos personas que no somos, y actuamos de tal forma que no seguimos los deseos de quiénes somos, sino de quiénes nos creemos ser, lo mismo que le pasa a Archibaldo, y ha muchos otros. Siempre hay que buscarse uno mismo, y lo más importante, ser fiel a quien seamos.
Entre los aspectos técnicos, no solo hay que destacar la dirección, manejada de forma especial por el genio que todos sabemos que es Buñuel, sino también la fotografía de Agustín Giménez (que ese año se llevó el premio de la academia de cine mexicano a mejor fotografía) o el guion adaptado de Luis Buñuel y Eduardo Ugarte.

La película consiguió 8 nominaciones a los premios Ariel a mejor película, director, actor, actriz de reparto, actuación infantil, guion adaptado, edición y fotografía. Como ya he dicho, el único premio que consiguió es a mejor fotografía por el trabajo de Agustín Giménez. Curiosamente Buñuel a pesar de no llevarse ningún premio por ésta película, fue el gran ganador de ese año, porque como he dicho, Buñuel en 1955 también estrenó la adaptación de ‘Robinson Crusoe’ que fue la que le ganó los premios a ‘Ensayo de un crimen’ en todas las categorías importantes en las que competían (Película, director, guion adaptado y edición).

Otro dato curioso es que dos películas españolas han querido hacerle su pequeño homenaje a ésta joya de la etapa mexicana de Buñuel, porque claro está que no todo va a ser los olvidados, ¿no?. En ‘Carne trémula’ (Pedro Almodóvar, 1997) y ‘Crimen ferpecto’ (Álex de la Iglesia, 2004) aparecen escenas de ‘Ensayo de un crimen’. De vez en cuando está bien homenajear a los maestros del cine español, que parece que se nos olvida, pero los tiene, y muy buenos, sin nada que envidiar a otros grandes directores europeos.

Para finalizar hay comentar que ésta película ocupa el puesto 47 entre las mejores películas mexicanas de la historia.

Así pues, nos encontramos ante una película que la vestidura de “obra maestra” le queda grande, pero sí que es una de esas películas que de una forma muy amena y entretenida (el tiempo que dura la película se pasa volando) consigue tratar un tema tan complejo como el el de conocernos a nosotros mismos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
pieropiero
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8
19 de marzo de 2020
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El amor es, quizá, el tema universal por excelencia, y sirve como pilar de la mayoría de historias. Por supuesto, éste capítulo de Black Mirror no iba a ser menos.

La trama nos narra un mundo distópico, como es habitual en Black Mirror, en el que la gente queda para conocerse gracias a una aplicación y ésta determinará lo que durará su relación. Puede ocurrir que la pareja que te ha tocado te guste mucho y solo puedas estar unas horas con ella, o al revés, que la detestes y debas de pasar años. Es "El Sistema" el que decide por nosotros. Pero, ¿qué pasa si dos personas se niegan a seguir lo establecido y quieren estar juntos más tiempo del que les obligan?

Es ésta la situación que el guionista Charlie Brooker nos plantea. Y si la idea de la trama ya es buena de por sí, a los mandos del proyecto está Timothy Van Patten, reputado director que ha estado detrás de las cámaras de otras grandes series como "Los Soprano", "Hermanos de Sangre" o "Juego de Tronos". Y por supuesto Van Patten no decepciona, la dirección es excelente.

Además, a un director consagrado, le hemos de añadir que el peso de la historia lo llevan dos actores que en sus respectivos papeles sobresalen de la pantalla y sin caer ni en la exageración ni en la inexpresividad, saben cuando ser comedidos o cuando mostrarse más incontrolados. Entonces tenemos como resultado éste genial capítulo que atrapa al espectador. La pareja protagonista la forman Gerogina Campbell y Joe Cole, al que todos conocemos de Peaky Blinders.

Durante los poco más de 50 minutos que dura el capítulo es imposible no empatizar con los personajes, compartir sus frustraciones, deseos, sus conversaciones con "El Sistema". Brooker y Van Patten hacen una sútil crítica a la digitalización de la sociedad, tema recurrente en Black Mirror, y como cada vez las tecnologías ganan más importancia en nuestra vida y nos llevan a tomar determinadas decisiones. En la serie es la tecnología quién decide por nosotros la persona con la que estaremos el resto de nuestras vidas.

En un momento en que Amy (interpretada por Cambell) habla con "El Sistema", y éste le dice que tiene que ir probando de pareja en pareja, y pasando un tiempo con cada una, hasta que llegue con la que se quede, en lo que claramente es un paralelismo con la realidad. Y ésto es una de las genialidades del capítulo, no solo la crítica a las nuevas tendencias de la sociedad, sino al análisis que hace Brooker de las relaciones. Por mucho que nos rodeemos de tecnología, son los sentimientos los que mandan y esa es la fuerza más grande. Para mí es el gran mensaje del capítulo.

Toda la trama se desarrolla bien, hasta el final. El desenlace me parece demasiado precipitado, simplista y abierto, dejando al espectador un sabor agridulce en la boca. A causa de su final creo que se queda a las puertas de ser una obra maestra.
pieropiero
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