Esta compleja, incoherente e inconexa película que reflexiona sobre las crisis de creatividad, sobre el amor y sobre los recuerdos desde el particular punto de vista de este autor. El film está plagado de transiciones oníricas, imágenes del pasado del protagonista y pensamientos del protagonista que provocan una incomodísima sensación de inconsistencia argumental, que se ve potenciada por la continua aparición de personajes y brevísimos diálogos que no permiten ni al protagonista ni al espectador entender que es lo que está cual será el devenir de la película.

Cabe destacar el desenlace que permite al espectador encuadrar definitivamente todo lo que ha visto en las dos horas anteriores. Pueden encontrarse algunas escenas cómicas, comprensibles e interesantes como el sueño de construir un harén.

En cualquier caso puede resultar desagradable su visionado a quien no aprecie en el cine que la comunicación con el espectador pase a un segundo plano generándose la complejidad de una extraña edición así como el uso del tiempo y el espacio de un modo confuso.

King Vidor presenta una cinta de corte clásico cargada de reflexiones ideológicas. La arquitectura sirve como medio para construir un incoherente debate que pretende enfrentar la libertad individual, representada por el arquitecto renovador, independiente e íntegro con un falso colectivismo encarnado por la comunicación de masas, la corrupción y el gran capital. Vidor ensalza al hombre hecho a si mismo y defensor de la honradez el trabajo y el progreso algo que el espectador admira desde el primer momento. Algunos diálogos inconexos personajes incomprensibles como el papel encarnado por Patricia Neal, divagaciones que poco ayudan al espectador tampoco sirven para que el espectador permanezca ni siquiera entretenido. Tan solo aguanta el chaparrón con la esperanza de ver triunfar al protagonista con sus fabulosos proyectos.
Es realmente triste percatarse finalmente que se trata de un panfleto adoctrinador, que todos esos diálogos falsamente intelectuales, que la contraposición de todos los personajes al protagonista son tan solo un medio para construir un diálogo final de ideología ultra liberal y con muy escaso fundamento.

Divertido ejercicio de contraposición de personajes de carácteres extremos. Este film que tiene todo tipo de situaciones estrafalarias invita con suavidad a la reflexión del espectador, quien fácilmente identifica a los personajes con sus congéneres y/o consigo mismo. Il Sorpasso dispone de una fabulosa banda sonora, preciosas imágenes de carretera, maravillosas chicas de la época y muchos enredos sencillos que sin provocar la carcajada mantendrán la sonrisa del espectador a lo largo de casi todo el metraje.

En esta ocasión Kitano nos presenta un auténtico disparate que ameniza por momentos con elementos de sutil humor. La primera parte del film tiene encanto y criterio con muchas referencias, parodias y críticas a diversos aspectos del cine propio y ajeno. Seguidamente se embarca en una historia sin rumbo con un humor mucho más banal y que roza la mediocridad en su intento de realizar un despropósito interesante. Película muy prescindible que puede llegar a aburrir. Si vais a verla, quedaros tras los subtítulos ya que hay otro pequeño capítulo.

La tumba india es una aburrida cinta de aventura clásica de la que pueden salvarse tan el exotismo y la evocación de la barroca riqueza de los marahas. La película tiene un argumento insultantemente obvio, unos diálogos muy pobres y una narración tan poco elaborada que incluso la introducción es una acelerada comida mascada.
Es destacable el erótico baile de una de las protagonistas que resulta impactante para el cine de la época.
En cualquier caso el film es tan solo recomendable para los fanáticos del cine más clásico pues es el equivalente en su época a cualquiera de las superproducciones américanas de nuestros días.