¿En cuantas películas hemos podido ver a ex-combatientes de Vietnam algo tocados de la cabeza? Un ejemplo claro lo tenemos en Walter, el peculiar amigo del Nota en "El Gran Lebowski", sin embargo en "Taxi Driver" Scorsese nos muestra esa vivencia desde el punto de vista de una persona solitaria, insomne y pensativa. Su forma de pensar es retrógrada, odia el mundo en el que vive y su manera de arreglarlo es una limpieza en las calles.
Un taxi en la nocturnidad es su único compañero pero realmente Travis siente en su interior que necesita una persona que le complemente, que le haga sentir que no está solo en su vida.
El taxi es una metáfora de su locura interna que poco a poco vemos aflorar, nadie imaginaría que pueda haber un heroe en Travis, pero,¿quien sabe?
Con esta película muchos podemos sentir que nos estamos conociendo interiormente hasta límites insospechados.

Realmente es un paso adelantado del cine de su época, un cine intimista al que no estamos acostumbrados a ver en Scorsese.
La fotografía intenta transmitir los sentimientos del protagonista, la música la complementa y junto con unas actuaciones espectaculares, hacen de esta cinta un clásico que no tiene porque gustar a todos, sin embargo lo hace y ahí es donde reside su magia.