Así se encuentran nuestros protagonistas. Sin rumbo, sin razón de ser. Abocados por una inercia, un sentimiento mutuo un nacionalismo barato. El enemigo está en uno mismo. No busquemos culpables fuera, el cuchillo nos lo clavamos nosotros.

No sé si el último gol entra dentro del tiempo, no sé si hay vida después de las campanas pero lo único que sé es que la verdadera vida está en el recreo. La Patagonia no necesita ningún trapo, ni una línea para dividirnos. Hagamos caso al viento. Ni Cóndores ni Pumas. Ni argentinos ni chilenos. El miedo nos une, no somos más que corderos perdidos. Ya nos lo decía el grupo de música vasco “Dut”, la bandera es un trapo cuando no hay viento.

Habrá muchas películas antibelicistas, pocas dicen tanto con tan pocos tiros, muertos y efectos especiales. No hay buenos ni malos, sólo víctimas de un viaje sin sentido, sin brújula, sin objetivos. Al enemigo ni agua dirán unos, ahora toca saber quién es ese enemigo.

¿Capaz o incapaz?

¿Quién no ha hecho una apuesta estúpida alguna vez?, ¿Quién no ha llevado a cabo una acción, que para los demás parecía una tontería, pero para una persona especial no lo era? En el amor y en la guerra todo vale. Esta película se puede resumir en eso, una apuesta estúpida que empezó en un día especial, después de clase y que más que un juego, se ha convertido en la regla que dicta la vida.

Los dos jóvenes, saben que el juego les va a llevar a la perdición, que es un viaje sin retorno, y que en cualquier momento pueden romper el juego y vivir una vida “normal” de enamorados, ¿pero qué sentido tendría eso?

Se han hecho muchas películas de amor, casi todas, parten de la base de que los protagonistas se aman y hay algún problema, externo o interno, que les separa, todas esas películas con finales románticos, a mí, no me aportan nada, no son mi tipo, y eso era lo que me esperaba de esta película, un romance típico mezclado con Amelie. Al final, para mi gusto y sorpresa, más se parece a un Amelie de serie B que a la feliz original.

Hacer cine original no es fácil, se han escrito muchas historias y más sobre romanticismos. Ese es el plato fuerte, el rasgo que de verdad hace valer esta película, su originalidad. Si me hubiesen dicho que esta historia era una tragicomedia griega, reescrita, me lo hubiese creído.

La película tiene muchos momentos memorables, casi todos con toques de humor negro. Lo peor de la película son los personajes secundarios, tan estereotipados que los pocos minutos que aparecen, hacen perder puntos al largometraje. Pero en general, es una película que aunque no vaya a ningún tipo de top 10 personal, aporta mucho, se deja ver y es muy recomendable.

Puntuación: 72/100

Lo mejor: El final original
Lo peor: Los personajes secundarios y el segundo final pasteloso con la fórmula de “¿Qué pasaría si…?”

Hace años empecé a hacer una lista de 'películas pendientes' y esta estaba en esa lista, mayormente por las buenas criticas que leí cuando estuvo en el festival de cine de Donosti. Pero como la mayoría de las películas de mi lista, se estaba quedando olvidada, hasta que alguien me la recomendó. Así después de varias semanas esperando en el emule con el 97% completado, pude hacer unas palomitas y asistir a una sesión veraniega de cine.

Es la primera película que veo de este director, pero visto lo visto no va a ser la ultima. La historia comienza bien, sin prisa pero con buena letra. Analizando a un monje budista y su padawan, vemos como se respeta a la naturaleza y que cada acción tiene su reacción opuesta (ya sea una piedra en la espalda o hundirse con la chalupa), con forme vaya pasando el tiempo, la historia traza un ciclo que el titulo hacia prever en cuatro fases, cuatro estaciones. El aprendiz cometerá un pecado original enamorándose de una joven de una ciudad, momento muy interesante con el choque de dos culturas muy diferentes con sus respectivos fallos o debilidades. Aunque el final pueda parecer catastrófico no es mas que la vuelta al principio, el joven aprende, por la fuerza, pero aprende y ahora es el turno de enseñar.

La fotografía es perfecta, sin duda lo mejor de la película, el valle, solitario templo del Budista, es pura naturaleza. No soy amante de las películas casi mudas, pero en esta es un acierto, las pocas palabras que se pueden escuchar son necesarias y no hacen mas que enfatizar lo visual. Por decir algo en contra, la situación final es bastante obvia pero no como llegar a esa situación final, encima la radiografía del budista perfecto también cuesta un poco de creer.

Para siempre se me quedaran en la memoria las escenas del principio atando animales, los policías disparando en el lago, el invierno con el lago helado y como no al budista quemándose a lo bonzo, en una secuencia épica.

Lo mejor: La fotografía y la sencilla pero contundente historia.
Lo peor: Es muy idealista.

La película empieza sin titubear, directo al corazón. La escena del aeropuerto, puente de conexión entre dos culturas aumenta la frecuencia de los latidos al compás de la música.

La evolución de la cinta es frenética. Aunque toquemos varias veces la libertad con las yemas de nuestros dedos, lo único que logramos es que la caída sea más grave.

La mayoría de los diálogos son dignos de enmarcar sacando trasfondos, paralelismos y metáforas de todos los sitios posibles. Aunque la esencia de la cinta se alberga en la simplicidad y la empatía que tenemos hacia el protagonista. Billy es él y sus circunstancias. No desea nada del otro mundo, lo único que quiere es la libertad, justicia y el espectador le entiende. Todas sus acciones están más que justificadas por muy deplorables que algunas de ellas sean.

Aunque la historia esta basada en hechos reales, la cinta muestra una visión de Turquía que seguramente se aleje mucho de la realidad del país. Lo que en la película se quiere reflejar no es un país, sino una cárcel, una fábrica o una sociedad corrupta y al Andy Dufresne soñador de turno.

El final es increíble, cuando la “máquina rota” le corta la mano a la fábrica y el operario de turno sufre un accidente laboral. El bombeo del corazón se contagia e intentamos salir corriendo de la fábrica. El final puede considerarse un poco predecible aunque viendo el vertiginoso desarrollo de la cinta, me esperaba cualquier cosa. Aunque al final haya podido coger el expreso, este se ha retrasado varios años…

Lo mejor: Las frases, la empatía que se consigue hacia el protagonista y lo bien que la música acompaña el film.
Lo peor: Los estereotipos hacia toda la sociedad de Turquía.

No soy fan del cine bélico clásico, de esas películas que utilizan la guerra como excusa para grabar escenas de lucha entre dos bandos. Si soy fan del cine al detalle, de esas películas que muestran la otra cara, que desnudan la sinrazón humana y analizan pequeñas historias dentro de grandes situaciones.

Lo importante en esta película no es el conflicto entre dos naciones, sino el poder de la situación y la lucha entre el honrado y el aprovechado. La lucha entre el que piensa que en la guerra todo vale y el que no renuncia a sus principios ni en las situaciones límites.

El plato fuerte del film es el reparto, aunque por desgracia y por gustos personales, el personaje de Michael J Fox no lo veo creíble. Aunque intente poner cara de “Soy una buena persona y violar a una mujer no está bien” el ceño se parece más a un “¿Has construido una máquina del tiempo con un Delorean?” son gafes de identificar a actores con películas, pero no he podido aislarlo. El papel de Sean Penn me ha parecido soberbio.

Película mas que recomendable, donde la tensión entre los dos protagonistas es trasmitida tan bien que logra cabrear al espectador.

Nota: 74/100
Lo mejor: El papel de Sean Penn
Lo peor: La resolución "positiva"