¿En cuantas películas hemos podido ver a ex-combatientes de Vietnam algo tocados de la cabeza? Un ejemplo claro lo tenemos en Walter, el peculiar amigo del Nota en "El Gran Lebowski", sin embargo en "Taxi Driver" Scorsese nos muestra esa vivencia desde el punto de vista de una persona solitaria, insomne y pensativa. Su forma de pensar es retrógrada, odia el mundo en el que vive y su manera de arreglarlo es una limpieza en las calles.
Un taxi en la nocturnidad es su único compañero pero realmente Travis siente en su interior que necesita una persona que le complemente, que le haga sentir que no está solo en su vida.
El taxi es una metáfora de su locura interna que poco a poco vemos aflorar, nadie imaginaría que pueda haber un heroe en Travis, pero,¿quien sabe?
Con esta película muchos podemos sentir que nos estamos conociendo interiormente hasta límites insospechados.

Realmente es un paso adelantado del cine de su época, un cine intimista al que no estamos acostumbrados a ver en Scorsese.
La fotografía intenta transmitir los sentimientos del protagonista, la música la complementa y junto con unas actuaciones espectaculares, hacen de esta cinta un clásico que no tiene porque gustar a todos, sin embargo lo hace y ahí es donde reside su magia.

Es sorprendente el sentimiento de euforia que puede sentir una persona cuando acaba de ver una película que ha transmitido mas de lo que se esperaba antes de verla.
Eso me pasó con Scarface, una de mis películas favoritas. Tras las mas de dos horas que dura, sentí que el tiempo pasaba rápido, y quería detenerlo y quedarme dentro de aquel mundo un rato mas.
Pensé que Carlito´s way sería mas de lo mismo, Al Pacino como protagonista , Brian de Palma en la dirección... Mucha gente me hablaba genial de esta película, así que me dispuse a verla.
Realmente quedé sorprendido por el ritmo tan trepidante y la fuerza que posee esta obra.
El irregular Brian de Palma lleva a cabo un guión sorprendente excento de las idas de olla de Oliver Stone y con una poderosa fuerza que te hace estar pegado a la pantalla durante las 2 horas y cuarto de metraje sintiendo que ya no hay marcha atrás para Carlito Brigante.
Es recomendable al máximo para quien disfrutó con Los intocables de Elliot Ness o Scarface.
Parece mentira que trás esta película, De Palma rodara Mision Imposible, lo que si que se ve, es que le cogió gustillo a las escenas en los trenes.

Disfruten sabiendo que hubiera pasado si Tony Montana volviera a las calles.

Requisitos para hacer la comedia perfecta:

Un reparto increible (Bridges, Goodman, Turturro, Moore. Buscemi, etc)
Director de primera (en este caso directores, los hermanos Coen).
Un guión firme como el acero.
Unos personajes estudiados al milímetro.
Unas caracterizaciones expléndidas.
Una fotografía soberbia.
Y por supuesto, el Nota, que supongo que a todos los que han visto esta película se les ha quedado un trocito de él en el corazón.
Un personaje en toda regla. Vago, sucio, bebedor, jugador pero entrañable.
La gracia de esta cinta reside en la gran amistad que le une a Walter, su amigo ex-combatiente en Vietnam y polo opuesto total de la personalidad de Lebowski, por no hablar del resto del elenco que sorprende en cada aparición.

Sin duda la película con el humor mas Coen que cualquiera que hayamos visto de estos hermanos.

Personalmente, puede parecer una desfachatez, pero pienso que esta comedia solo es superada por El gran dictador, pese a quien le pese.

Y finalmente decir, que el titulo nos engaña.
Nosotros solo queremos ver a Lebowski, no al gran Lebowski.

Larga vida al Nota