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Italia Italia · Borgomanero
Críticas de italianjob
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Críticas 11
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
5
19 de septiembre de 2023
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni por asomo tenía pensado ver esta película, pero dadas las buenas críticas que recibía, le he dedicado un par de horas a ver por dónde salía.

Un inteligente principio con una parodia-homenaje a Kubrick prometía bastante cachondeo, pero a partir de ahí cae en picado. Si pretendían hacer un alegato feminista en clave de humor, les ha salido más bien una sátira sobre el mismo.

Creo que Mattel ya no vende tantos muñecos de esos entre los niños y ahora se ha subido al carro de la nostalgia para adultos haciendo películas como hacen los de marvel, los de dc y otros tantos. Ahora Barbie representa a la feminista perfecta, que además es muy guapa y empática, pero se cae del guindo y descubre que la gente real es más bien fea de narices, poco agradecida y además tiene otras preocupaciones que jugar a las muñecas. En resumidas cuentas, que intentan ganarse a las mujeres que crecieron jugando con la muñeca, sus valores y su mundo de ensueño, pero que ahora trabajan para pagar facturas.

De entrada, es como un anuncio de dos horas de duración, donde no hay ni orden ni concierto, no se entiende muy bien por dónde van los tiros ni la trama en general, lo que si parece es que las escenas están pensadas para meterte algo por los ojos, desde un trapito de Barbie hasta un complemento de Ken. Algunos sketches son ridículos, y otros demasiado aparatosos, el guion está pensado para meter publicidad subliminal con calzador, y no al revés.

Le pongo un 5 raspado, porque si te lo tomas como una comedia tontorrona, puede llegar a medio-funcionar. Creo que la directora no sabía muy bien qué expresar, y le ha salido un batiburrillo de clichés feministas y machistas con cierta gracia. Eso sí, dado el éxito en taquilla, es de esperar que ahora tengamos película anual de Barbie&Ken, al igual que tenemos peli anual de Woody Allen o de Fast&Furious.
italianjob
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1
12 de junio de 2023
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absolutamente horrorosa de principio a fin.
Llamar "cine" a esta abominación debería acarrear penas de cárcel.

No sé en qué estarían pensando el guionista, el director, los actores, los cámaras, los tramoyistas, los nerds de los Fx y hasta los chicos de los recados, pero seguro que no era ni en Shakespeare ni en Cervantes. ¡Que horror! Nunca en mi vida había sentido tantos ataques de vergüenza ajena.

Es que vamos, ni 4 frases seguidas sin insultarse, ni una toma en condiciones de más de 10 segundos, ni un sólo duelo interpretativo, ni un solo hilo argumental que no sea de cachondeo. Como esto sea el futuro de ir al cine, agarraos los machos!

Entre esto, y pasarse la mañana viendo un desguace de coches con los canis peleándose por manejar la grúa, creo que no hay mucha diferencia.

Al menos le podían haber puesto dos rombos para que no la vean los niños. xD.
italianjob
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10
28 de mayo de 2023
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Masterpiece total y absoluta, una de las obras cumbre de los 90 y de obligado visionado para todo cinéfilo que se precie de serlo. Si bien al principio fue recibida por la crítica de manera fría, con los años se ha ganado a pulso el título de obra de culto y referencia obligada del género thriller.

Aunque hablar de thriller no sería correcto del todo, puesto que la película es en realidad un complejo ensayo sobre la soledad y sus retos, que en no pocas ocasiones busca la complicidad del espectador. Los incisivos silencios después de cada diálogo genial, los encuentros ocasionales, la fotografía llena de claroscuros, o la puesta en escena en lugares apartados, así lo atestiguan, traspasando el celuloide y recorriendo nuestro ser como un terremoto visceral.

La construcción de las interpretaciones raya la perfección, en parte, o debido a, el uso de excelentes actores, tanto principales como secundarios. Sus cínicas y variadas interacciones le aportan una gran riqueza a la trama y recuerdan a clásicos como El Halcón Maltés, Gilda o Casablanca, los amantes de este tipo de cine disfrutarán cosa fina.

Además el director Michael Mann hace un uso magistral del lenguaje audiovisual, que pocas veces se ve en la gran pantalla. Uno no puede parar de maravillarse ante las grandes panorámicas nocturnas, las numerosas tomas anticipadoras de la acción o la extraordinaria banda sonora que resuena en nuestros oídos como un eco lejano. Hay mucho oficio detrás y mucho amor por hacer algo bien rematado.

Finalmente hay muchos detalles de guión que quizás no todos los espectadores supieron captar en su día, pero que con el tiempo se ha visto como un completo acierto. Como por ejemplo el desprecio hacia la televisión, quizás por el pasado televisivo de Mann, no muy de su agrado; o la escasa acción, aunque muy bien concentrada en escenas sublimes, poniendo más el foco en la investigación (tanto policial como delictiva) y en la lucha contra los demonios particulares de cada personaje.

Muchos en su día la encontraron muy larga (dura casi 3 horas) y poco efectiva. Otros echaron en cara que dos monstruos como Pacino y DeNiro sólo tuvieran un par de breves escenas juntos. Sin embargo, sus supuestas debilidades son en realidad fortalezas, la larga duración es todo un regalo para los sentidos, y Pacino y DeNiro nos regalaron dos grandes momentos cargados de simbolismo, si hubieran pasado más tiempo juntos habrían reventado la brillante trama, y es que caracterizaron tan bien a un par de solitarios que no podían ni verse.
italianjob
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10
5 de enero de 2023
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya está aquí, ya llegó.

La esperada secuela de Avatar, el Sentido del Agua, por fin se ha estrenado en las carteleras de medio planeta, y no por la puerta de atrás, precisamente. En el momento de escribir esta crítica, leo que ya ha superado los mil millones de recaudación en tan sólo 13 días, y eso que todavía no se ha estrenado en China, reticente a los productos cinematográficos norteamericanos, aunque en esta ocasión ha dado su visto bueno, seguramente porque los marines no salen muy bien parados. Las dudas sobre su rentabilidad quedan pues disipadas, tendremos secuelas de Avatar para rato.

Y es que nadie daba un duro por ella, ¿quién podría apostar por una secuela de una peli hecha hace 13 años, de la que nadie se acuerda, de la que no existe franquicia ni universo cinematográfico, con un guión a medio caballo entre pocahontas y bailando con lobos, y para colmo dirigida por una vieja gloria como James Cameron? Pues bien, esa vieja gloria ha vuelto a dar otra lección monumental de cómo contar una buena historia en la gran pantalla y meterse al público en el bolsillo. Sin duda alguna, los que apostaron contra él se habrán comido un palmo de narices. Porque el gran acierto de Avatar 2, por encima de sus alucinantes paseos submarinos o su acción a raudales, es su planteamiento, muy sorprendente y alejado del cine-fórmula.

La película no es rápida, en general toda la trama se va deglutiendo sin prisa pero sin pausa hasta el final, donde ya todo se precipita. Entre tanto videoclip de hora y media que copa las carteleras, donde es raro que una secuencia dure más de 2 minutos sin un tiro, una explosión o una sucesión de chistes resilientes, esta aproximación clásica rompe todos los moldes.

Durante las primeras 2 horas, que además se pasan volando, Cameron nos deleita con una buena historia en la que salta de los Na'Vi a los colonos, del increíble fondo marino al puro documental, sin perder el ritmo ni la compostura y tocando numerosos valores como la familia, la amistad, la tolerancia, el respeto al medio ambiente y a nosotros mismos...sin caer nunca en la ñoñería. La última hora ya sí es muy cañera y te deja sin respiración. Cameron es un cineasta muy astuto, maneja como nadie los tiempos y sabe mantenernos pegados a la pantalla, no aburre en ningún momento.

El espectáculo visual está fuera de toda duda, el paseo submarino en 3D que nos regala a nuestros sentidos es de lo mejor que se ha visto nunca en la pantalla grande. Las mezcla de tomas reales con inserciones digitales alcanzan cotas de realismo nunca vistas. Las escenas de acción son trepidantes, pero casi no hay violencia explícita, decisión muy acertada por otro lado. Pero además Cameron nos regala otros momentos mágicos, muy intimistas y que no te crees que te los puedan calzar en una peli de este tipo. Grande Cameron.

Mención aparte, y de esto se está hablando muy poco, es la caracterización de personajes. Se hace difícil hablar de "interpretaciones" en muñecos generados por ordenador, pero es que de verdad lo han bordado; las texturas faciales consiguen transmitir cualquier sensación humana de forma increíble, pero además han metido otras características más animales, desde la nariz hasta las orejas, en una conjunción única. El resultado es abrumador, sobresaliente, lo nunca visto. Si Stanislasky levantara la cabeza...¡se quedaría loco!

En resumidas cuentas, es una película de "efectos especiales" pero con una apuesta radicalmente diferente al cine-fórmula habitual de nuestros días. Se rescata el sabor clásico de las grandes superproducciones de aventuras en alta mar, como Jasón el Argonauta o Moby Dick, y se mezcla atractívamente con una amalgama de géneros, destacando el documental y el de acción, y pasando también por el cine adolescente, el bélico, el indigenista o incluso el cine de autor. La moda actual de hacer películas inclusivas se pasa de lado, y a cambio, se ha preferido ensalzar valores más universales. Los efectos digitales están hechos a la medida del guión, al contrario que otras producciones, lo cual se agradece; mientras otros cuentan el ratio de efectos por fotograma, Cameron se centra en contarnos una historia. Y el esfuerzo en el apartado digital ha merecido la pena, Cameron y su gran amigo Peter Jackson han vuelto a demostrar que son los mejores en este campo; el nivel de realismo alcanzado y la belleza de las escenas submarinas será difícil de olvidar en mucho tiempo.

El mejor James Cameron ha vuelto desafiando el stablishment con una película de más de 3 horas con un fuerte mensaje conservacionista, ¿lo habrá conseguido? Ni idea, pero tras ver las ballenas gigantes en 3D, a uno se le quitan las ganas de que se sigan extinguiendo especies en nuestro planeta.
italianjob
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10
4 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienzan los títulos de crédito, aparece Amor a Quemarropa y por el insulso título ya piensas que va a ser un insípido blockbuster de tres al cuarto lleno de tiros y explosiones. De repente aparece en la pantalla "Written by Quentin Tarantino" y empiezas a prestar más atención, "¿cómo? ¿escrita por Tarantino? Jamás había oído hablar de ella". La terminas viendo entera y casi que es imposible no derramar una lagrimilla.

Nos encontramos con una pequeña joya maldita del celuloide, un filme injustamente condenado al ostracismo y que aún hoy pone los pelos como escarpias.

True Romance (Amor a Quemarropa en español) fue un guión original que Tarantino, escrito al inicio de su carrera, vendido por no poder rodarlo en condiciones, y que acabaría dirigiendo Tony Scott, hermanísimo de Ridley, famosos ambos por sus mega-taquillazos.

La trama nos sumerge en una persecución, inicialmente a dos bandas, más tarde a tres, de dos ingenuos recién casados (Christian Slater y Patricia Arquette) con un alijo de droga y muchas ilusiones, rodada con grandes dosis de humor y drama, y sumergida en el universo tarantiniano de personajes fatales, diálogos en plan más difícil todavía y situaciones extremas.

El guion en sí se puede pensar como semi-autobiográfico, mostrando a un Christian Slater que era un vivo reflejo de la vida de Tarantino cuando era un mindundis en los 80, un tipo solitario trabajando en una tienda de VHS y comics, cuyo máximo aliciente vital era ver películas, escuchar a Elvis, vivir rápido y buscar polvos de una noche.

Tony Scott, por el cual Tarantino al principio no daba un duro, fue el encargado de llevar el guion a la gran pantalla. Contra todo pronóstico, realizó un fabuloso trabajo de dirección, consiguiendo captar toda la esencia tarantiniana, pero al mismo tiempo dotándola de un toque muy personal y noventero, que le imprimió un atractivo carácter a la puesta en escena.

Gran conocedor del lenguaje cinematográfico, es tremendo como Scott sabe saltar del romance a la road movie, del humor ácido a la acción extrema, en cuestión de segundos, intercalando planos de tramas paralelas con gran maestría, dejando omnipresentes los icónicos leit-motivs de los años 50 durante todo el metraje, y añadiendo una extraordinaria banda sonora de fondo, creada por Hans Zimmer, habitual de los hermanos Scott. El propio Tarantino alabó la cinta, poniendo como única pega las posiciones de las cámaras en ciertas escenas de acción, "yo las habría puesto más al fondo", decía. Polémicas aparte, salió de post-producción una película redonda en todos los sentidos, destinada a ser de culto desde su mismo estreno.

Contrariamente a la moda de aquellos años de llenar minutos y más minutos de muertos gratuitos, el maestro Scott jugó la gran baza de darle mayor relevancia al juego del ratón y el gato, mientras acotaba y dosificaba la violencia a momentos muy concretos de fatalismo, saltando de forma explosiva tras unas secuencias de incómoda tensión que hacen moverte del asiento. De esta forma, recuperaba también la mejor tradición del cine de suspense, más centrado en la vueltas de tuerca de la trama y en los diálogos desafiantes cargados de ironía e ingenuidad.

Muy acertado también el enorme elenco de secundarios de lujo, destacando un inolvidable duelo interpretativo entre Christopher Walken y Dennis Hopper que sin duda ya ha pasado a la Historia del Cine. En el fondo, es como si unos cuantos amigos de Hollywood se hubieran reunido y hubieran decidido hacer una buena peli de suspense y acción en plan colegas; en cierto sentido, algo de homenaje a la industria del cine, y a toda la gente detrás que la hace posible, sí que se ve.

Respecto a los actores principales, Christian Slater y Patricia Arquette, dos estrellas fugaces de los 90, hacen un papel soberbio, mostrando registros inesperados y giros repentinos que sorprenden al espectador. Quizás True Romance sea un símil de sus carreras: vive rápido, muere joven y con una cara bonita, básicamente lo que les sucedió a ellos, hoy en día casi nadie los recuerda y consiguen un papel de uvas a peras.

Casi 30 años después de su estreno, True Romance ha quedado pues como toda una masterclass del mejor thriller moderno, poderoso visualmente, atractivo dramáticamente, con gran fuerza interpretativa y una atmósfera extrañamente tensa. La calificación de película maldita ayuda aún más si cabe a magnificar su leyenda.
italianjob
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