"Birdman" o (La inesperada virtud de la ignorancia) me ha hecho levitar de mi butaca, creía que mi cuerpo deambulaba por la sala de cine, sobrevolando y permaneciendo unos metros por encima del resto. Era consciente y podía controlar los movimientos, con delicadeza, sútilmente, pero sin rumbo ni destino fijo, ¡ERA LIBRE¡. Llegué a pensar que estaba entorpeciendo con mis asiduos balanceos y piruetas a los demás que me acompañaban en la sala compartiendo el visionado de la película, pero rápidamente descubrí, que ellos también velozmente aprendieron a VOLAR. Es lo que el Señor Iñárritu nos ha convertido, somos "BIRDMANS".

....................................una sucesión continua de oportunidades.

Aunque joven soy y muchas son las ganas de vivir que tengo, las personas avanzamos y envejecemos con el transcurrir de los días, pero son esos mismos días los encargados de ir dibujando nuestra personalidad, nos dan forma y sentido, y nos llenan de experiencias nuevas que jamás olvidaremos y que las llevaremos siempre con nosotros.

Cuando una persona se enfrenta al último tramo de su vida, la vejez, ha de hacerlo convencido de haber una tenido una vida justa, feliz y satisfactoria.

Algunos ilustres, escritores y dramaturgos confundían (yo pienso que los que realmente estaban confundidos eran ellos) , o dicho de mejor manera, equiparaban la vejez a una enfermedad y el mundo a un gran hospital. En mi opinión la vejez no es ninguna enfermedad sino la historia de una persona, el recorrido de caminos incesantes y lugares maravillosos, el aprendizaje hacia la naturaleza y la sabiduría, el amor a otras personas, la felicidad de ser quien eres, la alegría de sentirte orgulloso de estar vivo para vivir y, como no, contar una y otra vez sin cese ni descanso aquellas historias fascinantes, extraordinarias y alucinantes que ocurrieron, como si de un sueño se tratara, que por más increíbles y extravagantes que resulten, solo tú puedes contarlas para hacerlas reales porque solo tú las has podido vivir.

Sin nada que envidiar a los más célebres y macabros "psicokillers" de la historia, reaparece el señor Todd, el barbero más famoso de la ciudad de Londres, con ganas de exterminar a todo aquel que deja crecer su barba dos o tres días y se pase por su barbería.

Perfecto montaje, magistral fotografía y un impecable Depp que no solo sabe rasurar gargantas sino que además canta como los angeles (aunque su aspecto se parezca más al mismísimo demonio).

Como decía aquel proverbio; "El Diablo sabe más por viejo, que por diablo". Una vez más, el Señor Quentin nos sorprende y atrapa con "Los Odiosos Ocho", una película placentera, magistral y penetrante en todos sus sentidos.

Grandes interpretaciones haciendo hincapié en los diálogos y monólogos de sus personajes, y otorgándole un halo misterioso a cada uno de ellos. Nos encontramos un "film" de casi tres horas, que se acabará convirtiendo en un entretenimiento efímero y fugaz por su virtuosidad y maestría.

Nos empieza mostrando, desde el comienzo, a cada uno de los PERSONAJES "inofensivos" y "almas cándidas" que son y serán lo trascendental y "quintaesencia" de la película. Ya te digo yo, si me permites, que lo único en común entre todos ellos, es que el frio les cala hasta los huesos.

Por si fuese poco, todo ello ocurre en un único pero inspirador escenario "La Mercería de Minnie" que aparenta Vida, Paz y Amor.

Historias, Tramas, Asesinos, Roles Ocultos, Dinero, Sangre, Muerte y, sobre todo Frio, mucho frio en aquellas montañas de Wyoming. Por supesto, el puzzle está incompleto, por lo que se nos irá presentando ante nuestros ojos y nos hará partícipes para que juguemos y debamos elegir qué o cúales piezas estan desencajadas y qué o cúales faltan por colocar.

¡Señores/as el juego ha comenzado!, hagan sus apuestas, ya no hay marcha atrás.

Vertiginosa, imparable, frenética, sublime e incomparablemente sofisticada.

La película fluye como si un inmenso torrente de lava estuviese a punto de descargar su furia sobre la superficie de la tierra.

De la misma manera lo hace la idea que habita en la mente de un joven universitario norteamericano que solo piensa en su innovador y entusiasta proyecto.

Yo sinceramente pienso que quizás Fincher haya creado uno de sus trabajos más elaborado y entretenido cuyas proporciones son inimaginables, aunque no puedo evitar hacerme la pregunta de si sería más políticamente correcto decir que quizás sea Zuckerberg el que lo haya creado.